"Rincón de Darwin": una road movie "honesta y auténtica" que plantea al viaje como un "paréntesis en la vida"
El 15 de marzo se estrenó la primera película uruguaya del 2013: "Rincón de Darwin", una road movie sobre tres personajes que viajan hacia esa zona del departamento de Colonia, lugar que Charles Darwin visitó en 1833 mientras desarrollaba su teoría de la evolución. En Perspectiva dialogó con su director, Diego Fernández, y con uno de sus protagonistas, el actor Carlos Frasca. Si bien no es una "película documental" sobre Darwin, "sí está respetado el espíritu" del naturalista y su viaje a Uruguay, explicó Fernández. La definió como una historia "honesta y auténtica" que rescata la idea del viaje como un "paréntesis en la vida". "En un viaje te encontrás con gente que tiene la capacidad de contarle a un extraño su vida como no se la contaría a un hermano", dijo al respecto. Por su parte, Frasca destacó la sencillez de la trama y los personajes pues, según consideró, las historias sobre gente común y corriente "son las más elocuentes, las que tienen más carnosidad, más jugo".
(emitido a las 9.00 Hs.)
EMILIANO COTELO:
Tres hombres viajando por una carretera uruguaya, con Charles Darwin como compañero de camino.
El 15 de marzo se estrenó la primera película uruguaya de este año: "Rincón de Darwin", el primer largometraje de Diego Fernández (más conocido como Parker). Se trata de una road movie, un género que en Uruguay ha sido poco explotado hasta ahora.
Los tres protagonistas de la historia, interpretados por Jorge Temponi, Jorge Esmoris y Carlos Frasca, se dirigen en una vieja camioneta hacia la localidad de Rincón de Darwin, en el departamento de Colonia. En el trayecto, que se alarga un poco, las vidas y las reflexiones de los personajes se van mezclando con apuntes del antropólogo y naturalista inglés, que pasó por esa zona en 1833, mientras investigaba para escribir el libro que sería su mayor legado: "El origen de las especies".
Esta mañana, les proponemos explorar "Rincón de Darwin", con su director, Diego Fernández, y uno de sus protagonistas, el actor Carlos Frasca, quien interpreta a Américo en esta película.
Primer detalle. Podría decirse que la película aporta porque le permite a mucha gente descubrir que existe en el territorio nacional el Rincón de Darwin. ¿Qué es el Rincón de Darwin?
DIEGO FERNÁNDEZ:
Es un lugar que existe en la realidad, es más bien un lugar recordatorio de donde estuvo Charles Darwin en el balneario de Punta Gorda en Colonia, que queda entre Carmelo y Nueva Palmira. El lugar existe, no es una localidad propiamente, nadie dice "tengo una propiedad en el Rincón de Darwin", en cierta forma es una libertad que me tomé a la hora de construir la historia.
EC - ¿Digamos que tú "inflaste" el Rincón de Darwin?
DF - Sí, de una placa con dos frases escritas pasó a ser una localidad. Si bien no se plantea ser una película documental sobre Charles Darwin de hecho la historia transcurre en la actualidad, hoy en día, sí está respetado todo el espíritu y las frases de Charles Darwin que aparecen son reales. En eso hay bastante verosimilitud histórica. También me llamó mucho la atención lo desconocido que es que Charles Darwin estuvo acá, y sobre todo lo importante que fue para él haber estado en Uruguay. Yo soy un tipo bastante amante de la historia, y me di cuenta de que nunca nadie me lo había enseñado ni comentado, lo tuve que descubrir por mi propio impulso e interés.
EC - Ya diste alguna pista: es por tu vocación escondida por la historia que aparece tu interés en la figura de Darwin, en la obra de Darwin y en ese lugar en particular de Colonia. Porque llama la atención que se lo termine eligiendo como telón de fondo de una trama y hasta como título de una película.
