Película "Esclavo de Dios" introduce al espectador "en la mente del fundamentalista desde un punto de vista humanista"
La película "Esclavo de Dios", basada en los hechos reales ocurridos en julio de 1994 en Buenos Aires, cuando un coche bomba explotó frente a la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), dejando 85 muertos, ha generado varias polémicas en el exterior. Para conocer más sobre ella, En Perspectiva entrevistó a su guionista, el escritor uruguayo Fernando Butazzoni, y a su director, el venezolano Joel Novoa, desde Caracas. Según explicó Butazzoni, el objetivo principal de la película era el "abordaje humano" de la figura del terrorista, "esa figura tan descentrada, tan extraña, tan marginal, y que sin embargo que ha tenido tanto peso en nuestra historia". "Es una ficción incrustada en un contexto absolutamente real", agregó el guionista, al tiempo que Novoa señaló que "al ser un tema tan entreverado y con tantas vertientes" la decisión fue decantarse no por tratar de "resolver un caso" sino por crear una historia "que termina siendo una especie de llamado a la tolerancia y a la paz".
(emitido a las 9.10 Hs.)
EMILIANO COTELO:
Terrorismo internacional, persecuciones por varios países, espías, agentes encubiertos, coches bomba, armas y enemigos que se odian mutuamente. Estos elementos, que podemos encontrar en tantas películas de Hollywood, aparecen en estos días en un thriller guionado por un uruguayo, filmado en parte en nuestro país y con varios actores uruguayos en su elenco (*).
Se trata de "Esclavo de Dios", una coproducción entre Uruguay, Venezuela, Argentina y España, que se desarrolla en torno al ataque terrorista a la sede de la AMIA (Asociación Mutual Israelita Argentina), en Buenos Aires, ocurrido en 1994 y que dejó 85 muertos. Es una película que ha generado varias polémicas en su recorrido por los países donde ya se ha exhibido, y que vale la pena examinar.
Por eso vamos a conversar con su guionista, el escritor uruguayo Fernando Butazzoni, que está aquí con nosotros en estudios, y por teléfono con su director, Joel Novoa, venezolano, a quien encontramos en su casa, en Caracas.
¿Tú te definís también como uruguayo (**)?
JOEL NOVOA:
Soy venezolano porque me crié aquí, pero soy ciudadano del mundo y conozco Uruguay casi como Venezuela. Me defino como venezolano, pero tengo bastante conexión con Uruguay.
EC - Vayamos a la película. La película se desarrolla en torno al ataque a la AMIA, antes y después del atentado. ¿Por qué eligieron ese tema para esta película?
JN - Es una pregunta interesante.
EC - Puede llamar la atención que en un tema tan argentino se involucren un guionista uruguayo y un director venezolano.
JN - De hecho, esta es la segunda película en la que Fernando y yo trabajamos juntos, que escribe Fernando. La primera, que también tenía que ver con terrorismo, se llama Zona 0 y es un cortometraje que realizamos hace unos cinco años. Justo cuando estoy haciendo la mezcla de sonido para ese cortometraje, cuando me encuentro entre Buenos Aires y Montevideo, arrancamos con este tema, empezamos la escritura del tema. No recuerdo exactamente cómo fue la primera vez que me senté con Fernando con la idea; ¿lo recuerdas, Fernando?
FERNANDO BUTAZZONI:
Recuerdo que hubo una especie de voluntad muy fuerte de Joel, de hecho vino a hablar conmigo para decirme "quiero hacer una película con este tema". No era el tema específico, puntual, que después desarrollamos entre los dos, diría que más que el tema del terrorismo es el tema del terrorista, esa figura humana tan descentrada, tan extraña, tan marginal, y sin embargo que ha tenido tanto peso en nuestra historia, en nuestra vida cotidiana. Eso fue hace unos cinco años, que surgió la primera idea, y a partir de allí tanto Joel como yo llegamos a una rápida convicción de que había que tener una especie de mirada desde muchos ángulos de la problemática, no contar solamente una historia, sino tratar de contar todos los ángulos posibles, o ver esa historia, esa problemática, desde todos los ángulos posibles.
