El Movimiento Cultural Jazz a la Calle promueve la música como "herramienta para construir ciudadanía"
En Mercedes, Soriano, se está llevando a cabo la octava edición del Encuentro Internacional de Músicos Jazz a la Calle. Hasta el domingo hay tiempo para ir a ver algún espectáculo, intercambiar anécdotas con otros músicos y con gente de distintas partes del mundo. En Perspectiva habló con Horacio Acosta, fundador del Movimiento Cultural Jazz a la Calle y organizador de este evento. Acosta relató que "hay una cantidad enorme de músicos en el mundo que tienen muchas cosas para decir y que no encuentran una oreja que los escuche" y es por esto que los invitan a Mercedes.
(emitido a las 9.00 hs.)
EMILIANO COTELO:
En el verano uruguayo hay un lugar donde se puede conocer gente de todo el mundo, participar en recitales callejeros con bandas improvisadas y hasta entreverarse a tocar con artistas internacionales en concierto.
Si ustedes están pensando que hablo de algún lugar en la costa, están en lo cierto. Hablo de la costa del río Negro. Si aguzan los oídos, quizás hasta escuchen cuál es la música: es jazz y viene de Mercedes.
Desde el sábado pasado y hasta el domingo que viene, se desarrolla en la capital de Soriano la octava edición del Encuentro Internacional de Músicos Jazz a la Calle, un festival que llega este año a su octava edición.
En realidad, es bastante más que un festival. Incluye conciertos, clínicas y talleres para músicos y para público en general. Pero, sobre todo, se trata de un momento de encuentro e intercambio entre artistas, turistas –muchos de los cuales también son músicos– y los vecinos de la zona, que participan de distintas formas.
A mí me llama mucho la atención esta movida en torno al jazz, en la que se involucra buena parte de la población de Mercedes y que se cumple, además, en estos días de enero que allí son tan calurosos…
Vale la pena conocer esta experiencia, y para eso estamos en contacto con Horacio "Macoco" Acosta, organizador y fundador del Movimiento Cultural Jazz a la Calle, la asociación civil que está detrás de este proyecto.
Quizás convenga comenzar por lo último que yo decía. Jazz a la Calle es una asociación civil que tiene como una de sus principales actividades, quizás la principal, el Encuentro Internacional de Músicos, pero en rigor es bastante más que eso. Por ejemplo, han conformado una escuela de música. ¿Por qué una asociación civil?
HORACIO ACOSTA:
Esto fue pensado y bastante discutido durante un largo tiempo antes de ser llevado a la práctica. Hubo que realizar diferentes estrategias. Y el objetivo no es exactamente el encuentro de músicos que se hace en enero, sino la escuela de música.
EC - Está bueno hacer esa aclaración, porque ahí empieza a entenderse un poco más todo este fenómeno.
HA - Exactamente. Yo soy un músico que toda la vida hizo música comercial, de hecho hice jingles publicitarios, trabajé en Buenos Aires y en algunos otros países cercanos. Y cuando pasa el tiempo uno empieza a entender algunas cosas de la música, se empieza a dar cuenta de algunos valores que tiene la música, de algunas herramientas para construir una ciudadanía un poco mejor, o un poco peor, y eso a veces otorga un poder que realmente asusta.
EC - ¿Qué tiene que ver todo eso con el origen de esta asociación civil?
HA - Entonces se pensó cómo hacíamos para recuperar la apetencia por estudiar música en las nuevas generaciones, porque Uruguay se nos estaba quedando sin músicos…
EC - ¿De qué año estamos hablando?
HA - Los peores años, cuando decidimos tomar una medida, fueron los de la década del 90. Aún no había empezado Jazz a la Calle, empezó recién en 2007; durante el 2006 ya se hizo un trabajo muy importante de generación de público para músicas más elaboradas. Porque uno de los problemas más graves que vemos en la música es el distanciamiento entre los músicos que realmente estudian y la masa crítica a nivel popular. Los músicos que realmente estudian no tienen más remedio que irse del país. Pero luego también entendimos que irse del país no era una solución, porque en todo el mundo estaba pasando lo mismo, encontramos que hay una cantidad enorme de músicos en el mundo que tienen muchas cosas para decir y que no encuentran una oreja que los escuche.
