La historia no contada

Cómo es y cómo se gestó el documental de Mujica

Kusturica llegó al aeropuerto de Carrasco en horas de la madrugada, absolutamente solo, sin asistentes ni colaboradores, animado y de muy buen humor. Allí se reencontró con los productores del proyecto, quienes lo aguardaban con indisimulable ansiedad.

Por Matías Mosteirín *

Nueve meses atrás se habían visto personalmente por última vez, en el camarín del festival de música folk de Dranouter, en Bélgica. Allí Kusturica tocaba junto a su banda, la No Smocking Orchestra. Los habían presentado los productores musicales John Manguel y Daniel González. Antes habían intercambiado algunos correos con la idea del documental. Aquella noche, de regreso al hotel, cerca de la frontera con Francia, Kusturica confirmó que haría la película.

Desde entonces, la productora K&S Films trabajó junto al director en una investigación sobre el presidente que incluyó el relevamiento de material de archivo, bibliografía y documentación, visitas a lugares y entrevistas.

Desde Montevideo, Julián Kanarek, Andrés Copelmayer y Marcelo Carrasco, mentores de la idea y responsables del proyecto, participaron del proceso y confirmaron también la predisposición del presidente.

Kusturica, dos veces ganador de la Palma de Oro en Cannes, durante ese tiempo emprendió en Serbia el rodaje de su última película, que él mismo protagoniza junto a Mónica Belluci. En setiembre, el director pidió a los productores que acompañasen y registrasen el emotivo discurso que "el presidente más pobre del mundo" -como lo llaman los medios internacionales- daría en las Naciones Unidas en NY.

En ese viaje, también capturaron el encuentro con los presidentes de Perú y Colombia, Ollanta Humala y Juan Manuel Santos, y con el magnate George Soros, quien quería interiorizarse en la ley de despenalización de la marihuana que promovió Mujica.

En el camino del aeropuerto al hotel, Kusturica ya empezó a compartir con los productores una cantidad de nuevas ideas y propuestas en las que había estado reflexionando.

La filmación

Ese mismo lunes por la tarde, Mujica recibió al director y al equipo de filmación en su despacho oficial, en la Torre Ejecutiva. Hubo química inmediata entre ambos. Emir le entregó unas semillas de durazno que le traía como obsequio. Conversaron largamente. Al salir de ese primer encuentro, Emir dijo: "voy a hacer una buena película. Una película sobre el presidente más libre del mundo. Es el ultimo héroe que acepto como un héroe en el mundo de la política. De él escuché una explicación fresca de lo que creo. Es extremadamente inteligente y rápido. Un hombre que cree en las ideas y en que necesitamos un nuevo mundo".

Luego partió para registrar las actividades protocolares del presidente hasta el final del día.

La semana continuó con Emir y el grupo de cineastas uruguayos y argentinos acompañando al presidente de forma casi permanente. Un pequeño equipo de profesionales trabajando con tres cámaras y completamente compenetrados con el director.

Así estuvieron con el presidente en la inauguración de la cosecha de arroz, recorriendo el barrio marginal La Cachimba del Piojo entre besos, abrazos y aplausos de los vecinos, o almorzando en uno de los restaurantes del viaducto que el presidente elige habitualmente.

El miércoles, Mujica recibió al director en su sencilla chacra, junto a su perra de tres patas Manuela. Por la tarde se sumó su esposa y compañera de militancia, Lucía Topolansky. Fueron horas de intimidad y conversación, que acompañaron con mates.

El jueves, sorprendieron a todos al recorrer juntos el shopping center Punta Carretas, ubicado en el edificio donde antiguamente funcionaba la cárcel de la cual Mujica se fugó. En el recorrido, el presidente le explicó al director de cine cómo se ejecutó esa fuga, de 111 presos,  en el año 1971.

La inesperada visita del presidente y el director provocó una gran sorpresa entre clientes, comerciantes y transeúntes y el tema estalló en las redes sociales ese día en Uruguay.

Vivir en Uruguay

El viernes el director emprendió su regreso. El sábado tocaría con su banda en Milán, antes de viajar hasta su hogar en Serbia.

"Producir una película sobre la vida del Presidente Mujica dirigida por Kusturica es un privilegio, porque el arte nos permite asociar a dos trasgresores con soluciones a lo injusto, lo inmoral y lo que violenta nuestro planeta, y contar una vida excepcional", expresó el productor Hugo Sigman.

Antes de partir Kusturica invitó a cenar a todo el equipo, se abrazó con sus nuevos compañeros de ruta y hasta bromeó con venirse a vivir al Uruguay. Luego se despidió hasta el próximo viaje.

"Todos sentimos una gran emoción. Hubo un verdadero intercambio, y el presidente compartió valiosos pensamientos y mucho conocimiento. Y además encontré muchas cosas en común en cuanto a nuestra visión del mundo. Con gran felicidad regresaré para continuar con esta película que, estoy seguro, será algo importante.  Vamos a mostrar el perfil de Mujica de la mejor manera posible, revelando el amplio rango de sentimientos y la forma de concebir la vida que él comparte con su pueblo" dijo el director.

*Productor Ejecutivo