"Toda historia necesita un villano, y todos decidieron que sea yo", dijo el guionista Simon Monjack, esposo de la fallecida Brittany Murphy en una entrevista publicada en el sitio de espectáculos The Daily Beast.

Luego de que la joven actriz falleciera el 20 de diciembre pasado tras sufrir un ataque al corazón por causas que todavía se desconocen, Monjack comenzó a ser cuestionado sobre la actitud que tuvo en el momento del deceso y se publicó que habría estado involucrado en estafas y que utilizaba la fama de su mujer para concretar proyectos propios.

Monjack responsabilizó a los estudios Warner de ser los responsables de la muerte de Murphy pues dos semanas antes de su inesperada muerte, la actriz había sido despedida del elenco de Happy feet 2, por razones poco claras.

Si bien la policía no determinó las causas del fallecimiento, Monjack está convencido de que se debió a un ataque al corazón por el stress que le provocó que Warner la cancelación de su participación en la secuela de la película animada para cuya primera parte ya había prestado su voz.

 "Ellos la mataron. Estaba destruida", aseguró Monjack a la prensa. "Yo soy fuerte y voy a juicio cuando alguien me hace algo malo". El guionista, quien era un desconocido hasta la muerte de su esposa, afirmó que su mujer perdió varias ofertas de trabajo debido a los rumores de que era drogadicta.

 "En todo el tiempo en que la he conocido nunca, y repito, nunca tomó drogas. No aspiró una sola línea de cocaína, ni dio una calada a un porro, nada. Ella era antidrogas, por lo que no hay drogas involucradas en su muerte. Esos rumores la hicieron perder papeles, estoy seguro", declaró Monjack, quien se casó con la intérprete de 8 Mile, calle de ilusiones, en 2007.

"Lo único que ella quería era hacer películas; estaba esperando el papel que resucitaría su carrera, esperando esa llamada. Pero en Hollywood las chicas como Brittany son desechables porque siempre salen caras nuevas", concluyó.

Monjack sí confirmó que Murphy tenía un murmullo congénito en el corazón y sufría los días previos a su muerte de laringitis, que trataba con "remedios naturales", como jengibre y limón.

Murphy tenía previsto filmar The Expendables, la nueva película de Sylvester Stallone.