Entrevistas

Barradas en el MNAV: En Perspectiva en uno de los acontecimientos culturales más importantes del año

Barradas en el MNAV: En Perspectiva en uno de los acontecimientos culturales más importantes del año

Desde el 15 de marzo y hasta el 16 de junio el Museo Nacional de Artes Visuales (MNAV) está exhibiendo la mayor muestra sobre Rafael Barradas en más de 40 años. Para conocer más sobre este artista uruguayo y profundizar en sus aportes, En Perspectiva se trasladó al lugar para conversar con Enrique Aguerre, director del MNAV y coordinador general de la exposición. Para Aguerre la importancia de la obra de Barradas radica en su "modernidad", en "cómo produce un arte acorde a su tiempo" en comparación con otros artistas de principios del siglo XX cuya obra estaba "más ligada al pasado". Lo definió como un "difusor de movimientos nuevos" que llegó a impactar en artistas como Salvador Dalí y lo señaló como "el responsable de introducir a Torres García en las vanguardias europeas". Pese a haber desarrollado gran parte de su carrera en Europa, Aguerre destacó que en la pintura de Barradas sobresale una "mirada uruguaya" que lo convierte en un artista "muy cercano".


(emitido a las 9.05 Hs.)

EMILIANO COTELO:
Rafael Barradas falleció en Montevideo en 1929, cuando tenía solo 39 años de edad. Tuvo una vida breve, sí, pero muy intensa. Su paso por el mundo le dio a nuestro país uno de los artistas plásticos e intelectuales más importantes.

Desde el 15 de marzo el Museo Nacional de Artes Visuales (MNAV) viene exhibiendo una muestra notable de la producción de este pintor uruguayo. Cuatro de las cinco salas de exposición están destinadas a este acontecimiento, y no es una exageración, acá en estos días pueden verse más de 200 obras que atraviesan toda la carrera artística de Barradas: desde sus primeros años en Montevideo pasando por su larga estadía en Europa y sobre todo en España hasta sus últimos trabajos ya de regreso a esta ciudad y muy cerca de su fallecimiento.

Esta mañana nos hemos trasladado al MNAV para junto a ustedes vivir y sentir de cerca esta exposición. Pero también para conocer a Barradas, para conocer un poco más sobre su obra.

Y para eso es que en estos primeros minutos nos acompaña Enrique Aguerre, que es director del MNAV y coordinador general además de esta muestra. También se van a ir incorporando a esta charla Rosario, que ya se instaló en la mesa, y los integrantes de La Tertulia de los Viernes, que han visto esta muestra y quieren hacer sus aportes, tanto por el lado de las preguntas como de sus comentarios. El primero que tomó posición en un micrófono fue Carlos Maggi.

CARLOS MAGGI:
Buen día, acá estoy, encantado de la vida. Es un lugar absolutamente privilegiado este museo y esa exposición es única, así que es un día grande.

EC – Bueno, ya dijo algo Carlos: "una exposición única", empezamos bien.

Pero, justamente, ya que Carlos se la jugó de esa forma, quizás sea bueno plantearle a Aguerre una primera pregunta fácil, como para romper el hielo: ¿por qué es tan importante Barradas?, ¿por qué entre los artistas plásticos de todos los tiempos Barradas ocupa este lugar tan jerarquizado?

ENRIQUE AGUERRE:
Esa es una pregunta fácil (risas).

EC – 20 minutos para contestar (más risas).

EA – Entre otras cosas creo que la importancia de la obra de Barradas radica en la modernidad, en cómo Barradas produce un arte acorde a su tiempo, pese a que su obra está realizada prácticamente en España y no en Uruguay, salvo esa obra temprana de los primeros años en Montevideo entre el 1911 y el 1913 antes de viajar a Italia. Solamente hay otros dos artistas en ese momento que no producen una obra anacrónica más ligada al pasado y que es rabiosamente moderna que son Joaquín Torres García y Pedro Figari; curiosamente los dos también fuera del país. En el caso de Barradas la modernidad pese a estar imbuida del futurismo italiano y del cubismo francés sigue siendo siempre una mirada uruguaya. Es curioso, no es un tema de chauvinismo, de nacionalismo, nosotros detectamos esa uruguayidad en Barradas pese a que es una obra fuertemente española, es muy curioso.

EC – Pasa que él era a su vez descendiente de españoles.

EA – Absolutamente.

EC – ¿Y dónde se nota eso? Para que el oyente se vaya ubicando, el que lo conoce y el que quizás está aprovechando esta oportunidad para acercarse a Barradas, ¿dónde se nota la uruguayez?

EA – Creo que entre otras cosas podríamos detectarla en la mirada de Barradas, en la mirada de Barradas por ejemplo no hay generales, no hay mandatarios, no hay prelados, hay trabajadores, hay gente de taberna, está el café, está muy cerca de la mirada del propio espectador y eso es lo que lo hace entrañable. No es una mirada que mira desde arriba o que lo construye desde arriba sino que es de igual a igual, y eso creo que se nota, ese perfil bajo, esa intimidad que logra en toda la obra, más allá de las distintas técnicas y los períodos, lo hace muy cercano.

