Planetario

Flores para Marosa

Flores para Marosa

Ya no se la podrá ver en el Sorocabana ni en el Mincho Bar, donde se reunía con amigos que compartían la pasión por la escritura y la lectura. "Ella sabía que la muerte es un viaje, el comienzo de un largo viaje hacia el Universo, hacia lo desconocido", comentó el narrador Ricardo Prieto. Marosa Di Giorgio murió el martes 17 de agosto, a los 72 años. Dejó una larga obra. "La flor de Lis", el último libro de la poeta salteña, se pude encontrar en Buenos Aires. Planetario le rindió homenaje.

Fotografía: gentileza de Magela Ferrero (1996)

Primera parte del programa homenaje a Marosa

Entrevista a dos de sus amigos, los narradores Teresa Porzecanski y Ricardo Prieto

"Ella era una mística en el sentido profundo y creo que hay que celebrar el comienzo de este viaje hacia el Dios desconocido que ella buscó siempre, por lo cual hay que estar quizá un poquito menos tristes porque el viaje fue presentido y en el fondo venerado por Marosa". (Ricardo Prieto)

"Ella está y va a estar al nivel de una gran poetisa uruguaya, como las grandes, como María Eugenia, Delmira o Juana. A ese nivel, porque su poesía es originalísima, porque refiere a patrimonios de la tierra adentro, de los huertos, de su Salto natal. Eso la hace representativa de una manera no ortodoxa de lo más nuestro y a su vez de lo más universal. Y además, como es creyente, una creyente en los órdenes invisibles, eso le da una dimensión cósmica a su literatura. Su poesía tiene todos los atributos de algo que va a perdurar, que va a ser estudiado y re-estudiado y re-significado y re-interpretado por muchísimo tiempo, por estudiosos, por especialistas. Y también, en algún momento, puede quedar como emblema, para el lector común, de un cierto tipo de visión y percepción del mundo, único tal vez". (Teresa Porzecanski)

"En mí, la persona y la poeta, marchan muy unidas, son casi solo un ser". Programa del Museo de la Palabra del Sodre

"Soy poeta y debo cumplir con mi destino". Entrevistada por Alejandro Ferreiro en 1998, Marosa Di Giorgio habló sobre su infancia, la "veta erótica" en su poesía, sus amigos y colegas, sus viajes y también escuchó la opinión que, sobre su forma de vestir, había dado Óscar Álvarez en una nota anterior. Después, la poeta acotó: "Soy coqueta (...) Me pinto las uñas, los labios, sino no salgo a la calle. Pero la ropa es muy sencilla"