EC - O sea que el objetivo inicialmente fue construir allí en Mercedes, departamento de Soriano, una sensibilidad hacia la música de calidad.
HA - Exactamente, esa es la definición exacta.
EC - ¿Y por qué optaron por el jazz? Porque cualquiera que no conozca la historia de este movimiento cultural puede hacerse dos preguntas: ¿por qué ustedes optaron por promover el jazz?, y ¿por qué en Mercedes? En principio uno asocia a las ciudades del interior más bien con música folclórica, con canto popular, con tango, y por otro lado tiende a ver al jazz como un género más bien elitista.
HA - Exacto. Esa tendencia existe, todavía hay personas que tienen esa percepción de que el jazz es un género. Nosotros ya creemos, junto con esta nueva generación de músicos a la que apostamos, que el jazz no es un género, que el jazz es una herramienta de aproximación a la música que fue construida sobre el siglo XX, que tiene un encare absolutamente diferente del de la música clásica, que es la otra gran pata. Porque yo considero que la música se apoya en dos grandes pilares que son la música clásica y el jazz. Son dos maneras diferentes de aproximarse a la música, ambas tremendamente necesarias pero con enfoques diferentes. Es muy importante que un músico tenga una buena formación clásica, porque ahí hay siglos de experiencia en todo lo que se refiere a técnica. El jazz, en cambio, tiene una característica que es lo que más nos sedujo, que le es muy fácil fusionarse con géneros locales o géneros étnicos de distintas partes del mundo, enriqueciéndolos y enriqueciéndose a sí mismo…
EC - Mirá: Daniel, de la audiencia, dice que "el jazz es la cuna de muchos géneros";.
HA - Exactamente.
EC - De todos modos, había un cierto grado de audacia al embanderarse con el jazz y salir a armar esta movida en torno al jazz en una ciudad como Mercedes. ¿O no?
HA - ¡Totalmente! Es una utopía total. Si te contara las primeras andanzas… no vamos a tener tiempo para hacer algunas anécdotas, pero sí, claro que era una demencia iniciar este trabajo acá. Se lo achaco a un trabajo muy inteligente de las primeras comisiones que integraron el movimiento, que realmente fueron dándole forma. Y realmente ha trabajado mucha gente, ha habido mucho pienso en esto, mucho más de lo que la gente de fuera puede ver. Porque se trata de una estrategia gigantesca, muy compleja, resumida en tres patas de alguna manera indivisibles…
EC - ¿Cuáles son esas tres patas?
HA - Primero, la generación de público para músicas más elaboradas, que es indispensable para que los músicos que estudian tengan alguien que los escuche. Segundo, una especie de shock informativo de qué significa la experiencia musical activa, cosa que se ha confundido mucho con la experiencia musical pasiva de escuchar música, cantar y bailar, que son aptitudes inherentes y naturales al ser humano. No es que no se puedan desarrollar y tecnificar, por eso existen el ballet, el canto lírico y otras maneras de cantar, pero naturalmente el ser humano nace con esas aptitudes, más allá de que las desarrolle o no. Sin embargo la experiencia musical activa es intentar generar sensaciones en el escucha, en una tercera persona, a través de un aparato extracorpóreo como puede ser un instrumento musical. Eso requiere de un servicio intelectual muy complejo, extremadamente complejo.
EC - ¿Y cuál sería el tercer pilar?
HA - El tercer pilar sería la escuela de música. Porque los dos anteriores estarían dedicados, sobre todo el segundo, el encuentro internacional, a generar esa apetencia por estudiar música en las nuevas generaciones. La escuela fue lo que llegó último, pero era lo más importante.
EC - ¿Por qué decidieron conformar una asociación civil para llevar adelante este movimiento?
