Entrevistas

IMM: suba en el precio del cine es ajeno al futuro impuesto

IMM: suba en el precio del cine es ajeno al futuro impuesto

Director municipal de Cultura, Gonzalo Carámbula: El impuesto rige para todos los espectáculos públicos, y las salas de cine fueron exoneradas por la crisis de los 80. Aumentaron sus ventas y ahora se propone eliminar parcialmente la exoneración (que no rige en otros departamentos). El apoyo al cine es reclamado en los discursos pero se lo ataca al llevarlo a la práctica. El aumento no superaría los $3,50, mientras los cines aplicaron más de 25% en dos años.

(Emitido a las 09.09)

EMILIANO COTELO:
A partir de este fin de semana las entradas de cine suben 10 pesos. De viernes a domingo esto representa un aumento del 10 por ciento, pero de lunes a jueves en tanto, el incremento en términos porcentuales es aún mayor.

En medio de este movimiento que hacen los tres grandes grupos propietarios de salas vuelve a aparecer en escena el polémico impuesto al cine. El tributo, promovido por la Intendencia Municipal de Montevideo (IMM), fue aprobado el lunes en la Comisión de Cultura de la Junta Departamental, con la oposicion de blancos y colorados. Ahora pasó a la Comisión de Hacienda y dentro de unos días será tratado en el Plenario de la Junta.

¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? Hay versiones distintas sobre cuál es el motivo del aumento en el precio de las entradas. Algunas señalan que es consecuencia de la suba de las tarifas, en especial la de UTE, y para amortizar las deudas en dólares contraídas antes de la crisis de 2002. En cambio, Marcelo Cáceres -administrador de la Compañía Central Cinematográfica-, entre otros, aseguró que el aumento se debe únicamente al impuesto a los cines que está por aprobarse en la Junta Departamental.

***

En El Espectador ustedes han escuchado en las últimas horas la opinión de algunos de los protagonistas de este sector. Les proponemos seguir con el tema conociendo la posición oficial, que en esta materia corresponde al municipio. Vamos a dialogar con el director del Departamento de Cultura, doctor Gonzalo Carámbula.

El impuesto al cine en sus orígenes fue una iniciativa promovida por los productores cinematográficos.

GONZALO CARÁMBULA:
Ya hemos dicho mucho, y quizás estemos cansando a los oyentes, pero voy a volver a aclarar una cosa. No es un impuesto al cine, es un impuesto a los espectáculos públicos que está previsto en la Constitución de la República, que pagan, han seguido pagando espectáculos musicales y teatrales, y del que, desde la década del 80 a raíz de la crisis de las grandes salas cinematográficas, se exoneró al sector cinematográfico.

Lo que ahora estamos proponiendo es una revisión, una disminución de esta exoneración; la exoneración era del total del impuesto, que es del 10 por ciento, a los espectáculos públicos, y hemos hablado de diferentes cifras que después voy a comentar.

EC - ¿De dónde surgió la idea de eliminar, al menos parcialmente, la exoneración?

GC - La Asociación de Productores de Cine y varias gremiales vinculadas a la industria audiovisual han promovido, impulsado, incluso con el Instituto Nacional del Audiovisual, desde hace ya ocho o diez años que yo tenga memoria, proyectos de leyes que tienen que ver con la imposición de este tipo, tomando como referencia otras experiencias. Leía anteayer que en Argentina hay un impuesto a las entradas de cine, un impuesto a los videos y aparte un impuesto a la televisación de películas que representan 18 millones de dólares por año para el Instituto Nacional de Cine.

Esos proyectos de ley manejaban esas hipótesis. En el caso nuestro, como esos proyectos de ley no salían, como venimos haciendo un esfuerzo muy grande por apoyar a la producción audiovisual desde el año 2000... Hablando en dólares genéricamente, sin establecer un tipo de precio del dólar, hemos llegado a hacer aportes del orden de los 200 mil en este programa de coproducción que es diferente al Fondo Nacional del Audiovisual, Fona; son dos cosas diferentes. Y a raíz de eso, a raíz de que teníamos esta herramienta a nivel municipal, nos pareció del caso utilizarla; no podemos seguir esperando, ya hace tiempo que no estamos pudiendo colaborar con algunas producciones que están en marcha a nivel nacional, y además me parece bastante evidente que si todos hablamos de que las intendencias son prácticamente inviables con las nuevas responsabilidades sociales que tienen con la Contribución Inmobiliaria y la Patente, en este caso particular, existe un recurso que puede originarse en la propia actividad cinematográfica y por eso impulsamos esta iniciativa con el apoyo de los productores de cine y otras gremiales de las artes.