EC – ¿Esa es la única seña de identidad uruguaya?

EA – No, hay más, pero empezamos por lo fácil. Porque es bastante más complejo, el engaño o la trampa a veces con Barradas es que ese diálogo se inicia fácilmente pero a medida que avanzamos en ese diálogo vemos las complejidades. No hay que olvidarse que por ejemplo entre otras cosas Barradas es responsable de introducir en las vanguardias europeas a Torres.

EC – ¿Cómo es eso? Ese es un dato que probablemente muchos oyentes desconozcan, que Barradas introduce a Torres García en las vanguardias europeas.

EA – Sin duda, sobre todo por eso. Sucede a partir del 1913, cuando viaja a Italia con [el cantante Alfredo] Medici compartiendo beca y conoce el futurismo italiano, [Filippo Tommasso] Marinetti, [Umberto] Boccioni, [Giacomo] Balla. Luego también en París, antes de volver a Barcelona. En el ’17, cuando conoce a Torres, tenían tertulias privadas; Olimpia Torres, la hija de Torres García, le contaba a Ernesto Vila, otro pintor entrañable, sobre las reuniones que tenían con Torres. En ese momento además la familia junto a Rafael construían juguetes para poder vivir, les llevaba juguetes a los hijos, a Augusto, a Horacio, y luego pasaba a hablar con el padre, se encerraban a hablar y tenían largas charlas. Afortunadamente contamos con un libro que recoge la correspondencia, no tenemos registro de las charlas pero sí la correspondencia entre el ‘18 y el ‘28 en un libro de una investigadora catalana, Pilar García Sedas, que se puede conseguir en Montevideo y donde vemos el ida y vuelta. Es un diálogo de ida y vuelta, pero es Rafael el que inicia ese diálogo. Normalmente tomamos a Torres García como el gran teórico del arte nacional, que lo es, pero Barradas también desarrolla ideas. A otro nivel, en un tono más bajo quizás, no tan declamatorio.

EC – Como pintor, Barradas atravesó estilos varios. Usted ya mencionó algunos: el clownismo, el futurismo... Y agrego yo: vibracionismo, neoclasicismo picassiano, planismo... ¿Hay alguno de ellos que pueda identificarse con Barradas, o no y tenemos que conformarnos con la suma?

EA – Ahí yo separaría como influencias el futurismo y el cubismo sin duda alguna, entre otros ismos como el surrealismo, pero lo que hace a Barradas un gran artista es que él absorbe esos movimientos y luego produce otros. El vibracionismo es un movimiento que produce Barradas, no está influido por él, igual que el clownismo, incluso el clownismo llega a impactar en artistas como Salvador Dalí. Dalí venía pintando marinas y una suerte de postimpresionismo bastante tradicional hasta que se encuentra con gente como Federico García Lorca y Luis Buñuel en la residencia de estudiantes, de la calle Pinar y comienzan las tertulias, ese Madrid fantástico de principios de los años ‘20, y allí Dalí conoce la obra de Barradas y empieza a hacer otro tipo de pintura. Dalí, que venía influenciado por Juan Gris, pasa a ser influenciado fuertemente con Barradas y tiene obras de corte clownista...

EC – ¿Qué es el clownismo?

EA – Es como un movimiento o una línea de trabajo que se desprende del vibracionismo, donde está fuertemente influido por el ambiente del circo, del teatro. Barradas trabajó en los años 20 con la compañía de [Gregorio] Martínez Sierra.

A nivel estético también podemos identificar el clownismo rápidamente por aquellos rostros que tienen uno o dos rasgos definidos, nada más, como por ejemplo las cejas en ángulo recto, no hay ojo, no hay nariz, no hay boca. Hay planos de color, como es el fantástico retrato García Maroto y García Lorca que ahora anda circulando por los ómnibus de Montevideo afortunadamente y se puede ver en algunas calles, donde con poquísimos elementos podemos identificar una personalidad.

EC – ¿Y el vibracionismo, que según usted destacaba es una creación de Barradas?

EA – El vibracionismo también lo practica Torres, a partir de esa exposición que hacen en galería Dalmau en el ‘17. El vibracionismo en primera instancia tiene algo del gran impacto de la metrópolis, de los sonidos, de los ruidos de los automóviles, de las multitudes, de la vida nocturna. Entonces empieza a descomponer, ese registro ya no es tan figurativo y empiezan los planos de color y las geometrización de las formas. Tiene mucho que ver con propuestas sonoras, musicales, de ahí es importante remarcar el diálogo que hay entre Rafael Barradas y su hermana, la compositora Carmen. Hay como una correspondencia musical en la obra de Barradas donde tiene mucho que ver Carmen.

EC – Barradas no estudió artes plásticas, no tuvo una formación académica. ¿Eso de qué forma lo marcó?, ¿qué implica para su carrera, para su desarrollo?

