El espacio surgió por iniciativa de las madres de los jóvenes que fallecieron en el accidente aéreo de Los Andes en 1972. En sus inicios, se ubicó dentro del Hotel Carrasco y luego se trasladó a la calle Miraflores.

 

Con el aporte de cada uno de los socios, la biblioteca se convirtió desde 1973 en un espacio gratuito para escolares, liceales y universitarios.

 

Su presidenta, Stellita Pérez del Castillo dijo a El Espectador que "lo importante es que los niños aprendan a disfrutar de lo que es la lectura";.

 

 "Se otorgan becas para estudiantes de contexto crítico con buena escolaridad. También se brindan cursos de informática gratuitos para niños, adolescentes, talleres de lectura y recreación"; agregó.  

 

Actualmente la biblioteca trabaja con niños de la Cruz de Carrasco y tienen un  acuerdo con el liceo Jubilar donde llevan sus valijas viajeras para prestar libros a los estudiantes.

 

Según explican las madres, el dolor por la pérdida de sus hijos la unió y su generosidad las llevó a transformarlo en un motor para construir realidades positivas.

 

En 2009 las fundadoras cedieron su lugar en la comisión directiva a sus hijas, nueras y voluntarias quienes hoy llevan adelante la gestión.  

 

"Hace cuarenta años, muchas de ellas se reunieron sin conocerse y se preguntaron qué podían hacer por los jóvenes de nuestro país. Una de ellas que era profesora dijo que lo que se necesitaba era crear una biblioteca para los niños y jóvenes. Y así fue como se fundó";, contó Pérez del Castillo, hermana de Marcélo Pérez del Castillo, el capitán del equipo.

Foto: sitio web Biblioteca Nuestros hijos.