Entrevistas

Artista uruguayo crea bicicleta ecológica con plástico reciclable

Artista uruguayo crea bicicleta ecológica con plástico reciclable

A sus 63 años, el artista plástico uruguayo Juan Carlos Calabrese Muzzi presentó uno de sus inventos más recientes: la bicicleta ecológica. Está hecha con plástico reciclable, como botellas usadas y envases de shampoo, es para uso urbano y tiene "un diseño muy aerodinámico y moderno". En conversación con En Perspectiva, Calabrese Muzzi describió su creación: "Ni percibes que estás andando en una bicicleta. Parece que estás flotando, porque las imperfecciones del piso ella las absorbe entonces no llegan a tu cuerpo". Vive en Brasil desde hace más de 40 años, adonde emigró cuando tenía 21 y donde abrió su propia empresa. El artista explicó que se intenta reaprovechar "todo lo que iría a la basura". "Yo pienso que si cada uno se viera obligado a cargar en la espalda la basura que produce, produciríamos menos basura. Estamos usando la basura de los que consumen, que son las clases que pueden consumir", expresó, y añadió que "es una manera de demostrar que estamos haciendo excesos de consumo y estamos haciendo un vehículo con lo que sobra, que en realidad no debería sobrar". Finalmente, Calabrese Muzzi, que se formó en la UTU, dijo que siempre fue "grato" con esa institución porque la enseñanza que le brindó fue "excepcional".


(emitido a las 10.11 Hs.)

EMILIANO COTELO:
Una bicicleta ecológica fabricada a partir de botellas de plástico ya usadas o de envases de shampoo.

Este es el invento más reciente de un uruguayo que se formó en la UTU y que está radicado en Brasil hace 42 años.

Se llama Juan Carlos Muzzi y en los últimos meses apareció muy destacado en los medios del país vecino, entre ellos en la Red Globo y las otras cadenas de televisión brasileñas.

¿Cómo son las bicicletas ecológicas? ¿Qué ventajas tienen? Vamos a preguntárselo enseguida al propio Juan Muzzi.

Con él vamos averiguar también sobre otros inventos que le pertenecen y sobre la empresa que ha montado para desarrollar esas sus ideas.

Además vale la pena conocer su historia personal, ya que Juan, además, es artista plástico, otra faceta en la que se destaca de manera singular.

¿Dónde te hemos ubicado esta mañana?

JUAN MUZZI:
En realidad mi nombre es Juan Carlos Calabrese Muzzi, y en Brasil me conocen por el último nombre, es así por el apellido materno, Muzzi.

EC – ¿Pero aquí en Uruguay la gente debe ubicarte por Calabrese entonces?

JCC – Sí, en Uruguay soy más conocido por Juan Carlos Calabrese. Y te quiero decir que soy de La Paz, soy de Canelones.

EC – Antes de comenzar a hablar de este proyecto en particular de las bicicletas ecológicas, me gustaría que te presentáramos un poco más. Tú tienes 63 años, de los cuales más de 40 llevas viviendo en Brasil. Te exiliaste allí a comienzos de los años 70, cuando tenías 21 años, y terminaste formando una empresa que se dedica a desarrollar ideas y nuevos proyectos. ¿Qué formación tenías cuando te fuiste de Uruguay?

JCC – En realidad yo hice toda la UTU, empecé en Las Piedras y después fui para Gonzalo Ramírez. Hice siete años de UTU y ahí después pasé para la facultad de Ingeniería y llegué a hacer el primer año. No lo terminé porque empezaron los problemas. Ahí resolví ir a probar al norte. Así que me vine en el año 70 con la formación completa de la UTU, que fue lo que me ha ayudado mucho aquí desde el inicio hasta hoy. La formación de la UTU fue excepcional.

EC – Cuando tú señalas que te fuiste en aquellas fechas de los años 70 porque empezaron los problemas estás aludiendo a los problemas políticos, eran años muy caldeados acá.

JCC – Sí, exacto.

EC – ¿Por entonces también estabas volcado a las artes plásticas?

