A 6 meses del Oscar
La 7º edición de "Piriápolis de Película" contó con la presencia del director argentino Juan José Campanella. El cineasta fue distinguido como la personalidad más relevante del año para el cine de la región.
A sus 51 años, el cineasta argentino Juan José Campanella está en la cresta de la ola. Con el Oscar a mejor película extranjera por "El secreto de sus ojos" consiguió meter su nombre en una selectísima lista de directores que incluye a artistas del tamaño de Akira Kurosawa, François Truffaut, Luis Buñuel, Federico Fellini, Ingmar Bergman y Vittorio de Sica, entre otros.
Lejos de amedrentarse con el nuevo lugar que ocupa su figura, y como si ya no fuera una personalidad influyente para la industria cinematográfica de su país, decidió asumir una nueva responsabilidad. Desde hace menos de un mes, es el presidente de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de Argentina.
Tan sólo a pocos días de ocupar esta nueva función, consiguió que el gobierno disponga la creación de la "Cinemateca y Archivo de la Imagen Nacional", institución que no existía hasta el momento. Seguramente, cuando termine el 2010, el almanaque de este año acabará encuadrado en algunas de las paredes de su casa.
Este fin de semana, en la agenda del director aparecía la palabra "Piriápolis". Hasta allí se fue, con familia y todo, a participar de la muestra audiovisual que se realiza en el Argentino Hotel y que en esta edición lo distinguió como la personalidad más relevante del año para el cine de la región.
Amable y bien humorado, como la mayoría de los personajes que pueblan sus películas, se hizo el tiempo de conversar con Espectador.com.
A continuación, un fragmento de la charla:
Ya van 6 meses de que recibiste el Oscar. ¿Cómo ha ido cambiando tu percepción sobre la importancia de este premio?
Me parece un reconocimiento tremendo. A la gente que lo da la respeto muchísimo. Es un jurado de 600 personas o más que no hablan entre ellas. No hay acuerdos políticos, ni premios consuelos. Así que me encantó el premio.
A nivel de la película es el día y la noche, cada vez lo valoro más. Para producciones chicas ganar el Oscar es increíble, no te lo cambio por la suma de todos los otros premios del mundo. Lo que ayudó a la película fue increíble. Y en lo personal, en el trabajo, en la carrera, no es un gran cambio.
¿Cómo influye de cara a los próximos proyectos? ¿Trae más responsabilidad o más libertad para los próximos proyectos?
Si hay una responsabilidad es interna, no provocada por el Oscar en sí, ni buscada por los productores. Lo que me da la tranquilidad de poder pensar que la próxima película no se me va a hacer difícil, no es el Oscar, sino el éxito que ha tenido la película en sí. Es todo un negocio, que nosotros no lo tomamos como tal, pero que se mide por eso. Si tu película anterior fue muy exitosa, la próxima es fácil; si tu película anterior fue un fracaso, la próxima es difícil. Es así, es sencilla, las reglas del cine son clarísimas y son así desde el cine mudo. En ese sentido, lo que había pasado con "El secreto..." en Argentina y España ya me facilitaba mucho las cosas. Así que el Oscar fue la frutilla del postre.
Hablanos de "Metegol", tu próxima película...
Es una película animada. Hace tres años que estamos trabajando en ella. Hicimos un demo para probarnos a nosotros mismos que lo podíamos hacer como queríamos y funcionó. En eso estoy embarcado ahora, entrando a ese mundo. Terminando una décima edición del guión, ya empezamos con el story board, el desarrollo de personajes ya lo tenemos...
A mí, por mi training, me cuesta verla como una de mis películas. Siempre me traiciono y me digo a mi mismo "pucha no estoy haciendo nada después de haber terminado con una película así (por El secreto...)". Y no, estoy haciendo otra película. Además, es más incomprensible aún porque ya hace varios años que cuando voy al cine las películas que más me gustan son de animación.
¿Tenés la intención de seguir trabajando en esas historias de personas comunes?
No tengo intención de nada, pero es lo que más me tira. Lo que me gustó mucho de "El secreto..." es que era una película de género, pero que estaba poblada de personajes muy creíbles. Me parecía que en ese sentido trascendía al género. Que no era un thriller, ni un noir, sino que era un drama. Con mucho humor además, eso creo que va a estar presente en todas mis películas porque cada vez me cuesta más sacarlo.
Hace algunos meses realizaste algunos comentarios bastante críticos sobre la distribución del cine latinoamericano en la región. ¿Cómo es tu diagnóstico?
El diagnóstico es que no existe. No culpo a los distribuidores, ni a los exhibidores. No existe interés del público. Se estrena una película de otro país de Latinoamérica y la gente no va. No tiene interés. No era tanto una crítica hacia la exhibición y la distribución, sino hacia las políticas culturales (implementadas) desde la escuela. No tanto entre Uruguay y Argentina. No hay un abismo cultural. Por ahí en los artístico hay mucho más de allá para acá que de acá para allá, pero también cuántos actores y realizadores importantísimos de la historia del espectáculo argentino son uruguayos. Pero entre los otros países... Yo de Brasil te confieso que no sé nada. Sé mucho más de los fenicios y los persas que de los brasileros. Y creo que es algo que tiene que ser inculcado en nosotros desde el colegio. No nos interesa nada. Cuando se nos quiere inculcar algo, se nos inculca algo que no es vital, que no es vivo. Son vasijas de arte precolombino que les tengo mucho respeto y que son muy buenas pero que no despiertan nuestra adrenalina como para interesarnos en éstos países. Y creo que esto se sufre. A la hora de llegar a la adultez y el cine, el público dice "a mí qué me importa lo que pasa en Argentina, Perú, Chile, Venezuela"
La herramienta para conseguir que se vea más cine regional implica la educación desde temprano...
Absolutamente. Empezar a ver material desde cerca y ser estudioso de la realidad contemporánea. No de los grandes titulares. No de Chávez en Venezuela. Yo sé un poco más de Venezuela porque conozco el país; pero para el argentino medio Venezuela es este gordo que es una caricatura. Ya ni siquiera es una persona. Y esto hace que si los venezolanos hicieran una gran película realmente no iría nadie porque no les interesa.
Quienes te vieron subir al escenario del Teatro Kodak de Los Ángeles a recibir el Oscar seguramente se sorprendan de encontrarte los domingos en la televisión pública, conduciendo "Entornos invisibles", un programa de difusión científica. ¿Cómo llegaste a este proyecto?
El programa es de mi productora, estudié ingeniería 5 años y me gustó siempre. Cuando salió la licitación de este programa nos tiramos en seguida encima. Una de las partes de la licitación era un demo de 5 minutos. El día que grabamos el actor no pudo ir y dije "bueno, lo reemplazo yo; total es el demo" y quedé. Ganamos la licitación y a mí me divirtió como loco. Es una cosa de pocas pretensiones, el programa a mí me gustaba muchísimo y lo filmábamos mientras rodábamos "El secreto de sus ojos". Los sábados hacíamos el programa.
¿Van a seguir rodándolo?
Yo me muero por filmar una segunda temporada. Ahora se me despertó el muñeco. Pero es un programa bastante caro de producir porque tiene una gráfica bastante elaborada. La grabación del programa es lo más fácil, después estuvo como ocho meses de gráficas por 13 capítulos. Y entonces es un presupuesto que es difícil conseguir.
Ahora vas por la palma de oro en Cannes...
Como actor...