Cuentos ganadores de la segunda convocatoria del Concurso de cuentos breves de La Tertulia de los Viernes de 2013
Este mes, la consigna era escribir "un cuento de tierra adentro"
Autores de cuentos nominados (por sus seudónimos)
CRISSA
EL ABUELO
FERGUS
GENARO
JUENAS
LA MULITA
PACA
TABAREÌ
TEO
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Cuentos preferidos por los integrantes del jurado
Relato elegido por Carlos Maggi
- Título: Â"La MiradaÂ". Seudónimo del autor: Â"GenaroÂ".
El carneadero le dicen.
Techito a dos aguas de paja fresca, sin paredes laterales y levantado en lo más alto de la pequeña cuchilla.
Al frente un cilindro de madera que girando sobre su eje recoge una linga de acero que se desliza por una rondana ubicada en el travesaño superior del corral, desciende y engancha la pata del animal elegido al sacrificio
Luego de tropear la ternera, Sabino introduce al animal en un tubo de madera que desemboca en el carneadero.
El Boyero, por su parte, enlaza una de las patas traseras y comienza a girar el cilindro, la linga se tensa, la ternera se despatarra y comienza a ascender y corcovear.
Sabino aprieta fuertemente el pescuezo de la ternera y rápidamente la inmoviliza atándola del pequeño palenque.
Muge. La ternera muge insoportablemente.
El hijo de Sabino, de 8 años, como siempre mira la mirada del animal, fascinado.
El Boyero desenvaina el cuchillo que parpadea ante la luz del mediodía y se hunde, certeramente, en la yugular de la ternera.
* * *
Relato elegido por Muricio Rosencof
- Título: Â"La DerrotaÂ". Seudónimo del autor: Â"El AbueloÂ".
Los teros primero y luego los perros. La madre cesó de pisar la mazamorra y corrió a esconderse en el monte cercano.
- Hijo, vaya y vea si son los blancos, y si su padre viene con ellos.
El niño corrió hasta el camino, al otro lado de la cuchilla que escondía el rancho. Los vio. Al frente, un hombre joven con sombrero de ala ancha y divisa, miraba lejos; detrás venían algunos de a pie con los caballos de tiro, otros al tranco con las riendas flojas y la mirada baja, arrastrando las lanzas. Los caballos heridos venían sueltos, siguiendo a los demás. Un bayo mostraba el tajo de un sable o un lanzazo, cosido con tiento y emplastado en barro; otro, agujereado en el flanco, se detuvo finalmente. El los miró pasar y esperó a que fueran apenas una sombra larga en la muda caída del sol.
- ¿Eran los blancos? Preguntó la madre.
El niño bebió la angustia de sus ojos antes de contestar.
-No madre. Eran sólo unos pocos hombres, desarmados y sin caballosÂ...
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Relato elegido por Matilde Rodríguez Larreta
- Título: Â"La marca de la EstanciaÂ". Seudónimo del autor: Â"LolaÂ".
En el boliche del jockey Club, allá por mis pagos, por algún motivo que no recuerdo entro a buscar a mi suegro, quién bolichea a diario con sus compinches.
Gran jolgorio y risotadas y mi suegro que le dice a un parroquianoÂ...dale Ronco contale a mi yerno a ver si te creeÂ... el aludido, empinando el vaso y apurando la grapa, hace una pausaÂ... cruza los índices de sus manos sobre su boca y dice: Â"Lo juro por mi santa madre que en paz descanse, que esto es la pura verdadÂ" y relata: Â"Allá en la estancia tenemos un arroyoo lleenito de pescados! Los días de yerra enfriamos los fierros en sus aguasÂ... podrás creer que una día pescando saco tremendo pescadoÂ....con la marca de la estancia!!!!!!!!!!!!!!!!!.
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Relato elegido por Juan Grompone
- Título: Â"Ovejero de LeyÂ". Seudónimo del autor: Â"KerosénÂ"
Wenceslao supo tener un perro ovejero que sabía contar.
Cuando había que arriar la majada pa´los bretes no precisaba ensillar. Él se quedaba manso amarguiando a la sombraÂel paraíso, endemientras el ovejero hacía solito la tarea.
Bastaba con decirle Â"encierre una docena de ovejas paÂesquilarÂ" o Â"apartemé los corderos machitos paÂcaparlosÂ", que allá salía el perro comÂuna exhalación.