EA – Como autodidacta es un gran misterio por ejemplo que en el año ‘12 haya podido realizar una obra como son "Los emigrantes", es una obra que es propia de artistas con un desarrollo de la trayectoria importante. Sin embargo él la hace no solamente muy joven, con 22 años, sino que sigue siendo un enigma en el arte nacional. Varios críticos han marcado cómo logra tener ese dominio de la técnica del óleo y hace esa obra que es realmente de las más importantes. Él solamente había expuesto un par de veces sobre el año ‘10 y el ‘11, incluso llegó a exponer con Guillermo Laborde en Montevideo, pero era un artista muy joven. Incluso los dos retratos de Medici –después del período temprano de Montevideo, recién llegado primero a Génova y después a Milán– son la obra de un artista mayor, es como la conclusión de una carrera, y ahí Barradas tiene 23, 24 años.

Barradas da la impresión que esa formación académica no solo no la necesitó sino que hubiera sido un lastre. En la libertad con la que se mueve Rafael Barradas llega mucho más rápido a determinados logros.

EC – Como última pregunta si queremos redondear una especie de introducción a Barradas, otra de las características de su vida artística es que se relaciona, y de manera muy intensa, con otros intelectuales de su época no necesariamente vinculados a la pintura. Acá en Uruguay, por ejemplo, con Emilio Frugoni o Florencio Sánchez, en España ya aparecieron mencionados algunos de los nombres, Salvador Dalí, Luis Buñuel, Federico García Lorca. ¿Eso qué implica, qué efectos deja?, ¿de qué forma marca a Barradas, de qué forma lo enriquece, de qué forma lo cambia? O a su vez, ¿qué deja Barradas en esas tertulias, en esos intercambios?

EA – Normalmente vemos a Barradas como un receptor de las vanguardias europeas, pero en los nuevos estudios sobre Barradas empieza a crecer el papel de Barradas como difusor de movimientos nuevos, sobre todo en el tema de las tertulias. En esas tertulias en un café de Madrid se podían reunir Barradas, Dalí, pero también estaban Le Corbusier, Stravinsky, Ramón Gómez de la Serna, en el café Pombo. Eran faros culturales de los 20, quizás inéditos en el siglo XX para España, y que empezaron a tener eco en el Río de la Plata. Hubo un ida y vuelta, por ejemplo con el ultraísmo, Guillermo de Torres, casado además con Nora Borges, la hermana de Jorge Luis Borges, que también participó del movimiento ultraísta, empiezan a venir esos ecos al Río de la Plata a agitar a un Río de la Plata que por ejemplo en lo pictórico en el Uruguay era un poco conservador, por ser amable, y no llegaba con la asiduidad que debía llegar. En esa correspondencia Barradas incluso llega a incluir a Pedro Figari, le cuenta a Torres que hay un uruguayo en París, un tal Pedro Figari que es como ellos, es un hombre flecha, un hombre que marca caminos, una pintura del presente, y lo destaca frente a toda la demás producción. Es importante la contemporaneidad, porque a veces hablamos de la contemporaneidad como un estilo del arte, el arte contemporáneo, pero la contemporaneidad del arte de Barradas es eso...

EC – Es directa, es física.

EA – Es producir un arte en el momento histórico que le tocó vivir.

EC – Estamos conversando con Enrique Aguerre, director del MNAV. El tema, el personaje: Rafael Barradas, que convoca en estos días a esta exposición tan interesante, tan grande, que algunos de ustedes deben haber visto y que aquellos que no vieron no pueden perderse.

***

EC – A propósito, ¿hasta cuándo se puede disfrutar de esta exposición? Yo decía más temprano que faltan 15 días nada más...

EA – Está desde el 15 de marzo y la fecha de lamentable clausura de la muestra es el 9 de junio, pero como le comentaba a Rosario más temprano vamos a dar una primicia: vamos a extender la muestra una semana más hasta el 16 de junio. Para aquellos que todavía no nos han visitado hasta el 16 de junio van a tener la oportunidad de ver la muestra. Después definitivamente empiezan otras exposiciones y no podemos, verdaderamente. El deadline es el 16 de junio, ese es el último domingo para ver la obra de Rafael Barradas.

EC – Hacemos la pausa y después nos metemos en la exposición en sí, en qué es lo que se puede encontrar acá en el MNAV junto con las impresiones de los integrantes de La Tertulia de los Viernes.

***

EC – Es uno de los acontecimientos culturales más importantes de este año en Uruguay. Desde el 15 de marzo en el MNAV se viene exhibiendo una muestra notable de la obra de Rafael Barradas. Por eso, cuando faltan pocos días para que finalice esta oportunidad, aquí estamos esta mañana En Perspectiva acercándonos a uno de los nombres fundamentales de la pintura de nuestro país.

***

EC – Seguimos conversando con Enrique Aguerre, director general del MNAV, incorporamos también a algunos de los integrantes de la Tertulia de los Viernes que ya están con nosotros.

Rosario, contales a los oyentes cómo es esta muestra, cuál es la estructura, qué es lo que se puede ver concretamente.

ROSARIO CASTELLANOS:
Créanme que es una descripción sumamente difícil porque creo que me voy a quedar corta. En definitiva lo que debiera contarles es la maravilla de la propia experiencia que cada uno pueda tener.