DF Sí. Primero cayó en mis manos un libro con los relatos de cuando Darwin estuvo acá y sus impresiones, hay muchas muy simpáticas de 180 años atrás, las impresiones que el tipo con su visión de aristócrata del mundo desarrollado de ese momento tenía de nosotros. Te das cuenta de que en algunas cosas no somos tan diferentes de lo que el tipo veía, como que hay patrones de la idiosincrasia que ya estaban ahí arraigados. Sí es cierto que ese lugar en Punta Gorda fue muy importante para él, de hecho es uno de los pocos lugares específicos que menciona en "El origen de las especies". En un momento dice "en Punta Gorda encontré", cuando el libro no se caracteriza por dar detalles específicos de dónde había encontrado las cosas. O sea, no lo inventé yo, finalmente fue un lugar muy importante para él, no en el momento, pero ahí encontró cosas que después en la película se explica con los años de recabar datos de distintas partes lo ayudaron mucho a dar el puntapié para la teoría de la evolución.
EC - ¿Y Carlos Frasca cómo reaccionó cuando supo que lo convocaban a un proyecto que tenía estas características, y sobre todo que tenía a Darwin y Rincón de Darwin sobrevolando?
CARLOS FRASCA:
En principio lo que me llamó más la atención o lo que me sedujo o me atrajo fue el guion propiamente dicho, aparte del hecho de citar a Darwin. En general no he leído muchos guiones de cine, pero algo he leído, y me atrajo de primera, fluía, era atractivo. En fin, me parecía bueno.
EC - El recurso Charles Darwin, su obra, sus frases, ¿le pareció algo natural en ese guion?, ¿le parecieron algo forzado?
CF - Eso es parte de la gestación de la película. Estaban en el guion o no estaban.
EC - ¿Cómo es eso?
DF - Siempre estuvo la idea de que se mezclaran frases de Darwin en la historia de los tres personajes, pero hasta por un tema de aplicar a los distintos fondos me di cuenta de que era algo tan subjetivo que podía jugar muy en contra y me costaba que la gente entendiera.
EC - Estás hablando del proceso de desarrollo del proyecto, que implicaba conseguir fondos de financiamiento en el exterior, etcétera.
DF - Sí, y acá mismo. Entonces en un momento dije: "Saquemos a Darwin y cuando hagamos la película lo ponemos". Y me parece que estuvo bueno hasta para los personajes, porque los actores se vieron concentrados en la historia de estos tres personajes en la actualidad. Una cosa es pensarlo en papel y otra cosa es después cuando tenés la imagen, vas viendo la secuencia de actuación de ellos, y ahí veíamos qué frase calzaba mejor, algunas eran demasiado obvias, otras se despegaban demasiado. Entonces fue después de editada la película, incluso con el editor, primero la editamos sin las frases de Darwin, y en un momento le dije: "Fernando, abrimos la puerta y entra Darwin acá, vamos a probar". Ahí fue que se consolidó que estuviera la voz de Darwin.
EC - Voy a presentarlos a ustedes brevemente para nuestros oyentes. Diego Fernández tiene 41 años y una carrera ya larga en el audiovisual. Por ejemplo, muchos deben recordarlo por los cortometrajes "Nico & Parker", del año 2000, o "Fábrica de enanos", de 2004. También ha dirigido videoclips para varios músicos y grupos uruguayos, por ejemplo Claudio Taddei, Buenos Muchachos, La Vela Puerca. Además has hecho publicidad.
DF - He hecho publicidad. También he sido productor, fui durante un tiempo director de mis cosas, pero también era jefe de producción de publicidad, también de ficción, de cine.
EC - ¿Te sacaste una asignatura pendiente ahora?
DF - Sí, sí.
EC - Es tu primer largometraje.
DF - Sin duda. La vida no da para desesperarse, porque estamos en Uruguay, es difícil y te lleva tiempo, y yo sabía que esta era la película que quería hacer. Igual, es como todo, de repente el que escucha El Espectador piensa: "Estuvo todo este tiempo para hacer una película". Uno vive haciendo otras cosas, también hago una serie animativa de educación, tengo otros proyectos, esto era algo que hacía tiempo que quería hacer. Fueron cinco años de búsqueda de fondos y tres años hasta que se concretó, un proyecto que llevó prácticamente ocho años. Cuando uno quiere hacer algo tiene que seguir, después decir fueron ocho, fueron cinco, fueron cuatro, la perspectiva del tiempo después... Lo importante es hacer lo que uno quiere. Y sí, cada año que pasaba igual lo seguía trabajando.
EC - Paso al otro invitado. Curiosamente, si bien pertenecen a dos generaciones distintas, en los dos casos estoy hablando con debutantes, porque Carlos Frasca debuta en esta película en un rol protagónico. Ha hecho algo en cine en el pasado, muy poco, papeles menores; sobre todo lo que tiene Carlos Frasca es una carrera extensa y prestigiosa en teatro, básicamente en el teatro independiente.
