Cultura

La invitación a enfrentarse a una realidad diferente

La invitación a enfrentarse a una realidad diferente

El próximo fin de semana el público montevideano tendrá nuevamente la oportunidad de ser parte de la experiencia del teatro ciego, que llegará desde la vecina orilla de la mano del Grupo Ojcuro y de la obra "La isla desierta" de Roberto Arlt.

Por Tania Tabárez, para Espectador.com

El teatro ciego se define como una forma de representación cuya principal característica es la total ausencia de luz a lo largo de toda la obra. Incluso esa oscuridad comienza antes de la misma obra ya que los espectadores son acompañados a sus butacas por los propios actores en la más completa oscuridad.

Otra de las características es que actor y espectador comparten el espacio-escena y se ven envueltos en la situación planteada en el texto a través de todos sus sentidos, excepto el de la vista.

"Invitamos a percibir como un ciego" explica José Menchaca, director del Grupo Ojcuro, el que está conformado mayormente por actores ciegos. "Trabajamos en la oscuridad absoluta. El espectador vidente generalmente no cree que esto sea así por lo que cuando ingresa a la sala se enfrenta a una realidad diferente, se produce una nueva comprensión del mundo de los otros –en este caso el de los ciegos- y se ve obligado a dejarse guiar y ayudar para transitar una experiencia que finalmente resulta placentera".

El comunicar –y por ende percibir- con el resto de los sentidos implica una oportunidad para los más diversos aprendizajes, asegura Menchaca "La gente nos ha acompañado a lo largo de 11 temporadas y tenemos la firme convicción de ir por el camino correcto".

La oscuridad puede ser intimidante por lo que implica cierta dosis de confianza por parte de los espectadores. "Generalmente la gente acepta las reglas del espectáculo y se deja llevar" relata el director. "Son premisas para ello el buen trato, la suavidad, la amabilidad y el respeto por sus cuerpos y más allá de alguna resistencia en los primeros minutos, la mayoría se integra casi naturalmente al nuevo contexto".   

La experiencia implica un impacto también para los actores. El intercambio entre profesionales videntes y ciegos ha dejado a todo el grupo aprendizajes diversos relacionados con la perseverancia y la adaptación al entorno, pero también desde el punto de vista artístico lo que se refleja en un producto final fluido y cuidado hasta en sus más mínimos detalles. Este elemento ha sido clave para la permanencia y la repercusión de esta obra, que ha recibido excelentes críticas en todas las ciudades en las que se ha presentado.

Su primera incursión fuera de Argentina se dio en setiembre de 2010, cuando la obra llegó a Montevideo agotando las 5 funciones disponibles.

Para aquella primera presentación internacional resultó fundamental el apoyo del Programa Nacional de Discapacidad del Ministerio de Desarrollo Social. Una de las funciones pautadas fue reservada para las instituciones del país que trabajan con la discapacidad visual y permitió que quienes concurren a dichos centros intercambiaran opiniones y experiencias con el elenco.

El contacto con la realidad nacional ha fermentado varios proyectos, entre ellos la adaptación a esta modalidad de una obra de un autor uruguayo. "Cualquier texto puede adaptarse, pero tiene que seguir las reglas del teatro ciego" remarca Menchaca.

Quienes quieran sumarse a los 600 espectadores nacionales que ya vieron la obra cuentan en esta oportunidad con 6 nuevas funciones que se realizarán los días 18, 19 y 20 de marzo a las 20 y a las 22:30 horas en Lindolfo Teatro y Restaurant  (Juan Lindolfo Cuestas 1388 y Sarandí).

Las entradas pueden adquirirse en la Red UTS y tienen un costo de 630 pesos.