Una tarde, Wenceslao tuvo que acetar una fuerte apuesta de un forastero incrédulo o envidioso. La misma consistió en que el animal debía apartar de la majada 7 ovejas y 3 carneros.
El ovejero trajo los 10 animales en un santiamén. Pero como una de las ovejas resultó ser un borrego, Wenceslao perdió Âasí- la apuesta.
Con mirada dura y fría como cuchillo encaró al perro y le dijo: Â"vaya y esperemé abajoÂel paraíso que tenemos que conversarÂ...Â"
Rato después, Wenceslao halló al ovejero abajoÂel paraíso.
Se había ahorcao con el lazo del patrón.
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Cuentos finalistas
Tercer lugar:
- Título: Â"Matar es cosa que pesa muchoÂ".Seudónimo del autor:Â"NachoeskaÂ" (*)
¡Dale!, dijo mi padre, apenas con gestos, ¡tirá de una vez!
Tiré y lo dejé tendido. Luego, tuve náuseas.
Esa noche, cargado de angustia, y mientras sostenía una vara de sauce esperando un pique, y mientras unos mateaban y jugaban truco y otros preparaban leña para avivar el fuego, no se me desaparecían ni la imagen ni los ojos azorados del pequeñito que durante una fracción de segundo me había sometido al tremendo escrutinio: ¿qué vas a hacer?, ¿vas a matarme?
Poco antes, la madre había sido abatida por mi padre, pero él nunca confesó si ella lo había mirado igual que su niño me había mirado a mí.
Entretanto, las brasas del fogón hacían su inexorable tarea de consunción. Y el breve capinchito seguía preguntándome, desde su muerte, con ojos tristes, ojos de vidrio turbio.
Miré hacia el cielo. Paseé los ojos sobre miríadas de estrellas, sólo por enterrar mi desolación en tanta inmensidad. Pero se me nublaron cielo y estrellas. Y me perdí en un remolino de remordimientos.
(*) Washington Scaniello, C.I.: 849.917-8
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Segundo lugar:
Título: Â"RígelÂ". Seudónimo del autor Â"OriónÂ" (**)
La maestra rural, conociendo el embeleso de Tito con los cielos nocturnos, le había regalado una carta astral. Así, el niño pudo ubicar y conocer mejor a Rígel, su estrella preferida
Una noche, tarde, quiso poseerla. Tomó en silencio el espejito de mamá, salió del rancho, se recostó y maniobró el espejo hasta capturar en él la luz titilante.
Iluminó con ella el árbol más cercano, luego sus pies y la otra mano, riendo, feliz y omnipotente.
Rigel era suya. Y siguió jugando, dirigiendo a voluntad el reflejo de su estrella, hasta quedar dormido.
A la mañana siguiente, papá vuelve de la estancia donde trabaja. Besa a su mujer, y ambos notan que Tito no está en el catre. Nerviosos primero, asustados después, comienzan a buscarlo.
Al ratito le encuentran. Dormido sobre el pasto, la cabeza apoyada en el apero y una sonrisa de satisfacción dibujada en el rostro. Y desde la mano derecha, apretada en un puño cerrado con fuerza inverosímil, surge, indescifrable, un vigoroso y penetrante resplandor
(**) Rodolfo Casella (CI: 1.136.681-9)
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Primer premio
Título: Â"La caronaÂ". Seudónimo del autor: Â"NepomucenoÂ". (***)
El jinete pasaba por un encallado envuelto en la noche, montaba un moro negrísimo sin ningún pelo claro. Poncho oscuro y sombrero ala de cuervo. Flaco como jornal de Benteveo, clinudo y barbudo de nariz afilada.
En la boca del puente viejo, una legua antes del pueblo, una gurisa de trenzas cortadas a hacha y blanca ropa, tan blanca como su rostro, mostrando dos monedas de plata le dice: -¿me lleva Señor? Estoy perdida y voy pal pueblo.
El hombre flaco agacha su cuerpo y en un solo ademán la sube a la grupa.
En total silencio la lleva al trotecito largo, siente en su espalda el frío de su piel y un dulce aroma de rosas.
-Por aquí me quedo- dice la moza al llegar al camino real que lleva a la iglesia vieja.
El hombre detiene al moro y la ayuda a que se apee, saca tabaco y mientras arma, por preguntar, le pregunta: -¿no le da miedo andar sola, de noche y en estos rumbos?
- Al principio me daba miedo- dice la moza estirando la mano con las monedas- pero eso era antes; cuando estaba vivaÂ...
(***) Fernando Falco (CI: 1.324.761-3).