Cultura

La receta de Corea del Sur para ser número uno en PISA

La receta de Corea del Sur para ser número uno en PISA

En el último informe PISA, Corea del Sur ocupa primer puesto mundial como el país con mejores resultados en comprensión lectora y conocimientos matemáticos y una buena nota en competencia científica.

"El fuerte anhelo de educación de los coreanos no se percibe en ninguna otra parte del mundo", ya destacaba un informe de la OCDE de 1998 y que el autor Michael J. Seth definió como una auténtica "fiebre" que "provocó una de las transformaciones sociales más importantes de la historia".

"Una tierra de campesinos analfabetos y semianalfabetos con solo una muy pequeña clase urbana se ha transformado en una de las naciones con mejor educación del mundo", advierte el profesor estadounidense.

A través de la educación se reconstruyó el país después de la Segunda Guerra Mundial tanto social como económicamente, un objetivo que aún hoy se mantiene en esencia. Esa convicción logró sacar al país del analfabetismo que existía tras su liberación de Japón en 1945.


El sistema educativo de Corea del Sur comprende de uno a tres años de preescolar, seis años de escuela primaria, tres del ciclo medio de la escuela secundaria, tres del ciclo superior de secundaria y cuatro años de facultad en la universidad.

La educación primaria es obligatoria y gratuita, con almuerzo incluido y los tres primeros años de secundaria también son obligatorios.

 En 2010 había  411 instituciones de enseñanza superior en Corea, con un total de 3,64 millones de estudiantes y 77.697 profesores.

El 98% de los estudiantes termina la educación secundaria y casi un 60% obtiene un título universitario.

Los alumnos surcoreanos estudian 16 horas más a la semana que la media de la OCDE. Y aquí una muestra de cómo Corea del Sur logra los mejores resultados: se brindan de seis o siete horas diarias de clase en la escuela, más cuatro o cinco horas de clase privadas, más tiempo de estudio en casa o en bibliotecas para un estudiante de secundaria.

El 90% de las familias coreanas gasta de media unos 400 euros al mes en academias privadas fuera de horario escolar para completar la formación de sus hijos.

Los surcoreanos "consideran que todo en la vida es competición» y entienden que para lograr sus objetivos "todo pasa por una buena educación y para eso tienen que competir para asistir a las mejores escuelas y universidades", según  Han-Association, una organización creada para dar a conocer la cultura surcoreana.

También hay un gran respeto por la figura del profesor. De acuerdo a Han-Association, la admiración y agradecimiento por los profesores el altísima pues se trata de personas que "eligieron la vocación de transmitir sus conocimientos, no la profesión de funcionario y, por tanto, se agradece siempre su esfuerzo".

Claro está, los profesores se encuentran entre los profesionales mejor pagados del país y se someten a evaluaciones en las que participan los estudiantes y los padres para mejorar su nivel de especialización.

El Gobierno surcoreano dedica casi el 7% del PIB a la educación, con partidas especiales para que alumnos puedan estudiar en Estados Unidos, China o Europa. Es una inversión importante, pero insuficiente para las familias.

Los colegios públicos, aún siendo gratuitos, reciben un donativo de las propias familias para mejorar las instalaciones o el profesorado.

"Se considera la educación como la mejor inversión, pues los coreanos no estudian para ser empleados de una gran empresa, sino que estudian y trabajan para fundar sus propias grandes empresas que puedan expandirse (y con ellas la cultura coreana) a todo el mundo", dice un informe de Han-Association.