El Ballet Nacional del Sodre recupera a una de sus figuras más destacadas
El éxito de Giselle, obra que inauguró la "era Bocca" en el Cuerpo de Baile del Sodre, seguramente no es ajeno a la participación de uno de los grandes nombres de la danza nacional en su puesta en escena. Sara Nieto, primera bailarina en más de un centenar de espectáculos, aceptó el "enorme desafío" de orientar la coreografía de esta producción "que exigió mucho trabajo", según relató a En Perspectiva. La artista repasó los hitos más importantes de su carrera, habló de su relación con el maestro argentino y expuso algunos retos que, en su opinión, aún resta encarar. "La compañía de ballet funciona bien, el Sodre tiene que seguir creciendo como institución. Sobre todo hace falta el apoyo de las autoridades, del Gobierno", expresó.
(emitido a las 9.00 Hs.)
EMILIANO COTELO:
Esta semana, con una función extra que hubo que agregar debido a la demanda del público, finalizaron las presentaciones de Giselle, el espectáculo elegido para inaugurar la nueva etapa del Cuerpo de Baile del Sodre, que ahora dirige el maestro argentino Julio Bocca.
(Audio Giselle, y Julio Bocca y Sara Nieto.)
Julio Bocca - "A Sara Nieto creo que todos ya la conocen. Ella vino aquí a montar la obra Giselle, con peleas que vamos teniendo día a día, de diferentes opiniones, pero es parte de la diversión para la compañía. Me alegra mucho que esté".
Sara Nieto (se escucha de fondo) - "Porque nos queremos".
JB - "Sí, eso es seguro. Si no, no estaríamos trabajando juntos. Y me da placer que la primera producción que se haga también sea coreografía de otra uruguaya".
(Fin.)
EC - La participación de Sara Nieto como coreógrafa de esta puesta en escena fue una de las muy buenas noticias que trajo este emprendimiento.
En primer lugar, porque su experiencia y su sensibilidad dejaron huella en el espectáculo, pero además porque de esta manera volvió a trabajar en nuestro país una de las artistas más destacadas en la historia de la danza uruguaya.
Sara Nieto ha sido primera bailarina en más de un centenar de espectáculos, con una carrera que ya supera las 1.500 representaciones. Ha tenido el rol protagónico en espectáculos montados en decenas de países, compartiendo escenario con las más prestigiosas orquestas y cuerpos de baile del mundo. En definitiva, tiene una trayectoria impresionante que le ha merecido el reconocimiento de Primera Bailarina Estrella de América del Sur.
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EC - Vamos a conversar con Sara Nieto, sobre su vida, pero sobre todo en torno a su participación en esta nueva era del Ballet Nacional del Sodre.
La hemos ubicado en Santiago de Chile, donde vive desde hace más de 30 años, cuando fue contratada como primera bailarina del Ballet Municipal de Santiago. Hoy, ya retirada de los escenarios, dirige su propia academia de ballet que inauguró en 1997.
En Santiago son las ocho de la mañana. ¿Una bailarina se levanta tan temprano?
SARA NIETO:
Sí, toda la vida. Me encanta; me encanta trasnochar y me encanta madrugar, así que en general siempre he dormido muy poco.
EC - ¿Cómo está el tiempo en estos días en la capital de Chile?
SN - Horrible, igual que ahí. Ayer también llovió todo el día y está frío todavía, no quiere llegar la primavera.
EC - Algunos datos más para que nuestros oyentes recuerden su carrera. A los tres años de edad, Sara Nieto comenzó a dar sus primeros pasos de ballet, a los 8 años se integró a la Escuela de Danza del Sodre, y a los 15 al Cuerpo de Baile del Sodre. Sus primeros roles protagónicos fueron a los 18 años en Cascanueces y El lago de los cisnes. Ahora, con esta versión de Giselle, usted vuelve a trabajar a Uruguay, con el Ballet del Sodre. Pero este no es un espectáculo más en su carrera: Giselle fue el último ballet que usted protagonizó en Uruguay integrando el Cuerpo de Baile del Sodre, en 1979.
