Entrevistas

Las cartas del primer presidente Batlle fueron recopiladas en un libro

Las cartas del primer presidente Batlle fueron recopiladas en un libro

Ha habido cuatro presidentes con el apellido Batlle en nuestro país. Lorenzo Batlle, el que inició esta dinastía, es el que más se desconoce. La familia Franzini Batlle abrió su archivo a Marcos Cantera Carlomagno para que realizara esta investigación, que se convirtió en el libro "Lorenzo. El mundo íntimo del primer Batlle presidente". En Perspectiva dialogó con el doctor en historia para conocer más sobre esta "autobiografía", como la definió él. También participaron los integrantes de la tertulia de los viernes, Juan Grompone, Carlos Maggi y Mauricio Rosencof. El libro contiene 118 cartas inéditas íntegras, las cuales tratan de los últimos años de Lorenzo Batlle, la relación con sus hijos y sus penurias económicas. Cantera considera que con el paso del tiempo hay personajes de la historia que quedan en el olvido. "Lorenzo Batlle es un personaje de los que aparecen nombre, apellido y la fecha de presidencia, en algunos casos las fechas de nacimiento y muerte, y nada más" aseguró el historiador.


(emitido a las 9.04 Hs.)

EMILIANO COTELO:
El archivo de papeles de la familia Batlle siempre ha despertado una gran curiosidad entre los historiadores uruguayos. Sus propietarios lo custodian de manera muy reservada. Pocas veces han permitido el acceso a los documentos iniciales de esta dinastía de la política nacional que abarcaría cuatro generaciones de presidentes.

Una de esas excepciones acaba de ocurrir cuando el escritor e historiador Marcos Cantera Carlomagno pudo observar y estudiar 120 cartas que Lorenzo Batlle intercambió con sus familiares entre 1879 y 1887.

El resultado aparece en el libro "Lorenzo. El mundo íntimo del primer Batlle presidente", que lo retrata ya en sus años finales, empobrecido y con problemas de salud, pero también revela las personalidades jóvenes de sus dos hijos, en especial la de José Batlle y Ordóñez, que entonces tenía poco más de 20 años y se preparaba para una carrera política que poco tiempo más tarde lo llevaría a su primer gobierno.

¿Cómo fue esta investigación? ¿Qué aporta a la historiografía nacional? ¿Qué nuevas puertas deja abiertas?

Vamos a conversarlo con Marcos Cantera Carlomagno, pero también incorporando los comentarios de los integrantes de la tertulia de los viernes.

Lo hemos encontrado en su domicilio en la República Argentina.

MARCOS CANTERA:
En un pueblito en provincia de Buenos Aires, a 150 kilómetros de capital.

EC - Están con nosotros tres de los integrantes de la Tertulia: Carlos Maggi, Mauricio Rosencof y Juan Grompone.

Cantera, ¿cómo define este libro? ¿Una recopilación de cartas? ¿Un ensayo? Usted maneja otro término, una biografía o autobiografía de Lorenzo Batlle.

MC - Son varios libros. Es un libro de historia, una autobiografía, un estudio de cartas. La alternativa era hacer varios libros, pero no era una idea que me agradara, entonces decidí cortar un poco y hacer un solo libro. Quedó un libro grande igual, que quizás asuste al lector, pero es mucho material y es un tema que no es conocido. El libro contiene 118 cartas inéditas íntegras, y unas 30 de los períodos posteriores a las cuales hago referencia.

EC - El título está centrado en Lorenzo Batlle, pero también puede pensarse que es un libro sobre la relación con sus dos hijos. Incluso sobre alguno en particular, José Batlle y Ordóñez, que atrae mucho como figura, sobre todo porque se lo ve en un momento de su vida quizás poco explorado hasta ahora.

Retrato de José Batlle y Ordoñez hecho a finales de su primera estadía europea (1879 - 1880).MC - Es verdad. La figura de José Batlle y Ordóñez emerge de manera distinta a la que se ha visto y se ve de forma tradicional. Un joven muy inseguro de sí mismo, que no se cree capaz de nada, con muchas dudas y muy tímido, incluso con una fuerte fobia social. Si un psicólogo lee el libro, puede sacar muchas teorías interesantes, en lo que respecta a la personalidad de José Batlle y Ordóñez como a la relación entre Lorenzo Batlle y su hijo menor, Luis Batlle y Ordóñez, el abuelo de Jorge Batlle, el padre de Luis Batlle. Una relación padre-hijo complicada, de dependencia, hasta de sadomasoquismo en algunos aspectos. También aparecen aspectos desconocidos de la relación de José Batlle y Ordóñez con Matilde.

