Entrevistas

María Elena Walsh [1930-2011]: lúdica, combativa, transgresora

María Elena Walsh [1930-2011]: lúdica, combativa, transgresora

A sus 80 años de edad murió la escritora, poeta y cantautora argentina de piezas infantiles María Elena Walsh. En conversación con En Perspectiva, Ana María Bavosi, maestra, escritora y docente de literatura infantil en la Escuela Universitaria de Bibliotecología, definió a "la Walsh" como alguien que "te metió adentro un mundo muy fuerte. A mi generación, la de los 60’, nos llenó con la fuerza que tenía como adulta, como transgresora, como combativa". Destacó el componente lúdico de su obra y expresó que "lo de ella no era sólo diversión. No era sólo encontrar palabras extrañas o que rimaran. Era contar una historia que al final tenía en todo ese sinsentido un gran sentido. Es lo que pasa cuando uno relee 'Alicia en el país de las maravillas'". Bavosi dijo que en una época en la que se busca "producir, producir y producir", la obra de María Elena Walsh "es un clásico que tiene que estar siempre y ser el modelo al que se tiene que aspirar cuando se trabaja con niños. Porque sobre todas las cosas tiene que haber arte, ética y estética".


(emitido a las 07.34 Hs.)

EMILIANO COTELO:
A esta hora, en En Perspectiva habitualmente nos dedicamos a profundizar en los temas más nuevos y candentes del panorama nacional. Por ejemplo la política, la economía o la sociedad en nuestro país.

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Hoy les propongo un cambio en esa costumbre de enfoques.

Desde ayer, el reino del revés está de luto: a los 80 años falleció en Buenos Aires la escritora, poeta, música y cantautora argentina María Elena Walsh.

Se trata de una pérdida que lamentan varias generaciones latinoamericanas e incluso más allá. Porque María Elena Walsh fue probablemente la creadora de canciones infantiles más importante de habla hispana de los últimos 50 años.

La canción de Manuelita, el twist del Mono Liso, Doña Disparate, La Reina Batata, Canción del Jacarandá, la Canción de la Vacuna y Adivina Adivinador son sólo algunas de las muchas canciones que millones de niños desde la década del 60’ y hasta hoy han escuchado y han cantado.

María Elena Walsh no se dedicó sólo a los niños. También escribió varios libros de poemas y canciones para adultos. Algunas de estas obras tenían contenido político. Otras, en cambio, se centraban en el amor, las relaciones familiares o el entorno en el que la autora vivía.

En los próximos minutos vamos a evocar desde Uruguay a María Elena Walsh. En primer lugar con el músico Martín Buscaglia, que estos días está realizando una serie de conciertos con su banda en la costa de Rocha. Ha integrado durante varios años el grupo Cantacuentos, con el que ha realizado espectáculos para niños con mucho éxito. Martín Buscaglia es además hijo de Horacio Buscaglia y Nancy Guguich, dos de los históricos fundadores de Canciones para no dormir la siesta. Dijo:

"Me parece que María Elena Walsh es la compositora mayúscula de música para niños en lengua hispana. No se me ocurre otra con esa obra, con la misma potencia, cualidad y cantidad. Son infinitas las canciones hermosas que uno sabe de ella, aunque ni siquiera sepa que las sabe. Me parece que es de esas compositoras cuyas canciones mucha gente canta sin saber que son de ella, lo cual no es necesariamente malo. Al revés, es a lo que aspira cualquier compositor: que sus canciones se vuelvan una cosa popular que trasciende los tiempos y las generaciones, y que ya se cantan como si fueran poemas que están ahí, en el viento.

Musicalmente también me parece maravillosa. La escucho mucho, no sólo por trabajar con niños sino por tener una hija chica que escucha y que se re copa con esos temas. Ahí ves cómo su música funciona en varios niveles con los niños. Armónicamente, los arreglos de los temas son increíbles. Una sofisticación mortal, las letras surrealistas. Me parece que viene de una generación mucho más influida por la cultura francesa y se nota eso en los textos.

Además de tener canciones hermosas y pegadizas tiene otras muy emotivas. Yo me enteré de su muerte hace un rato. Esta mañana, antes de saber sobre su muerte, había estado cantando La Cigarra –no sé por qué– que cantaba Mercedes Sosa y que es increíble que sea un tema de ella; bello y erizante. Por todo eso me parece que su obra y sus canciones van a durar –casi seguro– más que nosotros".

EC – ¿Qué nos deja María Elena Walsh? Vamos a conversarlo con Ana María Bavosi, a quien seguramente nuestros oyentes ubican bien. Ana María es maestra, escritora, docente de literatura infantil en la Escuela Universitaria de Bibliotecología, pero además ha sido columnista en En Perspectiva durante varios años y conductora del programa El Trompo, que se emitía por El Espectador. Ana María, tú sigues muy metida en el mundo de María Elena Walsh y no tienes dudas de que se la sigue leyendo y escuchando.

ANA MARÍA BAVOSI:
Sí. Sigue gustándole a nuevas generaciones. Pero a veces me pregunto si el mundo adulto realmente dimensiona el valor enorme de María Elena Walsh como escritora. Primero hay que hablar de escritora en mayúscula, que es lo que tiene que ser para luego dedicarse a los niños. Marcó a una generación. Cuando esa generación crece, vos te das cuenta que te quedaste sin los libros y sin los discos porque se los fueron llevando tus hijos para usarlos con los hijos de ellos. Eso no lo logra cualquier escritor, sino los escritores en mayúscula. Es tan completa la figura de María Elena Walsh –como decía Martín– que es imposible que perezca. Va a quedar por siempre como una figura que va a marcar generaciones.

