Seudónimos de los autores de los cuentos nominados de este mes

ARARAGUAZU
CHON
COPETE
CRISSA
CUQUIN
DON JOSE
EVA
GEA
JUJUMA
ODISEO


Cuentos elegidos por los tertulianos:


Cuento elegido por Carlos Maggi

Título: Â"SIEMPRE AVANTIÂ"
Seudónimo: JUJUMA

¡Tío boro he perdido mi chinela!
La chinela es lo de menos mijo: se nos hunde el barco.
Fue el último verano embarcados en la Siempre Avanti, en las costas del Río Negro.


Cuento elegido por Mauricio Rosencof

Título: Â"SolÂ"
Seudónimo: Â"CopeteÂ"

Armando dejó reposar su cabeza sobre la almohadilla y cerró los ojos. No corría una brisa, el fuerte resplandor solar lo enceguecía y el calor era insoportable aquel 23 de diciembre. De improviso un estruendo lejano y sostenido comenzó a detonar en su cerebro, abrió los ojos y debió entrecerrarlos otra vez totalmente deslumbrado. El sol avanzaba en el firmamento y ahora se cernía sobre él despidiendo llamaradas, era una enorme mole de fuego que lo envolvía implacablemente. Todos huían sin rumbo, la temperatura había subido ilógicamente y el agua del mar se evaporaba con rapidez, mientras él se sentía derretir sin remedio.  Despertó bañado en sudor y se incorporó de golpe. Contempló el techo de la habitación, se secó el rostro y volvió a dormirse. Junto a su cama, sobre la alfombra yacía semiabierto el libro Â"Leyendas MayasÂ".


Cuento elegido por Matilde Rodríguez Larreta

Título: Â"Nostalgia de veranoÂ"
Seudónimo: Â"GEAÂ"

Desde el exilio añoraba la casa de La Floresta, donde mis hermanas y yo pasamos todos los veranos desde niñas. La casa es un chalet típico, con techo de tejas, pisos de laja y un porche rodeado de hortensias. Bajo los pinos del jardín hay una hamaca de hierro oxidado, con almohadones de lona rayada. Cuando llueve, la humedad queda atrapada en la pinocha y engendra hongos como hijos, o tal vez como memoria de la lluvia, aun si los días han vuelto a ser radiantes y los pinos esparcen ese olor de verano.
Mis hermanas se casaron, tuvieron hijos y siguieron pasando las vacaciones en La Floresta. Cuando recibía las cartas, mis sentidos recordaban y veía florecer las hortensias, tocaba la dureza de los almohadones de lana, sentía el olor del aire salobre del mar, escuchaba las olas en la noche y volvía a experimentar la ansiedad de que la luna saliera por fin de la sombra del bosque. Me moría por compartir esos veranos del Sur, mientras tiritaba de frío en el Norte.


Cuento elegido por Juan Grompone

Seudónimo: Â"AveÂ"

El sol traspira entre el aire perfumado de flores, pájaros, veredas, huecos, paredes;
todo hierve en un cielo quieto, sin presagios de lluvia.
Corro sin avanzar hasta el mar de verano y hundo en su frescura mis huesos, mi piel ardiente.
El viejo ventilador y el reloj se mueven con pereza mientras el techo me mira.


Cuentos finalistas


Título: Verano en Atlántida
Seudónimo: Â"CuquínÂ"

Final de  clases,  primer paso para organizar las enormes vacaciones, porque hasta marzo no volvíamos a casa. Mamá cosía los shorts rojos para vernos en la playa, todos igualitos!Papá, iba al galpón a aprontar la gran casa rodante Leyland, histórico vehículo adquirido en un remate, que había pertenecido al Presidente Alfredo Baldomir, un lujo.No terminábamos de celebrar  Navidad cuando tomábamos la ruta hacia Atlántida, un balneario que en esa época  no se parecía en nada al actual, la rambla era nuestro lugar de camping y allí nos instalábamos los siete integrantes de la familia.Llegar los cinco chicos dormidos en una especie de parrilla que mi padre había armado arriba del motor y al lado del volante, el cual estaba a la derecha. Cuando despertábamos el sol ya estaba alto. Las noches eran sublimes, salir de pescar a la encandilada, limpiar y fritar las mojarritas era el manjar más deseado por todos!Vida sana, mucho tiempo, aire puro para disfrutar, qué  hermoso recordar esa infancia.                   


Título: Â"CachaloteÂ"
Seudónimo: Â"ChonÂ"

Cuando Javier llego a la playa todavía no se había despertado bien, pero el padre lo llevaba de la mano tropezando en las dunas.
Había viento y un montoncito de personas se movían apuradas alrededor de un bulto enorme y oscuro en la orilla del mar.
Algunos, los mas jóvenes, tiraban agua del mar con baldes encima del bulto; para lavarlo pensó Javier.
 Llego un grupo de hombres con palas y empezaron a hacer un pozo alrededor como para hacer un castillo inmenso.
De repente se sintió un golpe muy fuerte en el agua y le cayo una lluvia fina y rápida que lo asusto un poco, a Javier le pareció que se movía el bulto, pero no dijo nada porque esa demasiado grande para moverse y no quería que el padre lo rezongara por hablar pavadas.
Fue en ese momento que vio el ojo abrirse, ¡era más grande que él mismo! Quiso correr pero tenía las piernas  duras del susto.
Sin embargo le pareció que era bueno el monstruo, tenía la mirada triste.


Cuento ganador

Título: Â"PREVIENDOÂ"
Seudónimo: Â"Don JoséÂ" (*)

Julián tenía dieciocho años, y la legua y media con arroyo al medio, que lo separaba de su prenda Beatriz, no era nada para su vieja bicicleta con enamorado arriba. Las visitas escondidas comenzaron a mediados de setiembre; pero autorizado, para las fiestas, un día antes de nochebuena. El milico del pueblo, su futuro suegro, debía conocerlo bien prolijo, dedujo ese día. Preparó sus ropas buenas, apenas levantado esa mañana, y las envolvió en una sábana vieja, para salir raudo luego de arreglar los alambrados que encargó el patrón, con el bulto bajo un brazo a eso de la seis de la tarde. Sucio y sudado, sacó un pedazo de jabón del bolsillo, y procedió a un buen baño en el arroyo. Después de una buena perfumada, guardó la ropa vieja entre unos yuyales, y siguió más despacio, para que su figura llegara lo más cuidada posible a lo de Beatriz. Fue que dijo: Â"menos mal q’es verano pero p’al otoño, sin guelta me caso; ahora se aguanta, pero con los fríos no va a ser changa bañarse aquíÂ"

(*) Mario Alberto Herrera Curi
C.I.4.059.986-7