EC - Y hablando de mujeres, la esposa de Lorenzo Batlle es un misterio.

MC - Sí, de la madre de José Batlle y Ordóñez encontré unas líneas de ella y dos referencias, una del hermano, que era jefe político de Soriano, y otra de José Batlle y Ordóñez cuando dice: "Mi viaje a París y la muerte de mi madre han sido los dos hechos más importantes de mi vida". Tenía 23 años cuando escribió eso. Es una persona ausente por completo, no figura en las actas, al menos en las carpetas que yo he visto. Pero yo me dediqué a ver la parte antigua del archivo de Lorenzo.

EC - Como usted destaca, Lorenzo Batlle fue el primer Batlle presidente de Uruguay. Fue padre de José Batlle y Ordóñez (el segundo Batlle presidente), abuelo de Luis Batlle Berres (el tercer Batlle presidente) y bisabuelo de Jorge Batlle Ibáñez (el cuarto Batlle presidente). Por lo tanto, se trata de un personaje que, directa e indirectamente, dejó una huella fuerte en la política y la historia de nuestro país. ¿No había libros centrados en su figura hasta ahora?

MC - No, Lorenzo Batlle es un personaje de los que aparecen nombre, apellido y la fecha de presidencia, en algunos casos las fechas de nacimiento y muerte. Pero detrás de ese nombre no hay nada de carne y hueso. Este es el primer estudio sobre Lorenzo Batlle que cubre la fase final de su vida, que no es menos activa, porque fue uno de los principales líderes de la Revolución del Quebracho durante estos años.

EC - ¿Cómo interpreta el desinterés de los historiadores uruguayos por Lorenzo Batlle?

MC - Lorenzo Batlle cae en el anonimato del siglo XIX, de muchos presidentes y figuras importantes. En los últimos años se ha hecho historia contemporánea, pareciera que la historia uruguaya empezó en 1960 con el MLN. ¿Antes de eso no había nada? Cuando viajo a Uruguay me fijo en las librerías, y veo testimonios de los años 60, 70, antes, durante y después de la dictadura. Como si la historia nacional de 1830 a 1960 no hubiera existido. Con el paso del tiempo, quedan en el olvido los personajes del siglo XIX.

EC - La correspondencia que usted recopila se inicia en 1879, cuando Lorenzo Batlle tenía 68 años. Había terminado su presidencia seis años antes y –lo dice él– se sentía "viejo y enfermo". La documentación, interesante sin duda, nos habla del expresidente. ¿No hay cartas anteriores a esa fecha? En la introducción usted da a entender que leyó cartas previas.

MC - Sí, leí, incluso cartas del padre de Lorenzo Batlle, José Batlle y Carreó, el Batlle que llegó a Uruguay en enero de 1800, luego de un conflicto con la corona española que lo dejó en la quiebra porque nunca le pagó las deudas que tenía. Leí cartas también del período como presidente de Lorenzo Batlle, como por ejemplo un intercambio epistolar con Domingo Faustino Sarmiento, el presidente argentino en los mismos años, el único presidente argentino del siglo XIX que se opuso al traspaso de revolucionarios de Argentina a Uruguay, tanto blancos como colorados pasaban con el visto bueno de las autoridades argentinas. Sarmiento explica a Lorenzo que él defiende la constitucionalidad y ha enviado barcos de la Armada argentina para tapar todas las posibilidades de cruce de revolucionarios. Esto es en el  año 1870, la Revolución de las Lanzas de Timoteo Aparicio.

El problema es que el archivo no está organizado, entonces uno encuentra cosas que no son lo que dice en el título de la carpeta. Y por otra parte, hay material que debería estar y no está. Es un archivo muy grande, muy rico y muy desorganizado, no es trabajo para una persona, o para realizar en 18 meses, que fue el tiempo que yo trabajé. Es un trabajo que lo deben realizar varias personas, durante mucho tiempo, primero organizarlo y después ver lo que se encuentra.

