Las invasiones bárbaras
Tertulia especial con la participación de Walter Cancela, Conrado Hughes, María Elena Laurnaga, Carlos Maggi y José Claudio Williman.
EN PERSPECTIVA ROSARIO CASTELLANOS: Recordemos que esta película es la continuación de otra que ya llamó la atención en su momento, La decadencia del imperio americano, que se filmara 17 años antes. Propone el reencuentro de los mismos personajes, encarnados además por los mismos actores 17 años más viejos; personajes que pertenecen todos a una clase media y de intelectuales canadienses, francohablantes, formados en los tiempos del hippismo. Un grupo de amigos que se reencuentran en este caso ante la grave enfermedad de uno de ellos, Rémy, que es sin duda el personaje aglutinante del grupo. Es una obra entrañable, movilizadora, de este francocanadiense, Denys Arcand, también director, de Jesús de Montreal. JOSÉ CLAUDIO WILLIMAN: RC - Exactamente. En definitiva podríamos ordenar esta tertulia en dos aspectos, comenzando a hablar de la película como tal, desde el punto de vista de la técnica cinematográfica, para luego ir más allá, a lo que quiere sugerir o expresar el propio texto de Arcand. ¿Quién empieza? CARLOS MAGGI: Lo primero que hay que aclarar es que lo que menos importa es la parte triste, que en la película prácticamente no existe; no es el dramón del que se muere, es todo lo contrario, es la gran hilaridad, la gran ironía, el gran humor, humor (en inglés) a propósito de una situación extrema, para romperla y decir lo que se quiere. Eso es muy divertido y muy bueno. JCW - Yo estuve buscando antecedentes; parece ser que la primera, La decadencia del imperio americano, fue bastante un teatro filmado. Yo no la vi, es un reproche de la crítica. La superación de Arcand acá es asombrosa, porque el problema del teatro filmado apareció con el cine sonoro, antes era todo mímica y movimiento; Chaplin es el ejemplo más claro. Las películas de cowboys eran más cine que mucha lata que vino después, como cine; la primera película de cine sonoro fue una donde cantaba Johnson y se llamaba El cantor de jazz, precisamente. Acá está resuelto de una manera completamente distinta, porque esto no es teatro filmado, es teatro cinematográfico. Es decir, usando las técnicas de la imagen, sustituyendo imagen, cortando, superponiendo, usando en algunos casos recursos típicamente de cine, Arcand ha superado el peligro y por lo tanto está usando una presencia interna teatral, porque hay mucho diálogo, hay drama, no cabe ninguna duda, pero con instrumental cinematográfico impecable. CONRADO HUGHES: JCW - No te invitamos, te invitaste vos. (Risas.) MARÍA ELENA LAURNAGA: CH - Me pareció tan elocuente que la producción haya decidido poner a mi admiradísima y querida Françoise Hardy cantando L'amitié; es el final de la película, no el principio, pero evidentemente todos aquellos que la hemos visto, algunos que además gozábamos escuchando a Françoise o que la hemos gozado escuchándola durante estos más de 35 años en que esa obra nos quedó impregnada en la memoria. RC - Aclaremos que además tú te identificaste con la admiración de Françoise Hardy no sólo por su voz, sino por su aspecto. WALTER CANCELA: RC - Pero él lo expresó públicamente. WC - A muchos nos pasó lo mismo que a Rémy: soñamos con Françoise Hardy. CH - Pero el final de la película -no sé si todos tienen la misma experiencia-, donde aparece el casting, todos los actores y los reconocimientos, dura los tres minutos o los dos minutos y medio que dura la canción de Françoise Hardy, y es tan sobrecogedor lo que había ocurrido antes y tan fantástica la admiración que genera en uno, que uno dice: tengo que disfrutar esta combinación de ver letritas y nombres -que normalmente para los uruguayos no significan nada- y una música deliciosa que le devuelve el alma al alma de ese final regocijo. RC - La prueba está en que la gente no se levanta. CH - No se levanta nadie, eso es lo que yo quería señalar. CM - Paco Espínola decía que los teatros deberían estar situados en el medio de un parque grande, del cual hubiera que salir caminando para que hubiera un tiempo para poder