Perdido en Punta del Este
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Entre las figuras relevantes que han pasado esta semana por Punta del Este, por motivo del XIII Festival Internacional de Cine, destaca el japonés Hiroyuki Sanada (El último samurai , La condessa blanca, Ringu) quien este año se convirtió en un artista de máxima exposición al encarnar a Dogen, el líder del templo de "Los Otros", en el fenómeno televisivo Lost. De momento, ya finalizó su rodaje en Hawai (de hecho su personaje murió ahogado) aunque no sería la primera vez que los guionistas de la serie desafían las leyes de la lógica. Sanada (49) visitó nuestro país acompañanado al director estadounidense James Ivory en la presentación de su última película Las páginas perdidas y en la cual realiza un papel secundario. Alerta para fanáticos: el actor está impedido de revelar cualquier secreto de la serie.
Por Nicolás Batalla, de Espectador.com
¿Cómo fueron tus inicios en la actuación en Japón?
Fui un niño actor. Comencé cuando tenía cinco años, un editor me tomó y estuve modelando para una revista infantil durante un año. Luego fui a la escuela de actuación para niños donde tuve mi primera audición. Era para el papel del hijo de un miebro de la yakuza (mafia japonesa) y quedé. Era una película en blanco y negro, es decir que todo eso pasó hace bastante tiempo. Cuando tenía diez años, tuve que dejar la actuación porque todo el mundo me decía "los niños actores se convierten en malos actores. Si quieres continuar con la actuación en el futuro debes parar al principio, ir a la escuela, tener una niñez como la de los otros niños". Me acuerdo que lloraba y les decía "no quiero"; pero lo tuve que hacer. Entonces me dediqué a ser un espectador y mirar películas como cualquier otra persona del público. Pagaba la entrada, me sentaba en el auditorio y me decía a mi mismo que las películas son un mundo maravilloso. En esa época vi un montón de realizaciones europeas y americanas y quedé muy impresionado. Antes de eso solo veía algún filme cuando estaba en el estudio, no conocía nada sobre cine de Occidente. Estaba como en un shock cultural.
Entonces comencé a preguntarme "¿cómo puedo volver a la pantalla en el futuro? ¿qué es lo que debo hacer para estar preparado?". Así fue como empecé una formación que incluyó danza, canto y artes marciales porque cuendo vi las películas que venían de Estados Unidos y Europa me di cuenta que las grandes estrellas hacían todo por ellas mismas (en aquel momento, no ahora). Entonces me dije "está bien, si quiero ser un actor en el futuro tengo que poder hacer de todo". Empecé a estudiar varias disciplinas y cuando tenía 17 años me llamaron para una película de samurais, retomé mi carrera y hasta ahora no la he vuelto a abandonar.
¿Cómo se dio el salto desde el cine japonés hacia Hollywood?
Antes de Hollywood estuve en Inglaterra, trabajando en una obra de Shakespeare. Era el único asiático dentro de la Compañía Real Shakespeare y fue mi primera experiencia en la que tuve que hablar en inglés delante del público. Fue el cambio más grande de mi vida. Ahí empecé a tomar conciencia sobre cómo desde el intercambio cultural surge siempre algo nuevo. Me pareció muy importante para el futuro, tanto para mí como para la industria cinematográfica japonesa.
Estuve algunos años más en Londres, aunque no sucedió demasiado. Seguí aprendiendo inglés y conociendo gente, hasta que tuve la audición para El último samurai. Ahí también estaba muy presente el tema del intercambio cultural entre Oriente y Occidente. Trabajé mucho tiempo en la post-producción de esa película porque los asesoré en muchos detalles sobre la cultura japonesa. Supervisaba todo. Por esa época pasé bastante tiempo en Los Ángeles, conocí mucha gente y me di cuenta de que era un buen lugar para mí en el futuro. Así fue como terminé mudándome para allí hace cinco años. Seguí filmando, trabajé con Danny Boyle en Sunshine, actué en Rush Hour 3 (dirigida por Brett Ratner) y en La condessa blanca (de James Ivory) y poco a poco fui haciendo amigos... creando vínculos...
¿Cuáles son las mayores diferencias que encontraste como actor, con el paso de una industria a la otra?
La diferencia más grande es el bolsillo. Pero el sistema también es diferente. En Japón no tenemos un gremio de actores, entonces trabajamos muy duro y con un presupuesto bastante pequeño. Las películas realizadas en Hollywood, por el contrario, están protegidas por leyes laborales que mejoran y regulan las condiciones de trabajo. Fue una sorpresa muy grande cuando hice mi primera película allí. Pero los aspectos creativos son los mismos y los equipos de grabación tienen el mismo olor en Japón que en Estados Unidos.
A su vez, el mercado occidental está abriendo sus puertas a la industria asiática y esa es una gran oportunidad para trabajar juntos.
Según has comentado en entrevistas anteriores, dudaste bastante antes de aceptar trabajar en la serie Lost por miedo a que se refirieran a la cultura japonesa a través de estereotipos...
Tenía mucho miedo sobre eso antes de unirme al equipo. Me reuní con los creadores y les pregunté un montón de cosas sobre aspectos culturales, políticos y religiosos. Es muy delicado para nosotros. En el cine y la televisión siempre se ven extrañas caracterizaciones sobre los asiáticos, sin respeto. A veces no se les entiende y hablan pésimo el japonés. Aún hasta el día de hoy. Y yo quiero cambiar eso en el mercado. Quiero cambiar la imagen de los actores japoneses. Por todas éstas cosas eso les hice un montón de preguntas, ellos me respondieron con claridad y me dijeron que si sentía que había aspectos que no fueran respetuosos con mi cultura, serían flexibles para cambiarlo.
¿Cuáles son los clichés más recurrentes que se utilizan para retratar la cultura asiática en general o japonesa en particular?
No puedo decir el nombre, pero aún hoy en día hay un actor que interpreta personajes japoneses y no puede decir una sola palabra en japonés. Se esfuerza bastante, pero es espantoso. También hay muchos actores japoneses que interpretan papeles en películas de samuráis, por ejemplo, y no saben cómo usar un kimono, o cómo utilizar una espada y eso resulta vergonzoso para nosotros.
A veces, en las noticias de la televisión te muestran una ciudad japonesa o un templo y de fondo aparece música china (canta) "Tararara tata ta ta tara, Tokio now". Nunca entienden la diferencia entre Japón, Corea o China. En su cabeza somos todos lo mismo. No nos respetan, no investigan y nuestra generación debería cambiar ese tipo de cosas.
¿Cuáles han sido los grandes puntos de cambio en tu carrera y cómo se ubica "Lost" entre ellos?
Como comentaba, la Compañía Real Shakespeare fue un punto de inflexión enorme en mi carrera. Fue una experiencia que cambió mi vida. Cuando me uní a "Lost" sentí algo parecido, pero en la misma línea que en El último samurai o Sunshine". Pero claro, la popularidad de "Lost" es tan grande... no existe audiencia mayor en el mundo que la de Lost. Todavía no estoy seguro, pero supongo que es un gran paso para mi carrera. Voy caminando por la calle en Los Ángeles y la gente me reconoce, me pide para sacarme una foto o que le revele algún secreto. La diferencia es tremenda, es el poder de la televisión. De hecho, un montón de productores y guionistas mira Lost, así que espero que mis oportunidades crezcan.
¿Está previsto que vuelvas a rodar para la serie?
Por ahora ya terminé mi estadía en Hawai, auque no puedo decir si es definitivo.