HA - Es un trabajo muy grande para ser llevado por una persona sola o por una empresa. Además tampoco creíamos que el Estado por sí solo pudiera encarar este tipo de cosas. Sería también muy difícil dentro del Estado… no digo que sea imposible ni que en el Estado no haya personas muy capaces de hacer esto y mucho más. Pero se dieron una cantidad de condicionantes, determinados cerebros que coincidían en esta propuesta. Además hay que entender que esto comenzó cuando empezó a despegar internet en el mundo, empezamos a ver que eran muchas las personas en el mundo que pensaban de la misma manera, muchas más de lo que uno cree. En el mundo se está generando una nueva… no sé si decir categoría de músicos, que tienen una visión, un enfoque absolutamente diferente del que tuvimos nosotros, los de mi generación.
EC - ¿La asociación civil permite, entre otras cosas, garantizar la continuidad de todo este esfuerzo?
HA - Continuidad y constitucionalidad del esfuerzo, sin lugar a dudas. Primero que nada es un trabajo muy desgastante, es un voluntariado en el cual primero uno tiene que demostrar lo que va a hacer y recién después salir a buscar los recursos. Por lo tanto eso conlleva un estrés y un desgaste extraordinarios. Entonces consideramos que las personas que llevaban adelante esto debían ser recambiadas todos los años, ni siquiera cada tres o cuatro años.
EC - Y de hecho eso es lo que ocurre, la directiva de la asociación civil cambia todos los años.
HA - Cambia todos los años. La comisión directiva saliente permanece igual rodeando a la entrante durante el año siguiente hasta que engancha bien, y así sucesivamente.
***
EC - ¿Por qué jazz? ¿Por qué en Mercedes? ¿Por qué en estas fechas? ¿Cómo se explica que en estos días, que son de tanto calor, cuando la atención está más bien puesta en el este del país, Mercedes, en Soriano, consiga convertirse en una fiesta de la música que atrae tanto a la gente local como a miles de extranjeros?
Esas son las preguntas que están detrás de esta entrevista que estamos realizando esta mañana en En Perspectiva con Horacio "Macoco"; Acosta, que tiene 57 años, es músico, organizador y fundador del Movimiento Cultural Jazz a la Calle.
¿Por qué optaron por armar esto, que ocurre a lo largo de más de una semana, en enero en Mercedes? ¿Cómo es este engranaje de la maquinaria?
HA - Lo de elegir enero es primero que nada porque hacerlo adentro sería imposible porque involucra a mucha gente. Tenemos un público aproximado de entre 1500 –el día que hay menos– y 4000, 5000 personas. Y no tenemos ningún local donde hacerlo.
EC - Entiendo el argumento, pero también es cierto que en enero el calor en Mercedes aprieta.
HA - Claro, pero nos asegura que las noches son hermosas y es el período con menor frecuencia de lluvias del año. Esa es la única razón. Que después esto se transformara en un asunto turístico es tangencial al objetivo del movimiento, esto no pretende ni siquiera competir con los festivales de jazz de otras partes del país.
EC - Ocurre casi simultáneamente con el Festival de Jazz de Punta del Este. ¿Por qué se da ese solapamiento en algún día?
HA - No hay ninguna razón en sí. Y creo que en sí no se pisan para nada. El tipo de público que concurre a Punta del Este es otro, es un público de un poder adquisitivo que seguramente no va a Punta del Este solo por el festival, es gente que tiene un poder adquisitivo como para acceder a grandes músicos, como sucede ahí, puede pagarlos y quizás tenga también ya armada una cabeza intelectual suficientemente apta para recibir esa música.
Esto es una cosa muy diferente. Es muy difícil explicar lo que sucede acá sin vivirlo. Es lo que yo siempre digo de la música: un concierto no se puede contar, se podrá comentar, pero no se pueden trasmitir las sensaciones que trasmite la música. Anoche hablábamos con una periodista de Sudáfrica que estaba haciéndonos una nota, y ella estaba muy asombrada del clima energético que percibía en el ambiente. Es abrumador, pero son cosas muy difíciles de entender si no se viven.