evadirse de la realidad virtual en la cual se estuvo y entrar de nuevo al mundo común. Eso es lo que hacen -lo noté mucho- esta canción y esos créditos que son parte del estilo de este tipo que es formidable, es la salida de un mundo virtual al mundo normal. Pero se tiene, se necesita, por eso la gente no se mueve, hay silencio y la gente no se levanta. WC - En relación al mundo virtual y el mundo real, me pasó algo rarísimo: cuando salí del cine, saliendo de ese clima que mencionaba Cony, zambullirte en el shopping es algo así como la negación del parque de Paco Espínola, es otro mundo virtual pero que no tiene nada que ver con el de dentro de la sala, nos shockea, nos provoca shock. MEL - Lo que se me ocurrió en ese momento -porque también me pasó eso, como a todos, esa necesidad de quedarte, estábamos con amigos, una pareja se fue, nosotros nos quedamos- es la sensación de que la película termina con las personas. Debería haber una cámara -es una idea que les regalo a las empresas cinematográficas en Uruguay- en el cine que se active para proyectar en la pantalla la reacción del público cuando una película termina. Es fantástico, porque el efecto es parte de la película. CH - Y la letra, el tema se llama La amistad; aparte de la dulzura de la voz de Françoise Hardy y de la suavidad de esa melodía que la acompaña, está la letra sobre uno de los valores que sin lugar a dudas aparecen expuestos en la película. Yo quería acotar a lo que decía Carlos Maggi en el sentido de lo que está haciendo Denys Arcand con esta película; es fantástico porque se comunica muy directamente. Yo reconozco que tenía una ventaja generacional, las cosas por las que pasa el personaje Rémy son las que pasé yo en los mismos tiempos, porque él dice haber nacido en el 1950 y yo nací en 1947; en realidad tengo la impresión de que Rémy es más de 1947 que de 1950, pero en todo caso es un mundo que uno ha vivido y un periplo, una peripecia ideológica, de debate, están todos los temas. JCW - Los temas internacionales están todos. CH - Están la religión, la política, la filosofía, el saber, los libros, está el socialismo, todo está. JCW - Incluso exquisiteces como estructuralistas, pasamos por toda la gama. CH - Incluso encontré unas declaraciones de Denys Arcand de mayo del año pasado, no bien se estrenó la película, donde confiesa qué cosas lo inspiraron, más allá de que dice que hacía tres o cuatro años que la tenía en la cabeza y que fueron los episodios de las Torres Gemelas y sus secuelas que le aclararon el panorama; luego concibió que podía traer de vuelta a los personajes de esa película de 18 años antes, que estaban todos vivos, con los que habló y entusiasmó; el único nuevo es Stéphane Rousseau, que tiene 36 años, pero los demás son todos los mismos y cuando les contó esto quedaron entusiasmados. Cuenta cómo ve hoy el mundo del cine, dice: "Cada vez me siento más alejado de la sociedad que me rodea. Supongo que es la señal más común de que uno envejeció. La constante aceleración y los alaridos mediáticos me hartan, las películas hechas por computadora no me interesan mucho; me gustan los diálogos y los actores". Es una película de diálogos, actores, imágenes y sonido, es una maravilla completa; uno no puede dejar de expresarlo porque además en el intercambio descubrimos mil cosas que uno vio y el otro no. RC - De acuerdo a la generación que corresponda, cada uno vio, entendió o interpretó algo de la película. Pero estábamos todavía en la parte de las calidades cinematográficas; yo comparto con Cony que el mucho texto en realidad es porque es un texto perfecto, ni siquiera puede sonar a mucho porque el diálogo es parte de la esencia de la película, no tiene desperdicio. CH - Pero no tiene discursos. JCW - Son diálogos, no discursos. WC - Yo no soy un experto, ni mucho menos, en materia cinematográfica, me gusta ir a ver películas de vez en cuando pero no tengo esa veta de crítico, ni siquiera de lector de crítica de cine. JCW - Si tuvieras la edad de Carlitos o mía... WC - Pero tengo la misma edad que Cony y pasé por las mismas cosas, disfrutamos las mismas cosas y sufrimos