JCC – Sí, siempre, mis abuelos vinieron de Italia, hacían piezas en Italia trabajando con granito y ahí fueron para Argentina, para Tandil, a trabajar con piedras. Después no funcionó y fueron para Minas. En Minas fueron a buscar canteras y fueron a parar a La Paz y trabajaron exactamente más para los cementerios, tanto el israelita como el católico. Y ahí yo nací en La Paz. Entonces mis abuelos ya eran "escapelini", que son una especie de picapedreros, pero hacían una serie de ángeles, formas, santos, lápidas. Ya había una vena un poco artística en la familia y yo crecí en ese medio. Desde chico ya hacía esculturas, ya trabajaba, y la formación en la UTU me ayudó mucho a desenvolver esa parte porque yo hice mecánica y más para la parte de escultura, desenvolvimientos, en fin. Y se juntó un poco todo eso con la información que teníamos sobre Torres García que en las escuelas y en la propia UTU siempre convivían con eso. Entonces ahí se juntó un poco todo y dio ese cóctel aquí.

EC – Hablemos de la empresa, ¿desde cuándo existe, dónde está localizada?

JCC – Existe desde el año 76 y está en San Pablo, cerca del centro de San Pablo.

EC – ¿Qué productos ha creado y después desarrollado esta empresa?

JCC – En realidad es una empresa que inicialmente se desenvolvió como una empresa de juguetes y fabricamos juguetes muchos años, hicimos aquel famoso resorte colorido que bajaba escaleras, no sé si tenés referencia.

EC – Lo tengo absolutamente presente, estoy seguro de haber jugado con él y me imagino que muchos de nuestros oyentes también, ¿cómo se llamaba?

JCC – Aquí en Brasil le decían "mola manía" y en Uruguay creo que era "onda manía".

EC – Era un espiral que tenía la capacidad de bajar los escalones, ¿no?

JCC – Exactamente. Entonces ahí fue la primera gran inversión a nivel internacional porque eso me proyectó más para Europa, Estados Unidos, monté una fábrica en Portugal y atendía a toda la Comunidad Europea desde ahí. También lo fabriqué en Estados Unidos, ahí en Uruguay, en Argentina, en Chile. Eso sirvió para conocer el mercado internacional.

Y seguíamos siempre aquí en Brasil con la empresa haciendo otros productos, hacíamos pañales que avisaban cuando estaban sucios; tenis con ruedas; tenis con luces que avisaban que iban caminando y prendiéndose...

EC - ...Cuando tú dices tenis estás hablando de calzado deportivo.

JCC – Sí, sí, calzado deportivo. Hicimos también uno que cuando crecía el pie apretabas un botón y él también crecía junto.

EC – Eso está buenísimo, ¿cómo ha funcionado, ha tenido éxito?

JCC – Y en realidad no fue muy buena la idea, parecía buena pero ahí hicimos una aparcería con una empresa y después sólo se vendía eso, zapatos, entonces toda la línea que el hombre tenía no se vendía, al final resolvieron tirarlo de línea. O sea, era más un zapato para una sociedad socialista, no la brasilera.

EC – Estoy seguro de que a muchos padres que nos están escuchando en este momento les debe resultar muy tentadora esa posibilidad de un zapato que vaya creciendo con el tamaño del pie del niño joven.

JCC – La idea fue buena pero no era mercantilista.

EC - ¿No prosperó entonces?

JCC – No, no, fue un desastre.

EC – Pero queda ahí archivada como posibilidad.

JCC – Sí, lógico, todo queda como posibilidad, depende un poco del momento social.

EC – ¿Cómo surge la idea de fabricar una bicicleta a partir de deshechos plásticos?

JCC – Por el hecho de esta empresa que tengo que desenvolver productos especiales, o sea nuestro trabajo es desenvolver productos entonces una persona tiene un problema con un producto, nos procura, y los estudiamos, lo desenvolvemos, y más a empresas que a personas.

Y nosotros hicimos un monopatín que era todo de aluminio y tenía algunas piezas que yo compraba en una fábrica de bicicletas y ahí conocí por primera vez en mi vida una fábrica de bicicletas. Cuando entré me quedé un poco impresionado por un poco arcaico el método de producción y ahí enseguida me vino a la cabeza, como yo siempre trabajé con reciclado. La experiencia que yo tenía de matricería, de mecánica, con la experiencia de trabajar con materiales reciclados, ahí les planteé la posibilidad de hacerles un cuadro y dijeron que no, que el mercado no iba a aceptar una bicicleta de plástico porque no iba a aguantar, no iba a resolver. En fin: que yo no era del ramo, que no estaba entendiendo. Pero me quedé con eso en la cabeza. Eso fue en el año 2000, ahí de a poquito yo empecé a desenvolver esta bicicleta. Así que la idea surgió de ahí exactamente. Y el proyecto demoró doce años...

