La Real Academia Española traerá cambios para el idioma
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La nueva edición de la norma de la Real Academia Española saldrá en diciembre y dejará de llamar i griega a la i griega, eximirá de tildes a los demostrativos y eliminará dos letras del alfabeto: ch y ll.
Este tipo de cambios suelen ser tan polémicos entre los académicos que la RAE no quiere ni utilizar la palabra "reforma" para definir los cambios.
Cambiar el diccionario de la Academia de la Lengua o la Ortografía siempre es una cuestión peliaguda. Para introducir cambios ortográficos o significados nuevos en la norma hacen falta decenas de años de concienzudas desobediencias de la población a los académicos, no pocas patadas a la norma imperante en el momento y, finalmente, una vez que se utiliza lo incorrecto o lo nuevo más que lo normativo, hay que salvar las toneladas de reticencias de los puristas más ortodoxos. Sólo así se cambia un diccionario.
En Navidad asistiremos a uno de esos momentos. La Real Academia Española de la Lengua (RAE) prepara una nueva edición de su Ortografía y, pese a que la ha presentado hoy con la coletilla de que no es "muy revolucionaria", los cambios prometen no pocas indigestiones entre los más sensibles paladares.
Y es que cambiar estos textos es casi como cambiar la Biblia para los académicos. Como si usted se levanta una mañana, acude a su página preferida del texto sagrado y el nombre de Jesucristo se ha cambiado por Jesusito, sólo porque está de moda o se usa mucho más. Así, se avecinan algunos cambios sustanciales, casi tantos que si lee este mismo artículo en 2011, puede estar plagado de faltas de ortografía.
Los jesusitos de la presente edición serán, entre otros, los siguientes:
Para empezar olvídese de llamar i griega a la i griega. ¿Y si no la llamo i griega como la llamo?, se preguntará usted. Pues a la i griega no la llamará i griega, sino ye. La letra b será be, aunque parezca una obviedad. Lo que no se llamará nunca más es be alta o be larga.
Pero hay más, habrá que tener cuidado al recitar el abecedario con rapidez, ya que a partir de ahora sólo tendrá 27 letras. Así, las letras ch o la ll, no tendrán que rebautizarse, serán directamente exterminadas.
El coordinador del nuevo texto, Salvador Gutiérrez Ordóñez, ha explicado que la nueva norma es "razonada y exhaustiva pero simple y legible". Parece un eslogan. Sobre todo, dice que es "coherente" con los usos de los hablantes y las reglas gramaticales. Todo lo coherente que ambos conceptos puedan serlo.
El académico insiste en que plantea innovaciones y actualizaciones respecto a la anterior edición, de 1999, pero no es, "en absoluto" revolucionaria. No quiere siquiera utilizar la palabra "reforma", para no provocar desmayos.
Pero, para no ser reforma tiene otros cambios. Por ejemplo, hasta ahora catar era "probar, gustar algo para examinar su sabor o sazón", decía el diccionario. Nada más lejos de la realidad, ahora será un país asiático. Así, Qatar se escribirá con c, como también las palabras cuásar y quórum.
En la puntuación también habrá cambios. Guion pierde su tilde, también truhan. Y se da un paso más que en la anterior norma y no se tildará el adverbio "solo" ni los pronombres demostrativos "incluso en caso de posible ambigüedad". Por ejemplo: si antes se escribía Quiero sólo café solo, ahora se escribe Quiero solo café solo. Aunque no solamente, porque la Academia no va a "condenar el uso si alguien quiere utilizar la tilde", dice el proyecto. O sea, café para todos. Que no se moleste nadie; que para eso la nueva norma se ha consensuado con la Comisión Interacadémica de la asociación que reúne a las 22 Academias de la Lengua Española de todo el mundo.
Así, habrá que esperar para ver si las 800 páginas de la nueva Ortografía de la Real Academia Española de la Lengua son el regalo estrella de las próximas navidades, o si sus sesudas decisiones, pasan desapercibidas.
Fuente: Radio Francia Internacional