las mismas cosas, incluso compartimos la misma facultad, hasta los mismos salones en algunos momentos. Pero sobre el tema concreto de la película como tal y el diálogo, la imagen, yo vi una cosa en esa película que antes había visto en muy pocas, entre ellas El Jesús de Montreal, que es del mismo director: maneja la imagen con una plasticidad brutal, con una belleza fantástica, aun en las cosas más feas, por ejemplo ese corredor del hospital tiene una plasticidad bella que es impresionante. Y además la imagen jamás es redundante con el diálogo, la imagen y el diálogo... RC - ...se complementan. WC - ...se suman, son elementos que hay que incorporar para poder tener la sensación completa de la película. JCW - Veo que están de acuerdo conmigo, que hablé de teatro cinematográfico, no de teatro filmado. RC - Hay otro mérito digno de destacar, que es la definición de cada uno de los personajes; en definitiva uno no se dedica tanto a ello y sin embargo están perfectamente dibujados todos los de aquella generación, y sobre todo los jóvenes que aparecen; creo que esto también es parte de lo que la película aporta. Y las actuaciones son todas impecables. MEL - Para mí lo más impresionante... o sea, hubo partes que me parecieron fascinantes. Yo no la estoy idolatrando, tal vez porque uno entra al cine con lo que le pasa también, ¿no?, entonces eso es muy importante, pero lo que más me impactó fue el humor, un humor muy difícil, muy fino, un humor que distiende, que agudiza la crítica, es muy difícil hacer humor. JCW - El humor sobre sí mismo. MEL - El humor sobre sí mismo y sobre el mundo. RC - Y sobre una situación teóricamente trágica. MEL - Esta manera de mirarse a sí mismo y cuestionar su propia trayectoria, pero con humor, y con un humor en una situación decadente como ésa; pero de alguna manera en esa clave de humor se expresa ese margen de solidaridad tan fuerte que hay en la película que es el de la amistad. RC - ¿No les extrañó que esto que está pintado como sucediendo en Canadá sea tan parecido o identificable que uno puede pensar que fue escrito sobre Uruguay? CH - La verdad es que Canadá, que figura siempre número uno en las encuestas en cuanto a desarrollo humano, de repente presenta este panorama de traveling interminable por esos corredores llenos de enfermos diversos porque no tienen habitación, pasando entre ellos, cruzándose con las nurses, con los médicos y los enfermeros, un lugar inhabitable; empieza con una ironía y un humor terribles. Parecería una gran acusación de un furioso burgués contra las formas socializantes del mundo, el protagonista dice: "Yo voté por la nacionalización, así que ahora tengo que aguantar esto", y lo que está aguantando es una cosa terrífica. WC - No olvidemos que no es Canadá, es Québec. RC - Es la Canadá francesa, o latina. WC - Digo, porque Canadá es muy grande. JCW - Sí, es el Canadá francés. MEL - Pero ahí sí es una película, ahí sí empieza la distancia posible entre la realidad y lo que él muestra. Ahí es su mirada de la realidad. WC - Ahí está, es una película. Y además Québec... ¿ustedes no notaron la mención al 66? ¿Qué pasó en el 66 en Québec? Fue lo que llamaron la revolución tranquila, primero la emancipación de la dominación británica sobre Québec, la secularización, la separación de la Iglesia del Estado; de ahí la imagen, la escena de la iglesia. MEL - Todo esto quedó guardado. WC - Pasó eso, pasaron los derechos de la mujer, las manifestaciones, todo eso que pasó en el 66, acá pasó en el 68. CH - En el mundo. WC - Y en el mundo, pero la revolución tranquila nuestra empezó mucho antes y terminó mucho después, y no fue tan tranquila. CH - Son una decena de personajes y uno encuentra motivo para admirar a todos y cada uno con sus matices. Me parecieron extraordinarios los diálogos que Rémy, el personaje central, desde su cama de enfermo terminal, mantiene con la monjita, que es una monja del siglo XXI que se llama Constance en la película y es Johanne Marie Tremblay, otra gran actriz canadiense. Me encantó porque ella andaba repartiendo las hostias, es decir estaba llevando la comunión a los enfermos, y