EC - ...Porque el gran empujón lo tuvo el año pasado.

JCC – Ahí tuvo un empujón especial por causa del Uruguay. En realidad yo expongo hace cinco años en el Consulado uruguayo mi trabajo de arte, quedó una exposición que fue por unos meses y terminó quedando definitivo ya.

Por medio del Consulado comencé a conocer personas uruguayas y ahí conocí a Brígida Escafo, que era la cónsul. Me presentó a Irene González, que es la directora del BROU aquí en Brasil y ella se interesó mucho por el proyecto. Y en una oportunidad en que la directiva vino aquí que era Fernando Jaurugajurei y Francisco Jáuregui, que eran los directores, vinieron, se interesaron mucho, y ellos lo presentaron a Calloia y Calloia enseguida se interesó y el BROU hizo un préstamo para mi empresa. Ahí arrancamos...

EC - ...Este proyecto se pone en marcha a partir de un préstamo concedido por el BROU.

JCC – Exactamente. Aquí en Brasil no conseguía, es muy difícil.

EC – ¿En Brasil no había financiamiento para esta idea?

JCC – Yo fui al Bndes, ¿sabes lo que es el Bndes?

EC – Sí, el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social.

JCC – Y el Bndes me planteó que si fuera una idea importante la habrían hecho los chinos, los americanos, los alemanes, entonces no creemos en tu idea y es un riesgo muy grande, no vamos a colaborar. Eso fue en el año 2005. Yo seguí trabajando, seguí desenvolviendo esa idea. Cuando llegó Calloia y Mujica, que vinieron a ver en el espacio Uruguay, ya estaba pronta la primera bicicleta funcionando, entonces ellos la vieron funcionando y ahí se entusiasmaron y me ayudaron. Le hicieron un préstamo a mi empresa. Y tal vez en la época el Bndes como la bicicleta todavía no estaba funcionando era más difícil de creerme.

EC – Los oyentes deben preguntarse cómo luce esta bicicleta, qué características tiene. ¿Cómo la describes tú?

JCC – Es un vehículo contemporáneo porque visa la ecología, no agredir el medio ambiente, entonces no precisas extraer minerales, fabricar alúmina para hacer un cuadro de aluminio. Eso tiene un costo tremendo, un costo financiero, un costo ecológico. Y nosotros tenemos una economía de 95% de energía en producir un cuadro reciclado. Y tenemos una compensación muy grande en carbono porque no es pulido, es un proceso limpio.

EC – 95% menos de energía se requiere para producir el cuadro de esta bicicleta en comparación con un cuadro convencional.

JCC – Exactamente. No hay soldaduras, no hay pinturas, ya sale pronta, cada dos minutos y medio, tres minutos, dependiendo un poco del material que reciclamos, se abre la inyectora y sale un cuadro pronto, o sea es un vehículo contemporáneo que la idea es proyectarlo para las grandes masas por causa de la fabricación tan rápida.

EC – Voy a recalcar algo que tú ya dijiste: el cuadro es una pieza única.

JCC – Única.

EC – Es una pieza de plástico, ¿qué diseño tiene, cómo defines el diseño, que me supongo que es tuyo también ahí se juntó el inventor con el artista?

JCC – Sin duda, esa fue la parte que inicialmente afloró, después vino la parte técnica que es la que más demoró. Pero es un diseño muy aerodinámico, muy moderno, porque el plástico te permite esa maleabilidad. Entonces tenemos esa posibilidad que no te permitía el material anterior tanto el aluminio, como el carbono, como el acero, era más definido, era más triangular. Aquí podés viajar, tener una fantasía en cuanto a diseño. Eso creo que es una de las innovaciones en la bicicleta que podemos conseguir unos modelos más audaces tal vez.

EC – El material que se utiliza es botellas viejas reciclables, otro tipo de envases de plástico, distintas variedades de plástico que ya tuvo uso.

JCC – En realidad usamos todos los plásticos, se usa mucho las piezas de los coches por ejemplo parachoques de autos, paneles de autos, y embalajes de shampoo, piezas de heladeras, o sea todo lo que sea plástico y tenga una cierta rigidez que sería por ejemplo en términos más técnicos el polipropileno, abs, nylon, muchos desechos industriales también. O sea reaprovechamos todo lo que iría a la basura. Las botellas no van a la basura porque se hace ropa, es una fibra poliéster el PET, siempre hablamos inclusive yo me acuerdo cuando era chico en Uruguay que se hablaba de poliéster ya era PETI eso, yo conozco el PETI de ahí de Uruguay cuando era chico porque había ropa de poliéster.

