En Chamangá "las piedras sangran, viven y nos hablan"
En diálogo con En Perspectiva el licenciado en Ciencias Antropológicas, especializado en Arqueología, responsable del relevamiento de la Localidad Rupestre Chamangá, Andrés Florines, junto al dibujante y caricaturista Horacio Guerriero, "Hogue", relataron los detalles del libro "En la Piel de Chamangá", una edición de más de 100 páginas.
En 1998, una empresa minera solicitó que se le extendiera el permiso de explotación de una cantera de granito ubicada muy cerca del arroyo Chamangá, en el departamento de Flores.
Ese proyecto, sin embargo, nunca pudo concretarse y, en cambio, el Estado decidió protegerlo, declarando la zona como Patrimonio Histórico Nacional. La decisión se tomó porque en ese lugar hay impresas, sobre enormes piedras de granito, pinturas rupestres, las más antiguas de las que se tenga registro en Uruguay.
Se trata de prácticamente los únicos vestigios de una población que ocupó el territorio uruguayo hace más de 1.500 años y de la que casi no conocemos nada.
En los últimos años, el lugar ha ido cobrando importancia científica y se han iniciado una serie de investigaciones para conocer más sobre nuestra historia. Incluso en 2010 se declaró la zona como área protegida por el Sistema Nacional de Áreas Protegidas.
En ese contexto es que el año pasado se publicó un libro muy particular: "En la Piel de Chamangá", una edición de más de 100 páginas que contiene una serie de imágenes realizados por el historietista trinitario Horacio Guerriero (conocido como "Hogue"), y textos de Sonia Bendrymer, profesora de Historia, investigadora y consultora, especializada en Historia del Arte y Museología.
Interrogado sobre cuales fueron los motivos de inspiración para ilustrar el libro, "Hogue" contestó: "Recibí una invitación de la Galería Latina, a partir de la invitación al proyecto y de la participación esencial de Roberto Cadenas, que tiro el motivo de la relectura artística de Chamangá, todos nos involucramos".
"Hay una discusión sobre si esto es arte o no, un artista es una persona que conceptualiza, no lee solo el arte de otros, un artista, un comunicador, lee distintas realidades, reinterpreta y analiza, luego lo transmite. A los efectos de mi trabajo lo que hay es un registro de civilizaciones y se hace un documento para que perdure. A partir de eso se empiezan a hacer las relecturas y se hace un análisis diferente. Mi preocupación es hacer una interpretación de estas pictografías con emoción. Las piedras sangran, tienen vida y nos hablan", dijo el artista.
Por su parte el licenciado en Ciencias Antropológicas, especializado en Arqueología, responsable del relevamiento de la Localidad Rupestre Chamangá, Andrés Florines, destacó el valor histórico de estas pinturas y las características que han hecho que Unesco haya puesto los ojos en estas piedras pintadas.
"Chamangá es un área extensa, tenemos unas 44 pinturas en un área no muy grande dispersas en los paisajes, son mas de 10 mil hectáreas. Si fueran grandes paneles en abrigo sería un número menor pero como esto es al aire libre es que se hace tan especial".
Hay "una pintura cada dos kilómetros, esto es algo excepcional" a lo que se suma el "carácter minimalista y la forma de presentarse en el paisaje". Todo sumado "es lo que llamo la atención a Unesco", explicó Florines.
El ingreso en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas "ha permitido dar un paso muy importante en este lugar ,que es un claro exponente del arte minimalista, donde se pueden apreciar rocas aisladas con pinturas difíciles de observar al primer golpe de vista, con trazos geométricos. Eso tiene relación con un estilo en América del Sur, donde se destaca la tendencia geométrica abstracta compleja", sentenció.