EC - ¿Cómo accedió a esta documentación? No es fácil, la familia Franzini Batlle es muy cerrada en ese sentido.

MC - Es verdad que ellos son muy escépticos. Yo los conocí a través de un amigo común, Claudio Paolillo, el redactor responsable de Búsqueda. Tuvimos una reunión y les planteé mi interés por la figura de Lorenzo porque no se sabía nada de él, era el padre de José Batlle y Ordóñez pero en los libros de historia no aparece. Dijeron que sí y me dieron el material que les pedí, no me ocultaron absolutamente nada. Nunca voy a cansarme de agradecerles.

EC - ¿Cómo fue ese trabajo? Cuando uno recorre el libro puede leer con mucha facilidad el texto de las cartas, pero para que eso sea posible usted se sumergió en esa correspondencia, descifró la letra de los distintos autores.

MC - Hay palabras que me llevaron media hora. Hay dos cartas en las fotos del libro que lo dicen todo, porque el papel se trasluce completamente, uno lee dos oraciones al mismo tiempo. Pero luego viene el problema de que la tinta se mimetiza con el papel, o que el papel se trasluce, sobre todo en las cartas de José Batlle y Ordóñez, no sé qué tinta usaba, pero queda en una especie de marrón, un poquito más claro, un poquito más oscuro. Hay períodos en cartas de Lorenzo Batlle en que usaba una tinta que quedó violeta suavecito, y luego están los manchones, o faltan pedazos de cartas. La caligrafía de Luis Batlle y Ordóñez es tan difícil de leer que ni el padre la entendía.

EC - Además va cambiando en una misma carta.

MC - En la misma carta va cambiando y el padre no la entendía, en una carta Luis Batlle le dice a su padre: "Si no la entiendes, que te la lea Pepe". Pepe –José Batlle y Ordóñez– era el único que le entendía la letra a su hermano. Descifrar esas cartas fue un trabajo tremendo, y estuve metido de lunes a lunes durante más de un año, solo con las cartas.

EC - ¿Dónde hizo el trabajo?

MC - Claudio Paolillo escaneaba las carpetas y me las mandaba por correo electrónico, así yo aumentaba el tamaño, porque trabajar sobre la carta es muy difícil, a menos que uno tenga lupa. En la computadora las aumentaba, entonces si tenía que estudiar una palabra específica, o una letra, le aumentaba el tamaño en varios cientos por ciento y luego la achicaba para ver la perspectiva de la frase donde venía. Fue un trabajo interesante, pero muy agotador.

***

EC - Juan, te llama la atención la forma de trabajo.

JUAN GROMPONE:
Sí, una vez que están escaneadas no solo se puede aumentar y disminuir, sino que se puede cambiar el color y así mejorar el contraste para que esas tintas desvanecidas se puedan leer de otra manera.

MC - Sí; más que el color, el problema es el mal estado de las cartas. Son cartas que viajaron en barco de Montevideo a París, y luego volvieron a Montevideo. Es verdad que con el escáner y la computadora es más fácil leerlas que en forma directa. Cuando tuve en mis manos una carta que me había dado mucho trabajo leer –también las tuve en mis manos– decía: "Si la hubiera leído directamente no habría podido entender", porque el tamaño de la letra es muy chico y el estado general de la carta es muy malo.

***

EC - Marcos Cantera Carlomagno tiene 60 años, es doctor en historia por la Universidad de Lund, en Suecia, columnista en el semanario Búsqueda y autor del libro "Lorenzo. El mundo íntimo del primer Batlle presidente", editado por Fin de Siglo en la Colección Búsqueda.

El título del libro destaca el "mundo íntimo" de Lorenzo Batlle. Ese hombre, un importante empresario y luego político (ministro de Defensa, ministro de Hacienda y presidente de la República), aparece con serios problemas económicos porque sus negocios se desbarrancaron, pero además porque la crisis económica hace que su jubilación como expresidente se le pague con atraso y con recortes. Por otra parte tiene serios problemas de salud, vive solo, su esposa falleció y sus dos hijos viven lejos, uno en Europa y el otro en el interior, podría decirse que vive para ellos y procurando que ordenen sus vidas en materia de salud, de estudios, de trabajo. ¿Cómo define a ese Lorenzo Batlle con el que se encontró en las cartas?