EC – El PETI es el PET, ¿no?

JCC – Es el PET. Yo usé ropa de PET ahí en Uruguay cuando era pibe.

EC – Tengo desde temprano cuando anunciamos esta entrevista unas cuantas preguntas de los oyentes. Por ejemplo, uno de ellos consulta: "¿Qué es eso de bicicleta ecológica? Todas las bicicletas son ecológicas". Claro, son ecológicas como medio de transporte, tú estás apuntando a que es ecológica en este caso también la producción.

JCC – Sí, es un ecológico contemporáneo, en nuestro momento social es necesario ayudar al planeta a despoluírlo entonces en ese sentido es que ella es ecológica, no producir carbono, no aumentas el efecto estufa, extraer minerales aumenta el efecto estufa, fabricar aluminio aumenta el efecto estufa, soldar el cuadro aumenta el efecto estufa, preparar la tina, todo eso sirve para aumentar el efecto estufa.

EC – Aclaremos: efecto estufa le dicen en Brasil al efecto invernadero, ¿no?

JCC – Exactamente, sí. Y con eso conseguimos que este producto específicamente sea un proceso limpio y economice hasta 95% de energía.

EC – Tengo más preguntas. Pablo de Florida dice que desde los 14 años practica ciclismo, conoce de cuadros de bicicletas hechos de madera de fresno, pero no de plástico, y entonces quiere saber cuánto pesan, son resistentes, ¿compiten con los de fibra de carbono?

JCC – Sí, compiten pero debemos decir con relación a qué compiten, o sea no es una super bicicleta para hacer competiciones, para correr carreras, es una bicicleta urbana, una bicicleta de paseo.

Dependiendo del material que usas ella es más o menos pesada. Si usamos polipropileno que son los embalajes plásticos medios rígidos ella pesa una media de tres kilos y el ciclista puede pesar hasta 60 kilos. Si usamos materiales más fuertes, más rígidos, con cargas por ejemplo con fibra de carbono ahí el peso va aumentando hasta la máxima que llega a seis kilos que es la PET y el ciclista puede pesar hasta 100-115 kilos. Esa es la característica de esta bicicleta.

Pero tiene sus grandes ventajas con relación a las otras. Dejando de lado la parte ecológica ella tiene un andar muy suave...

EC - ...Es que si entiendo bien el propio cuadro al ser de plástico es el amortiguador de la bicicleta.

JCC – Exactamente. Inclusive ella no precisa amortiguador, entonces cuando tú andas no sientes como una bicicleta rígida que te golpea, es dura, ahí tú andas con ella y de a poco no la sientes más, ni percibes que estás andando en una bicicleta, parece que estás como flotando porque las imperfecciones del piso ella las absorbe entonces no llegan a tu cuerpo, inclusive hasta por el problema de la próstata que hay un problema con los ciclistas muy serio, no sé si tú sabes ese problema que los ciclistas tienen de la próstata por causa de la bicicleta. Ese problema no existe en esta bicicleta.

EC – ¿Y qué pasa con la resistencia de ese cuadro?

JCC – Yo digo siempre así: yo tengo un test de crash en mi site, en mi dirección...

EC - ...Sí, hay un video que se puede ver en el sitio web de unas pruebas que ustedes realizaron sometiendo al cuadro a golpes muy fuertes.

JCC – Sí, lo tiramos de una altura de 18 metros, desde arriba del edificio donde está la empresa nuestra, y se cayó y no pasó nada. Después le pasamos un coche por arriba y mostramos que es muy resistente.

Y el propio material es prácticamente eterno. Yo digo que las pirámides que vamos a dejar para el futuro son de PET, son de plástico, porque es eterno, tenemos que buscarle utilidad, qué vamos a hacer con eso.

EC – Hay oyentes que preguntaban más temprano: "Siendo esta bicicleta obra de un artista plástico esos cuadros tienen gracia desde el punto de vista de los colores, ¿puede llegar uno a comprar una bicicleta personalizada donde el cuadro sea único y tenga un determinado dibujo?"

