Sobre conflicto en Oriente Medio

Navarro: "No quiero escribir la historia de buenos y malos"

Navarro en estudios de El Espectador.
Navarro en estudios de El Espectador

"Hay momentos en la vida en los que la única manera de salvarse a uno mismo es muriendo o matando", así comienza la nueva novela de la periodista española Julia Navarro, "Dispara, yo ya estoy muerto". En diálogo con El Espectador, Navarro contó qué intenciones motivó la novela y cómo se propuso contar la historia.

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"Dispara, yo ya estoy muerto"; es la historia de dos familias que persiguen sus sueños y luchan por superar su destino: por encima de las patrias están las personas. Varsovia, San Petersburgo, Jerusalén, París, son algunos escenarios de la novela, paraderos del misterio, aventuras y emociones.

Marian Millar, protagonista, es cooperante de una ONG que debe realizar un informe sobre los asentamientos ilegales de los judíos en territorio palestino. Durante la misión conoce a Ezequiel Zucker, un anciano que cuenta su experiencia en Jerusalén, dueño de secretos y versiones poco trascendidas.

La novela, opinó Navarro, es "una reflexión de cómo los hombres tenemos que luchar contra las circunstancias (…) a veces es una batalla que perdemos, no somos capaces de vencer nuestras propias circunstancias";. En "Dispara…"; los personajes luchan contra lo que les ha tocado en suerte.

El contexto espacial pudo haber sido otro, confesó la periodista. "Pensé en otros escenarios (…) elegí Oriente Medio porque es el que mejor conozco";, comentó.

"El problema que hay entre judíos y musulmanes es una cuestión de territorio, es consecuencia de la Primera Guerra Mundial";, circunstancia que significó el fin del imperio otomano. "Ese conflicto no existía, es relativamente moderno";, dijo.

La escritora dedicó tres años a la producción de la novela. El trabajo de documentación no constituyó un problema: "No me llevó tanto tiempo; primero, porque conozco la región (…) segundo, porque a lo largo de los años conocía a mucha gente y sus historias";.

"No quiero escribir la historia de buenos y malos";, sentenció con firmeza. "No quiero caer en ese maniqueísmo, quiero construir una historia de personajes que tienen diferencias, pero que son capaces de hablar y resolver sus diferencias pacíficamente";, concluyó.