por supuesto tenía toda la organización y unos listaditos que le daba la computadora, pero era tal el caos de la disposición de los enfermos dentro de ese hospital que termina llevándoles el confort espiritual a tipos que le dicen: "¡Puaj, no tengo nada que ver, no quiero comulgar ni nada por el estilo!". Pero pasan los días y ella aparentemente se encariña con el personaje, tienen dos diálogos, uno cuando Rémy le dice: "Compréndalo, hermana, mi hijo es un capitalista ambicioso y puritano, y yo siempre he sido un socialista voluptuoso". Es una cosa de una sutileza en todo lo que está describiendo; por supuesto, uno escucha esas descripciones por la mitad de la película, y cuando termina hay un diálogo entre Rémy y su hijo Sebastián que da vuelta todo el argumento porque el socialista voluptuoso les desea a sus nietos que se parezcan a su papá y no a su abuelo. El ingenio del guionista, del propio Arcand, el humor que tiene cuando Constance habla sobre el más allá y la vida en el infierno y le dice: "¿Sabe lo que pasa?, ¿sabe qué le pasará a usted en el infierno...? Lo van a encerrar en una habitación con todas las mujeres a las que sedujo que hablarán sin parar por los tiempos". Una cosa... el castigo del mujeriego es encontrarse con todas las mujeres de su vida, ¡pero juntas y hablando! RC - Alguien que llamó discrepa con esto que aquí prácticamente se ha planteado como un acuerdo, dice que cree que la película está fuera de época, que tiene la elegancia con la que los franceses creen que pueden presentar cualquier tema, pero nada más. Y aquí viene otra pregunta: ¿en qué medida distintas generaciones no estamos preparadas para hacer distintas lecturas de la película? Cuando Cony decía -y Walter también- que coincidía con la generación, yo me sumo. CM - Hay otra cosa: la película da la sensación de estar hecha por un asqueroso burgués contra los idealizados y maravillosos socialistas. Lo curioso es que Denys Arcand no es un derechista ni nada que se le parezca, es un izquierdista. JCW - Creo que comunista, ¿no? CM - Sí, sí; fue. JCW - Ah, fue. CM - Pero no es para nada un hombre de derecha; que tengan cuidado los que juzgan la sátira y el humor de Arcand, porque no es una intención política, es otra cosa más importante y más de abajo, más profunda. WC - Camino al nihilismo. MEL - Yo tuve la sensación de que era una mirada del mundo escéptica desde la estación Carnelli. RC - Discrepo con lo del escepticismo, creo que en todo caso es revisionista de excesivos idealismos; no me parece escéptica ni mucho menos porque ni siquiera juzga demasiado mal la alternativa que plantea para los jóvenes, por cierto aun discutiéndola desde su punto de vista. MEL - No, no; al contrario. WC - Recogiendo lo que decía el oyente, creo que sí, que desde las diferentes generaciones hay lecturas distintas. JCW - Es lo lógico. WC - Es absolutamente así, como en toda película, como en toda obra de arte, como en toda situación. En cuanto al mensaje que hay para la juventud, creo que habría que detenerse y hacer un estudio, un análisis en particular de Natalie. RC - Coincido contigo; también de la monjita, que es joven. CM - Pero en realidad hay una síntesis: tengan cuidado con las enfermedades infantiles, vacúnense contra ellas. Eso es lo que está diciendo la película. *** RC - Hay mucho todavía por comentar de esta película, comenzando por el sentido que ustedes creen que tiene el título, porque por cierto que de invadir no se trata, teóricamente no hay nada parecido a una invasión bárbara en la pantalla; así que, ¿a qué hará referencia? Hecha la aclaración para quienes piensen que es una película de guerra. CH - Me parece que los primeros días tuvo dificultades para extender la difusión al gran público porque se creía que se trataba de episodios del siglo VI... JCW - De los godos. CH - No atraía; de todos modos siempre había cosas maravillosas, como L'Armata Brancaleone, de Vittorio Gasman. MEL - Los bárbaros para él parecían ser los ignorantes, la ignorancia, o sea ese clima -algunos comentaristas lo decían- de canibalismo social en el que se ha constituido la sociedad