EC - Una de las cosas difíciles de entender es la respuesta que ustedes tienen a la convocatoria que hacen a músicos de todo el mundo para que vayan a Mercedes en estas fechas. El interés de los músicos por participar ha ido creciendo. Todos los años se realiza un llamado abierto a músicos no solo de Uruguay, de todo el mundo, para que se acerquen a tocar en este encuentro. Este año se presentaron 415 interesados, de los cuales fueron seleccionados 29 para tocar en el festival en el escenario principal. Llegaron artistas de países como Rusia, Francia, Alemania, México, entre otros. ¿Cuál es el atractivo que encuentran esos músicos del exterior por venir a Mercedes, a un festival que tiene mucho de amateur?
HA - Totalmente. Es un festival que está hecho por la gente, que sale de los músicos, de los artistas, y que nace de una necesidad, yo creo que esa necesidad es lo que origina el interés de los músicos. En el mundo ya hace unos cuantos años que hay una corriente de pensamiento muy poderosa, que circula por la música clásica también, pero mucho más por los músicos que hacen jazz, y sobre todo por los músicos que han estado haciendo músicas comerciales –entre los cuales me incluyo–… A ver, los músicos de jazz generalmente han sido "utilizados"; –perdón por la expresión– por el circuito comercial para generar las bases de los artistas populares de todas partes del mundo. Todos los artistas populares que hacen una letra y componen una canción luego requieren los servicios de los músicos de jazz, porque son músicos baratos, tienen una formación extraordinaria, porque son capaces de desarrollar cosas impresionantes en muy poco tiempo, entonces eso lleva poco estudio de grabación, son muy eficaces en el escenario. Pero el músico de jazz es de muy bajo perfil y no figura en la marquesina, en la tapa del disco; muchas veces no figura en ningún lado, y son los verdaderos hacedores de las músicas populares del mundo.
EC - Esos músicos son los que se interesan por venir al festival de Mercedes.
HA - Exactamente, son músicos que tienen muchas cosas para decir y que generalmente han estado oprimidos en su intelectualidad.
EC - Suelen trabajar acompañando a otros músicos más célebres y acá encuentran –y en otros lugares también– la oportunidad de mostrar lo propio.
HA - Exacto.
EC - ¿Y qué reciben a cambio? Porque hay una selección, no todo el que quiere venir puede, ustedes seleccionan en este caso 29. Por lo tanto, ¿qué les dan?
HA - Lo que reciben no es un bien material cuantificable. Lo único material que les damos son unos tiques de alimentación que les alcanzan para los días que les ofrecemos de estadía. Es muy cómico, porque ofrecemos tres días de estadía y alimentación, más pasajes desde Montevideo o desde Buenos Aires, que son los accesos a esta ciudad desde el resto del mundo, pero nadie se queda tres días, todo el mundo viene y se queda toda la semana, porque después que descubren la movida, el origen de la cosa, se enganchan. En realidad eso es parte de lo que te decía que es muy difícil de explicar. Se van tremendamente repletos.
El otro día hablábamos con François de Lima, que es un músico veterano, de la guardia vieja de Brasil, un gran trombonista que ha marcado estilo con su manera de tocar, de la banda Mantiqueira. Era de los músicos que no venían porque no se pagaba caché, pero tanto le insistieron que decidió venir, y me decía: "Tengo que traer a mis compañeros de la banda Mantiqueira sí o sí, nos elijan o no nos elijan";.
EC - Todo esto que estamos conversando se relaciona con otra pregunta que incluso algún oyente formula en este momento. Mario de Las Piedras pregunta cómo se financia un acontecimiento como este.
