18 de julio de 1830
Conmemorando la jura de nuestra primera Constitución, recibimos a Gabriel Quirici con "La bolilla que te rifaste" para hablar del lado "oscuro" de este primer proyecto nacional.
José Longuinos Ellauri fue el encargado de redactar la Constitución del '30, debiendo presentarla a nuestros países vecinos, Brasil y Argentina, para que aprobaran el texto. Según el profesor Quirici, lo llamativo de esto es que Ellauri nunca había participado hasta el momento de las luchas y los procesos políticos que se gestaron antes de la independencia, y aún así, terminó siendo el principal responsable del nacimiento de nuestra República, tal y como la conocemos hoy en día.
Una de las críticas más comunes al político uruguayo, es que el texto presentado resultaba casi una copia textual de la constitución argentina de Bernardino Rivadavia. De hecho, el mismo Ellauri lo asumió: "La Constitución argentina de 1826 es el verdadero modelo de nuestro código constitucional... La máxima parte de los artículos son una copia literal de aquellos de la indicada Constitución argentina". Ante estas palabras, Ellauri es fuertemente criticado y tildado de un personaje frío y ausente ante las disputas políticas de ese contexto.
Otra debilidad de la Constitución de 1830 era el engorroso sistema de reforma propuesto, debiendo pasar tres instancias legislativas (de 5 años cada una) para que pudiera ser reformada. