"El libro de este siglo, si es bueno, siempre se abre paso"
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Con motivo de celebrarse este sábado 26 de mayo el día Nacional del Libro, En Perspectiva dialogó con el escritor, músico y periodista, Roy Berocay, el cual se refirió a la importancia de la literatura infantil y a cómo se construye el publico lector del futuro en medio de los cambios tecnológicos de este siglo.
Roy Berocay, que fue uno los impulsores de la nueva literatura uruguaya con su creación de El sapo Ruperto, a fines de los años 80, señaló que cuando se habla de que los jóvenes no leen "siempre se generaliza, pero en realidad se puede decir también que los adultos no leen, las cifras de adultos lectores no son algo tan descomunal, aunque si debemos resaltar que Uruguay es uno de los países más lectores de América Latina. Creo que esas cosas que se repiten quedan como verdades y no son tan así, si nadie lee no habría la industria de la literatura infantil que hay. Alguien lee, a no ser que haya padres que compran libros y después los tiran".
En referencia a las nuevas tecnologías, y en particular los efectos que generará el Plan Ceibal en las futuras generaciones, Berocay opinó que "llevara unos años evaluarlo seriamente y se notara de acá a un tiempo. Lo que si tengo claro es que, si un libro es bueno, tarde o temprano se abre paso". Además "la literatura infantil uruguaya creo que hizo pie en los docentes en decenas y cientos de maestras que abrazaron los libros y se los leyeron a los gurises y los alumnos redescubrieron eso de sentarse a escuchar un cuento", por lo que el autor entiende que "hay futuro" en esta materia.
Interrogado sobre el aspecto didáctico en los contenidos de carácter infantil, el escritor, músico y periodista opinó que, desde su visión, observa "una especie de mentalidad generalizada de que todo lo que se hace para niños tiene que ser didáctico, siempre tiene que dejar un mensaje y a mi me parece que eso no es solo subestimar al niño sino faltarle el respeto".
"Cuando algo es abiertamente didáctico, que el niño sabe que esto es para aprender algo esta todo bien, pero cuando se hacen cuentos o canciones en la que se le trata de enseñar algo sin que sea explícito se lo trata de engañar y el niño tiene el mismo derecho que un adulto a que se hagan cosas artísticamente para él, que no necesariamente tengan que ser pensadas didácticamente", agregó el autor.
"Sobrecargar el texto y además pasarle un mensaje a los niños, para mi no es lo correcto. Una de las cosas que me puse como objetivo al momento de escribir es hacerlo lo mejor que pueda sin la intención deliberada de enseñar algo, ese es el trabajo de los padres y de los maestros", manifestó.
Al cierre de sus declaraciones Berocay se refirió al proceso de cómo hacer para que la obra tenga la llegada que tiene en los jóvenes, pero también en los más pequeños:
"Si supiera como hacerlo capaz que lo patentaría o daría cursos. No hay una fórmula, es algo en lo que he pensado, el sapo Ruperto lleva 22 años y esta funcionando muy bien en Argentina ahora, por ejemplo. Creo que para mi hay, muy en el fondo de todo lo afectivo, un papel muy importante en el hecho de que a uno realmente le importe el asunto, es como una cosa que va entre líneas. Eso y el humor, sumado a la complicidad, porque siempre escribí desde el punto de vista del niño y no de un adulto que le cuenta una historia a un niño, es la manera en que lo hago".
"Uno debe querer lo que hace y si lo quiere y se esfuerza tarde o temprano tiene que pasar algo. Hay cosas que uno tiene adentro, en esencia soy un tipo muy inmaduro hay una parte de mi que nunca terminó de crecer y es en ese lugar donde me apoyo y me meto para escribir para niños", concluyó Berocay.
Foto: Flickr.com/ Embajada de EEUU en Uruguay