EC - Yo quería ingresar en los cambios que ha tenido el proyecto desde que se propuso, para llegar finalmente a la forma que tiene hoy. Pero antes de ir a ese punto, ya que usted de algún modo pasó a la defensa de esta iniciativa, de un mecanismo como este, aprovecho para plantearle las objeciones relacionadas con eso.

Estamos hablando de que este impuesto al que se le llama "impuesto al cine" entendiendo que hasta ahora no existía, aunque usted dice que en realidad es quitar una exoneración a un impuesto que sí está vigente. Pero por simplificar: lo recaudado por este impuesto iría a parar a un fondo de apoyo a la producción de cine nacional.

GC - Exactamente.

EC - El fin no parece estar en debate: Uruguay tiene un potencial muy interesante en la industria audiovisual en cuanto a generación de puestos de trabajo, en cuanto a la afirmación de la identidad cultural de nuestro país, y parece también bastante claro que el apoyo del Estado resulta imprescindible, por lo menos en esta etapa de consolidación. En la experiencia internacional, en general los Estados ponen dinero para sus industrias cinematográficas. Pero uno de los cuestionamientos es: ¿por qué la IMM se atribuye esa función de promover el cine nacional, cuando en todo caso debería ser una tarea del gobierno nacional, del Ministerio de Educación y Cultura (MEC), por ejemplo? Y segundo, suponiendo que se acepta que la intendencia se atribuya esa función, entonces ¿por qué no usa los recursos que ya tiene en vez de crear un nuevo impuesto, o sea, decide cobrarles ese servicio a los aficionados al cine de Montevideo? En definitiva lo que la Intendencia hace es algo relativamente cómodo, señalan quienes cuestionan esto: "Yo resuelvo que voy a apoyar al cine nacional, pero les exijo a ustedes, espectadores de cine de Montevideo, que me pongan la plata para ese fondo".

GC - Empecemos por esto último, nosotros no determinamos que haya un traslado a precios para los espectadores. Estos espectadores, cuando van a un espectáculo de música o a un espectáculo teatral no nacional -esto se acordó unánimemente hace muchos años y nadie ha dicho nada sobre la distinción de los orígenes- pagan este impuesto que está previsto en la Constitución de la República.

Segundo, ¿por qué Montevideo? Hay un problema de actitud política. Nosotros podemos decir que el gobierno nacional no ha cumplido con el FONA, que incluso le ha costado muchísimo pagar en Ibermedia y parece que todavía está en duda si ha pagado puntualmente y si tenemos ese apoyo; no ha tenido una política de créditos, no ha tenido una política comercial, no ha tenido una política de integración... Yo podría cómodamente decir: "El gobierno nacional no hace nada por el cine, qué barbaridad", y mientras tanto no tenemos cine, si no apelamos en la medida de nuestras posibilidades.

Se puede discutir, obviamente; es una actitud política discutible, pero no sólo en esta área sino en otras muy importantes hemos optado por asumir ciertas responsabilidades con los instrumentos que tenemos porque nos parece que, en aras de atribuir responsabilidades políticas no podemos tener de rehenes hechos, elementos o actos tan importantes como en este caso la producción audiovisual.

EC - Pero la Intendencia asume esa responsabilidad y le traslada el costo de ese fondo al espectador de cine de Montevideo.

GC - El que decide trasladarlo es el empresario -después vamos a hablar de eso-, nosotros no lo establecemos a priori.

EC - Pero es bastante obvio que se va a trasladar.

GC - Es probable, pero es como sucede con otras fuentes de ingresos que nadie ha discutido. Me llama la atención tanto debate (por otro lado me alegra y lo valoro, particularmente el debate en esta radio), pero de todas maneras me llama la atención el sesgo del debate porque nadie discutió cuando el vicepresidente de la República, Luis Hierro, el senador Luis Heber del Partido Nacional y yo, además de Héctor Lescano, promovimos el Fondo Nacional de Música, que se basa precisamente en un impuesto a los espectáculos extranjeros; como sucede en muchas partes del mundo, en casi todas partes del mundo; cuando no es por esta vía se resuelve por la vía de la financiación.