EC - Por lo visto, Joel, el tema del terrorismo te preocupa, no sé si te obsesiona, pero has hecho ya un cortometraje que estaba basado en los atentados del 11-M del año 2004 en Madrid, España. ¿Todo esto viene de que tú casi fuiste una víctima del ataque terrorista del 11 de setiembre en Estados Unidos?
JN - Creo que viene incluso de antes de eso. Yo tengo familia judía, estudié en un colegio judío y desde muy pequeño me empecé a obsesionar con la parte del fundamentalismo, más que del terrorismo, ya que desde muy pequeño fui criado con una mente muy liberal y muy occidentalizada y a mi alrededor lo que veía era más bien la necesidad de perseverancia de toda religión y cómo las únicas religiones que perseveran son las que por alguna razón terminan justificando los medios con el fin. Esto se refuerza cuando estoy filmando una película en Venezuela, me tocaba tomar un avión a Estados Unidos, me estaba mudando para estudiar el 11 de setiembre y me dio dengue justo el día previo. En ese momento fue un drama, no pude tomar el avión, prácticamente estuve hospitalizado una semana. Y desde el hospital pude ver lo que ocurrió, que fue bastante trágico, y yo iba a estar en uno de los aviones que fueron víctimas. Eso reforzó bastante el sentido de poder conectarme con este tema.
La primera obsesión vino al empezar a estudiar la vida de muchos de estos terroristas que cometieron los atentados y darme cuenta de que las coartadas que muchos tenían eran tan interesantes que eran más reales que la misma vida, la esposa, los hijos. Desde entonces siempre he tenido una obsesión por adentrarme en la mente del fundamentalista desde un punto de vista humanista. Lo que dice Fernando es absolutamente cierto, lo más complicado cuando llegamos al tema fue ver cómo hacer para abordarlo de una manera humanista y al mismo tiempo tratando de humanizar ciertos sectores que son bastante difíciles de humanizar cuando uno los ve a la distancia. De ahí viene mi motivación personal para el tema.
EC - Ya profundizaremos en ese aspecto, que es central en la película. Antes, ¿cuánto hay de real en lo que la película muestra?
FB - Es una ficción que está incrustada en un contexto absolutamente real. El atentado a la AMIA, como todo el mundo sabe, aconteció, y venía precedido de otro atentado a la Embajada de Israel dos años antes. La presencia de grupos "dormidos" de terroristas dispuestos a la acción en América Latina ha sido largamente expuesta tanto en estudios como en documentos, incluso documentos judiciales, y la presencia de los servicios de inteligencia en torno a ese tema también es una cosa conocida.
Hay algunos hechos que son incontrastables, que curiosamente fueron los que generaron la polémica. Por ejemplo, independientemente de que la investigación sigue su curso es una manera elegante de decirlo, porque ha tenido mil y una chicanas, trancas y vallas para que no avance, hay documentación oficial, judicial de la justicia argentina en la cual se plantea básicamente cómo ocurrieron los hechos de una manera muy precisa y minuciosa. El fiscal de la causa armó, tomando como base registros de las antenas de teléfonos celulares de aquel momento, un entrecruzamiento en el cual se ve que Fulano de Tal estaba en tal esquina, que de esa esquina se fue a tal otra esquina, de donde tres minutos después llamó por teléfono a Fulano que estaba en tal lugar. Es muy interesante el dictamen de los fiscales argentinos, que son dos, no uno, porque se ha cuestionado que uno de los fiscales, el fiscal Nissman, que es judío y que por lo tanto podía tener cierto tipo de prejuicios con respecto al tema. Pero hay otro fiscal que no es judío que también actuó y que también firma el dictamen.
EC - Ya que hablás del dictamen de los fiscales, allí se señala muy claramente la certeza de que Irán fue organizador de este atentado. Eso en la película, sin embargo, por lo que yo recuerdo, no aparece. ¿Por qué?