contemporánea. Tal vez haga referencia al imperio americano, la película previa de él, y a aquella pregunta sobre si en realidad las invasiones son la causa o la consecuencia de la caída del Imperio Romano. Su hipótesis, dicen algunos comentaristas, es que en realidad primero cae el imperio americano y las invasiones bárbaras son la consecuencia. Parece que queda reificado el dólar exclusivamente. JCW - Es más complicado porque hay cantidad de manifestaciones de barbaridad y de barbarie, yo creo que es el mundo en general. Él mismo se destrata, por ejemplo cuando viene la chinita, la felicita por la revolución cultural, cuando la china acababa de decir que le habían matado a los padres y que ella había estado presa; dice: "Y sólo a mí, que soy un imbécil, se me ocurre felicitarla". RC - No, fue más gracioso, dijo: "Había dos posibilidades de interpretación por parte de la china: o era un agente de la CIA o del FMI, o un cretino, y optó seguramente por la segunda". JCW - Es que era un cretino. Es notable, la barbarie en ese momento fue él. CH - Con el agregado de que además, a cuestas de su calidad de mujeriego tenía expectativas con la china, que además era preciosa... JCW - Preciosa, la china era... CH - ...y le iba a hacer el discurso más ultra posible. MEL - La interpretación que acabo de hacer -leída de comentarios porque todavía estamos por ver por qué se llama Las invasiones bárbaras- en realidad es en referencia a la caída del imperio americano hablando de su película anterior, no necesariamente el imperio americano como el sistema o el sueño norteamericano, porque además su hijo venía de Londres y él desprecia ese tipo de cultura, no está hablando de Estados Unidos. CM - Yo siento que la invasión bárbara tiene un carácter cultural, es decir nuestra cultura se está barbarizando, está perdiendo fineza. Nosotros que venimos de la tradición francesa, somos más refinados, ¿qué es este mundo que está asaltándonos y es grosero, lucrativo, despreciable, porque está en las apetencias más bajas? Eso es lo que yo creo que está diciendo. RC - Yo quiero hacerle una pregunta al historiador, porque coincido con Carlos en esa interpretación, en que en definitiva es un desmoronamiento de determinadas pautas culturales de una civilización. ¿Y eso no fue lo que ocurrió siempre cuando los grandes cambios, tras una invasión bárbara se produce un reacomodo y la civilización pega un giro importante? Puede ser una propuesta que éste es un punto de quiebre importante, pero también está planteando que a partir de allí puedan aparecer nuevos valores o reacomodarse los anteriores. JCW - Toda crisis supone una revisión de valores y una constitución de nuevos elementos. Ahora, ¿cuándo empieza la pérdida de los valores? No se sabe, hay quien sostiene que el Imperio Romano entró en decadencia desde que se instaló. Siempre estuvo decayendo, el día que cae definitivamente, tal vez cuando el godo Odoacro da el golpe de Estado en 476, en ese momento se empieza a rehacer una cosa distinta que culmina en ese período maravilloso que fue la Edad Media. Y lo digo con impertinencia porque fue un período maravilloso. WC - Dejando la Edad Media de lado... JCW - Quiero nada más que recordar a un señor Gustav Cohen, judío, que escribió un libro sobre la Edad Media que se llama "La gran claridad de la Edad Media", nada de oscuridad; y era judío. Es un libro maravilloso, de editorial Argos. CM - Yo recuerdo al inglés Stowicz, que dice: "La cultura puede morir, puesto que ha muerto dos veces: cuando terminaron los griegos y cuando terminaron los romanos". WC - Yo tengo una interpretación un poco diferente del título, creo que tiene varias lecturas, me parece que después de ver la película uno ve invasiones bárbaras por todos lados, las ve en lo más obvio y evidente, en la denuncia social, en lo que mencionaba Carlos en cuanto a que hay allí una putrefacción de la cultura o de los valores culturales en los cuales se asentaron los 60 de occidente. Pero al mismo tiempo en declaraciones o comentarios que hace el propio Denys Arcand se refiere a que los bárbaros no son los americanos, como sugeriría el