EC - Capaz que lo que ocurre es que ustedes están llegando tarde, en un momento en que la población...

GC - ...no aguanta más.

EC - ...ya está cansada de que vayan agregándose impuestos a cada rato porque hay que tapar tal agujero, porque hay que hacer tal otra cosa, entonces ¿cuál es la solución?: creamos un impuesto nuevo.

GC - Lo de llegar tarde es relativo porque tiene mucho que ver con aguardar durante años el proceso en el ámbito legislativo. En febrero del año 2002 -es la última versión taquigráfica que conozco- se trató el tema de la ley de cine y se dice por parte de los representantes del Poder Ejecutivo que se va a encontrar una solución, pero esa solución nunca llega, eso lo que nos hace pensar a fines de 2002 y principios de 2003 en esta otra alternativa.

En la reunión que tuvimos en la Junta Departamental el 1 de marzo me enteré, por los propios empresarios, de que en Maldonado y Colonia está vigente este impuesto -no sé si también en otras ciudades del interior-, los cines no fueron exonerados, o sea que está vigente este impuesto del 10 por ciento de los espectáculos públicos con destino a Rentas Generales, no con un destino específico para esto. Que también me parece legítimo, creo que es una técnica discutible que haya este tipo de retroalimentación por el sector, pero es a la que se apela aquí y en otras partes -acabo de mencionar a Argentina y están los incentivos fiscales en Brasil, etcétera- cuando no hay una disposición genuina desde el presupuesto nacional o departamental.

EC - Entiendo lo que usted agrega ahora, pero...

GC - No es menor saber que las empresas no han sido exoneradas de este impuesto en otros departamentos, particularmente en Maldonado y Colonia, según dijo un empresario y pude averiguar después.

EC - Una de las características chocantes de esta iniciativa es la diferenciación entre departamentos, que Montevideo tenga una realidad y los otros departamentos otra.

GC - Pero resulta que la diferencia era al revés: estaban exonerados en Montevideo y no en el resto del país; sólo que no todos los departamentos tienen cines.

EC - Pero la pregunta era por qué los habitantes de Montevideo aficionados al cine tienen que contribuir a ese fondo.

GC - De hecho los habitantes de Montevideo ayer de mañana recibieron la mala noticia del aumento de 10 pesos en el precio de la entrada de cine. A mí también me resultó agobiante o angustiante porque sabía que se iba a mezclar con esto. Este aumento no es algo nuevo: de 2002 a 2003 la entrada aumentó promedialmente 17 por ciento, en diciembre a 2003 aproximadamente 8 por ciento y en mayo de este año entre el 10,5 las entradas más caras y el 15 por ciento las más baratas. O sea que ha habido un aumento permanente de más del 10, el 12, el 15, el 17 por ciento progresivamente, que no ha tenido nada que ver con un aumento que sería del 3,5 por ciento, y que ha sido estricta y legítimamente producto de los fines empresariales, con el único objeto de los ajustes empresariales, No ha tenido nada que ver con un aumento que sería del 3,5 por ciento -después vamos a hablar de eso-, cualquiera que haga la cuenta puede comprobar que el 3,5 por ciento de una entrada que vale 95, pero pongamos que vale 100, son 3, 3,5 pesos. O sea que estos impuestos no tienen relación directa y son acumular mal humor con respecto a esta iniciativa.

EC - Dos precisiones en ese sentido: el impuesto que se propone no es de 3,5 solo, es una escala de tasas que llega al 7 por ciento.

GC - Claro, pero esa escala fue propuesta por el propio Centro Cinematográfico, cuando se planteó lo del 7 por ciento ellos propusieron establecer una escala según la cantidad de entradas vendidas partiendo de 1 por ciento. Se consideraron varias objeciones y razones que se habían dado en el debate público, el tema de los orígenes de la película, si el 7 por ciento, si el 1 por ciento, si el 3 por ciento (la Junta definió el 3,5)...

Nosotros tenemos mucho diálogo con este sector empresarial por todos estos temas y por las salas de cine, y ellos mismos nos han señalado en más de una oportunidad que, en la medida que se superen determinadas barreras de venta de entradas, van a estar en mejores condiciones de aportar a un fondo que consideran válido y a una iniciativa que consideran legítima, independientemente de que uno de ellos dijo que la plata sale de sus bolsillos.