FB - Ahora Joel dirá su opinión. Yo desde el principio creí que acá hay un problema que excede largamente el objetivo principal de la película, que era un abordaje humano, humanista, que tiene más que ver con un proceso de investigación que por múltiples motivos estaba trancado y entreverado. De hecho, hay quienes acusan a los investigadores de torcer y distorsionar la investigación para ir a dar con la pista iraní, hablan también de una pista siria. Es un tema que fue muy enredado.
Siempre digo, casi en chiste, que el atentado contra la AMIA no lo cometió un comando de finlandeses desembarcados en Buenos Aires, parece estar absolutamente claro que había un grupo fundamentalista de origen islámico que logró armar la estructura y tener las conexiones locales suficientes como para llevar adelante ese atentado. A partir de allí se crea una historia basada sobre todo en la documentación, en muchas entrevistas que tuvimos, yo tuve una cantidad de charlas y conversaciones con gente en Argentina, aquí, en Israel, etcétera.
EC - Sigo con el tema, preguntándole ahora a Joel, y para eso tomo como base la crítica que sobre "Esclavo de Dios" escribió Rosalba Oxandabarat en el semanario Brecha. Dice: "Lo real es un llamador propagandístico de la película así desde sus afiches, y no hay duda de que en ella se busca lograr efectos de realismo por ejemplo, todos hablan el idioma que corresponde, el physique du rol del protagonista es perfecto, pero el guion deja de lado la compleja maraña desatada, y además muy divulgada, de investigaciones e implicaciones geopolíticas, ideológicas, bélicas, etcétera sucedidas en la realidad. Elige, en cambio, encarnar el conflicto en dos personajes, uno árabe, otro israelí". ¿Qué respondes a este cuestionamiento?
JN - Respondo primero con un argumento que dice Fernando: al ser un tema tan entreverado y con tantas vertientes, nuestro trabajo como cineastas no siempre va a ser resolver un caso, yo no tengo la respuesta de un caso, y por más que puedo tener opiniones personales generadas a partir de la investigación, lo interesante de este caso es que cuanta más investigación hay, más confuso se vuelve. Nuestra meta con la película siempre fue crear una ficción de dos personajes que termina siendo una especie de llamado a la tolerancia y a la paz, y además un llamado de atención para poder volver a tener conversaciones sobre este tema, que hasta hoy tiene impunidad, a través de dos personajes que pasan por esta historia y que son parte de este contexto.
Sin embargo esta película no es un documental, es una ficción de dos personajes enmarcada dentro del género thriller para poder contar el entreverado hecho. Creo que [quien hace esos cuestionamientos] es una persona que está viendo una película que no quiere ver, porque la película no trata sobre eso, trata acerca de dos personajes dentro de este contexto y cómo esos dos personajes extremistas se plantean dilemas que terminan poniéndolos en duda entre su propia vida y aquello en lo que han sido criados o que el mismo resentimiento les ha producido y la deuda que tienen con sus respectivas familias prácticamente desde su nacimiento, desde muy pequeños. Esa es la película. El hecho de que el entreverado tema no sea tocado en toda la película es porque esa es otra película, esta persona quiere ver otra película.
***
EC - En este plano del contraste o las aproximaciones entre el guion y la realidad hay una especie de curiosidad: las investigaciones de los fiscales han concluido que buena parte del ataque a la sede de la AMIA se planificó acá en Montevideo; incluso se ha identificado una casa en la avenida Rivera donde se habrían reunido los responsables del atentado. Eso no aparece consignado en la película, sin embargo, buena parte de las escenas que se desarrollan en Buenos Aires fueron filmadas en locaciones de Montevideo. ¿Cómo fue eso de instalar Buenos Aires en Montevideo? ¿De dónde salió?
FB - Sale de necesidades de producción. Joel tiene mucha más experiencia en este tema, pero hacer una película es muy caro, recrear espacios y épocas distintas estamos hablando de una película que se desarrolla a principios de los años 90 también es muy complicado y muy costoso, y allí surgió la posibilidad, que me pareció muy buena desde el punto de vista de los medios con los que se contaba, de filmar algunas escenas en Montevideo.
EC - Joel, ¿un apunte breve sobre este punto?