hecho de decir: desde nuestra posición cultural francesa los bárbaros nos invaden -los americanos con su estilo de vida, con su competencia, con su dinero, con su dólar-, sino que los americanos ven como bárbaros a todos los demás independientemente de dónde sean. Ésa es una lectura, que hay allí rupturas culturales, pero también hay una invasión bárbara en lo individual, en lo personal, Rémy siente la invasión bárbara en sí mismo. CH - Yo también vi decenas de bárbaros, algunos además están caricaturizados de una manera extraordinaria. Son unos bárbaros brutales los gordos de la FUS en lucha, versión quebecuá. RC - Hablamos del sindicato que maneja... CH - Yo digo la FUS en lucha para referirme a la referencia local de unos sindicalistas que en el caso de los de Uruguay tienen rasgos diferentes de los de los gordos, pero también muy caricaturizables. RC - La directora del hospital... CH - La directora del hospital es una burócrata absolutamente bárbara, capaz de decir una frase entera que tiene más o menos 17 sustantivos ignotos -uno no sabe qué está explicando- y de hacer ciertas conexiones para explicar cómo es el régimen de asignación de camas en un hospital del sistema público canadiense; es maravillosa, es una bárbara también. Son unos bárbaros los alumnos de la universidad, son bárbaras las autoridades de la universidad que han despachado al amigo Rémy sin decirle agua va, simplemente porque se contrajo un cáncer, no va a poder dar las clases y a nadie le importa nada, le presentan la nueva profesora y afuera y bailando. Los alumnos son unos bárbaros totales, no entienden nada, escuchan las explicaciones que él hace; ninguno leyó ninguno de los libros y no son casi ni reivindicados porque tres de ellos van a verlo como parte de esa operación de sponsor o de ayuda que hace el hijo, a cambio de una propina, solamente una se redime... JCW - La mujer. CH - ...la chica se redime porque le da vergüenza haber ido a hacer eso, le da lástima su viejo profesor y no acepta la propina. A los otros dos, unos auténticos bárbaros, les importa un corno. RC - (...) aquella recorrida por los depósitos de las iglesias, aquellas maravillas de tallas de madera; simplemente está buscando un valor comercial, esto no se puede vender, entonces lo tiramos y lo quemamos todo. MEL - Son unos bárbaros todos y la cultura adulta, toda la cultura que se apoya en ese tráfico de heroína, en esa ilegalidad legal de la que todos participan y la culpable, que es la chica heroinómana, la pobre, la marginada, la víctima, en realidad opera como salvadora porque usa su dependencia y su vínculo con el mundo de la heroína para obtenerla y salvaguardar del dolor a ese hombre. Pero además se apoyan en ella, es un excremento social necesario y es producto de un negocio que ahí queda mostrado. RC - Pero es tratada con mucho cariño por el director. Creo que es el momento de empezar a interpretar lo que Arcand nos quiere decir sobre la generación del protagonista y sus amigos y sobre todo lo que plantea en relación a ese en principio enfrentamiento con toda la generación más joven, producto de esa generación adulta en decadencia o en su última etapa. JCW - Yo les iba a proponer una diferenciación entre los temas que trata la película, que son infinitos, más aun que la cantidad de personajes, y los mensajes, que son dos cosas. Los temas son el dolor, el placer, la risa, las relaciones de padres a hijos, la amistad, el sexo, el amor, la droga, la moral, el dinero, la eutanasia, la policía, los sindicatos, la política internacional, el estado de bienestar; todo esto es una lista impresionante; los mensajes son distintos. *** RC - Como nos queda muy poco tiempo, les voy a proponer hacer una especie de ronda mencionando un aspecto de la película que cada uno quiera destacar. *** RC - Una anotación sobre el mensaje; ¿qué destacarían? JCW - Yo anoto estos elementos del mensaje que me parecen importantes y que a veces pueden ser contradictorios: la importancia del amor, especialmente el amor de la familia, en la familia; la importancia de la amistad, de las posibilidades de reconciliación, el padre con