SN - Sí, y además fue la última vez que pisé un escenario en toda mi vida. Cuando me retiré, en el año 96, hice Giselle con la compañía en mi función de despedida, fue la última vez que bailé Giselle, la última vez que pisé un escenario. Claro, no fue en el Sodre, fue en el teatro Solís, pero era con la compañía del Sodre.
EC - A comienzos de los ochenta se radicó en Santiago de Chile y fue allí que su carrera explotó definitivamente. ¿Por qué se fue a Chile?
SN - Influyó mucha cosa. Hacía años ya que el teatro del Sodre se había incendiado, y el teatro era mi segundo hogar, desde los ocho años había estado bailando en el teatro, primero como niña de la escuela y después como profesional. Y de pronto me quedé si casa, creo que fue peor que si te incendiara tu propia casa. Las cosas no estaban bien, el ballet empezó a retroceder, y tuve ese ofrecimiento, sin buscarlo me llegó y dije: "Es una oportunidad para probar, para ver qué pasa, para ver si me vuelve el ánimo", porque estábamos muy deprimidos todos. Y fue así, llegué acá, me enamoré del teatro, tuve muy buena acogida, y todo empezó a funcionar de maravillas, así que un año tras otro nos fuimos quedando, nos fuimos quedando, empezaron los éxitos, los viajes, y acá estamos.
EC - El Ballet Municipal de Santiago llegó a ser considerado el mejor de América del Sur. ¿Cuando usted se incorporó ya tenía ese prestigio?
SN - No, era muy parecido a la compañía del Sodre, era un ballet que alcanzaba para hacer funciones acá, en general no salía al exterior. Fue con la llegada de un director nuevo, Ivan Nagy, que tenía muchos contactos, era una persona joven que recién había dejado de bailar, muy conocido mundialmente, él fue que levantó la compañía, la renovó. Más o menos lo que está haciendo Julio Bocca ahora ahí en Uruguay, que está renovando la compañía con gente joven con un impulso muy grande. Ahí empezó a cambiar mi vida, la compañía empezó a ser conocida internacionalmente y por lo tanto yo también.
Rosario Castellanos creo que usted la conoce está con nosotros aquí.
SN - Sí, ¿qué tal, Rosario?
ROSARIO CASTELLANOS:
¿Qué tal, Sara? Siempre me llamó la atención que te hubieras resuelto en momentos en que la compañía del Municipal estaba con un muy buen proyecto mientras que el Sodre estaba en decadencia. Pero además me da la impresión de que la propia evolución a partir de Nagy tiene un parentesco enorme con esto que se propone Bocca: contratación de nuevos bailarines, tu incorporación desde el exterior, parecido a lo que Bocca está procurando con la contratación de bailarines que vienen de fuera. ¿Pensás que son comparables estos procesos?
SN - Es lo que le estaba comentando a Emiliano, que para mí es muy similar la situación. Julio es una persona joven, muy inteligente, con mucha energía, mucho dinamismo.
RC - Y muy bien relacionado, como Nagy, con el primer ballet del mundo.
SN - Creo que más todavía, porque Julio fue reconocido como bailarín mucho más que Ivan Nagy. Eso es muy importante para los contactos, por ejemplo ahora para Giselle, los dos bailarines invitados que vinieron no cuento a María porque es de la casa son de los más caros del mundo, para nosotros en Uruguay habría sido imposible traerlos, y ellos por ser muy amigos de Julio han accedido a venir casi gratis. Esas cosas no las puede conseguir nadie, solo él.
EC - Se ha mencionado más de una vez a Ivan Nagy, un bailarín húngaro que fue invitado a dirigir el Ballet Municipal de Santiago. Contanos dos pincelados de esa figura.