Pero les cuento, por ejemplo, que apenas ingresamos al museo lo que tenemos es una línea de tiempo, hay un espacio en el cual se prepara al visitante con una serie de datos a partir de fechas clave en la vida de Barradas y con un excelente audiovisual que, apoyándose en fotografías de época, va haciendo una reproducción de lo que han sido los dibujos tan característicos, ese trazo simple, que se superpone a las fotografías con música de Carmen Barradas de fondo. Luego cuando uno ingresa a la primera planta, a la planta baja, tiene esa primera impresión global de la dimensión de la obra.

Estamos hablando de una obra que ocupa cinco de las salas del museo, salvo la Sala 5, está todo invadido por la obra de Barradas. Pero está expuesta de tal manera que no llega a ser abrumador, por un lado porque hay una serie de clasificaciones que tienen que ver con sus distintos momentos, pero además hay espacios entre la obra, hay aire para como respirar después de cada una de las emociones. Difícilmente se pueda abarcar en una única visita, yo les recomiendo que hagan más de una, porque la cosa sigue en planta alta, si bien aquí hay algunas de las series que nunca se habían visto como la de los "Místicos", o la serie de los Estampones, que es realmente formidable, que son sus recuerdos montevideanos desde España. En la planta alta hay otras series realmente interesantísimas, como las ilustraciones de los cuentos de niños, o la etapa vibracionista a la que se refería Enrique.

Así que es una exposición que nos da una idea muy acabada de esta grandeza del pintor y que a mí me queda demasiado grande para continuar con la descripción.

EC – Los oyentes te ayudan en todo caso con alguna pregunta: "¿Hay horarios para visitas guiadas?".

RC – Hay dos horarios establecidos para visitas, los días jueves a las 17.00 y los sábados a las 16.00, puntualmente. Difícilmente se abarque toda la exposición, lo que se hace es elegir un determinado eje temático para poder abarcar en profundidad lo que se elige para esa tarde. Después me gustaría también contarles algún detalle – porque trabajo acá también– de lo significa el trabajo del equipo de este museo, que es poquísima gente en cuanto a la preparación de la muestra y en cuanto a mantener la actividad relacionada con la muestra. Estamos hablando de tres personas que llevan adelante estas visitas guiadas, están totalmente sobrecargadas de trabajo, en un ratito van a ver que pasa una escuela seguramente porque tienen además las visitas previamente acordadas. Realmente creo que esto es un esfuerzo de muchísimo entusiasmo y muchísima camiseta de la poca gente que trabaja en el MNAV.

EC – Los amigos que están acompañándonos en la fonoplatea tienen esta mañana su propia visita guiada.

RC – Sí, creo que la va a hacer el propio director, además.

EC – Ah, ¿sí? ¿Enrique, está a cargo de la vuelta?

EA – Como no.

EC – ¿Otras veces lo hace también?

EA – No es mi rol, aquí está presente la coordinadora del área educativa, María Eugenia Grau, que además es la responsable de la investigación, del guión curatorial de la muestra, también está Fabricio Guaragna, del área educativa y también Luis Lereté, que coordinan además los talleres con niños. Pero yo hace 16 años que trabajo acá, es como un segundo hogar, y la relación que tenemos con la obra... es verdad lo que decía Rosario, somos pocos pero tenemos un compromiso bien fuerte con la colección.

EC – Dos palabras más a propósito de la muestra, antes de escuchar a los integrantes de la tertulia. ¿Cuánto tiempo llevó decidir qué se exponía y cómo se lo exponía?

EA – Es interesante, porque fue una propuesta del director nacional de Cultura Hugo Achugar, que en el 2010, apenas entré, cuando discutíamos las líneas de trabajo, la programación para los años, me pidió como única cosa la posibilidad de hacer una muestra de Barradas. Yo le dije que era imposible en ese momento, que necesitábamos afianzar el equipo y un poco más de experiencia, de rodaje, para encarar una muestra de estas características. Nos pusimos a trabajar en esto un año y medio, dos aproximadamente, fuertemente, haciendo la investigación y reuniéndonos además con Eduardo Muñiz, que es el conservador del museo y es quien desarrolló la propuesta museográfica de cómo se muestra; y luego más intensamente en los últimos seis, siete meses, donde aceleramos un poco.

Es una muestra que parece sencilla, parece que sacamos la obra del depósito y la colgamos simplemente, pero eso quiere decir que está bien realizada, que no ofrece dificultad de lectura. Hay un año y medio, dos, de trabajo detrás de la muestra.

EC – Usted contaba que se hizo Investigación. ¿qué quiere decir eso en este caso?