JN - Y más allá de eso, en Montevideo la calidad actoral, y evidentemente el acento argentino y uruguayo son muy similares y se hacía muy sencillo poder tener actores uruguayos, no ocurría lo mismo con actores venezolanos. Entonces se filmaron en Uruguay prácticamente todas las escenas de Argentina, con excepción de algunos exteriores porque necesitábamos algunas locaciones emblemáticas.
EC - Por ejemplo, ¿cuál? ¿La sinagoga es en Argentina?
JN - La sinagoga está filmada en dos países al mismo tiempo.
EC - ¿Y qué es lo que sí se filmó en Argentina?
JN - Se filmó parte de la sinagoga, se filmaron los exteriores de la plaza la cámara observa para todos lados ahí, se filmaron algunas escenas documentales en el barrio Once, que es cerca de donde estaba la sede de la AMIA, un par de caminatas del personaje en la calle. Las escenas de acción fueron filmadas todas en Uruguay.
FB - Una cosa interesante, que creo que responde mucho a la educación y al espíritu de Joel: Joel es un hombre muy joven, tiene 27 años, y como él dice, es un ciudadano del mundo, pero no por una definición teórica, sino porque realmente su vida ha estado a caballo entre Los Ángeles, Nueva York, Caracas, Montevideo, Buenos Aires. Y creo que eso en la película se trasmite, es una película casi internacional, en la que se habla en distintos idiomas no como un efecto para el espectador, sino porque realmente se habla en los idiomas en los que se desarrolla la historia, y cruzan muchas fronteras las anécdotas. Creo que la película también logra eso, esa mezcla, porque en el cine hasta la luz es distinta, las escenas que se filmaron en Israel, lo que se filmó en Montevideo, lo que se filmó en Caracas, lo que se filmó fuera de Caracas, hay una mélange que da un resultado en el cual el mundo que es lo que pasa con el terrorismo es uno, no está separado por fronteras políticas.
EC - ¿Es una película equilibrada o desequilibrada? ¿Es una película antibolivariana? De esos temas, que forman parte de la controversia que ha rodeado a "Esclavo de Dios", vamos a conversar enseguida con los integrantes de la Tertulia de los Viernes.
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EC - El tema que nos ocupa esta mañana es "Esclavo de Dios", un film realizado entre Uruguay, Argentina, Venezuela y España que tiene como punto de partida hechos reales: julio de 1994, Buenos Aires, atentado con coche bomba contra la sede de la AMIA. Aquel atentado terrible que dejó 85 muertos, y además, por supuesto, daños y consecuencias de todo tipo.
Veníamos conversando con Joel Novoa, venezolano, 27 años, director del film, y con Fernando Butazzoni, uruguayo, escritor, novelista, que es el guionista. Y a esta charla se incorporan Carlos Maggi, Mauricio Rosencof, Juan Grompone y Matilde Rodríguez Larreta.
Mauricio, has dicho que es una película muy valiente, ¿por qué?
MAURICIO ROSENCOF:
Es muy valiente, porque daría la impresión de que hay temas sobre acciones miserables, como la que se produjo en la Argentina contra una mutual, en la que murieron 84 o 85 personas, que los tienen que tratar solamente aquellos que tienen alguna relación ancestral o sanguínea, ese tema lo tienen que tratar los judíos. Cuando se trata ese tema, como se trata en esta película, que proyecta mucho más que el tema específico, muchas veces la inquietud es: ¿el director es judío, no?
Eso me recuerda una vuelta que en Chile me fueron a hacer una entrevista, eran viejos compañeros del MIR, me sacaron el tema del conflicto en Medio Oriente y di mi postura, que la puedo dar en cualquier momento, que se parece mucho espiritualmente a la postura del guion de Fernando y a la dirección y a la intención. Pero como no les gustó lo que decía: "Ah, no, tú eres judío, ¿no?", se levantó y se fue. Es curioso, y esta película contribuye enormemente a esa batalla para poner las cosas en su sitio.