RC - Un bailarín húngaro que en determinado momento se incorporó al American Ballet que sigo pensando que es la mejor compañía del mundo, y allí fue primer bailarín, llegó a la cúspide, pero cuando tenía 35 años comenzó una renovación de bailarines, entre ellos Barishnikov, por ejemplo, entonces entendió que de alguna forma había tocado su techo y quiso retirarse en la plenitud, con 35 años, lo cual es muy temprano, y dedicarse a aceptar desafíos como este si bien tenía otros ofrecimientos de convertir al Municipal de Santiago en un cuerpo de baile de primer nivel en el mundo. Y vaya si lo logró, ¿verdad, Sara?
SN - Exacto. Como tú dijiste, él había sido muy destacado en el American, pero los tiempos cambian, las técnicas avanzan, fue una persona muy inteligente y su vocación de director era muy fuerte. Por eso las cosas dieron resultado. Y ahora lo estamos viviendo paralelamente con Julio Bocca.
EC - Ivan Nagy fue quien en 1986 nombró a Sara Nieto Primera Bailarina Estrella del Ballet de Santiago, un título honorífico. ¿Cómo es esto, Rosario?
RC - No es un invento de Ivan Nagy, en el mundo de la danza se reconoce que un director importante, de un cuerpo de baile importante, tiene derecho a nombrar a una bailarina como Primera Bailarina Estrella. Es un honor que antes de Sara recibieron grandes, muy pocas, Margot Fonteyn, Alicia Alonso y Natalia Makarova, tres monstruos de la danza, calificativo que podemos extender a Sara en la medida en que también lo mereció. Insisto, no es un invento, es un reconocimiento que se acepta en el mundo de la danza con toda la validez que implica.
EC - ¿Qué implicó para usted aquel reconocimiento?
SN - Fue un honor enorme, imaginate que me comparara en título con esas grandes divas... Yo nunca me sentí una diva, y para tener ese título tenés que ser una diva, entonces fue un honor pero no me lo tomé muy en serio. Ivan en ese momento estaba muy contento, acabábamos de tener un éxito enorme en Estados Unidos, y era primera vez que él mostraba su compañía. Estaba tan contento que no sabía qué hacer, y ahí se le ocurrió nombrarme Primera Bailarina Estrella.
RC - Sara siempre fue muy torpe en el manejo de su propia imagen en cuanto a marketing, digámoslo francamente. Más allá del reconocimiento de Nagy, yo nombré a Natalia Makarova, un monstruo del American Ballet, quien tuvo para con ella gestos tales como aparecerse cuando se presentó la compañía en Nueva York con su valija de zapatillas y entregársela a Sara; de alguna forma era reconocerla su continuadora. Yo sé, Sara, que tu humildad no te permite hacer estos cuentos, pero nosotros los conocemos y tenemos que trasmitirlos.
SN - Sí, hay muchas anécdotas y muchos cuentos, y parece falsa modestia pero no es, yo era muy autocrítica, siempre fui muy autocrítica, tenía un espejo delante, tenía los DVDs filmados, así que creo que yo estaba en lo cierto.
RC - Por suerte tenías a Luciano al lado que se encargó de filmar, por ejemplo.
SN - Sí, de filmar, de empujarme y de hacérmela creer un poco. Fue un gran apoyo toda la vida, sigue siendo.
RC - Luciano Lago, marido desde hace 38 años de Sara Nieto.
EC - ¿Cómo es esto de que ahora usted tiene su propia academia? ¿Qué implica esta otra experiencia?
SN - Fue bien difícil, pasar de bailar a enseñar me exigió muchos estudios. La tengo desde el año 97, estamos formando bailarinas desde chiquitas, como yo empecé a los tres años, las tengo desde los tres años también, porque todavía recuerdo mis experiencias de cuando comencé. Ahí estamos luchando, tratando de sacar futuras bailarinas.
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EC - Esta semana, con una función extra por demanda del público, finalizó el primer ciclo de espectáculos de esta nueva etapa del Cuerpo de Baile del Sodre.