Eso es lo otro interesante, volviendo a la pregunta anterior, ellos dicen: "No nos pueden sacar más plata de nuestros bolsillos", pero resulta que -en este caso un periodista, pero también ellos mismos- dicen que el público se va a retraer por el aumento y no va a continuar el crecimiento que estamos teniendo. No se pueden acumular las dos lógicas: o lo saco de mi rentabilidad y entonces me quejo porque me baja mi rentabilidad, o lo paso a la taquilla -que es lo que están resolviendo, además abriendo un paraguas grandísimo en este momento- y veo la situación del espectador montevideano, como señalaban ustedes ahora.

EC - Quizás están muy atadas las dos cosas: si por el aumento de precio de las entradas debido al impuesto se venden menos boletos, entonces baja la rentabilidad de los empresarios.

GC - Ese es otro argumento temerario por las propias cifras. No tenemos manera de demostrarlo, pero si aumentaron 17 por ciento entre 2002 y 2003, 8 por ciento después, y la taquilla aumentó en 100 mil, 200 mil, 300 mil entradas, evidentemente ese argumento no se sostiene en los últimos aumentos que ellos mismos han promovido, que no tienen nada que ver con el impuesto que todavía no está vigente.

EC - Algunos exhibidores dicen que este retorno al impuesto es consecuencia de la incapacidad de la intendencia para cobrarles a los canales de televisión los fondos correspondientes al FONA. ¿Cuánto suma la deuda de los canales con el FONA?

GC - No sé exactamente, porque eso no está en mi área. Sé que hubo un acuerdo y se están poniendo al día los canales de aire y de cable. Pero es increíble cómo se pueden dar vuelta los argumentos: la Intendencia generó, por la vía de una concesión de la televisión por cable, un canon para promover el audiovisual nacional, incluso preferentemente el televisivo (derivó al audiovisual fílmico cinematográfico por un problema de necesidades). Es increíble, porque se ha cableado en todo el país y la única Intendencia que tuvo la actitud de generar por lo menos una pequeñísima cuota de aporte a partir de esto fue la IMM; no pagan y resulta que es un problema de la intendencia. ¿Qué quieren: que vayamos a juicio, que nos quedemos sin cable, que pongamos de rehenes...? Por suerte ahora se acordó, se negoció...

EC - El razonamiento es: a partir de la creación de ese canon se consideró que se podía disponer de recursos para el apoyo a la producción audiovisual; pero como los canales no pagan ese fondo está desabastecido y hay que buscar otras fuentes de recursos.

GC - No: son complementarios, son diferentes; estamos hablando de muy poca plata para lo que representa este sector.

Quiero hacer una aclaración más. Estamos hablando de dos tipos de empresarios, los empresarios del comercio cinematográfico y los de la industria audiovisual. Esta exoneración hasta ahora favorecía al comercio cinematográfico y nosotros estamos diciendo que en la medida en que el mismo ha ido consolidándose progresivamente, progresivamente vayamos ayudando al sector industrial, el que genera más valor de trabajo, más valor agregado, más fuentes de trabajo, etcétera, y producción simbólica uruguaya, como tú decías al principio de esta entrevista. Son dos sectores empresariales. Es como si estuviéramos hablando de una empresa textil y una tienda de telas. El sector comercial es más complejo de lo que estamos viendo ahora, acá estamos hablando exclusivamente de las entradas de cine, pero buena parte de las utilidades es por la venta de snacks y, como la mayoría es a su vez representante de sellos de distribución, tiene que ver con la comercialización de las películas que ellos mismos representan. Entonces estamos hablando de una mínima parte de un tema bastante complejo.

Efectivamente, hemos tenido problemas con el FONA, pero acabo de comentar que el Instituto de Cine Argentina, el INCA, tiene 18 millones de dólares por año y nosotros estamos hablando de 100 mil dólares para una producción audiovisual que ha sido muy premiada, que ha generado el ingreso de divisas muy importantes y genera un valor agregado de arriba del 70 por ciento: más del 70 por ciento de lo que se invierte es fuentes laborales. Hay que ver este tema en su debida dimensión.

Por otra parte, ¿qué pretenden: la incompetencia de la intendencia para que el MEC le pague al FONA lo que hace ocho años que no le paga? Es por lo menos invertir los términos de un análisis más o menos razonable.

