"Cuento de tierra adentro", leído por Mauricio Rosencof
El viernes pasado hicimos el lanzamiento de la segunda etapa del Concurso de cuentos breves de La Tertulia de los Viernes. En esa instancia, Mauricio Rosencof leyó un relato que, según dijo, le llegó de un oyente antes de iniciado el plazo y, por lo tanto, quedó fuera de concurso. De todos modos, valía la pena difundirlo para ayudar a mover las ideas de nuestros oyentes.
Deschalando al paso
Le avisaron, como quien no quiere la cosa, que la reunión tendría lugar en el montecito de talas, por donde nace la principal que corta el pueblo.
Miró la altura del sol. Estaba en hora. Ensilló el tordillo con el recado de las grandes tenidas, y fue ahí que recordó la recomendación: "traiga la chuza". Entonces pegó una corridita hasta el galpón de la esquila, donde por algún lugar había quedado la lanza del abuelo. Revolvió, renegó y nada.
Cruzó el maizal para cortar camino; y no solo camino.
Se le vio partir al trote, sombrero aludo, camisa de salir.
Se integró saludando a la reunión de gente. Formada. Estaba formada. "Usté de este lado, Eustaquio", le dijeron. "¡Viva la patria!". Y con el "viva" de coro se alzaron las chuzas del escuadrón.
Cuando Eustaquio acompañó el movimiento alguien lo alertó: ¡guambia, vecino!". Miró hacia arriba y recogió la lanza.
Una sacudida más y se le hubiera venido encima el último choclo.
Lo arrancó y decidió pegar la vuelta, mientras la caballda partía tras el carro de las reinas.
"No es pa mí", se dijo.
Y se volvió deschalando, al paso.