EC - Hay un aspecto interesante que uno lo va descubriendo en forma indirecta. Lorenzo Batlle se quejaba de sus problemas de salud, tenía unos granos en la espalda que le curaba la hermana todas las noches antes de acostarse, tenía varias recetas un poco extrañas para mantenerse bien, por ejemplo un baño de agua fría de mañana, que dejó de hacerlo porque se congelaba. Su gobierno fue el que tuvo la crisis financiera más grande en la historia nacional, con la quiebra de los bancos y la ruptura de la cadena de pagos. Además tuvo tres revoluciones en contra, dos coloradas y una blanca, es decir que no pasó un año sin estar en estado de guerra civil. Descuidó por completo su actividad comercial e industrial –el molino en la Aguada, los negocios con el exterior– y cuando terminó la presidencia estaba quebrado.

Durante un tiempo tuvo que dejar la casa en la cual había nacido y luego murió, y en la cual nacieron los hijos porque no podía pagarla. Santos, el dictador, no le pagaba la jubilación, primero se la redujo en un 30%, y luego le pagaba cuatro veces por año. Hay una carta en la cual le dice a José Batlle y Ordóñez: "Intenté vender dos espejos que había en casa por 100 pesos, pero nadie me los quiere comprar porque ya no son modernos", espejos de quién sabe qué año. Estaba en una situación económica muy mala.

Quien lee las cartas como lo hice yo intensamente lo entiende, al final uno sabe qué hacía Lorenzo Batlle todos los días, que ya no vivía en la Aguada, que estuvo como un año y medio viviendo en otra parte. Su gran problema en ese momento eran los hijos. Pero no descuidó la actividad política, en un par de oportunidades hace alusión, pero no quería escribirlo en las cartas. Le decía a José Batlle y Ordóñez que era un desesperado por la política: "No voy a hablar de política". La muestra de esto es que acudía a encuentros del Partido Colorado, prácticamente ilegales, en los cuales era una de las principales figuras. Cuando la Revolución del Quebracho fue uno de los tres líderes, se trasladó a Buenos Aires a sus 76 años. Mantenía una actividad política sin nombrarla en las cartas.

CARLOS MAGGI:
¿No te llama la atención lo civilizado y lo culto que era? Siempre me dio la impresión de que la gente de Montevideo que vivió 100 años en guerra permanente era mucho más bruta, más primitiva, y de repente aparece él, con una formación cultural y una escala de valores que les inculca a los hijos. Un gran hombre que pasa por la política de manera gris, sin embargo es un hombre muy importante. Del libro se saca la conclusión de que es un gran tipo.

MC - Sí, es una persona admirable. Estuvo en un colegio privado en Francia durante cuatro años y luego en la Escuela de Nobles y Caballeros en Madrid. Cuando volvió a Uruguay, luego de vivir toda su infancia y el comienzo de la adolescencia en Europa, era una persona con una gran formación, hay muchas frases de él en francés, y mantenía correspondencia en inglés con las firmas con las cuales negociaba la exportación de tasajo en Cuba. Era una persona de mundo con una formación muy sólida, y con una escala de valores tremendamente férreos, universales, pasaba el tiempo y él se mantenía en su postura, un poco anticuado, según la crítica de los hijos. Una persona digna de admiración. Esto se ve en las cartas, cuando les da consejos de postura existencial a sus dos hijos.

CM - Cuando uno se mete en la historia y comprueba la barbarie en que vivían en Montevideo, esta es la gente que produce el desvío, que sale de ese nivel tan bárbaro y empieza a estar más refinada. Este hombre, por sus conceptos y su manera tolerante de vivir, es muy moderno, por momentos parece más moderno que el propio hijo.

MC - Sí, en sus cartas habla de todo, desde el precio del trigo y el pan hasta la guerra, filosofía. Discute de derecho con José Batlle y Ordóñez, que en ese entonces era estudiante de derecho. Lorenzo Batlle era comerciante, industrial, militar (general) y político, pero discute con su hijo de filosofía y de derecho y le da consejos de lo que tiene que estudiar en París, como si él hubiera estudiado derecho y filosofía. Es una persona muy culta.
 
EC - Tomo un párrafo de una carta de abril de 1881 dirigida a Luis Batlle y Ordóñez sobre la actitud de Lorenzo Batlle ante la vida:

"Me anuncias que hace tres días que está lloviendo mansamente por esos parajes y que los estancieros temen perder mucha hacienda en el próximo invierno. Será esto una nueva desgracia para esta pobre tierra, ya tan castigada de todos modos. No soy de aquellos que solo se duelen de sus propios males, generalmente me aflige más el mal que afecta los intereses de la mayoría del país que el mío particular. Este sentimiento no merece elogio llevado a la exageración, como creo existe en mí, al menos si he de juzgar por los resultados que él me ha dado, desatendiendo el bien de la familia en lo futuro, de lo cual, sin faltar a la honradez, debí preocuparme algo más, no siendo tan dadivoso ni llevando la delicadeza hasta dejarme explotar en infinitas ocasiones".

MC - Es verdad, no podía decir que no cuando alguien le pedía un favor siendo presidente. Incluso un viejo soldado que había sido su escolta, después que se jubiló vivía con su mujer en la casona. En una carta a José Batlle y Ordóñez dice: "Vamos a matar el tiempo", se pone a hablar de bueyes perdidos y le dice que ese viejo soldado, que hacía negocios, compraba grano, maíz, tenía carrito y un caballo e iba vendiendo después por Montevideo lo que compraba en el campo, era un vividor, tanto él como la mujer, pero no tenía el corazón de dejarlos en la calle. Lorenzo Batlle era una persona admirable en muchísimos sentidos. Creo que la mejor forma de presentarlo es leyendo las cartas, por eso hablo de una autobiografía.

EC - Es impresionante ver el amor de Lorenzo Batlle por sus dos hijos, la preocupación por sus estados de salud, por sus estudios, por sus vocaciones, sus futuros profesionales. El sacrificio económico que hace, porque con los recursos tan escasos que tenía, mantiene a José Batlle y Ordóñez en su estadía entre París y Barcelona y le manda dinero a Luis, que en las primeras cartas aparece como un joven sin rumbo, sin trabajo fijo, metido en problemas.

MC - Sí, los hijos eran completamente diferentes. Tenía que traer a la realidad a José Batlle y Ordóñez, que quería ser poeta o periodista, no estudiaba, seguía los cursos que le gustaban, leía los clásicos, la Biblia, entonces Lorenzo Batlle tenía decirle: "Tenés que ser realista, tenés que dedicarte a tener una carrera, ser abogado, ser algo que te dé una posibilidad de vida". Y por otro lado, su otro hijo que era una bala perdida, vivía pidiendo plata, fumaba, cazaba, timbeaba, andaba en los bares, hacía todas las cosas que no debía hacer. O sea, a José Batlle y Ordóñez tenía que bajarlo del mundo de las ideas, y al otro tenía que rescatarlo de ese rumbo por el cual se había metido.

CM - Una de las cosas que salen nítidas en el libro es lo que tardan en madurar esos dos muchachos y cómo cambian. Luis termina siendo serio, cumplidor, incluso muchas veces le llama la atención a su hermano sobre cosas morales. Le dice: "¿Cómo podés ser tan haragán?".

MC - Es lo que yo decía de la relación psicológica entre padre e hijo. Creo que cuando Lorenzo muere, Luis se libera, hereda el papel del padre y pasa a ser él quien sermonea a José Batlle y Ordóñez cuando le dice: "Tienes 33 años, no has hecho nada por tu país, con la capacidad que tienes", o "Un hombre político no puede ser tan apolítico como tú". Mientras, José Batlle y Ordóñez deja de soñar y entra en la política, es elegido jefe político de Minas y empieza a trabajar y a administrar. Ambos sufren la muerte del padre y cambian radicalmente. La falta de la madre es una explicación, porque Lorenzo Batlle los cría solo, entonces se genera una relación muy dependiente entre el padre y los hijos.

***

JG - ¿Por qué la familia Batlle se resiste a hacer público el archivo?

