Camus, a 50 años de su muerte
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Albert Camus (Nobel de Literatura en 1957) es aclamado medio siglo después de su muerte -el 4 de enero de 1960 en un accidente automovilístico- como una de las conciencias morales del Siglo XX.
Nacido el 7 de noviembre de 1913 en Argelia, hijo de una empleada doméstica casi sorda y analfabeta de origen español y de un peón agrícola francés, Camus fue criado por su madre y su abuela, junto a un hermano mayor, en un pequeño apartamento de un barrio obrero de Argel.
Su mirada humanista impregnó sus más destacadas novelas: El extranjero -éxito mundial traducido a 40 lenguas- y La peste, en las que aboga por un mundo más justo y libre.
"Decía que quería hablar por aquellos que no tenían voz y que estaban oprimidos. Provenía de un medio en el cual la gente no tenía voz", explicó semanas atrás a la AFP su hija, Catherine Camus, en alusión a la pobreza y al bajo nivel cultural de la familia de la que provenía.
Su padre, Lucien Camus, murió en 1914 en la batalla del Marne, en la Primera Guerra Mundial, alcanzado por un obús en la cabeza, meses después de su nacimiento.
Apasionado por el fútbol, Camus tuvo que abandonar el deporte debido a una tuberculosis. Pero se tomó la revancha en la escuela y rápidamente obtuvo el reconocimiento de su maestro, que lo estimuló en sus estudios y lo ayudó a obtener una beca para cursar el liceo.
Fue a ese maestro, Louis Germain, a quien Camus dedicó su Nobel de Literatura en 1957, a sus 44 años de edad.
A los 24 años publicó su primer libro, El derecho y el revés. Luego se instaló en París, donde asumió la dirección Combate, un periódico de la Resistencia al régimen del mariscal Philippe Pétain, que colaboraba con la ocupación de Francia por la Alemania nazi.
En 1945, fue uno de los pocos intelectuales occidentales que denunciaron las armas atómicas, tras los bombardeos estadounidenses que destruyeron las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki.
En el Mito de Sísifo, un ensayo publicado en 1942, expuso su filosofía de lo absurdo, la búsqueda de coherencia por el hombre y la condición humana.
Tras un breve paso por el Partido Comunista, Camus criticó el totalitarismo en la Unión Soviética en El hombre rebelde (1951).
En 1952 rompió con uno de los íconos de la intelectualidad francesa, Jean-Paul Sartre, luego de que fuese publicado en una revista que éste dirigía un artículo en el que se criticaba la rebeldía estética de Camus.
La guerra de Argelia aísla a Camus. Su "Llamado a la tregua civil" lo margina en 1956 de la izquierda, que apoya la lucha por la independencia de su tierra natal.
Ese mismo año publica La caída, donde critica el existencialismo.
Dramaturgo y director de teatro, Camus mantuvo una intensa relación con la actriz española exiliada en Francia María Casares, hija de Santiago Casares, jefe de Gobierno de la República española.
El periodista y escritor Olivier Todd, autor de una biografía de Camus, lo califica como "un escritor peligroso", porque "nos obliga a cuestionar muchas de nuestras convicciones".
Aquel hombre atractivo y engominado como Humphrey Bogart, que amaba la velocidad como James Dean, murió el 4 de enero de 1960 junto a un amigo con el que viajaba a París desde el sur de Francia, cuando éste perdió el control del automóvil y se estrellaron contra un árbol.
En su mochila fue encontrado el manuscrito de una novela autobiográfica inconclusa, publicada hace algunos años, El primer hombre.
Camus está enterrado en un pequeño cementerio en Lurmarin, en el sur de Francia.
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, propuso trasladarlo al Panteón, una antigua iglesia en el corazón de París, donde están enterrados los prohombres de Francia como Voltaire, Víctor Hugo, Emile Zola, André Malraux y Alexandre Dumas. Pero los dos hijos de Camus se oponen, temiendo su utilización con fines políticos.
Foto: flickr.com