HA - Bueno… es todo un tema… (Se ríe.) Básicamente no existen grandes costos, primero que nada. Los costos son muy bajos porque se trata solamente de pasajes, comidas, le pedimos al comercio local que genere durante estos días un menú Jazz a la Calle que no exceda los 200 pesos. Todos esos comercios compiten con el menú Jazz a la Calle, unos lo presentan de una manera, otros de otra, pero ninguno excede los 200 pesos. Cualquier persona puede comer, sobre todo los músicos, con los tiques que se les dan por 200 pesos por comida pueden acceder a una comida muy barata y generalmente fantástica, todos ponen lo mejor de sí para que vayan a comer a su restaurante, para que estén presentes, porque de alguna manera engalanan su restaurante, a veces hasta tocan en los restaurantes. O sea que el costo es muy barato. Los músicos no cobran caché, y la comisión y los cientos de personas que trabajan durante todo el año tampoco cobran. Quien entra a trabajar en Jazz a la Calle tiene que saber de antemano que no va a recibir ni un beneficio económico, ni siquiera va a recibir una felicitación.
EC - Tengo entendido que los tiques que reciben los músicos que vienen muchas veces son donados por los propios restaurantes.
HA - No, los tiques los emite Jazz a la Calle. Cuando el músico llega a la terminal de Mercedes se le entregan, si va por tres días se le entregan, a 200 pesos por comida, equis cantidad de tiques…
EC - Entonces, ¿de dónde sale el dinero que se necesita para ese y otros gastos, que no son muy altos pero existen?
HA - Ese dinero sale de los sponsors por un lado, y por otro lado de las instituciones públicas que nos apoyan. El apoyo más fuerte que tenemos es el de la Intendencia de Soriano, el intendente más allá de ser el intendente es un gran amigo y es un integrante de esta comisión, un convidado de piedra, porque ha estado desde el principio al costado nuestro y a veces al frente. Pero no como intendente o dirigente político; nuestra asociación se caracteriza por tener una gran diversidad en ese sentido y no permitimos que se politice.
EC - Pero hay otros aportes. Por ejemplo, es muy interesante, quizás hasta original, que los artistas que llegan hasta Mercedes en un alto porcentaje son alojados por la propia gente de allí, en casas de familias.
HA - Claro, sí. Ese es un aporte gigantesco que hace la población. Eso y muchas cosas más, pero básicamente eso es destacable porque responde también a parte de la estrategia. Parte de la estrategia era que ese tipo de músicos a los que me refería al principio de la nota, que están generando una nueva corriente de opinión respecto a la música como una herramienta de generación de ciudadanía, se relacionaran no solamente desde el punto de vista musical, sino humano con la población de Mercedes. Entonces les pedimos a las personas que alojen músicos, con la garantía de que no va a ser un loco de la guerra el que llegue; esa garantía nos la brinda el hecho de que los músicos pertenezcan a esta corriente de opinión.
EC - Hay testimonios muy jugosos de las familias que reciben a esos músicos y que están felices por ello, porque les permite meterse en el mundo de la música, les permite conocer la vida, las actividades, la carrera de determinados personas. ¡Y muchas veces hasta les permite acceder a ensayos en el propio living de la casa o en el patio!
HA - Sí, permanentemente. A veces es bastante cómico, porque uno va por la calle y de pronto oye un clarinete que suena por allá, y por allá suena una trompetita, y es un músico que está estudiando la parte o hay cuatro músicos que se conocieron y pidieron un garaje para tocar. Sí, es impresionante. Las personas que alguna vez hicieron de alojantes de músicos quedan en un estado de fascinación permanente por el resto del año. Es increíble el efecto que tiene.
EC - Como tú decías, literalmente las calles de Mercedes se llenan de música, no es una frase hecha. Por ejemplo, ocurre que músicos que van al festival como espectadores y no como parte de la programación terminan tocando, improvisando sus propios espectáculos. ¿Cómo convive lo informal con la programación oficial del festival?
HA - Muy buena pregunta. Me permite aclarar un concepto: esto no es un festival…
EC - Está bien; lo llamamos festival para entendernos, para simplificar. Queda claro que es mucho más complejo que eso.