CF - Exacto.
EC - La última vez que lo vi fue en el reestreno de "El herrero y la muerte", en el teatro Victoria, el año pasado. Es muy famoso por otro lado por algún comercial de televisión, aquel de Macromercado.
CF - Sí.
EC - Entonces, ¿cómo hay que ver este papel en la película "Rincón de Darwin"?, ¿es la culminación de esa trayectoria suya?
CF - Creo que sí, en el cine por supuesto. Es una gran satisfacción y una de las metas de la primera juventud, de mi juventud.
EC - ¿Ah, sí? ¿Era un viejo sueño?
CF - Claro, yo era un viejo cineclubista, que en algún momento muy a la ligera y muy irresponsablemente decía que en el Uruguay se hace teatro porque no se puede hacer cine. Ya advertí que eso es absolutamente frívolo. Yo lo imaginaba no desde el punto de vista de ser como Errol Flynn o Robert Taylor, una cosa así, sino como mis ídolos del cine norteamericano, que siempre fueron los actores de soporte, los actores secundarios, que son los más rendidores, los que tienen más jugo, los que uno puede disfrutar más; me parece, eso es una cosa muy personal. Así que, sin demasiada prisa y sin pausa, llegué a este lugar.
EC - ¿Lo sorprendió mucho el día que lo llamaron?
CF - Sí, me sorprendió al ver de qué se trataba. No que me llamaran, siempre me han llamado para personajes episódicos, muy fugaces a veces. Me sorprendió por la importancia que tenía. Así que el disfrute fue muy grande, se puede disfrutar haciendo una tragedia, la palabra sería divertirse, pero más bien es disfrutar, y la alegría grande. Y después ver que se trabajó muy bien, con otros dos colegas también muy en armonía y con un buen director, porque siempre, en teatro, en cine y en general en las actividades humanas, tiene que haber alguien con una visión panorámica, que guíe, que orqueste todos los elementos.
EC - Sin duda que un punto alto de esta película es el desempeño del elenco, y sobre todo de los tres actores principales: Carlos Frasca, que representa al escribano veterano, de 60 años largos; Jorge Temponi, el informático de 30 y pocos años, y Jorge Esmoris, el fletero, que anda cerca de los 50. Creo, todos van a coincidir si la ven, que realizan un trabajo impecable y disfrutable también del lado del espectador. ¿Cómo vivieron ustedes eso? ¿Cómo fue para Frasca, por ejemplo?
CF - Brutal, genial. Porque además ellos son gente no solamente muy capaz no es necesario que lo diga yo, sino también muy buenos compañeros de trabajo. Tanto en el momento de rodar como en el momento de no rodar, que son los más. Así que el disfrute es total, porque con ellos en los "tiempos muertos", por decirlo de alguna manera, también se disfrutó y se bancaron las esperas y ese tipo de cosas que son absolutamente naturales.
EC - Hubo mucho de ese tiempo, porque el rodaje fue en viaje también, como la película.
CF - Sí, saltando de un lado al otro. Ya sea en los lugares próximos a Montevideo o ya después más hacia fuera, en Colonia Suiza o mismo en Carmelo.
EC - Diego, quedaste conforme, supongo.
DF - Sí, muy conforme.
EC - Era una apuesta fuerte esta del elenco.
DF - Sí, la película se jugaba básicamente en que el elenco estuviera no solo bien, sino que estuviera parejo, ese era uno de los principales desafíos. Una vez que uno tiene buenos actores, que después tanto por las actuaciones como por el desarrollo de los personajes quedara bien balanceado es algo que me dejó muy contento de la película. También considerando que así como ellos son muy diferentes como personas a sus personajes, también son muy diferentes como actores entre sí. Si te ponés a pensar, Carlos viene de una gran tradición teatral, Temponi nació como actor en el cine y luego se formó como actor, aparte de que ha pasado por teatro, tiene una carrera, y Esmoris viene de otra cosa, de teatro, pero un poco diferente. Entonces había que articular eso. También el proceso de cómo entraron al proyecto fue muy diferente, hoy uno lo ve con el tiempo y es como fortuito, pero el personaje de Esmoris iba a ser interpretado por otro actor, y un mes antes, el día del primer ensayo, ese actor no podía, no le daban la licencia en el trabajo y hubo que resolver. De hecho no había muchas posibilidades, creo que Esmoris era el único otro que podía hacer ese papel. Entonces la entrada de Esmoris fue casi con fórceps al proyecto, no sabía manejar, en menos de un mes tenía que aprender.