el hijo; la recuperación frente a la droga, porque la drogadicta se recupera... CH - Poción mágica. JCW - Debe ser algo así como homeopatía, por la forma como la tomaba, era un frasquito por día. Y se recupera. Pero además está lo otro, la importancia del dinero, porque en enorme medida el hijo pudo hacer todo lo que hizo por su padre por el dinero, no hay que descartarlo. Una vez leí una frase genial en una obra de filosofía fundamental, que es la revista Para ti, que decía: "Hay quien sostiene que el dinero no hace la felicidad, pero ¿quién dice que la ahuyenta?". Si no fuera por el dinero el hijo no hubiera hecho esa obra maravillosa, hay que anotarlo. WC - Yo tengo una discrepancia con Claudio en relación al papel del dinero en la película. Creo que justamente la película muestra los límites del poder del dinero. Si tuviera que hacer una síntesis de la película diría que es la historia -en el sentido story, en inglés, un cuento- de un hombre que no quiso comprar su vida sino que la vivió, y tampoco quiere comprar su muerte, quiere vivirla, aun contra el hijo, que pretende comprársela. Habría conseguido sin dinero todo lo que consigue con dinero, porque el episodio de los estudiantes... JCW - No lo veo. WC - ...el episodio de los estudiantes para mí es demostrativo de eso: él compra la visita de los estudiantes a su padre, pero los estudiantes no quedan; no tiene que comprar la visita de los amigos, no tiene que comprar la presencia de la hermana a través... JCW - ...pero tuvo que pagarles el viaje a todos ellos, y algunos estaban en Italia. WC - Está bien, pero de todas maneras eso no es lo sustancial, lo sustancial es lo que (...). JCW - Yo no dije que fuera lo sustancial, dije que era un elemento. WC - Tampoco digo que el dinero no haga la felicidad, no la hace pero ayuda. Lo que quiero decir es que también allí hay una relativización, no es que el dinero compre todo. JCW - Eso es cierto, no lo he dicho yo. WC - Me parece que es un mensaje como de esperanza, como el mensaje de esperanza de Natalie, la drogadicta, que es la que aparece allí. Yo creo que quiere decir: no todo está perdido, a pesar de las invasiones bárbaras. CH - Son tantas las puntas que uno tiene que elegir una. Al redondear la película, si a uno le preguntan, es la historia de los últimos momentos de un moribundo con un cáncer terminal; no se trata de eso, es precisamente un canto a la vida y a los mejores valores del ser humano, que están muy abajo. Me tocó mucho el conflicto que tenía con el hijo, al comienzo de la película cuando habla con la madre y le dice que lo va a llamar, él protesta, dice: "¿Qué puede hacer Sebastián? Nunca leyó un libro". A mí me parece realmente horrible, yo también pienso eso: si alguien nunca leyó un libro no sé qué puede hacer por los otros. No obstante, quizás con una visión un poco cínica, Denys Arcand nos dice: "Este personaje que nunca leyó un libro es capaz de imaginarse qué cosas pueden confortar estos últimos días de su padre, con el que tuvo una pelea de toda la vida". La otra cosa es que el mundo del futuro no tendrá más fronteras, la gente no sabrá qué significan, dice Denys Arcand en una declaración periodística: "Los países están en vías de extinción". El hijo de Rémy, Sebastián, ya llegó a ese punto: es canadiense, vive en Londres y los clientes a los que ayuda son unos noruegos con negocios en el mar del Norte; luego llega a su tierra es un extranjero que quiere llevar a su papá a atenderse con la mejor medicina, que es la norteamericana. WC - Y su hermana navega en el Pacífico. CH - Su hermana navega en el Pacífico y él se la pone a su papá en un notebook a través de una comunicación de videoconferencia. Dice: "En el futuro habrá ciudadanos del mundo". CM - Yo pienso que la película tiene muchos mensajes porque no quiere tener ninguno, lo que quiere es accionar, poner en acto ciertas cosas que llevan, a mi entender no las dicen pero las llevan, primero a un cierto descreimiento: "No te dejes embalar, no te dejes arrastrar, mirá que te encachilan con cualquier cosa", y rompe con todos los prejuicios, con todas las ideas hechas: la