La obra elegida fue Giselle, y la coreografía estuvo a cargo de Sara Nieto. ¿Por qué se optó por este título para el arranque?
SN - Julio barajó varios títulos, fue elección de él. En un principio me dijo: "¿Qué querés venir a montar acá?", hace meses, cuando todavía no estaba nombrado director. Y llegamos a un acuerdo, yo creía que Giselle era muy significativo para mí y era una oportunidad también para traer a María Riccetto, que ya lo había bailado en el American Ballet y nos pareció que era lo mejor para la compañía. Aunque de los bailes tradicionales para mí es el más difícil, para todos, para la primera bailarina, para el cuerpo de baile.
EC - ¿Por qué?
SN - Es un ballet que tiene mucha emoción, mucha interpretación, mucho cambio en el ánimo de los bailarines. Si la primera bailarina no tiene un apoyo en el cuerpo de baile no se puede lucir, tiene que tener una respuesta de toda la compañía, de todo el cuerpo de baile. Y a veces la gente no tiene experiencia, por ejemplo acá nunca nadie había bailado Giselle, salvo Sofía Sajak hace muchos años, pero la gente joven no tenía idea de qué se trataba.
EC - Usted dice que en el elenco del Cuerpo de Baile del Sodre nadie había bailado Giselle.
SN - No, y algunos de los nuevitos, que son la mayoría, ni siquiera conocían bien la obra.
EC - Eso quería preguntarle, teniendo en cuenta esa dificultad, ¿cómo se hace para entrenar para esta obra a un cuerpo de baile como el del Sodre, que acaba de pasar por una crisis tan profunda, con bailarines que no conocían directamente la obra, con un cuerpo de baile que ha incorporado varios bailarines nuevos y que está intentando dar los primeros pasos de una nueva era bajo la dirección de Julio Bocca? Era un desafío doble, triple, no sé cómo llamarlo.
SN - Fue un desafío enorme que exigió mucho trabajo, y la verdad es que la gente respondió muy, muy bien. Teníamos el apoyo de algunos de los más antiguos, que al menos nos ayudaron con la parte de profesionalidad de los jóvenes. La mayoría de los jóvenes nunca estuvo en una compañía profesional grande, entonces era hacer todo en cuatro semanas. Pero han respondido muy bien y tú ves los resultados.
RC - Además te permitió hacer ver o mostrar a gente joven, por ejemplo Giovanna Martinatto; los que conocíamos su trayectoria podíamos esperar, pero no tanto como lo que vimos en su interpretación de Giselle. Fue una excelente oportunidad para ver que hay gente que puede asumir compromisos y que está bien encaminada.
EC - Yo vi la versión con Giovanna Martinatto y quedé encantado.
SN - Sí, hay muchísimo elemento, Giovanna y casi todas las otras que han hecho Giselle, y las que han bailado de solistas, hay mucho talento y muchas ganas, que es lo más importante. Fue toda una proeza sacar Giselle adelante con tan poco ensayo, porque además cuando hay tantos repartos que ensayar con poco tiempo cada uno tiene menos tiempo, entonces fue un trabajo muy personal de ella. Me imagino que Giovanna estaba día y noche estudiando en su casa, lo mismo que las otras chicas que lo han bailado, porque Giselle para una primera bailarina es como la prueba de fuego.
RC - ¿Por qué trabajar con tantos elencos, con tantos repartos?
SN - Julio quiere primero dar a conocer el talento que hay, porque en Uruguay hay mucho talento. Y creo que también quiere conocer cómo responde la gente en las funciones, porque una cosa es la sala de ballet y otra cosa es la transformación en los espectáculos. Entonces por un lado él quería dar a conocer al talento que hay, que la gente viera todo lo que tenemos, y por otro lado era una prueba para la misma compañía, para conocerse a ellos mismos, ver cuál es la respuesta sobre el escenario. Y la verdad es que fue excelente. Yo no me pude quedar todas las funciones, pero él me escribe, me cuenta, y estaba muy contento porque la respuesta de la gente fue increíble, todos se han superado sobre el escenario. Pienso que fue una cosa muy buena.
