CUENTOS NOMINADOS

•    CARLITOS
•    ESTRELA
•    IRIDICENTE
•    MAGU
•    SEBASTIANPUENTE
•    URDIMBRE

* * * * * *

Cuentos preferidos por cada uno de los miembros del jurado

Cuento elegido por Carlos Maggi:

Las ráfagas de viento helado, se colaban sin piedad por debajo del  peto de hojalata de su armadura  y de su casco de metal plateado. Desde lo alto de la muralla, adivinaba el inmenso río color chocolate donde el bergantín de la flota cabeceaba a merced del oleaje. Un cielo sin luna moteado de estrellas, lo acompañaba en su solitaria y última ronda. Aquella noche era la elegida. Aquella noche, cambiaría radicalmente su vida. Aquella noche,  detrás del candil  perforando la noche, estaría su india bonita. Sus ojos negros brillando como brasas, su pelo renegrido, su expresión ansiosa, su vientre inmenso.
EsperándoloÂ...

Seudónimo: "Magu"

. . . . . . . . . . . . . . . . .

Cuento elegido por Mauricio Rosencof

Cuando la punta de la alpargata, negra y desflecada, aplaste la colilla contra los adoquines, estará listo. Ella aparecerá a su izquierda por la calle de San Pedro, bonita, elegante en su modestia, andar sereno. Pasará  de largo sin mirarlo  y él comenzará la marcha.
Dos cuadras; dos cuadras serán suficientes.
En silencio. Siempre en silencio.
La seguirá de cerca pero distante.
Percibirá su aroma sin acercarse.
Imaginará otra vez la piel suave bajo el vestido claro y templará el ánimo para mañana.
Cuando nuevamente, a la misma hora, apague el cigarrillo contra el empedrado  y camine tras ella sin hablarle, hasta que algo,  la ocasión precisa, el gesto ansiado, le decidan.

Sudónimo: "Carlitos"

. . . . . . . . . . . . . . . . .

Cuento elegido por Matilde Rodríguez Larreta

No era del barrio bajo cercano al puerto, no se reconocía su origen en ninguna casona del casco histórico, los habitúes de los boliches cercanos al Real de San Carlos no sabían de donde  llegaba ni hacia donde se marchaba al caer la noche pero reconocían sus silencios arrinconados por muchas copas y vasos vacíos, los viejos balcones de la rambla sabían de su figura alta y delgada que se fue encorvando con el pasar de los años, los románticos paseantes de playa Ferrando sabían de su soledad más intensa aún que la de aquel lugar en invierno.
Todos los rincones de la ciudad sabían de su paso cansino, las calles empedradas, cuadras polvorientas y hasta el asfalto recién llegado registraron su andar sin prisa.
Una mañana no lo vieron bajar hacia el puerto, tampoco trajinar la Calle de Los Suspiros, esa tarde la playa fue más íntima, una copa quedó sin compañía y algunos extrañaron su silencio.
Y entonces nació la leyenda, había una vez en Colonia un fantasma.

Seudónimo: "Sebastián Puente"

. . . . . . . . . . . . . . . . .

Cuento elegido por Juan Grompone

    Una mañana Soledad tejía en el jardín una carpeta de croché. Las mujeres debían coser, bordar, preparar su ajuar de boda. En el entramado de la santa rita una persona se detiene.
-    Perdone, señorita ¿puede decirme dónde queda el Bastión del
Carmen?
-    Sí, por aquella calle, tres cuadras.
-    Gracias- contestó el desconocido mientras sus ojos verdes
penetraban en la mirada tímida de la joven.
       Al mediodía el hombre volvió al jardín. Desde ese momento el ovillo de hilo quedó inmóvil en el suelo y la tarde tejió mil historias en la boca del argentino. Soledad tembló, vibró, renació en aquel encuentro mágico. Y cuando el sol empezó a caer sobre el horizonte del río, dos siluetas mimetizadas en un beso se despedían.
    Soledad vio alejarse la embarcación. De los faroles surgían incipientes luces. Retornó a sus labores, ahora bordaba con hilos de sueños.
-    Mamá, ¿ese señor era papá?
-    No, pequeña, era como papá, pero no era él.

Seudónimo: "Urdimbre"

* * * * *

CUENTOS FINALISTAS

Tercer lugar:

La calle es estrecha, adoquinada con piedras en cuña. Por las noches aún se oyen los quejidos de los prisioneros sentenciados a muerte y los suspiros de los marineros que aún vagan por ella, al pasar frente a los prostíbulos de la zona. El lugar transpira magia, misterio; ideal para encuentros románticos.
Una noche maravillosa de luna ella espera ansiosamente a su amado, acurrucada  y silenciosa en el marco de una puerta. Sólo se escuchan los silbidos del viento que al soplar, se mezclan con los suspiros de la amante.
Pasan las horasÂ... él no llega. En la madrugada y a lo lejos se vislumbra el movimiento de carga de un barco; el viento, traicionero del amor, acarrea los sonidos y las voces. Un desalentado y angustiante suspiro de adiós escapa de su pecho y sube por la calle adoquinada.

Seudónimo: Â"AbbyÂ" (*)
(*) María Inés Gil Villaamil
C.I.- 1.073.157-2

. . . . . . . . . . . . . . . . .

Segundo lugar:

Solo los vio la muralla. Nadie sabía de aquel amor de esclavos, sudorosos, cansados, sin derechos.
Pero como pasa siempre, alguien fue con el chisme, y aquel militarucho mandamás  los descubrió escondidos, refugiados en un hueco improvisado, en aquella montaña de piedras.
Los azotes iban y venían. Â"Para que aprendanÂ" decía una y otra vez.
Pero no aprendieron. Volvieron a encontrarse, a hacer el amor, a estallar en suspiros.
Esos suspiros  tomaron forma y color, se mezclaron con la Santa Rita de los balcones, encendieron faroles, taconearon empedrados, se enredaron con la brisa del río, y quedaron en la Colonia para siempre, como una resistencia.

Seudónimo: Â"Cruz del SurÂ" (*)
(*) Mirta María Mondelli Di Matteo
C. I.: 1 076 786 - 0

. . . . . . . . . . . . . . . . .

PRIMER PREMIO

El río asoma por cada recoveco de sus calles, en cada una de sus esquinas.
Tarde de verano y sol ardiente; miles de gargantas que alientan con pasión al torero, enmudecen.
Ahí yace en la arena, inmóvil, ojos ciegos abiertos por donde entra el día que se vuelve noche; su traje de luces ya es una sola mancha roja.
El toro respira hondo.

Seudónimo: Â"AveÂ" (*)
(*) Eva Nahson
Documento  C.I. 501 598  9