droga es mala, los hospitales son buenos, la muerte es triste. Todo eso se rompe. Entonces, puesta en ese último descreimiento -en el fondo hay un gran descreimiento-, la película se juega a los elementos más naturales y primarios: es bueno ser amigos, es bueno tener amigos, la relación entre un padre y un hijo es una cosa profunda. Termina con una italianada, yo la hubiera cortado antes, creo que tiene un fin demasiado italiano. Cuando le mira las piernas a ella, se está muriendo y muere mirando esa pierna; yo hubiera cortado la película ahí, creo que sería mejor, pero es un celo de colega. MEL - Si elijo algo, elijo lo que a mí personalmente más me conmovió, más allá de la muerte; ojalá todos pudieran morir esa muerte, una muerte tan preparada y tan feliz, la gente se muere de otras maneras, lamentablemente. Lo que más me impactó fue esa mirada tan crítica de todo el imperio, que no es el americano, es todo, es el imperio capitalista digamos, esa mirada tan crítica de su propia vocación transformadora, esa mirada escéptica donde de hecho lo único que termina ganando para Arcand, que no sé si lo eligió o no, no me interesa, es el dólar, ni siquiera es el sistema donde ese dólar funciona, es el individualismo más absoluto. Yo creo que hay un mensaje de un escepticismo total, a mí me produjo un poco de rebelión, porque creo que ese inconformismo es un poco conformista, no se puede hacer nada con el sistema y con nosotros. JCW - No estoy de acuerdo. RC - Yo iba a señalar lo mismo que tú como impresión personal, pero dándole vuelta el sentido, el signo, porque a mí la cosa que más me tocó fue la crítica a una generación que buscó revisarlo todo en materia de valores para mejorar el mundo y finalmente hace de la búsqueda un fin en sí mismo, nunca llega a aplicar, se va mudando de ismos y nunca llega el momento de hacer realidad, quedó en la utopía. Eso me parece muy importante... MEL - Renuncian a la utopía, eso es lo que a mí me rebela al final. RC - Pero no quiere morirse porque tiene que seguir buscando. MEL - Eso es maravilloso. RC - Es increíble. La reacción de la otra generación es el pragmatismo puro. CH - La realización. RC - ...no busquemos más, la realidad está ahí, tomémosla tal cual es y vivamos en ella. Y en definitiva creo que ése es el mensaje, pero no creo que sea un mensaje pesimista, creo que es realista pero que además plantea que en la media, como en casi todas las cosas, está la solución. El encuentro del papá que admite que el pragmatismo del hijo es legítimo, y el hijo que desde el amor a su padre admite que el querer a alguien lo hace feliz, creo que está estableciendo justamente la conexión de los dos mundos. Por eso nos impresionó lo mismo, pero salimos mejor, de diferente forma del cine. La película se está exhibiendo en el Hoyts Cinema Alfabeta, en el Hoyts Cinema de Punta Carretas y en el Moviecenter del Montevideo Shopping. ------------
Viernes 07.05.04, hora 9.39.
Ya comenzaron a reemocionarse algunos de los integrantes de esta mesa escuchando La Amistad de Françoise Hardy, que es uno de los temas centrales de la película Las invasiones bárbaras, que estamos todos dispuestos a comentar. Una película que se está exhibiendo en las carteleras montevideanas, que venía con el antecedente de muchísimos premios ganados en festivales del mundo y sobre todo el Oscar a la mejor película extranjera que obtuviera en la última edición.
En este caso hizo además el guión; guión y dirección.
Cualquiera, en este caso yo. Es una película muy diferente de todas porque está muy bien hecha, pero además es una película de rompimiento absoluto desde el punto de vista formal. Eso tiene un encanto muy grande, tiene una diferencia de estilo con el cine habitual muy importante, lo que creo que puede ser motivo para que esta tertulia trate esa posmodernidad absoluta en la película en cuanto a que nunca da lo esperable sino el rompimiento de lo esperable con un gran encanto.
Yo señalaría dos o tres cosas porque pedí la volada, como los jinetes...
No le va a subir la presión (...).
Eso nos pasó a muchos.
Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe