Durante su recital en el teatro Irving Plaza,de la ciudad de Nueva York, ante dos mil personas,  Calamaro realizó varios monólogos sin sentido y terminó visiblemente alcoholizado por tomar tequila. El show lo cerró tirado en el suelo y con los pantalones bajos.
"Si aplauden fuerte al glamourómetro, entonces quiere decir todavía estamos en buen estado y podemos seguir tomando tequila", disparó el cantante en uno de los momentos del recital.

En la canción "Crímenes perfectos" Calamaro se desabrochó su pantalón y lo bajó a la altura de sus rodillas.
Tras su concierto, que forma parte de la gira "Still Alive & Well" ("Todavía vivo y en forma", podría ser la traducción), el músico explicó lo que pasó.

"Era todo tan incendiario y wild side walkin' que agradecí mostrando por un instante mis nalgas. Una declaración de respeto y gratitud al público enardecido y volcánico", dijo Calamaro, a través de un par de correos electrónicos.

"El recital del Irving Plaza fue brutal, elegante, enloquecido, salvaje... Una hermosa cuerda floja con la gente entregadísima. Miami, fue igualmente ardiente. Muy buen humor, talk show peligroso, borracheras memorables... ¡Como tiene que ser el rock!".