MC - No sé cuáles son los criterios de los hermanos Franzini Batlle. Antes que nada, hay una cuestión práctica: yo no vivo en Uruguay desde hace 43 años. A pesar de que escribo semanalmente en Búsqueda, conozco muy poco de la realidad cotidiana del país. Conocí personalmente a los hermanos Franzini Batlle a través de Claudio Paolillo. Nos hemos reunido varias veces, hemos charlado mucho sobre Lorenzo, sobre sus puntos de vista, ellos tienen una tradición familiar con datos que yo no tengo, y yo tengo datos del material de las cartas que ellos no sabían porque no las habían leído. Fue un intercambio de conocimientos sobre las figuras que aparecen en el libro: José Batlle y Ordóñez, Luis Batlle y Ordóñez, Lorenzo Batlle. Pero no conozco los motivos por los cuales no han abierto el archivo. Seguramente porque no está organizado.

CM - Hay problemas familiares y hechos de la historia íntima de los personajes, incluso de don Pepe Batlle, el más importante de ellos, que son muy delicados. La vida de Batlle está empedrada con hechos íntimos muy extraños y un poco fuera de sitio, en un Montevideo que era una aldea timorata. Las costumbres se han hecho más tolerantes de a poco, todo pasa a ser histórico y no real, entonces abren el archivo. Me parece que es una evolución lógica, yo en mi caso habría hecho lo mismo.

EC - En la Tertulia, Juan, Mauricio, Carlos, Matilde van a comentar las impresiones que les dejó su propia lectura del libro.

***

CM - Me interesó muchísimo en este libro el conocimiento de la persona de don Pepe Batlle, un monumento en la historia uruguaya, porque no tenía información sobre su juventud. La primera conclusión que saqué es lo difícil que es empezar a vivir, tenía 23, 24 años, se sentía frustrado, inútil, "no tengo destino", "no sé lo que hacer", "no tengo valor ninguno" le escribe a su padre. El padre, como buen militar, es severo y terrible, pero muy tierno también, de su relación salen destellos de ternura y de cariño, pero el padre es un hombre duro y lo maltrata.

Leer cartas es algo muy abusivo, porque las cartas no están hechas para ser públicas, están hechas para el destinatario, este es un libro indebido y esta Tertulia también, porque entra en un plano íntimo en el que no hay derecho a entrar. Pero es interesantísimo y muy revelador.

EC - Ese José Batlle y Ordóñez desorientado del que hablás estaba pasándola mal en París.

CM - Estaba pasándola mal. El nene estaba en París y el papá estaba alquilando piezas en su casa porque no tenía un centésimo para comer. Este libro tiene varios aspectos, está la relación del dinero entre el expresidente Lorenzo y el nene Pepe que está en París, que después se llamó José Batlle y Ordóñez. Pepe recibe de su padre una cantidad de dinero totalmente desproporcionada, mientras el padre está en la llaga y no tiene un centésimo.

EC - Pero hace todo el sacrificio para eso.

CM - Su sueldo era de 75 pesos, a veces cobraba con seis meses de atraso. Pese a eso, cuando está en París y se hizo el gasto del pasaje, le manda 120 libras esterlinas, el equivalente a 600 pesos. Y según dice el propio Pepe "con 50 pesos por mes en París se vive como un rey". Cuando ese hijo que está en París viendo las catedrales, soñando con ser poeta, o periodista, le explica eso a su padre, él se agarra la cabeza y dice: "¡No, tenés que buscar alguna manera de hacer cosas prácticas, tenés que ponerte en el mundo!". Y el hijo sigue divagado en las nubes y en París, no dice dónde está ni lo que hace, creo que debe haberse divertido mucho y de muchas maneras.

EC - Además no hizo una carrera, iba a algunas materias en institutos de enseñanza, pero el grueso eran lecturas que hacía en su habitación del hotel.

CM - Es muy curioso. Incluso la manera en que le manda el dinero es extraña. Se lo da a William Jones, un amigo, para que se lo haga llegar, y luego éste le manda una orden de pago contra una cuenta en un banco de Inglaterra en París, porque Jones tiene una cuenta en París. Manda una orden de pago, una letra, pero partida con la tijera al medio. Vale decir que si abren una carta no tiene valor ninguno, porque había que tener las dos cartas para completar la letra, que va en dos correspondencias diferentes en días diferentes. Todo eso es muy pintoresco, pero lo que hay detrás es un padre en la miseria, que fue presidente de la República y que le está mandando 120 libras para vivir como un rey en París durante 12 meses.

