Funcionarios, empresarios, familias y visitantes mexicanos se congregaron en la sede de la Embajada para participar en esta tradición mexicana "muy especial" en la que se recuerda a las personas fallecidas, según explicó a los invitados el embajador Cassio Luiselli.

"Festejar el Día de los Muertos, es una tradición que se ha continuado a través de los años, donde los mexicanos reciben por sus muertos y los honran. Es una cuestión doméstica, en cada casa se hace un altar para preparar el camino a nuestros muertitos que bajan esa noche y visitan a sus familias y gentes más gratas", dijo el diplomático.

Según Luiselli, esa tradición "muy hermosa, de muchos años y de un gran misticismo" se festeja en México con "bastante gusto y alegría", para "celebrar el reencuentro con los que se adelantaron a nuestra propia partida".

En esta ocasión, el altar levantado por las mujeres de la colectividad mexicana en el país quiso recordar la figura del cómico "Cantinflas" en el centenario de su nacimiento.

Así, entre ofrendas, flores y velas, en el altar aparecían diversas fotografías del artista y algunos esqueletos ataviados como policías, barrenderos y curas, entre otros, personajes que Cantinflas interpretó en algunas de sus películas más célebres.

"En Cantinflas celebramos la imagen de un hombre humilde que se enfrenta a la modernización de la sociedad, de un mundo rural a un mundo complejo y poco amigable", destacó Luiselli.

Para el diplomático, con ese lenguaje "tan peculiar", Cantinflas reflejaba "la decodificación del mundo urbano y la otredad de su mundo", construyendo "una forma sutil de defenderse y decirle al otro dos o tres cosas bien merecidas".

"Mario Moreno fue un hombre humilde y poco a poco creció en nuestra estima y se convirtió legítimamente en un cómico universal. Lo honramos a él porque hubiese cumplido 100 años. Y se merece nuestro Cantinflas bajar a tomar un tequilita con todos nosotros y que lo podamos tener una vez mas aquí", concluyó.

Fuente y fotos: EFE.