EA – En el caso de María Eugenia Grau el trabajo de investigación fue un guión curatorial. Muchas veces se cuestiona si es necesario el rol del curador hoy en día, pero en las muestras históricas queda explícito que sí, que no solamente es necesario, es fundamental. Hay que contextualizar la obra de Barradas, tenemos que ver el contexto histórico, el estado de las artes tanto en España como en nuestro país, de dónde sale, de dónde vienen referencias, influencias, entonces a partir de ahí se generan esos núcleos temáticos de los que hablaba Rosario. No solamente ponemos una obra detrás de otra desde 1910 a 1928, sino que tienen un sentido "Los Magníficos", los Paisajes [de España y Uruguay], la ilustración para niños, y eso se desarrolla a través de una investigación.

***

EC – ¿Quién toma la posta?, ¿quién empieza de ustedes, señores, señora de La Tertulia de los Viernes? Carlos.

CARLOS MAGGI:
Es una muestra formidable de un tipo de artista formidable, así que se da una buena coyuntura. El museo luce como nunca, es una preciosa cosa el museo en sí mismo, y entrar es realmente una delicia, dar una vueltita que nunca es suficiente, cuando se termina habría que empezar de nuevo porque hay mucha obra y muy compleja además. Yo he tenido una impresión formidable, y eso que vengo de lejos, así que no visito mucho los museos, y me significa hacer cien kilómetros para verlo. Realmente valía el viaje cualquiera de los momentos, que tiene muchos. Después vamos a conversar un poco de qué es Barradas y qué significa y dónde está, pero como primera impresión, el museo vale el viaje, lo que se colgó y cómo está colgado, porque está muy bien hecho.

EC – Una primera impresión entonces. Juan, ¿la tuya?

JUAN GROMPONE:
Barradas creo que de los tres grandes pintores que Uruguay le dio a España o España le dio a Uruguay o intercambiamos, para mí es el mejor. Es el que no cae en una tendencia global. Figari viene prisionero de sus recuerdos y Torres García de la geometría, de los colores primarios, de la teoría. En cambio Barradas tiene una libertad fantástica. Era un pintor maldito...

EC – ¿Maldito?

JG – Maldito en el sentido de los pintores malditos, esos pintores que vivían una vida miserable, nunca vendían un cuadro, sobrevivían apenas. Hay una anécdota de García Lorca que está expuesta en una de las paredes del museo que lo pinta todo cuando desembarca y toda la prensa va a entrevistar a García Lorca y él dice "acá viene Barradas que es más importante que yo". Gracias a que es un pintor maldito es que esta colección inmensa está en manos de un museo, sino tal vez se hubiera dispersado por todos lados.

EC – ¿Cómo es esa historia, Enrique, por qué el MNAV tiene tanta obra de Barradas?

EA – Bueno, brevemente, como decía Juan, al no poder vender la obra él cuando se embarca en el año ‘28 en su regreso a Montevideo se trae prácticamente toda la obra con él. En el año ‘50 entra un contingente de obra importante, unas 40 obras, que son a cambio de las pensiones graciables a la esposa, a Pilar, y a Carmen. Y luego en el año ‘69 el Estado adquiere unas 450 obras aproximadamente.

EC – En definitiva, ¿el museo cuántas piezas tiene?

EA – Tiene 503 piezas, es la colección más importante de Barradas en el mundo y por suerte está aquí y es de todos.

EC – Primera impresión de Matilde.

MATILDE RODRÍGUEZ LARRETA:
No es mi primera impresión en el sentido de que no es la primera vez que veo una exposición completa de Barradas, hubo una anterior, no recuerdo el año.

EA – ‘72.

MRL – Ahí está, yo conocí a Barradas ahí, como adulta. Vi la exposición de ese año 72 y me encantó, me di cuenta de que estaba ante el pintor contemporáneo más importante, seguramente, y ahora por lo tanto lo que hice fue disfrutar más, porque ya tenía ese conocimiento anterior.

Mis recuerdos siempre quedaron pegados a los retratos, es lo que me viene a la memoria inmediatamente, los retratos de la familia me seducen muchísimo, y la impresión de cuando vi "Los inmigrantes", que también es un cuadro que me impresionó muchísimo. Pero no sé explicitar por qué digo que es el mejor, simplemente es el que más me gusta.

EC – Es un tema de gustos.

MRL – Es un tema de gustos, me gusta sí.

EC – ¿Es accesible Barradas?, ¿se lo puede calificar así?

EA – Sí.

EC – ¿Sabe por qué le pregunto?, porque tengo un mensaje de un oyente, Héctor, que dice que vino a la exposición y Barradas le resultó difícil.

EA – Es raro, normalmente es todo lo contrario, pero por eso temprano remarcaba que Barradas es uno de esos artistas uruguayos que es entrañable, desde las entrañas, desde la emoción. Es lo que produce Barradas, es difícil porque hay otros pintores que necesitamos un análisis mayor, pero en el caso de Barradas creo que no.

EC – Mauricio.