MAURICIO ROSENCOF:
Yo quiero señalar una media docena de hitos que me deslumbran. Tomás a Lorenzo Batlle y recorrés todo un hilván en la historia. Al viejo Batlle y Carreó, según los historiadores, Artigas le expropió sus tierras después de la derrota de los españoles para el Reglamento provisional de la campaña, ese es el primer gran golpe económico que tiene la familia. Segundo, en la Guerra Grande Lorenzo Batlle revista en la brigada de Italia al mando de Garibaldi en la batalla de Colonia. Después cuando [Lorenzo] Latorre es presidente, se produce un alzamiento histórico, el de 1870, de Timoteo Aparicio, en el que combate Anacleto Medina, que había revistado desde los 16 años en las tropas de Artigas y  muere en la Batalla de Manantiales. Lorenzo Batlle participó en la organización de la Revolución del Quebracho, uno de los referentes de nuestra historia del entendimiento de todas las fuerzas políticas para resistir un gobierno militar.

CM - Jóvenes de todas las fuerzas políticas. No viejos.

MR - Pelearon José Batlle, los Rodríguez Larreta, y toda la pléyade de intelectuales. Perdieron como en la guerra, no podía ser de otra manera.

CM - Tenían alrededor de 30 años, y los derrotó Máximo Tajes, un general que tenía 30 años.

MR - Una última cosa, Lorenzo Batlle estuvo próximo la orden del gobierno de Gabriel Pereira de fusilar en el Paso de Quinteros a César Díaz, y junto con él se fusila a Manuel Freire, un capitán que desembarcó con los Treinta y Tres.

EC - Tú hablabas de la Revolución de las Lanzas de Timoteo Aparicio; esa fue en la presidencia de Lorenzo Batlle, tuvo que enfrentarla sobre el final de su período de gobierno.

JG - Yo quiero hablar de José Batlle y Ordóñez en París. Ahí aparece como un muchacho distraído, perdido, que va a las clases cuando quiere, que estudia lo que le parece, que lee los clásicos. Tenemos que darnos cuenta de que en 1871 ocurrió la Comuna de París, el gran levantamiento, y después el prefecto Osman modificó todo París, armó los bulevares, la organización que hoy conocemos de la gran ciudad parisién. Este joven Batlle está a menos de 10 años de la Comuna de París y de la reforma de Osman, París estaba en construcción en ese momento, entonces este muchacho está viendo un mundo completamente distinto. Tenemos que comparar con lo que era el Uruguay, donde a duras penas Latorre había podido empezar a organizar los campos y Varela la educación pública. Este hombre se encuentra con la ciudad que está construyendo Osman, con el París que conocemos hoy. No le importaba lo que le podían decir los académicos en las clases, era mucho más importante caminar por las calles, por los quai del Sena, recorrer los puentes.

EC – Dice que tomar baños en el Sena le hacía muy bien a su salud. Igual que el gimnasio.

JG - Yo estuve por primera vez en París cuando tenía 26, 27 años, era un poquito mayor que Batlle, y lo asombroso era París, no meterse en cursos. Creo que eso explica por qué ese hombre vino a construir un Uruguay nuevo, quedó encandilado con lo que estaba pasando en ese París desarrollado y construyó un Estado de bienestar que duró 50 años. Creo que aprovechó el tiempo hasta el último minuto, es lo que trasmiten las cartas.

EC - Carlos te mira embelesado.

MR - Lo de la hidroterapia es propio de la época, porque no solo Lorenzo se daba esos baños, Pepe Batlle lo hacía en el Sena, Latorre cuenta que cuando dejó la presidencia buscó las aguas del Hum, las aguas del río Negro, porque decían que tenían propiedades, y antes de la salida del sol se daba un baño de recuperación muscular.

MATILDE RODRÍGUEZ:
Yo voy por un lado completamente distinto porque no soy una admiradora intrínseca de los Batlle. Pero me llama la atención el origen de esta familia. El señor don José Batlle y Carreó llegó con un cargamento de mercaderías que supo vender en Montevideo y Buenos Aires. La mentalidad de comerciante del fundador de la familia luego se trasluce en la vida de Lorenzo, que se ocupa de los molinos de la Aguada y tiene una actividad comercial en torno a eso. Siempre vi a Jorge Batlle, el expresidente de hace pocos años, como un hombre con una mentalidad muy ágil y muy ávida para las actividades productivas y comerciales. Yo decía: ¿de dónde le viene? No le viene ni de sus antecesores políticos ni de su formación de abogado. Es evidente que había un know how atrás, de cómo los antecedentes se habían revuelto en el Uruguay con ese tipo de actividades.