EC - En Venezuela en particular, la película generó una controversia fuerte, se la acusó de dar una visión parcializada del conflicto árabe-israelí y de atacar a la revolución bolivariana, porque se la estaría poniendo como cómplice de acciones terroristas. Una consecuencia de estas denuncias fue que el Centro Nacional Autónomo de Cinematografía, que cofinanció la película, que la avaló, después obligó a los cines donde se exhibía a emitir antes un corto documental sobre Palestina y las condiciones en las que viven los palestinos. Un episodio de lo más chocante. ¿Terminó ya esta idea de exhibir obligatoriamente el documental?
JN - No, lamentablemente. La película está haciendo muy buena taquilla, sigue en cartelera, y en cada una de las copias de la película sigue estando este cortometraje que además no tiene ningún tipo de identificación. Yo mismo cuando voy a chequear la película voy todos los fines de semana, cada vez a un cine distinto veo que al menos entre una pareja y 30 personas se terminan yendo del cine en medio del cortometraje pensando que el cortometraje es la película, porque en ningún momento se identifica. Hay una negativa de identificar el cortometraje, porque supuestamente la ley no establece que se debe identificar un cortometraje previo a una película, entonces termina siendo una situación bastante confusa. Cuando voy al cine y veo eso por suerte puedo detener a los espectadores que salen, pero no me puedo dividir en 25 salas.
EC - Es un procedimiento muy, ¿cómo decirlo?, heterodoxo el que se está siguiendo.
CARLOS MAGGI:
Abusivo.
EC - Abusivo, dice Carlos. Porque genera una gran confusión.
FB - Tú decías que se la acusó de atacar a la revolución bolivariana; en realidad se la acusó de atacar a la República Bolivariana. Y subrayo esto porque acá no hay ninguna revolución.
EC - La película no tiene nada que ver con la República Bolivariana, en materia de fechas, por ejemplo.
FB - Obviamente que no. En las fechas en las que se desarrolla la película Chávez estaba preso y la República Bolivariana de Venezuela no era más que un sueño o una pesadilla en la mente de algunos. Me parece muy importante subrayar que ahí lo que hay es una serie de intenciones que tienen muy poco que ver con la cultura, con el arte, con el cine, incluso con la política. Tienen que ver con intereses muy mezquinos, muy vinculados al bolsillo, que me generan una tristeza y un dolor muy grandes.
CM - Nosotros tratamos ya este tema en la Tertulia, las cosas que se dicen en nombre del pueblo de Bolívar, que debe estar estremeciéndose por los vericuetos en que lo ponen. La película no tiene nada que ver ni con el régimen bolivariano en Venezuela ni con otra cosa que el entendimiento humano en una circunstancia crucial, terrible, violenta, de muerte. La película es juzgada casi siempre por factores políticos vinculados a eso, por la situación del Cercano Oriente, pero es otra cosa, tiene una filosofía humanista, que es rescatar, aun en las cosas más horribles que se pueden hacer, como los atentados, que son tan cobardes y horribles, en ese plano y en ese medio la cosa humana. Eso, que en la película está bien hecho, no es bien recogido por el público, que es un poco llevado y traído por la violencia y por los preconceptos de cada uno.
EC - Sí, una de las tentaciones que puede tener el público es medir el equilibrio de la película, si se vuelca para un lado o para el otro.
CM - Sí, hay que decidirse por los asesinos o por los muertos, hay unos que eligen los muertos, otros que eligen los asesinos y ahí queda.
MATILDE RODRÍGUEZ LARRETA:
Es una película de esas imperdibles, ineludibles, no podemos dejar de verla, porque es un acontecimiento que nos sacudió del otro lado del río, muy cercano. Hay un razonamiento que me estaba haciendo recién y que es impresionante: sucedió siete años antes de las Torres Gemelas, fue un desembarco rioplatense del terrorismo impresionante. Yo no puedo olvidar ese día.
EC - Antes había existido el atentado contra la Embajada de Israel en Buenos Aires.