JCC – Ese es otro problema. Como usamos basura los colores no son muy alegres, siempre se tornan en unos marrones oscuros entonces resolvimos hacer una serie negra, es una bicicleta –como decía Ford puede comprar cualquier color desde que sea negro– o sea es una negra porque la basura es negra, termina siendo negra.

Ahora, se pueden hacer bicicletas transparentes, de cristal, pero ahí ya es con materiales nuevos.

EC – Porque yo he visto fotos en el sitio en Internet de otros colores.

JCC – Sí, nosotros hicimos algunas pruebas y se pueden hacer coloridas, transparentes, o sea hay un mundo para hacer, mezclados los colores, hay una infinidad de cosas. Pero el brillo del proyecto es la ecología, nosotros lo vemos por eso lado. Pero sin duda para la gente que no se preocupa mucho por la ecología le haremos unas muestras de bicicletas coloridas y transparentes.

***

Algunas preguntas más porque a los oyentes les ha interesado mucho esta historia, y vienen y vienen las consultas. Por ejemplo, ¿qué pasa con los otros elementos de la bicicleta aparte del cuadro? Porque tú ya explicaste que el cuadro es el que se hace en base a plástico reciclado, es más, es una pieza única, resistente pero al mismo tiempo con cierta flexibilidad, qué pasa, preguntan, con piñón, cadena, plato, manubrio.

JCC – Eso por ahora no tenemos una solución, solamente para la rueda tendremos que estamos ya preparando una rueda de plástico para comenzar a hacer algunas experiencias y tal vez sí los pedales, manubrio, el asiento. Eso lo haremos también de plástico reciclado, se puede hacer. Ahora hay cosas como la cadena y cosas metálicas que compramos en el mercado.

EC – Qué pasa con el precio de esta bicicleta.

JCC – El precio de esa bicicleta, la bicicleta común, cuesta en media 200 dólares y el cuadro hay mucha gente que solamente compra el cuadro aquí en Brasil y en otros países porque viven en playas y este cuadro el ferrugem no lo ataca es eterno entonces cambian las piezas que tienen en sus bicicletas y las pasan para este cuadro que es un modelo over, abierto, acepta cualquier pieza.

EC – Es un modelo que se puede aplicar a bicicletas que ya existen.

JCC – Exacto.

EC – Entonces cuánto cuesta el cuadro.

JCC – El cuadro 100 dólares.

EC – El cuadro cuesta 100, y la bicicleta completa 200, ¿y eso cómo es en el caso de Brasil, dentro de Brasil, porque no tengo idea cómo son los precios en ese mercado, es un precio competitivo?

JCC – Sí, sí, tranquilo, sin problemas. Ya es más barata que la media en comparación al mismo nivel de bicicleta. Y la idea es bajar, o sea ahora estamos aumentando la producción, hoy estamos con una producción de 15.000 bicicletas por mes y hasta junio –estamos ampliando la fábrica- vamos para 60.000 bicicletas por mes.

EC – ¿Dónde se está vendiendo hoy?

JCC – Con ese número de 60.000 nosotros conseguimos bajar los precios, conseguí bajar los costos, para intentar llegar a las masas que precisan un vehículo, la idea es esa.

EC – ¿En qué zonas de Brasil se vende hoy?

JCC – En todo Brasil. Vendemos por Internet. Inclusive ya varios uruguayos han llamado un tiempo atrás queriendo saber. Nosotros todavía no conseguimos establecer en Uruguay una empresa para poder negociar. Ahora el BROU, el BID también nos llamó que iba a haber una reunión de gobernadores en marzo en Uruguay ya pidiendo algunas bicicletas para hacer unas ciclo-vías ahí en Montevideo. Yo pienso que a partir de este año que viene podamos ya llevar esa bicicleta para Uruguay.

EC – ¿Así que en la conferencia del BID, que tendrá lugar acá en Uruguay, podrán verse estas bicicletas?

JCC – Podrán andar en la bicicleta, si tú quieres puedes dar una vuelta en la bicicleta.

EC – Nos vamos preparando entonces.

Por ejemplo a propósito de exportaciones más allá de que en Uruguay todavía no han llegado porque no hay distribución, ¿qué pasa con otros países?

JCC – Quiero aclararte que en Uruguay llegan ahora este mes una donación que le hicimos a Mujica de 200 bicicletas.

EC – ¿Cómo es eso?