EC - Ah, ¡no sabía manejar! Eso está muy bueno.
DF - No sabe, aprendió a mover la camioneta, alguna toma la hace un doble.
EC - Él es el que va manejando toda la película.
DF - Sí, hubo alguna toma de riesgo de la que el espectador no se va a dar cuenta, pero se vivió algún momento intenso en algunas curvas que tenía que dar Esmoris. Tuve que hacerme la cabeza, no fue "este mismo personaje lo hace Esmoris", hubo que adaptar el personaje.
EC - Frasca se agarra la cabeza con eso de los momentos de riesgo.
CF - Cómo frené yo contra el piso en esa camioneta, pensando que iba a parar, haciendo un esfuerzo grande.
EC - Usted apretaba un freno imaginario.
CF - Un freno imaginario, sí.
DF - En una escena muy simple en que la camioneta se estaciona frente al parador podía llegar a suceder que la camioneta se metiera para adentro del parador, rompiera todo. Cada cosa que parece trivial se volvía...
CF - Yo cuando veo la película sufro. Y una curva a la entrada del supuesto camino del Vasco también, era para derrapar y ponerse la camioneta de sombrero.
***
EC - El 15 de marzo se estrenó la primera película uruguaya de este año: "Rincón de Darwin".
Cuenta la historia de tres personajes que viajan en una camioneta vieja hacia esa zona del departamento de Colonia, el lugar que el antropólogo y naturalista inglés Charles Darwin visitó en 1833 mientras desarrollaba su teoría de la evolución.
Son tres personas que en principio no tienen nada en común pero que terminan, fruto de las circunstancias, subidas a ese único asiento de esa camioneta desvencijada. Es una road movie, un género que en Uruguay tiene pocos antecedentes. ¿Cómo fue tirarse a esa piscina, Diego?
DF - Jugar a este género exige ciertas reglas. Una de las cosas que hice durante el proceso de trabajo en el guion fue verme cuanta road movie hay disponible para entender, no para copiar sino para entender el género, cómo funcionaba, extraer cosas que me pareciera que para esta historia podían funcionar. De hecho no es la clásica road movie, para empezar, porque la clásica sería con personas que son amigas, generalmente esos viajes en las road movies son entre amigos y estos viajes renuevan su relación. En este caso me parecía que lo divertido era ir por lo contrario, tres tipos que seguramente si pudieran elegir no elegirían a los otros dos como compañeros de viaje.
EC - Además son de generaciones distintas, con intereses distintos, etcétera.
DF - Exacto. Además yo he viajado bastante y te encontrás con gente que en un viaje tiene la capacidad de contarle a un extraño su vida como no se la contaría a un hermano, esa cosa de saber que tenés un tiempo acotado para compartir con alguien y después no lo vas a ver nunca más en tu vida. Y hay gente a la que, al revés, le da por el otro lado, yo he conocido gente que me dice "yo en los aviones le miento a la gente que está al lado y me invento una vida que no tengo". Entonces me gusta eso del paréntesis en la vida, porque en realidad es más difícil mantener ese personaje. En la rutina tenés las cosas bastante atadas para mantener tu personaje andando, y cuando viajás es como que se desestructura, y más cuando estás con gente que es tan diferente. Eso me parecía parte de la gracia, que fueran revelando y a su vez evolucionando los personajes como una road movie indica.
EC - Matías Castro, uno de los críticos que han escrito sobre la película, decía en El País: "Es una road movie minimalista". Frasca, ¿lo convence esa calificación?
CF - Para mí, la acuñó él esa descripción. No sé, no voy a ponerme a polemizar con una crítica que no leí y que dice "una road movie minimalista" como si hubiera road movies maximalistas. Es una road movie; a la gente le gusta decir "minimalismo".
EC - Es un término que se ha usado mucho en el cine últimamente para historias simples de gente simple y sencilla, común y corriente.