MAURICIO ROSENCOF:
Yo tengo la impresión de que esta exposición puede ser un hito, porque los cuadros de Barradas en las exposiciones no son de los más difundidos. Vos estás mucho más en contacto con Torres García o con Figari que con los cuadros de Barradas, por eso esto es una especie de sacarlos al sol y de ahí se multiplica. Creo que se ha difundido mucho "Los inmigrantes" y el molinero de las manos grandes. A mí me resulta impactante como de todos los expresionistas Van Gogh es el que de alguna manera me llega, no sé por qué mecanismo. Con Barradas pasa lo mismo, la fuerza que tiene... Pero además toda su historia, y además es un fenómeno bastante curioso, porque es un tertuliano de dos cabeceras de puente. Aquí estuvo en tertulias con Frugoni, con Florencio Sánchez, en España con los que tú mencionabas recién, con García Lorca, con Dalí, con Buñuel, es decir que de alguna manera fue una época, una generación, la generación del 20 o del 27, que fue tremendamente fermental.

Y la otra cosa que para mí tiene un gran atractivo es que en estos días que se inaugura la feria del libro y hay toda una cultura de ilustración. Barradas es un gran ilustrador de libros, es un realizador o bocetista de vestuarios de obras de teatro para niños, de escenografía para niños. Realmente estamos recuperando una parte de nuestra historia, que además muere como Florencio de tuberculosis. El acto de despedida tiene lugar en el Solís, creo que el que habla es Frugoni, estamos hablando de un pedazo notable y entrañable de la historia nacional.

***

MRL – Yo quiero hacer un comentario. Tenía que ver con lo que dijo el director referente a si es fácil sentir Barradas. Mi experiencia fue con adolescentes, y los mandamos directamente por orden de sus padres, que estaban de vacaciones en Montevideo, a venir a ver la muestra, chicos de entre 14 y 15 años. No les entró, se aburrieron un poco, y en cambio quedaron deslumbrados con la fiebre amarilla de [Juan Manuel] Blanes [en referencia a "Un episodio de la fiebre amarilla en Buenos Aires"]. En seguida volvieron a casa hablando de ese y no contaron nada de Barradas. Es curioso eso.

Yo quería saber qué experiencia hay con escuelas y adolescentes con el pintor.

EA – Al día de hoy los datos de los últimos dos o tres días no los tengo, pero haciendo un promedio estamos cercanos a los 24.000, 25.000 visitantes, que es muchísima gente para una exposición de arte hoy en día, de los cuales creo que los chicos más chicos son los que ligan inmediatamente con Barradas. De hecho en la Sala 3, donde están las ilustraciones, las historietas, bajamos la obra, la colgamos más baja, para que ellos puedan tener mejor acceso y la comunicación es directa. El propio Barradas manifiesta que quería ser una especie de mago para dialogar con los niños mostrándoles no solo la parte luminosa de la vida sino la otra. Creo que los chicos, chicos hasta 10, 12 años, entablan un diálogo bien directo. Pero es cuestión de tiempo, el arte también tiene que ver con eso más que con la dificultad de entenderlo, la posibilidad de frecuentarlo, en esa frecuentación es donde podemos tender vínculos.

Pero la fiebre amarilla es una gran obra, de todas maneras, no está mal que establezcan un vínculo.

CM – Me gustaría poder contestarte la pregunta que quedó un poco pendiente del principio y que ahora vuelve, es una pregunta retornante, y es si Barradas es un pintor difícil o no. Barradas forma parte de un equipo mundial contra la fotografía. Torres García estaba en contra del arte imitativo, como él decía, cuando ves la fiebre amarilla de Blanes estás frente a la fotografía de un drama, cuando ves un dibujo de Barradas ves un contradibujo, un desdibujo. ¿Qué es lo que sucede? Cuando a Picasso le hablaban de esto decía: "Yo no pinto lo que veo, pinto lo que pienso", ahí empieza el lío del siglo XX con la gente que no entiende.

La pintura puede mostrar lo que se ve y lo mostró a lo largo del tiempo de manera admirable, pero también puede sustituir la visión por la comprensión, por la emoción, por cosas que no son visibles. Barradas no pinta nada tal cual es, y no lo hace por impotencia, sino porque quiere hacer otra cosa, quiere que el arte visual pueda hablar de otra manera, y esa es la gran lección del siglo XX: cambia la manera de mirar, se miran cosas que no existen, son creadas, son fenómenos pictóricos. Si no se viene con esa sabiduría primaria no se entiende nada. Barradas jamás hace el espejo de la realidad, cuenta lo que le sucede a él con la realidad, cómo la cambia, lo que ve y lo que no ve. Si encontrás la cara de García Lorca suprime todo porque con las cejas está todo dicho. Es decir, ese tipo de fenómeno mínimo después se orquesta y resulta que los cuadros son estrafalarios, extraordinarios, diferentes, pero hay que encontrarle por qué.

EC – Juan, ¿te encantó seguir por ahí?

JG – Sí, porque Carlos acaba de tocar un punto que para mí es crítico. En realidad la fotografía, que fue un desarrollo de la mitad del siglo XIX, cambió todas las artes plásticas, y la primera reacción fueron los impresionistas, que también fueron grandes incomprendidos. Esos pintores que hoy nos parecen maravillosos fueron la gran reacción a la fotografía que inundaba la segunda mitad del siglo XIX y de ahí en adelante la pintura nunca más retrocedió. Es decir, hay algunos retrocesos, algunos pintores arcaístas que vuelven a una visión fotográfica, pero la fotografía cambió todo y luego el cine cambió todo, inclusive la idea de los impresionistas de pintar en movimiento ya no tenía más sentido.

