Tucker caminó por más de dos horas hasta llegar a la cima del glacial, a 1.500 metros sobre el nivel del mar, y recorrió los 27 metros de un impresionante paisaje escondido debajo de un delgado hielo.

"Estaba aterrado porque sé bien que las cuevas glaciares se pueden derrumbar en cualquier momento" confesó Tucker, quien había sido advertido por los locales de los peligros de aventurarse dentro del glacial. De haber un derrumbe, le dieron 10 minutos de vida.

"Tenía pánico claustrofóbico al inicio, pero me relajé sacando algunas fotos. Luego me asusté porque escuché un crujido del glaciar encima de mi cabeza", relató Tucker. Pese al susto, el fotógrafo salió del glaciar y decidió compartir con el mundo las maravillosas fotografías de este misterioso lugar.

Fotos: Jonathan Tucker.