CF - Sí, que son las más elocuentes, las que tienen más carnosidad, más jugo, más todo que una cosa enfocada en una sola dirección. Así que si eso es minimalismo, la historia simple, sí, es minimalista, pero para mí es una historia simple con todas las virtudes que tienen las historias simples.
EC - Diego.
DF - Sí, es un término que se ha usado bastante. En dos días transcurre el viaje de estos personajes, en dos días los personajes no van a decidir "me voy a hacer artesano y me voy a recorrer América Latina". Evidentemente hay un cambio, pero es más adentro de los personajes, cómo cambian ellos como personas, que se evidencia. Tampoco es que decís ¿qué pasó?, ¿dónde terminó? Quedan claros los cambios, pero ¿cuánto puede cambiar una persona en dos días?
EC - Lo cierto es que el guion se nota muy contenido. ¿Por qué no pasa nada extraordinario? Otra crítica, la de Luis Roux en El Observador, decía: al guion "le falta osadía, sorpresa". ¿Cómo te cayó un comentario como ese?
DF - Al apuntar a una cosa intermedia entre el género y el autor, pasa demasiado para ser cine de autor y poco para las expectativas de un cine tradicionalmente comercial. Sí, no hay un arma, no hay un asalto. Generalmente, por la respuesta del público, es como que está pensado para que la historia funcione, el cambio de los personajes, las situaciones que viven entre ellos, están pasando cosas todo el tiempo por más que no pasa nada extraordinario. También está eso de que en el cine cada uno espera la película que quiere ver, en un cierto punto. Pero sí, no hay disparos, no hay persecuciones. Capaz que eso es algo extraordinario, para otro capaz que algo extraordinario sería que aparecieran zombies y los persiguieran. Pero por ejemplo, hay uno de los personajes que en un momento se insinúa que pasa una noche con una tipa en un hotel. Creo que eso es algo extraordinario en el cine uruguayo, que haya uno que sin problema vea que pintó, que tuvo una noche con una tipa y al otro día sigue la historia. Me parece que para Uruguay eso no es poca cosa.
EC - Yo vi la película el sábado pasado, en la función de las 8 y 20 de la noche, en el cine Casablanca. La sala estaba llena en un 70-80%. Y el público aparecía muy bien dispuesto hacia la película. Por ejemplo, había risas a cada rato, ante determinados giros del diálogo o ante las idas y venidas de los tres personajes. Me quedé pensando en eso, en el humor, ¿cómo se graduó la presencia del humor en esta película?
DF - Es bravo. No pretende ser "Loco por Mary", la comedia "metamos todos los chistes que podamos", sino que había un trazado, yo lo tenía muy trabajado en cuanto a estructura. Me gusta el humor, pero cuando se combina con el drama. Al principio se genera bastante humor por los malentendidos entre ellos, y había que cuidar la tentación de que se fuera demasiado el humor, porque luego la película tiene un giro un poco más dramático y a medida que ellos empiezan a tolerarse o a entenderse un poco más el humor se va aplacando. El humor se da más por las diferencias que porque la película pretenda estar generando humor todo el tiempo.
EC - Frasca, ¿cómo se sintió en esa cuerda? A usted le toca el papel más rígido de todos.
CF - Sí, y por oposición hay que quedarse bien serio para decir algunas cosas, porque tienen mucho mayor impacto. Los chistes puestos son para la platea, para la tribuna, pero poner chistes no mejora el producto. Sin embargo las situaciones de humor, como un malentendido, que alguien en vez de familiar sea fletero, o que alguien lea un GPS diciendo cada 50 metros el avance, son cosas muy risibles. Sin embargo la intención no es hacer un chiste, la intención es que una persona que está fascinada, atraída o absorbida por la tecnología y la informática está muy contenta de decir cada 50 metros cómo va avanzando la camioneta. Eso hace mucha gracia y ese es el tipo de humor al que yo siempre adherí, por supuesto que en una época las tortas de crema del cine mudo eran muy efectivas, pero si hablamos de humor, las situaciones son mucho más rendidoras y efectivas.
EC - ¿La película buscaba mostrar al Uruguay y a los uruguayos?
DF - Sí pensé en que fuera una película auténtica y honesta, y en eso es inevitablemente uruguaya, no pensé "vamos a poner esto para que la gente...". Beto tenía que tomar mate, pero que no hubiera un abuso con el tema del mate ni con los uruguayismos.