MRL - Las dos cosas fueron muy impactantes para los uruguayos. Yo estaba muy cercana todavía a Buenos Aires, tenía muchos amigos, viajaba, iba y venía, por ejemplo la embajada quedaba a una cuadra de una casa donde yo habitualmente habitaba, o sea que había conocido mucho ese barrio, aparte de que había vivido en ese barrio en mi exilio. Fue una cosa que me fue muy cercana y me sacudió enormemente. Creo que la película mejor hecha no puede haber estado, tocar ese tema de tanta envergadura, tan delicado, y haberlo hecho de esta manera es realmente brillante. Es una película que no se puede dejar de ver. Por supuesto, hay que prepararse para sufrir, porque hay momentos muy dolorosos.
EC - Sí, pero por ejemplo la película elude el saldo directo del atentado mismo a la sede de la AMIA. Podía pensarse que se iba a regodear en imágenes espantosas de esas que ocurrieron realmente en los minutos, en las horas siguientes.
MRL - Que las vimos, además. No se regodea en eso, pero hay una escena que me dejó nocaut, que es cuando el propio terrorista está mirando en la televisión lo que sucedió y pega un grito y lo festeja como un gol, esa es la sensación, la de una persona que está festejando un gol de su país. Es impresionante, penetrar ese mundo del terrorismo es impresionante.
JUAN GROMPONE:
En primer lugar, es una excelente película, me parece fantástica. En segundo lugar, creo que son disparatadas las objeciones que han puesto palestinos, judíos y venezolanos, no entienden nada del problema. Yo hace tiempo que tengo posición sobre este problema: estoy absolutamente en contra de los terroristas palestinos y de los terroristas judíos, de los fundamentalistas de uno y otro lado. La violencia engendra la violencia, esto es una cosa bien conocida, ya lo explicó Shakespeare en "Romeo y Julieta". Básicamente estoy con Barenboim y sus esfuerzos por la coexistencia pacífica.
EC - Te referís al músico argentino-israelí Daniel Barenboim.
JG - Daniel Barenboim, que ha creado una orquesta de palestinos y judíos en un afán de que se encuentren y muestren que son seres humanos y que pueden convivir. La película me recuerda a la única otra película que tiene este mismo espíritu que es "Munich", de Spielberg, donde el mensaje es: así no llegamos a nada, la violencia va a seguir engendrando la violencia. El mensaje final del niño que recoge el sable con el cual iban a decapitar al supuesto traidor es terrible, empieza con un niño que se venga por la muerte de su padre y termina con un niño que se venga por la muerte de su padre, es decir, esto no tiene fin.
También me recuerda un juego electrónico sobre el terrorismo que se hizo en Uruguay. El jugador veía por una mira una especie de ciudad, de pueblito, y estaban unas personas de negro que eran terroristas. El juego consistía en matar a los terroristas, pero cada vez que uno mataba un terrorista aparecían dos, en ese mismo lugar de los muertos había dos que se convertían en terroristas, entonces cada vez había más. El mensaje era clarísimo: la violencia engendra violencia y el problema no tiene solución, hay que pararlo.
EC - Tengo oyentes enojados con Matilde y con Juan.
JG - Por supuesto.
EC - No, enojados porque contaron detalles de la película.
MRL - Tienen razón, pido disculpas, a mí me molesta cuando me lo hacen.
CM - El terrorismo depende del comentario sobre el terrorismo, el juego del terrorismo es hacer algo y esperar que la prensa del mundo se ocupe de eso. Si la prensa del mundo se callara no habría terrorismo, porque no habría cumplido ninguna de las finalidades que se propone el que hace el acto terrorista. Es una cosa curiosa de irracionalidad colectiva: todos hablamos de los terroristas, que es lo que ellos quieren. Si nos calláramos la boca no habría terroristas.
MRL - Es parecido al argumento de la marihuana.
EC - Joel, estás escuchando por teléfono, ya viste por dónde van las reacciones de los integrantes de la Tertulia. ¿Qué dices tú?