RC - Sin embargo parecería que aquí en Uruguay todavía el nivel del elenco femenino es francamente superior al masculino, un problema que también se vio en Chile, en la medida en que tuvo que contratar muchísimos bailarines del extranjero.
SN - Sí, pero no te creas, eso pasa en América del Sur en todas las compañías.
EC - Justamente, tengo un mensaje de la audiencia que firma Alberto, que consulta: "Me gustaría saber por qué Uruguay siempre ha tenido bailarinas destacadas, que han brillado en el mundo, y sin embargo no ha pasado lo mismo con los bailarines. ¿Podrá la presencia de Julio Bocca influir para que eso cambie?".
RC - Influyó en Buenos Aires, en Argentina, él, Maximiliano Guerra le dieron otro significado al papel del hombre en el ballet, que le vino muy bien.
SN - Sí, la etapa Julio Bocca cuando él surgió fue un empuje muy grande para que una cantidad de niños empezaran a bailar. El problema de los varones por lo general es que empiezan de grandes. Todavía hay muy pocos niños, por ejemplo en la escuela de danza casi no hay niños chicos; ese es un problema grave, no es lo mismo empezar a los nueve años que empezar a los 15 o a los 16. Con esto vamos a ver, la gente en Uruguay es culta, le gustan los espectáculos, va en masa, y estas 11 funciones fueron maravillosas de público, entonces que no solo los niños, sino que los padres los encaminen, que los lleven, es importante.
EC - A propósito de la reacción del público tengo algunos mensajes. Dice Inés: "Tengo dos hijas de cuatro y dos años, les encanta el ballet y el martes las llevamos a ver Giselle. Fue una experiencia alucinante. Muchas gracias, Sara y todos los que lo hicieron posible".
SN - Eso es lo que mueve mucho a la gente, incentiva a los jóvenes, es muy importante. Estas funciones fueron increíbles para todos, para el público, para nosotros fue muy emocionante después de casi 40 años de no tener teatro, los bailarines estaban muy emocionados. Fue increíble, y ojalá sigan teniendo apoyo, porque con la fuerza de los bailarines y del director no se puede hacer nada si no tienen apoyo detrás.
EC - En definitiva, ¿cómo califica los resultados? Es obvio que se anduvo muy cerca de cumplir los objetivos que se habían trazado con las condiciones que se tenían. ¿Qué cosa se puede mejorar ahora?, ¿qué es lo que falta?
SN - No internamente, porque la compañía de ballet funciona bien, somos un mundo aparte, se trabaja mucho, la compañía se estaba conociendo recién, ahora con esta nueva gira se van a terminar de conocer.
EC - Se refiere a la gira por el interior.
SN - Sí, que es dura, son como tres semanas, y los uruguayos no estamos acostumbrados a hacer esas giras tan largas. Eso sirve siempre para que la compañía se junte, se una, se conozca. Eso después se nota en el escenario, cuando se llevan bien entre ellos, cuando hay una unificación de todo, de estilo, de manera de ser, de manera de pensar, los cambios vienen solos, con el trabajo, la dirección de Julio Bocca. La parte de compañía no es problema; pienso que el Sodre tiene que seguir creciendo como institución, tiene que crecer, tienen que terminar de construir lo que falta, para el ballet es muy importante, están las dos salas a medio construir. Sobre todo hace falta el apoyo de las autoridades, del gobierno, que sigan.
EC - Rosario, ¿qué aspectos convendría rever a propósito de lo que falta?
RC - Rever no sé, pero afirmar sí. Es muy importante recuperar para la escuela de danza la jerarquía que tuvo cuando la conducía Margaret Graham, para que sea un semillero. En ese sentido, políticas para incentivar a gente joven a acercarse al ballet. ¿En Chile tuviste oportunidad de ver políticas que se aplicaran en ese sentido?
