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Colonia revaloriza su patrimonio cultural

Colonia revaloriza su patrimonio cultural

Informe de Emiliano Cotelo y Rosario Castellanos


(emitido a las 8.32 Hs.)

EMILIANO COTELO:
Rosario, quería charlar contigo y con los oyentes a propósito de una experiencia que me tocó pasar el lunes de la semana pasada, el lunes de Semana de Turismo. Quizás algunos oyentes recuerden, yo me tomé libre lunes y martes. Y el lunes, andando por el departamento de Colonia, sobre todo en la zona de Carmelo, quise sacarme dos asignaturas pendientes: visitar la Capilla Narbona y la Calera de las Huérfanas; y me encontré con dos panoramas completamente distintos.

En el caso de la Capilla Narbona no pude entrar. Me encontré con un cartel en la portera que dice que está cerrado lunes y viernes, y por lo visto esa disposición se lleva al extremo de que también vale nada menos que para Semana de Turismo. No se puede visitar un lunes de Turismo la Capilla Narbona, así que tuve que irme.

Sin embargo, me fue mejor en la Estancia y Calera de las Huérfanas. Allí sí pude entrar, estaba abierto el predio, pero no sólo eso; me llevé una muy bonita sorpresa porque allí está en marcha un trabajo de puesta en valor de estas ruinas, encarado de forma muy didáctica por otra parte, que le permite al visitante empaparse de la historia del lugar y del tipo de tareas que se están desarrollando en un lugar que además está parquizado y cuidado en su "jardinería".

Me llamó la atención el contraste entre dos monumentos históricos que están controlados por los mismos organismos: Ministerio de Educación y Cultura e Intendencia de Colonia. Los dos casos corresponden a esas dependencias y en los dos las realidades son el día y la noche.

RC – Y no te extrañe. En realidad creo que la diferencia fundamental es la suerte que han corrido uno y otro. Porque lo difícil para mantener estos edificios –monumentos históricos nacionales– es encontrarles una resignificación para entonces respaldar su restauración y su puesta en valor. Valor en sí tienen los dos, son dos monumentos históricos equivalentes en su valor.

Les cuento un poquito la historia. En el caso de la estancia u Oratoria de Narbona –que así se llama– se trata de una construcción que fuera realizada por un maestro de obras aragonés, llamado Juan De Narbona, quien se instaló en la ciudad de Buenos Aires y fue responsable de algunas de las construcciones más importantes del Buenos Aires colonial, como el Cabildo y la Iglesia del Pilar. Se instaló en nuestro país en 1732, cuando compró una gran extensión para construir allí una estancia, y construyó esta capilla y esta casa, relativamente amplias para la época. Lo interesante además es que aún se mantienen en pie, constituyéndose en una de las manifestaciones de arquitectura privada del período colonial en nuestro medio rural que aún se mantienen y por eso resultan testimonialmente tan importantes.

Pero en realidad lo que allí importa es fundamentalmente el edificio y la estructura. No hubieras encontrado nada demasiado importante en su interior, salvo la propia disposición arquitectónica de la casa, porque para Narbona todavía no se ha encontrado una finalidad de resignificación.

Muy otra ha sido el resultado de esta Capilla de la Calera de las Huérfanas.

EC – En los dos casos estamos hablando de emprendimientos que están bajo la jurisdicción –repito– del Ministerio de Educación y Cultura e Intendencia de Colonia.

RC – Los dos están relativamente cercanos a una zona de Colonia como es Carmelo, que tiene un fenomenal empuje en otros sentidos. Así que de alguna forma esto seguramente se ha aprovechado de ese empuje para resignificar Calera de las Huérfanas.

Calera de las Huérfanas es una vasta posesión jesuítica de mediados del siglo XVIII. Son 42 leguas cuadradas de superficie, algo más de 1.000 kilómetros cuadrados, entre los Arroyos de las Vacas y San Juan. Se trata de construcciones que en principio estaban referidas a cuatro grandes hornos, dos de los cuales estaban destinados a quemar piedra caliza de una calera próxima, pero que además tenían, como estancia que era, una serie de instalaciones dentro de un casco que iba mucho más allá de la simple explotación de la calera: tenían ganado, tenían un centro de actividad fabril con numerosos esclavos, tenían un modesto vecindario próximo a la fabricación de ladrillos, tejas, jabón, velas de sebo, así como molienda de trigo en una tahona, tejeduría, herrería y carpintería. Un conjunto del cual hoy sólo queda en pie la capilla, no totalmente entera lamentablemente pero bastante como para de alguna forma documentar el valor que tiene, porque en definitiva es la única capilla de esa época que queda en pie.