CF - Pintoresquismos.
DF - Claro, que estuvieran pero de una forma natural. Lo mismo con el paisaje, lo ves y decís "esto es Uruguay", pero no hay una búsqueda de postales, "reconozcámonos como uruguayos en esto". En esa línea quedé superconforme, hasta me sorprendió cómo la gente la tomó como tan uruguaya cuando yo no me lo propuse. Pero también porque yo soy uruguayo, viví tres veces en otros países y no me sacan más de este país. Entonces no busqué "no, vamos a hacerlo más universal, por si después en un festival...". Jugué a que la película fuera honesta en ese sentido.
EC - La película es una coproducción con Portugal. ¿Eso te obligaba a desuruguayizarla? O, visto de otra manera, ¿te parece que esta es una película que puede funcionar con otros públicos, en otros países?
DF - Por suerte la coproducción con Portugal incluía la posproducción final de imagen y de sonido, no hubo influencia artística. Fue la coproducción perfecta en ese sentido. Y creo que la historia también es universal, de hecho alguien me decía la otra vez que si esto fuera una película finlandesa en vez de mate tomaría droga, pero los conflictos que tienen los personajes son universales. Lo que les pasa a ellos, la relación entre ellos y cómo evolucionan en este viaje son conflictos bastante universales. De hecho nos dieron un premio en Cuba para la posproducción, con la película ya editada pero no terminada, un premio a la película, y el director del Instituto del Cine de Cuba estaba copado, y es un cubano, qué tiene que ver un cubano con un uruguayo. En ese sentido creo que no hay problema, es una película bastante universal.
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EC - La película se llama "Rincón de Darwin".
¿Qué dicen los oyentes.
Por ejemplo, Mara de La Blanqueada cuenta: "Fuimos con mi hijo a verla. Nos pareció una historia simple, sí, pero a la vez profunda, ya que es la vida misma. En mi caso me sentí identificada. Ah, ni mi hijo ni yo conocíamos que Darwin hubiera pasado por nuestro país. Los actores, excelentes".
"Una muy disfrutable película. Entré con expectativa moderada y salí muy contento".
Mauricio dice que se aburrió: "Es muy lenta y con diálogos demasiado básicos para mi gusto. Eso sí, me gustó la fotografía y me gustaron las ráfagas de humor".
Rubén de Parque Batlle: "Nos dibuja de muy buena forma, con humor inteligente y con afecto. Muy buenos personajes, bien creados, bien actuados; Esmoris en particular, brillante".
"Creo que podría sobrar algún minuto. La voz de Darwin guiando la película es un acierto estupendo que da profundidad y consistencia al relato. Lo hace redondito".
¿Cuánto tiempo va a estar en cartel la película?
DF - Depende de la lógica del mercado. Por ahora está caminando bien, arrancamos el fin de semana del 15 y esta semana está andando bien. Que la gente que esté interesada no deje para mucho más, porque las películas uruguayas pelean contra la lógica de todas las películas de afuera que quieren entrar, entonces no solo te tiene que ir bien, sino muy bien como película uruguaya para seguir en cartel. No porque haya obligación, no porque es Uruguay hay que ir a verla, que vean el tráiler en YouTube y si les gusta, si les pica la curiosidad, que vayan y no se dejen mucho porque después van a decir "ah, ya no está en cartel". Y no, porque vienen 40 películas de Estados Unidos a pelearte el lugar.
EC - Frasca, ¿usted ha ido a verla al cine?
CF - Varias veces, sí. Las primeras veces me miré a mí. Después empecé a mirar el resto.
EC - ¿Y qué tal? ¿Conforme?
CF - Muy conforme, sí.
EC - ¿La autocrítica qué tal?
CF - Tengo algunas cositas, pero ya no se pueden corregir.
EC - Muy buena la música que estábamos escuchando.
DF - Sí, la música me dejó muy contento, porque fue trabajar con un músico para la película, pero aparte un músico como Gonzalo Deniz el nombre artístico de su proyecto es Franny Glass, que estudió cine. No son canciones puestas en la película, sino que hay todo un diseño de cómo la película funciona, es una combinación de western con Zitarrosa. Hay un laburo muy específico que para mí fue increíble, laburar con alguien que hiciera la música para la película.
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Transcripción: María Lila Ltaif
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