SN - No, tenemos el mismo problema, no somos un muy buen ejemplo. La gente no se vuelca mucho, hace ballet como deporte o como gracia para las niñas, pero todavía hay muy poca gente que lo toma como carrera profesional. Es difícil. Pero en Uruguay no, yo recuerdo que cuando Margaret Graham abrió la escuela se presentaron muchísimos niños, por años. Eso fue cayendo también, creo que con la depresión del ballet. Lo importante es el ejemplo, si tú tenés espectáculos buenos y el público asiste, eso es contagioso, ahí van a empezar a surgir.
RC - Público joven, en ese sentido el proyecto de Cascanueces para fin de año puede ser una excelente oportunidad para que empiecen a aparecer niños en el teatro.
SN - Sí, la programación que tiene pensada Julio es fantástica para todo público, El lago de los cisnes a los niños les encanta, son obras fáciles de entender, con música muy fácil de escuchar.
EC - De hecho los niños y los adolescentes ya han estado presentes en estas funciones a partir de un convenio que el Sodre firmó con las autoridades de la enseñanza que llevó a que en cada una de estas representaciones hubiera una cantidad de butacas reservadas para institutos de enseñanza de Montevideo y del interior.
RC - Es una de las cosas que también ensayó el Solís para promover en la gente joven el gusto por un arte como el ballet que en particular parecía reservado a una elite que lo seguía y no ganaba públicos nuevos. Es una forma de ganar.
SN - Claro. En Chile dio mucho resultado en la época en que el ballet estaba en el punto más alto, también se invitaban instituciones al teatro, en vez de salir a las escuelas o a los barrios se invitaba a instituciones, a escuelas a los ensayos generales, a funciones especiales, y eso motivó muchísimo a la gente joven.
RC - El American Ballet lo hace con esas funciones temprano en la tarde dedicadas a la gente más joven, y ha logrado el mismo objetivo.
SN - La difusión es muy importante para el futuro, para el futuro del arte en general.
RC - Y estas giras por el interior, haber retomado esa buena costumbre también puede aportar algo en la materia.
SN - Es maravilloso, porque la gente en el interior no sé cuántos años hace que no va al ballet. Yo recuerdo algunas giras más largas, de una o dos semanas, de Artigas para abajo. Es increíble cómo te recibe la gente, el cariño, están sedientos de ver espectáculos buenos, y es difícil para la compañía en sí, porque se tiene que adaptar a escenarios diferentes.
EC - Eso iba a preguntar, porque usted mencionaba recién lo que implica como desafío la convivencia durante varios días, los traslados, los hoteles, la precariedad del lugar de ensayo, pero también el propio escenario donde se hacen las funciones, que puede llegar a ser un gimnasio. ¿Entonces?
SN - Llevan un teatro para armar en cualquier parte. Si es un gimnasio no importa, porque tienen el piso especial que llevan y arman. Vale la pena, todos los sacrificios que uno pueda hacer valen la pena porque la difusión es muy grande y la gente te recibe, de pronto no se olvida por años, por años te van a seguir hablando de lo mismo. Y también en el interior hay escuelas, hay gente con talento, es muy importante para el futuro.
RC - La relación con Julio Bocca es de larga data, y a pesar de la diferencia de edad bailó contigo cuando era un niño y tú ya estabas plenamente consagrada.
EC - Es una duda que yo tenía, los vi llevarse muy bien.
RC - A pesar de que admiten pelearse.
EC - Sí, había la confesión de peleas, pero al mismo tiempo confesión de amores, "porque nos queremos" decía Sara Nieto en un momento. Se los vio muy emocionados y cariñosos en la propia función del estreno, al final, cuando estuvieron también en el escenario saludando.