CM - Pienso que la parte comercial es la menos importante de la familia. Los Batlle casi siempre salieron de la presidencia arruinados, así que ese aspecto no los destaca. Me parece son gente que tiene sobre sí la responsabilidad de un nombre muy importante en el Uruguay que se hizo a lo largo del tiempo, y que cada uno de esos cuatro que fueron presidentes pesó mucho por ser gente de mucho valor, mucho más que un comerciante.

EC - Tú querías leer algo.

CM- Tenía ganas de leer esta carta de Lorenzo a su hijo:

"Tú sabes, Pepe, que nadie en el mundo te quiere lo que yo, nunca jamás te hablaré por interés mío, pues mientras viva me he de privar de todo para poderte ayudar a ti y a tu hermano sin tener que exigir nada de ustedes y que si tanto me afectan tus erradas ideas es porque veo comprometido tu porvenir, principalmente para cuando yo les falte, que es la razón que se ha de esperar dentro de no mucho".

En ese momento Pepe Batlle estaba en París gozando y el otro estaba aquí pasando penurias. Y Pepe le contesta:

"Terminas tus consideraciones sobre mis medios de vida con un juicio sobre mis aptitudes generales diciéndome con una franqueza que te agradezco, porque creo que no te equivocas, que soy una medianía y que con el trabajo podría elevarme un poco sobre las otras medianías, y que si me dejo llevar por la esperanza ilusoria sonará pronto de mí el desencanto y el arrepentimiento. Desconfío mucho de mis fuerzas, lo que me hace enemigo de hacer grandes proyectos. El otro día hice enojar a un amigo que me proponía vastísimos planes de estudio. ‘Hagamos hoy lo que podamos’, le contestaba yo, ‘y mañana, y después nos daremos por satisfechos, fatigados de hacer proyectos que no se realicen’".

Es la relación entre un padre severo y aplastante y un hijo adolescente que se siente incapaz de satisfacer las exigencias del padre. Todo eso dentro de una enorme ternura. Para mí es una cosa dramática y hermosa.

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JG - Tiene una característica que es común a los libros uruguayos, no tiene índice analítico. Los libros de historia, y particularmente un libro de estos en que aparecen una cantidad de personajes, de lugares y de situaciones, deben tener un índice analítico que uno pueda recorrer y ver, por ejemplo, cuántas veces visitó el Louvre, cuántas veces cita la plaza de la Concorde.

Finalmente quiero decir que, a pesar de que el libro me parece fantástico porque abre un pedazo del archivo de la familia Batlle –que se debería abrir todo–, estoy filosóficamente en desacuerdo con lo que escribe Cantera. El libro me parece muy interesante por lo que hace, pero leo sus columnas porque estoy en desacuerdo con él filosóficamente. Quiero dejar constancia de ello.

CM - Estaba leyendo el libro y me interesa trasmitir frases. En cierto momento el padre lo castiga y Pepe se siente mal, y le escribe: "No puedo perdonarte que hayas pasado tanto tiempo sin comunicarme la noticia de la renuncia de Latorre. En primer momento me sorprendió cuando leí en La France –seguramente un periódico francés–, pues con respecto a este asunto tu carta ha sido muy atrasada para mí. Me sorprendió, y aún más, pues me había lanzado a un piélago de imaginaciones halagüeñas sobre el porvenir de nuestro país". Y poco más abajo le dice: "Dame noticias sobre nuestro país, Chile, Perú". Está desesperado por enterarse sobre política y el padre le habla de otras cosas.

EC - El padre privilegia el tema familiar.

CM - No quiere hablar más de política, está aburrido. Y en cierto momento le empieza a contar cosas referidas a la política. Dice: "Me felicito de que estés lejos por el momento, pues te dejarías llevar de las exageraciones de tus amigos, tienen una impaciencia por entrar en acción que no hace augurar el mejor criterio que los guía. Basta de política, de la que me ocupo solo al escribirte para que leas con más interés mis cartas". Su hijo le exige que hable de política. Es muy curioso esto, más aun cuando el padre había sido presidente de la República.

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Transcripción: María Lila Ltaif