Tras una larga lista de desgracias y decenas de atrasos, le película vuelve a tener inconvenientes en un rodaje que más que accidentado, parece estar maldito.

Según el portal español 20 minutos, un incendio de las instalaciones que Peter Jackson tenía en Nueva Zelanda ha destrozado decorados que iban a usarse en esta precuela de El Señor de los Anillos, cuyo presupuesto asciende los 500 millones de dólares.

Al parecer, un taller en Wellington en el que se estaba trabajando en parte de las miniaturas que el cineasta neozelandés iba a usar en el rodaje se prendió fuego. Los bomberos que trabajaron durante más de tres horas en el lugar del siniestro consiguieron extinguir las llamas pero no lograron evitar que el material de la producción fuera calcinado.

Si bien las primeras informaciones apuntaban a que el incendio había sido provocado, las investigaciones posteriores descartaron toda sospecha criminal y señalaron que se trató de un accidente provocado por un fallo eléctrico.

Cabe recordar que la semana pasada varios sindicatos de actores ordenaron a sus afiliados no trabajar en el proyecto de Jackson por las malas condiciones laborales que allí se ofrecen.

Un boicot al que el cineasta respondió con la amenaza de llevarse la producción fuera de Nueva Zelanda. Este episodio motivó que el primer ministro del país, John Key, anunciara en televisión que mediaría en el conflicto.

Lo cierto es que ya sea por la crisis financiera que atraviesa la Metro Goldwyn Meyer, el cambio en la dirección (que en un momento iba a estar a cargo de Guillermo del Toro), los múltiples atrasos en su rodaje, los conflictos laborales y ahora los incendios, El Hobbit parece estar maldito.