Pero tuvo la enorme ventaja de que se le ha encontrado un proyecto para revalorizarlo y conectarlo con un itinerario que va más allá del departamento de Colonia y que tiene que ver con lo que en otros países significa ir a visitar los restos de las misiones jesuíticas, como ocurre en Argentina, Brasil y Paraguay. Nuestro país no integraba ese circuito, hasta ahora, y justamente es lo que pretende este proyecto para Calera las Huérfanas, que comenzó hace ya varios años. Es decir, darle al lugar un valor, una resignificación, como un tema de desarrollo turístico local para el departamento de Colonia, para el Uruguay, pero integrándolo a un proyecto americano, que realmente me parece que es lo que le ha dado una ventaja enorme en cuanto a dineros que se han empleado para esta puesta en valor.

EC – Sí, y es muy interesante ver a lo largo de todo el terreno donde están emplazadas estas ruinas una serie de atriles, cada uno de ellos con un cartel que tiene información muy completa sobre cada uno de los lugares donde uno va deteniéndose en el posible recorrido; información en texto e información gráfica.

RC – Claro, pero digamos previamente que lo que se hizo –esto empezó antes del año 2000– fue una investigación arqueológica que vino a descubrir que todos los cimientos de esas construcciones, de ese complejo que formaba parte de ese casco de estancia, existen. Descubiertos esos restos arqueológicos de cimientos, lo que se pudo hacer es una reconstrucción total de la planta del conjunto. Y eso es lo interesantísimo: que hoy se sabe cómo fue originalmente. A partir de documentación de época, de inventarios contemporáneos a la fabricación, se pudo perfectamente establecer cómo era. A tal punto que años más tarde –ahí ya con financiación del BID por ejemplo– se logró una reconstrucción virtual de todo el complejo, que le da una riqueza impresionante para el visitante.

EC – Sí, por ejemplo los oyentes van a poder encontrar en Espectador.com direcciones en internet desde las cuales se puede acceder a esa reconstrucción virtual, a ese replanteo de cómo habrían sido las construcciones originales. Son una serie de tomas que conforman un video y que por lo visto también puede adquirirse. Además está muy bien explotado dentro del Plan Ceibal. Hay una serie de textos y gráficas armadas especialmente para el uso de los estudiantes escolares con las máquinas XO; cada uno de los videos tiene dos versiones, una de ellas especial para las ‘ceibalitas’.

RC – Creo que lo interesante acá además es ver que el resultado es la conformación de un grupo de trabajo multi actoral. Está el Ministerio de Turismo; el Consejo Ejecutivo Honorario de Colonia, que pertenece al MEC; la Intendencia de Colonia; la ONG Movimiento Calera de las Huérfanas. Todos ellos, sumando esfuerzos, lograron esto que en su última etapa, que comenzó en el año 2006, con financiamiento del BID, es no sólo esa reconstrucción virtual sino la cartelería, la parquización de todo el entorno, la puesta en valor y el análisis de las conclusiones a las que llegaron con la investigación arqueológica, la consolidación del edificio que queda en pie y de los restos que aún quedan en pie.

Y a partir de este año comienza una última etapa que me parece fundamental. En este caso se logró la recuperación a través del programa ART Uruguay (Apoyo a Redes Territoriales) que con fondos de la Unión Europea coordina y coopera con estos gobiernos municipales.

A la restauración se les destinarán 160.000 dólares, y es un proyecto que además cuenta con un importante respaldo del País Vasco, que tiene un antecedente en una viejísima catedral –Santa María– en la cual se utilizaron procedimientos de este tipo.

No nos hagamos la idea de que se va a reconstruir el conjunto tal cual era originalmente porque eso ya no se hace, no se hace en materia de reciclaje o de reconstrucción histórica. Lo que sí se va a lograr es consolidar lo que está en pie y además se va a completar un museo del sitio, se va a terminar en la propia Carmelo la investigación y se va a seguir apoyando esta conexión con el resto de las instituciones que trabajan en el Mercosur para integrar este destino a una recorrida que abarque los países que ya están explotando esto que tiene que ver con la cultura de las misiones jesuíticas y lo fundamentales que resultaron para el desarrollo y la colonización de nuestros países.


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