CM – Hay pintores estadounidenses que venden muy bien y que pintan una fotografía.

EA – Creo que hay una gran diferencia cuando hablábamos del tema Blanes, Blanes es un cronista.

MRL – Ahí está.

EA – Barradas es un poeta, hay un pequeño dibujito que comparte en una misma hoja, es el único dibujo que hacen de un lado de la hoja Barradas y del otro Federico García Lorca, y Barradas se quejaba de que había dibujado tanto la actriz de teatro Catalina Bárcena que le decía a Pepín Bello "tiro líneas y me salen Catalinas Bárcenas". Y en un momento Lorca lo torea y le hace un versito diciendo "no debe ser difícil para ti dibujar un rostro con ojos, boca". Tan linda que era Catalina, un amor platónico de Barradas, ¿por qué nunca le pintó los ojos, nunca le dibujó la boca? Y del otro lado, donde hay un payasito que dibuja Lorca, Barradas le dice: "no se puede dibujar lo que no se ha tenido".

MR – Yo pienso, al menos siento, que no hay que hacer una separación entre una tendencia pictórica y otra, pienso que hay notabilidades en cualquiera de los frentes. La virgen del tonel, por ejemplo, es realista, naturalista, y toma por primera vez una campesina representando a la virgen María con un niño. Esa tónica de referencia a los humildes uno lo siente y se siente próximo en todo lo de Barradas, la fuerza que tiene. Él hace una serie que son "Los Magníficos" y ahí la gente sencilla, los trabajadores, esa marcar la potencia de esa virilidad, esa hombría, con las manos grandes, bueno, es un mensaje de comunicación. Pero Blanes también a veces tuvo que imaginar, no sé a qué foto habrá recurrido o qué instantánea tiene del desembarco de los 33 que mandó pedir hasta las arenas de la Agraciada, creándole problemas hoy a la aceitera que quiere instalarse... (risas) porque pidió mucha.

En esa correspondencia entre Van Gogh y Theo, su hermano, cuenta la risa que le produjo –no vendía un cuadro, no vendía un cuadro en vida– haber ido a un prostíbulo y haber encontrado un cuadro de Gauguin, es decir, ¿cuál fue su moneda de cambio? No los vendía tampoco (más risas).

Creo que estamos frente a algo que puede ser la resurrección de un grande como Barradas y buscar la manera de que a partir de este punto de partida haya una difusión, porque tiene una fuerza, una gracia y una poesía que es formidable.

EC – Élida desde la audiencia retoma aquellas expresiones de García Lorca sobre Barradas cuando él vuelve a Uruguay casi al final de su vida, porque viene a morir en realidad. "García Lorca dijo de Barradas: nosotros, los españoles, lo dejamos morir de hambre y vosotros no lo valorasteis".

EA – Sí, es verdad, en el año 28 él ya viene muy enfermo. Cuando él pide la beca para ir a Europa el Estado se la niega, cuando estalla la Gran Guerra y quiere venir a Uruguay también el Estado le niega la posibilidad de hacerlo, y cuando quiere volver a morir y pide ayuda también se lo niega por tercera vez el Estado, es una colecta de amigos la que permite su regreso a Montevideo y hoy en día es uno de los artistas más importantes del Uruguay. Es curioso, podemos reflexionar sobre ese punto. Pero sí en ese momento los restos de Barradas están en el panteón de la familia Genovés en el Cementerio del Buceo, a donde lo va a ver Lorca, cuando viene en el año ‘34, y en una ceremonia muy simple con amigos deja unas flores blancas y escribe un poema que está aquí en la escalera subiendo a la planta alta. Él dice algo parecido a "todo lo que me dan a mí ahora se lo negaron a él" y anota "tengo que decir esto en alguna de las conferencias en Montevideo". Buscamos las conferencias y no lo encontramos, pero no quiere decir que no lo haya dicho.

JG – Yo quiero observar que la historia de Barradas se sigue repitiendo, Uruguay sigue olvidando a sus grandes creadores y recién después de muertos los resucita y los descubre. Sería bueno que empezáramos a tomar conciencia de que hay grandes creadores no solo en el arte sino en otros campos.

EC – A ver, un detalle que quizás sea anecdótico y quizás no, que también plantean los oyentes. Dice uno de los mensajes de alguien que firma "otro Pérez", y ya van a ver por qué: "Lo único que no me gusta de Barradas es que no utilizó su primer apellido, Pérez".

MR – Como Picasso.

EC – ¿Por qué?

EA – No, simplemente es un nombre artístico.

EC – Se llamaba Rafael Pérez Giménez.

EA – Claro, Barradas es el segundo apellido paterno, pero...

EC – Utilizó dos nombres artísticos, en realidad, ¿no?