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EC - Ya hemos discutido a propósito del fondo de la cuestión, de por qué eliminar la exoneración que estaba vigente en este impuesto a las entradas de cine; veamos ahora la forma. Ha ido cambiando la idea que se tenía sobre cómo gravar efectivamente los boletos, en algún momento se había hablado de gravar las películas no latinoamericanas; ahora están abarcadas todas.

GC - Sí. Yo siempre dije -y lo vi en las versiones taquigráficas que leí ahora- que para mí no es una cuestión de principios ni la tarifa, ni el 7 por ciento, ni la escala, ni el tema de los orígenes de la película. Me parecía que era ser coherente con un discurso. El 17 de mayo (pasó sin ser muy comentado) se reunieron aquí en Montevideo los ministros de Cultura del Mercosur, ante una convocatoria de Duhalde, y destacaron y subrayaron que lo más importante en materia de políticas culturales de integración era el tema audiovisual. Hablaron de este medidas como la que ahora estamos hablando -incluso hay compromisos firmados en ese sentido de políticas de distribución, comercialización, etcétera- y de tener una actitud común al Mercosur o latinoamericana. Yo francamente no lo consideraba un tema determinante; era una idea, una manera de pensar, pero los ediles mantuvieron una serie de entrevistas, entre otros con la gente de la Asociación de Productores de Cine, que dijo que creía mejor que fueron gravadas todas las películas... Muy bien: se las grava a todas.

EC - Además ahora no se considera lo que recauda cada película sino el total de la venta de entradas de un año.

GC - Sí, es así.

EC - Hasta 2.900.000 entradas se aplica el porcentaje de 3,5; de 2.900.000 a 3.200.000 se aplica 4 por ciento; de 3.200.000 a 3.500.000 5 por ciento; de 3.500.000 a 4.000.000 el 6 por ciento, y a partir de ahí 7 por ciento. ¿Es así?

GC - Sí, el concepto de escala es sugerido por el Centro Cinematográfico del Uruguay, las cifras que manejamos son las que ellos han aportado. Un empresario que habló en El Espectador preguntaba por qué no gravar a las películas más taquilleras.

EC - Sí, una de las objeciones que se hacen a esta escala es que desalienta la exhibición de películas de alta calidad que van a un público muy pequeño, porque en definitiva terminan pagando lo mismo que las de alta demanda, de alta cantidad de venta de entradas.

GC - Dos aclaraciones: Cinemateca, Cine Universitario, las proyecciones con fines culturales y los festivales de cine en general mantienen la exoneración que tienen hasta ahora. No es menor esa diferenciación, porque si uno mira la cartelera de unas y otras salas se va a dar cuenta de qué estamos hablando.

Respecto de esto otro, hay que verlo en términos porcentuales, no hemos tenido tiempo de ver cuál es la estructura del precio del boleto de cine. En realidad esto es muy menor con respecto a otras implicancias y otros porcentajes. Se paga un IVA, aunque teóricamente no es constitucional el IVA en las entradas a los espectáculos públicos, hay un traslado de lo que se le paga al distribuidor de las major, de las grandes empresas estadounidenses. También es relativo a la forma del negocio que uno hace, tanto en el sentido de cómo compra la película como en el sentido del precio que determina; por eso se habla en términos de porcentaje. Porque podríamos decir "¿Cómo: entonces por qué este traslado genérico de 10 pesos para todos, vale lo mismo para cualquier tipo, genéricamente?". La relatividad está en el carácter porcentual y residual del costo del precio de la entrada.

EC - ¿En cuánto está hoy la venta de entradas por año?

GC - A fines de 2003 la venta de entradas de cine estaba en 2.100.000 y nos dicen que ya ha aumentado, entre otras cosas por el adelanto de los premios Oscar de la academia.

EC - O sea que estaríamos en el primer escalón.

GC - Yo creo que todavía estamos en el primer escalón, sí. Pero no sabemos, porque no hay que descartar que este aumento de 10%... saqué la cuenta de la incidencia de la energía eléctrica con unos técnicos de la Intendencia, y el aumento de tarifas no podría representar más de 2 o 3 pesos, pero capaz que estamos equivocados.

EC - ¿Cuándo se supone que se aprueba este proyecto en la Junta?

GC - Ahora pasó a la Comisión de Hacienda y de ahí va al plenario, así que quizás sea el mes que viene, no tengo idea.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Jorge García Ramón