HA - Ahí está, por eso preferimos la palabra "encuentro";. Podemos decir tranquilamente que dentro del encuentro existe un festival, que es lo que se hace en Manzana 20 de 22 a 2 de la mañana todos los días. Pero lo más jugoso de todo no es eso, es que los músicos aun no quedando seleccionados vienen igual, al menos lo que no están tan lejanos, aunque están llegando músicos de Río de Janeiro, de San Pablo y algunos de Europa que no quedaron seleccionados…
EC - Y de Uruguay, buena parte del público está formado por músicos.
HA - Sí, la mayoría del público son músicos. Existen una cantidad de actividades que son paralelas a lo que llamamos festival, a la parte de Manzana 20, que consideramos mucho más importantes que eso. Porque en Manzana 20 es donde la banda va a tocar con su proyecto ya estudiado, ya terminado, pero lo que valoramos es precisamente el encuentro y el compartir. Esa es una de las razones por las que se eligió el jazz y no otro tipo de música, porque los músicos que tienen formación jazzística son capaces de interactuar de forma casi espontánea en casi cualquier situación. Ni siquiera se requiere de una estructura armónica determinada –hay mucho free jazz también– para comenzar una línea melódica, otro se cuelga y se cuelga otro, y a veces otro que viene llegando, siente el sonido, le gustó y saca su saxofón, su flauta o su trompeta y se cuelga ahí o se va a otro toque. A veces los músicos circulan junto con la gente de un toque a otro, la gente dice "yo me voy a ver este músico de vuelta, no puedo creer que toque de esa manera";… Se generan miles de cosas increíbles.
Y lo otro son las clínicas y los talleres, eso para nosotros es medular. Son multitudinarios y la calidad de los docentes que los imparten es tremenda.
EC - Juan del Centro, basándose en lo que decías al principio de la entrevista, pregunta: "¿Qué resultados se han detectado ya en cuanto al surgimiento de nuevos músicos?";. Cómo está prendiendo en Mercedes, en Soriano, en toda esa zona, lo que ustedes buscaban que prendiera.
HA - Cuando empezamos con este proyecto, hicimos en Mercedes, que es la capital del departamento, una estimación que no puedo decir que fuera estadística, no teníamos los recursos ni humanos ni económicos como para hacer una encuesta ni cosa que se le parezca, pero como en un pueblo chico vos podés relacionarte muy fácilmente pudimos percibir que no había más de 60 o 70 niños estudiando música. Hoy en día el departamento tiene más de 1000 de niños estudiando música. Tenemos varias escuelas, la Intendencia se vio obligada a poner escuelas en la periferia de la ciudad, no solamente el conservatorio que existió toda la vida, que tenía una concepción de formar músicos solamente para la Banda Municipal. Sin embargo esa concepción se cambió, ahora ya se piensa en formar músicos conceptuales, respetando mucho esta línea de trabajo que estamos haciendo. No músicos de jazz, la idea no es que los músicos toquen jazz; la herramienta jazz es para que los músicos sean libres, no para que toquen jazz.
EC - Así que la cosa está funcionando.
HA - Sí.
EC - Un buen ejemplo es la Orquesta Joven de Soriano, la que se presentó en la apertura.
HA - Sí, la Orquesta Joven de Soriano está en su tercer año de existencia apenas, y está conformada por chiquilines que empezaron a estudiar hace dos, tres, cuatro años. Hay alguno un poco mayor, hay algunos que ya tenían formación anterior, entonces llegaron un poco más rápido y ya están dando clases a otros niños. Porque también tenemos una carencia brutal de docentes, tenemos que importarlos de Montevideo o de Buenos Aires, entonces estamos tratando de que los niños que ya tienen un nivel se vuelquen nuevamente.
Pero sí, anoche hablábamos con músicos de que en cualquier concierto en cualquier parte del mundo los músicos llevan discos para vender, y en los primeros encuentros cuando los músicos traían discos se los llevaban de vuelta todos. (Se ríe.) Me daba mucha vergüenza, pero era así. Hoy en día se quedan cortos, o sea que la gente se está llevando los discos a la casa para escucharlos. Eso para nosotros es valiosísimo.
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Transcripción: María Lila Ltaif
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