Paul McCartney dijo que ha desarrollado un "sentido de la responsabilidad" al ver crecer a su pequeña hija Beatrice, de ocho años y abandonó su hábito de fumar cannabis: "Lo hice durante mucho tiempo, y ya fue suficiente... Suficiente es suficiente".

Sir Paul, de 69 años, fue introducido al cannabis por Bob Dylan, quien a mediados de los años 1960 se sorprendió al enterarse de que McCartney nunca había fumado. Después de eso vino la heroína, la cocaína, el LSD y una amplia gama de otros psicodélicos que inspiraron algunas de las mejores canciones de los Beatles.

La lista de problemas con las drogas de McCartney es casi tan larga como su lista de éxitos. Fue arrestado por posesión de cannabis en Suecia y en su granja de Escocia en 1972.

En 1980 fue deportado de Japón después de que funcionarios encontraron marihuana en su equipaje.

Cuatro años más tarde fue detenido en Barbados, con su primera esposa Linda -con quien fumaban todos los días- después de la compra de algunos gramos en la playa.

Parece ser que temporalmente dejar de fumar durante su segundo matrimonio con Heather Mills, quien le dio un ultimátum: ella o las drogas.

Durante su divorcio, Mills afirmó que Paul podría consumir cannabis con tanta regularidad como otros beben tazas de té.

En cuanto a porqué los Beatles no se reformularon como hicieron otras bandas clásicas Paul dijo que "a todos nos pareció muy convincente haber cerrado el círculo" y que las sugerencias de posibles reuniones nunca fueron lo suficientemente convincentes. "Y lo más importante, lo que arruinó toda propuesta de reformular a los Beatles, era la idea que la gente pensara, en caso de que volviéramos: ‘Oh, Dios mío, no eran nada buenos’ Los Beatles se hicieron más fuertes luego de la separación".