EA – Sí, en realidad si vemos las firmas de la más caligráfica hacia 1910 a las últimas de unos estampones pequeñitos, que están frente a los estampones con los taitas y los cajetillas, enfrente hay dos pequeños estampones que están hechos quizás de vuelta en la travesía en barco porque tienen sellos que identifican claramente que fueron hechos rápido a manera de boceto y directamente ahí firma "Rafa" solamente. Es curioso cómo va...

EC – Fue simplificando, primero Rafael Pérez Barradas, después Rafael Barradas y al final Rafa. ¿Se sabe por qué?

EA – No.

MR – Una cosa que me pareció curiosa: Barradas era hijo de un pintor más arriba que brocha gorda pero, y hay una curiosidad, ya que nombraron a Picasso, que además tenía más nombres que Mario Benedetti, que tenía como 14. Picasso niño pintaba con su padre, que además se encargaba de hacer los frescos en las tabernas, en los boliches, y uno de los leit motiv que tenía era las palomas, y entonces lo que le encargaba a Picassito era: "mientras yo pinto lo grande vos andá haciéndole las patas". Entonces, cuenta Picasso, tiempo después, que cuando hizo la famosísima paloma de la paz que no tiene patas, él dijo que cuando empezó a pintar por cuenta propia estaba tan harto de las patas que le encargaba su padre que nunca más hizo la pata de una paloma.

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EC – Rosario, de nuevo te escuchamos a propósito de la exposición en sí algún apunte adicional.

RC – Por supuesto que yo me he referido a las características de la muestra tal cual la vemos, pero como además viví la preparación quiero aclararles que esta obra no salió simplemente del depósito y se colgó después de haber sido elegida, sino que hay todo un trabajo de preparación que me parece muy importante. Hay un enmarcado, hay una limpieza; la mayoría de los estampones por ejemplo eran carpetas. Insisto, es enorme el mérito de la gente que trabajó en esto, y me parece que es parte de la calidad de lo que se muestra. Hay un montaje cuidadísimo, hasta en los detalles en que fueron enmarcados y conservados esos trabajos que ustedes ven hoy en tan buena forma.

EC – Desde la audiencia también hay oyentes del interior que plantean sus preguntas y una de ellas es cómo pueden acceder a esta serie de trabajos, a la obra del maestro Rafael Barradas, los que no puedan llegar hasta el MNAV.

EA – Ahí hay dos puntos, por un lado vamos a subir en alta definición todas las obras, las 210 obras que están expuestas en este momento, con documentos 250, las cartas, las fotografías, la partitura de Carmen Barradas "Fabricación" y toda la obra que está expuesta se va a poder ver en línea y se va a poder bajar además.

EC – ¿Desde cuándo?

EA – Supongo que desde el lunes, estamos tratando, porque estamos haciendo un pequeño mapita que le sirva también de ubicación y a qué núcleos temáticos y un poquito más que simplemente la foto. Pero a partir del lunes creo que va a estar.

EC – Eso va a estar disponible en el sitio web del museo.

EA – Exacto, con descarga libre y gratuita, como también va a estar la presentación. Estamos haciendo un libro, no es un catálogo de sala, por eso demoramos, un libro de 340 páginas con cronología, con bibliografía, con textos, escribió el ministro [Ricardo] Ehrlich, el director nacional de Cultura, Mariano Arana por Montevideo Capital Iberoamericana de la Cultura, porque también colabora la Intendencia de Montevideo para este libro, Juan Manuel Bonet, que es un experto en Barradas y en vanguardias de los años 20, van a estar reproducidas todas las obras y anexos documentales. Hay cartas incluso que no se conocían, que en forma muy gentil nos ha prestado el Círculo de Bellas Artes, cartas de Barradas a Blanes Viale, a ver si podía vender algún cuadrito, si podía mover alguna obra, es muy conmovedor, Blanes Viale ya dentro del círculo, igual que [Carmelo de] Arzadun, que estaba bien posicionado.

EC – ¿Ese libro también va a estar disponible en formato digital?

EA – Como todos los catálogos que hacemos en el museo va a estar en PDF para descarga libre y gratuita y va a haber una edición en papel que seguramente trataremos de que sea lo más accesible posible.

EC – Terminamos con los detalles de la muestra, de la exposición. Horarios, días.

EA – Martes a domingo de 14.00 a 19.00, como dijo Rosario jueves y sábados visitas guiadas para adultos, y una instancia muy interesante los domingos a las 16.00: talleres para niños y la familia donde diseñamos unas mesas especiales donde los chicos hacen su propia obra dentro de la sala de exposición, en la Sala 2 que es la más importante, en el medio del público, interfiriendo con la visita están los chicos trabajando...

EC – Lo vi el domingo pasado, muy movido, mucho entusiasmo se notaba.

EA – Hay una carta de estas correspondencias de Barradas a Torres donde le dice que va a exponer 30 obras en el Ateneo y le pide tres dibujitos de Augusto, el hijo de Joaquín Torres García, cuando tenía seis años nada más diciéndole "mi obra se va a ver perjudicada por estos tres dibujos maravillosos de Augusto". En esa línea también apostamos que la creación de los niños es un punto fuerte de esta muestra.

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