Cultura

La actriz de los tres Oscar

Pese a su récord de 17 nominaciones, la historia de amor entre Meryl Streep y la Academia solo se había materializado en dos premios y el último se remontaba a 1982."La Dama de Hierro" le ha llevado por fin al selecto grupo de actores con tres Oscar.

En el lado positivo estaban sus 17 nominaciones, aventajando en cinco cuerpos a Katherine Hepburn, con doce. En el negativo, catorce derrotas, que le habían hecho ironizar sobre el cansino ritual de estrenar vestido cada vez que la Academia tenía a bien incluirla entre las cinco finalistas.

Ahora, gracias a "La Dama de Hierro", la actriz de Nueva Jersey ha vuelto a tener en sus manos un Óscar, ese viejo amigo con el que siempre queda pero pocas veces se va a casa.

La primera sucedió en 1979, cuando era un rostro emergente gracias a "Kramer vs. Kramer", y con los nervios se le olvidó en el baño unas horas después.

Pasados tres años, repitió con "La decisión de Sofía", como protagonista y con partes habladas en alemán. Entonces se le cayó el discurso al subir al escenario donde le esperaba Sylvester Stallone. Después, casi treinta años de sequía y el sambenito de "la eterna nominada".

Muchos actores tienen dos Oscar, pero ahora Meryl es una de las cuatro que tiene tres. Y la única que les mira desde arriba es Katharine Hepburn, que tiene cuatro y, además, todos como protagonista.

Walter Brennan ganó sus tres Oscar entre 1936 y 1940 y todos como secundario. Ingrid Bergman recibió uno en 1944 -por "Gaslight"- otro en 1956 por "Anastasia", y un tercero en 1974 por "Crimen en el expreso de Oriente" como secundaria.

Jack Nicholson, el tercero en discordia, ganó en 1975 por "Atrapado sin salida", en 1983 por "La fuerza del cariño" -como secundario- y en 1997 por "Mejor... imposible".

Ahora, por fin, se suma Streep, que tiene muchas interpretaciones rutinarias en ese catálogo de nominaciones, pero también papeles tan inolvidables como los de "África mía", "Los puentes de Madison" o esa secundaria de lujo en "El ladrón de orquideas", la que había sido su última condición de favorita al premio.

Sin embargo, no ha sido hasta que se ha metido en la piel de la ex primera ministra británica, Margaret Thatcher, cuando Hollywood ha recordado que, por muy acostumbrado que esté a su extraordinario talento, Meryl Streep merecía ser premiada una tercera vez.

"La Dama de Hierro", dirigida por Phyllida Lloyd -la realizadora de "Mamma Mia!"- y que ha recibido críticas más bien tibias, parecía tener la única función de reportar a Streep este Óscar, aunque las competidoras eran duras.

La antigua rivalidad con Glenn Close, con la que compitió por el Óscar en dos ocasiones -en 1987 y 1988-, se reavivaba en pleno siglo XXI con otra producción diseñada para lucimiento de su protagonista, también transformación física de por medio, pues en "Albert Nobbs" se viste de hombre.

El hecho de que Close no tuviera un Oscar con seis nominaciones le ha hecho unirse a otro selecto pero menos honroso club: el de las grandes perdedoras, junto a Thelma Ritter y Deborah Kerr.

Por otro lado, y en un año en el que la nostalgia parece el leit motiv de estos Oscar, la inicialmente osada pero finalmente deliciosa iniciativa de recrear a Marilyn Monroe en la gran pantalla, había ido acrecentando las posibilidades de Michelle Williams, que con películas de recorrido más bien minoritario lleva, a sus 31 años, tres nominaciones en seis años.

Y en los últimos días, las casas de apuestas se volcaban en un nuevo Oscar para una actriz negra -el segundo en categoría protagonista tras Halle Berry- para Viola Davis, que comenzó robándole a la propia Streep los elogios con una brevísima aparición en "La duda" y que ahora borda su salto al protagonismo en "Historias cruzadas".

Pero, finalmente, nada pudo con Meryl Streep, una dama de hierro con tres Oscar.

Fuente: EFE