EC – ¿Dónde está la clave?

AMB – Yo creo que hay muchas. La primera es que ella sabía escribir. Su primera participación en un concurso como poeta cuando sólo tenía 17 años fue espectacular y le valió un segundo premio. Y según lo que leí del tribunal, hubiera obtenido el primero si no hubiera sido tan joven. Era escritora y música desde siempre. Se tiene que nacer escritora pero además hacerse escritora. Tuvo también esa mezcla tan fuerte y hereditaria de haber escuchado desde niña la voz de la cultura inglesa del sinsentido –el non sense–, que la acompañó durante toda su infancia. Además, la figura paterna que tiene que haber sido muy fuerte como trasmisora de una cultura. Todo eso la llevó a hacer algo que para mí es lo más fantástico que logró María Elena Walsh: compatibilizar todo ese poder brutal del sinsentido y llevarlo al español. En realidad este sinsentido tiene un gran sentido trasgresor y lúdico. Que nosotros podamos disfrutar los limerix de María Elena Walsh con los niños es algo fantástico. Uno se da cuenta de que desde muy chiquitos los niños repiten, cantan, y se les va metiendo adentro como algo que es propio. Lo fantástico es que ella logró trasmitirnos con el español unas cosas que también tiene la cultura inglesa pero que no es propio de nosotros.

EC – ¿Te acordás de su libro "Dailan Kifki"?

AMB – Exacto, otro divino.

EC – Era una especie de novela, ¿no?

AMB – Era una novela y fue su obra más larga. Aquí...

EC – ...Es la historia de aquella familia que termina teniendo un elefante en su casa...

AMB – ...Exacto...

EC – ...Difícil convivir con un elefante...

AMB – ...Eso era como los juegos que uno hacía después con sus hijos, en los que tenía que sacarlos de la bañera porque venía o el elefante o el cocodrilo o el hipopótamo. Ella te metió adentro un mundo muy fuerte. A mi generación, la de los 60’, también nos llenó con la fuerza que tenía como adulta, como transgresora, como combativa. Yo me pasé escuchando a Mercedes Sosa con esos dos temas fantásticos que es Como la Cigarra y La Serenata para la Tierra de Uno. Son canciones tan fantásticas que aunque pase el tiempo esas letras van a ser siempre de uno. Creo que las nuevas generaciones pueden seguir disfrutando su música. Muchas veces, las docentes usamos las canciones, la poesía y los cuentopos de Gulugú de María Elena Walsh (que a mí me fascinaron siempre). Pero a veces me pregunto si nos damos real cuenta de lo brillante que fue como escritora para niños. Sobre todo en liberar, jugar y hacerlo con una buena escritura, que es lo que los niños merecen y necesitan. Lo de ella no era sólo diversión. No era sólo encontrar palabras extrañas o que rimaran. Era contar una historia que al final tenía en todo ese sinsentido un gran sentido. Es lo que pasa cuando uno relee "Alicia en el país de las maravillas" y se da cuenta de que todas esas cosas que parecen tan locas en el fondo tienen un soporte y un sustento impresionante de verdades y de cosas que nos quedan para siempre. A mi me da muchísima pena que María Elena no haya sido reconocida en toda su dimensión...

EC – ...¿Por qué dices esto?

AMB – Quizás ella tampoco lo quiso. Por ser trasgresora, por ser opositora y por tener una vida de 80 años fiel a su forma de ser, yo creo que ella no llegó a tener esos premios que merecería como escritora. Ella estuvo muchísimos años sin ser editada nuevamente. Nosotros nos prestábamos los libros porque no estaban. Se la reprimió en montones de cosas, pero como se la seguía cantando ella estuvo presente. En un momento yo estuve en comités de selecciones internacionales y ella consiguió un premio de mucho valor. Pero nunca llegó a conseguir el Andersen, que es el premio máximo de la literatura infantil. Consiguió el José Martí y consiguió sus premios en Argentina. Tampoco sé si valen los premios y ni si a ella le importaba tanto...

EC – ...Sí, a eso iba. El premio más importante es el otro, ¿no?

AMB – Exacto. Ella fue rebelde hasta el final. Ella va a seguir viva aún por encima de la muerte. Eso es su gran valor. De todas formas, no es una de las autoras que se reflote, por lo menos en nuestro país. Como autora hay que seguir leyéndola y proporcionándosela a niños y grandes.

EC – Tú estás centrándote sobre todo en la María Elena Walsh autora de cuentos, novelas y poesía para niños, no tanto en la María Elena Walsh autora de canciones. Esa corre sola, ¿no?

AMB – Es cierto, corre sola. La literatura infantil, en cierta manera, está pasando por un momento de crisis. Se busca producir y producir y producir y a veces la calidad queda de costado. Una obra como la de María Elena es un clásico que tiene que estar siempre y ser el modelo al que se tiene que aspirar cuando se trabaja con niños. Porque sobre todas las cosas tiene que haber arte, ética y estética.

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Foto: www.flickr.com // El_Enigma