RC - No hay que olvidar que Sara además estuvo a cargo de la programación del cuerpo de baile de Julio en Buenos Aires, hay una relación larga.
EC - ¿De dónde viene esa relación?
SN - Más que relación es admiración de mi parte, yo había ido a bailar a Buenos Aires, él tenía creo que 18 años, lo vi en una clase y dije "esto es fuera de serie", me impactó. Y a fines de ese año ganó en Moscú, se hizo famoso y todo lo demás. Así que de entrada él me cayó bien, la parte como técnico, como energético y todo. Entonces ahí empecé a seguirle la carrera, tratábamos de viajar adonde él bailaba siempre que podíamos, íbamos a Nueva York a ver espectáculos y nos contactábamos con él, lo iba a ver, lo iba a ver trabajar. Siempre hubo una cosa especial. Y después él vino para acá cuando tenía 22 y yo 42, así que podría ser la mamá perfectamente, y yo tengo un poco sentimientos como si fuera un hijo.
RC - Y nada menos que El lago de los cisnes.
SN - Sí, fue maravilloso, para mí fue increíble; para él fue una más, pero para mí fue increíble, lo pasaron directo en televisión, fue todo un acontecimiento. Ahí hicimos más contacto, nos quedamos un poco más amigos, yo siempre viajaba a Buenos Aires, lo veía cuando estaba en Buenos Aires. Siempre fue así, de pronto no nos veíamos en tres o cuatro años. Hasta que me ofreció ir a su compañía a ser su directora. Ahí ya nos hicimos más íntimos, nos conocimos mejor, somos un poco cabeza dura los dos, por eso discutimos, pero al rato estamos abrazados y amigos como siempre.
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RC - Yo me refería a esta larga relación con Julia Bocca porque esto no es casual, esta primera participación en el estreno de Julio como director no es una casualidad, y además pienso que será la primera pero no la última, ¿no?
SN - Ojalá. Ojalá se repita, porque para mí fue un placer, no solo trabajar al lado de Julio, que ya conocía cómo era, pero trabajar con esta compañía, con la gente, me dejó maravillada.
RC - Y aunque más no sea para saludar, volver a pisar el escenario del Sodre me consta que te emocionó profundamente.
SN - Muchísimo, muchísimo, me emocioné igual que los bailarines, igual que Julio, estábamos todos muy emocionados.
RC María Noel lloró, no pudo continuar la conferencia de prensa, a pesar de no haber bailado nunca en el viejo Estudio Auditorio.
SN - Pero él es parte de todo esto y la verdad es que lo que está haciendo por el Uruguay, sin ser su país, es increíble.
EC - Justamente, ya que aparecía el antecedente, el viejo Estudio Auditorio de Andes y Mercedes, el que se quemó, y este, el nuevo que se inauguró el año pasado y sobre el cual ahora han trabajado ustedes, ¿qué tal?, ¿qué evaluación hace de las nuevas instalaciones?
SN - Maravilloso, las instalaciones hay que terminarlas, pero el auditorio es impresionante, la capacidad que tiene, el escenario es hermosísimo, es más grande que el que teníamos antes. La infraestructura es impresionante, pero hay que terminarlo.
EC - Y hay que llenarlo de contenido, de obras, de trabajo, de espectáculos y de público.
SN - Hay que hacerlo funcionar, porque público hay, yo tengo entendido que el Solís estaba haciendo funciones de ópera al mismo tiempo y estaban llenos los dos teatros.
RC - Te aseguro que no recuerdo haber escuchado nunca que haya habido 11 funciones de ballet, a sala llena.
SN - Y mucha gente se quedó con las ganas porque no había más entradas. Increíble, fue increíble, fue un paso muy, muy importante; ojalá que lo puedan mantener y que siga así con todas las obras que faltan y que sigan agregando funciones, no solo de ballet, que se haga de todo, que le den vida al teatro, porque el teatro estructuralmente está fantástico.
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Transcripción: María Lila Ltaif