JN - Absolutamente halagado por todo lo que han dicho de la película. Cuando hicimos la película la idea fue crear este tipo de discusión. A veces me preguntan: "Cuando se sentó a escribir con Fernando la película, ¿sabía que iba a ser polémica?". Y yo siempre respondo que la película tiene que ser polémica y tiene que dar espacio para la discusión. Eso es lo que uno pretende con una película, si la película no tiene una polémica saludable y no genera una discusión llamémosla política, aunque no tiene nada que ver con política, como la que estamos teniendo ahorita, no estamos cumpliendo nuestra labor. Evidentemente eso se sale de las manos cuando se vuelve bastante radical como lo que ocurre por ejemplo en Venezuela con la película en este momento. Pero la razón por la que hacemos esta película, aparte de todo lo que comenté antes, es que podamos tener discusiones como la que estamos teniendo en este momento y poder dedicar una hora de nuestra vida a debatir sobre los temas que están relacionados con la película.
Con el último comentario concuerdo perfectamente, de hecho estamos escribiendo algo basado en eso, una película que toca eso.
EC - ¿Qué tema toca?
JN - El tema de la prevención del terrorismo y la relación que tiene el terrorismo con la prensa internacional.
MRL - Yo la vi dos veces y voy por la tercera, es de esas películas en las que todos los detalles tienen un significado importante. Y los oigo hablar a ellos, a Novoa y a Butazzoni, y hay cosas que no recuerdo, quiero verla de vuelta.
MR - Insisto en que en primer lugar es poner sobre la mesa con mucha valentía un tema que viene siendo soslayado en la literatura, en la cinematografía.
EC - ¿Soslayado?
MR - Sí, generalmente se considera que este es un tema de un sector o del otro y no hay un planteo en el centro.
EC - ¿Ustedes cuidaron ese aspecto, el equilibrio? Porque yo decía recién que es una de las discusiones posibles.
MR - Quiero aportar una historia que tiene que ver con el espíritu de esta película para que se vea que contribuye a bajar la estatura de las barreras que muchas veces se colocan artificialmente. Hace muchos años yo tuve una entrevista con Shimon Peres en Tel Aviv, es un personaje muy especial, es un hombre del Partido Socialista, que fue secretario de la Internacional Socialista. De los fenómenos nuevos en la conversación que tuvimos que señalaba de difícil encaramiento habló del narcotráfico, pero habló del terrorismo, el terrorismo es un fenómeno de los últimos 20 años, no es algo que estaba dentro de las leyes de juego en la lucha que podríamos llamar genéricamente por la liberación nacional. Llegó un momento en que se termina poco menos que asociando esas acciones con un acto de rebeldía o de liberación. Y me parece que ese es el meollo del asunto, donde de alguna manera han terminado enredando a sectores de centro, de izquierda y de derecha que se suben al carro. Y como corolario final, ¿cómo se arregla esto?, le pregunté a Shimon Peres en esa oportunidad, y me dijo lo que espiritualmente irradia esta película en un criterio de concreción práctica: esto acá en Medio Oriente se resuelve solamente en una negociación entre las partes de paz por el territorio.
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EC - Yo les preguntaba cómo cuidaron ustedes, Butazzoni y Novoa, el problema del equilibrio en este guion, en una película como esta. Lo digo porque en esta crítica o en estos cuestionamientos que la película ha recibido concretamente en Venezuela, en esa decisión de poner primero ese documental obligatorio, el implícito es que la película sí muestra con mucho detalle cómo terroristas árabes atacan a la comunidad judía en este caso de Argentina, pero no muestra cómo terroristas israelíes o el ejército israelí ataca a por ejemplo los palestinos. Ese es el implícito del corto que le están metiendo en Venezuela.
FB - Hay varios implícitos, uno de ellos es que pueden meter el corto.
EC - Eso ya lo dijimos al pasar, es un disparate.
FB - Yo no me sentí en ningún momento obligado a hacer equilibrio, me sentí obligado a contar una historia absolutamente real, incuestionable además. Se puede cuestionar que además la película no contó tal otra historia. La película que yo escribí y que Joel hizo es esa, es un episodio absolutamente conocido, en el que los equilibrios nacen solos. ¿De dónde nacen? De la lectura histórica no, nacen de la condición humana de cada uno de los protagonistas. Creo que el equilibrio de la película si es que vamos a hablar de equilibrio está dado por la cantidad de tiempo, de minutos y de intensidad dramática que tiene cada uno de los protagonistas en su dimensión humana, personal, en su historia de vida, en sus relaciones con su familia, en sus conflictos íntimos.