JCC – Cuando pasó por aquí, le gustó mucho el proyecto y resolvió ayudarnos también con el proyecto. Se interesó en tal vez hacer alguna cosa en Uruguay más en un futuro. Nosotros le donamos 200 bicicletas que están llegando este mes ahí a Uruguay, en enero.

EC – ¿Qué destino van a tener, se sabe ya?

JCC – No, ahí ya es con Mujica, él no me dijo adónde irían, no sé qué destino les dará.

EC – ¿Y más allá de Brasil y eventualmente Uruguay?

JCC – Este proyecto por causa de la Internet, las redes sociales, se ha expandido bastante. Hay gente de prácticamente todos los países, la hemos patentado en todos los países más importantes que son 18 las bases que están patentadas. Pero hay casos medios insólitos por ejemplo una señora que se ha venido de Australia porque llamó y dijo que quería y le dije que no tenemos en Australia y va a demorar un poco. Me dice no, pero yo voy para ahí. Se tomó un avión y se vino para Uruguay, pero no, yo vivo en Australia y estoy también en Nueva Zelanda. Somos cuatro millones de habitantes, aquí hay cuatro millones de bicicletas y la ecología es muy importante para nosotros. Entonces ella quiere instalar esa bicicleta en Nueva Zelanda y también en Australia.

EC – Tú has dicho en algunas entrevistas que este es un concepto contemporáneo y que va a llevar tiempo antes de que sea absorbido y agregabas: "el proyecto es una crítica social hacia el actual nivel de consumo", ¿qué quiere decir eso?

JCC – En realidad nosotros estamos usando el lixo, la basura, del exceso de consumo. Yo pienso que si cada uno se viera obligado a cargar en la espalda la basura que produce produciríamos menos basura, entonces estamos usando la basura de los que consumen que son las clases que pueden consumir en realidad, el pobre no produce casi basura, en realidad es social en ese sentido, nosotros usamos lo que resta de quien puede consumir. Es una manera de demostrar que estamos haciendo excesos de consumo y estamos haciendo un vehículo con lo que sobra en realidad que no debería de sobrar.

EC – Martín, de Dolores, en el departamento de Soriano, manda su mensaje y recomienda el libro con las creaciones de Juan, ¿qué libro es ese?

JCC – Son algunos libros de arte que se han publicado aquí en Brasil, inclusive salió uno esta semana, estamos haciendo una exposición individual aquí. Estoy haciendo "El Memorial de América Latina", que se llama "Juan Muzzi entre el ser y el tiempo" y estamos hasta el día 8 de enero en esa exposición. Y hay otros libros míos que se han publicado y en algunos cuenta un poco mi vida en Uruguay, cuándo comencé, de la UTU y cómo es y cómo estudié. La gente tiene curiosidad por saber cómo un inmigrante consiguió tornarse en artista o tener una empresa.

EC – Tu obra es muy amplia porque estamos hablando de alguien que hace pinturas, grabados, cerámica, escultura, diseño. En definitiva, ¿qué es Juan Muzzi como artista?

JCC – En realidad es un producto del Uruguay. La influencia de mis abuelos italianos, la influencia de Torres García fue muy fuerte en mi vida, fue excelente, él me mostró que la pintura es una manera de expresarse, no es solo pintura, o sea no es solo para pintar un cuadro podes tener un idioma, podes expresarte de varias maneras, eso lo aprendí con Torres García.

Y con la UTU, que fue lo máximo que podía haberme acontecido, o sea un pibe como yo que era de familia humilde de repente va a la escuela industrial en Las Piedras que era una ciudad chica del interior. Va para Montevideo empieza a crecer, a desenvolverse, en aquella época la Alianza para el Progreso había unos cursos que te enseñaban a trabajar con máquinas modernas. Ahí yo gané una beca y trabajé en la universidad, después al otro año gané de nuevo trabajé de nuevo y esos conocimientos los uso hasta hoy aquí en Brasil. O sea es producto de todo eso que en aquella época en Uruguay era muy floreciente, no sé como es hoy porque no tengo mucho contacto con Uruguay ahora.

EC - ¿No vienes a menudo a Uruguay?

JCC – Mientras mi familia vivía iba más, ahora como que voy un poco menos, paso algunos años sin ir. Pero soy producto de todo eso. Entonces en Brasil dicen ¿cómo este hombre vino de Uruguay, un país chiquito, y tiene esa formación? Entonces siempre le fui grato a la UTU y a la enseñanza que nos brindaron siempre gratis. Nunca compré un libro en Uruguay.

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