Es muy fácil desequilibrar una película. Yo recuerdo y Mauricio lo debe recordar también, porque tuvo algo que ver cuando Costa-Gavras filmó "Estado de sitio". La principal crítica que le hicieron a Costa-Gavras era que había puesto un actor demasiado bueno para hacer el papel de Mitrione, que eso desequilibraba la película, que como el actor era tan bueno y además era tan buen mozo y era tan popular y tan conocido despertaba simpatía.
Mi misión consiste en contar una historia, en contarla con argumentos y con información adecuados, responsablemente. Después los equilibrios o desequilibrios que nazcan de la realidad son producto de la realidad.
EC - El guion tiene como eje a dos personajes, el de Ahmed Al Hassama, que la información oficial de la película define como "un fundamentalista suicida en espera del momento para llevar a cabo su misión", y por otro lado David Goldberg, "un extremista de sangre fría y brillante agente del Mossad israelí".
Joel, si está planteado el conflicto, ¿hay que entender que también David es un terrorista para ustedes, que el agente del Mossad también es un terrorista?
JN - No se puede calificar como terrorista, ya que sus acciones no son acciones de destrucción como un mecanismo para alcanzar sus metas. Para el personaje de David más bien el fin justifica los medios y él va a hacer todo para llegar a la solución, y cuando es todo, a veces termina actuando de manera bastante extremista. Por eso lo podría calificar como un extremista y de hecho no quiero revelar muchos detalles podríamos decir que también es un asesino.
CM - El arte por lo regular plantea un acto de justicia y el teatro un acto de justicia en el escenario y que cada uno tiene y puede tener su parti pris (toma de partido). Recuerdo siempre lo que contaba Valle Inclán: cuando el ciego español hacía gala de lo que contaba en la puerta de la iglesia, de cómo se habían portado los españoles ante la invasión francesa, y un francés le dijo: "Usted no está en equilibrio, usted es partidario", él le dice: "Lo demás que lo cuente el ciego de París". Eso es la marcha del arte, el arte hace una cosa conmovedora y toma partido, ¿por qué no? Claro que toma partido, ¿por qué tiene que ser absolutamente imparcial? No es imparcial. Si querés otra cosa, andá a buscar al ciego de París.
JG - Yo creo que toma partido, toma partido por la paz, toma partido por decir "esto no lleva a nada", toma partido por lo más importante, la idea más importante, que es "así no vamos a ninguna parte, va a seguir igual".
EC - La película en Argentina todavía no se estrenó.
FB - Creo que se estrena a principios de setiembre.
JN - A principios de setiembre, todavía estamos definiendo exactamente los detalles, daremos los detalles más concretos la semana que viene.
EC - Supongo que es un estreno especial ese.
JN - Sí, si hay un país donde la película va a ser más delicada que en los demás, va a ser Argentina. Por eso todo lo que es el estreno y la parte de la promoción requieren de especial atención.
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MRL - No podemos terminar este tema sin dar un elogio muy grande a los actores protagonistas, que son estupendos. Sobre todo me impresiona el David Goldberg, es un hallazgo ese actor, trasmite todo lo que se tiene que trasmitir en esa circunstancia.
MR - Y una revelación el actor que hace de policía, no recuerdo el nombre.
EC - Fernando Butazzoni se da el gusto de aparecer unos segundos en la película como un agente de policía argentino.
FB - Y tengo un parlamento, que no podemos revelar cuál es porque es central en la trama.
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Transcripción: María Lila Ltaif
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(*) Participan, entre otros, César Troncoso, Rolando Grazia y Augusto Mazzarelli.
(**) Joel Novoa es hijo de José Ramón Novoa, director y productor cinematográfico uruguayo radicado en Venezuela, autor de "Sicario" y "Un lugar lejano".
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Trailer oficial de la película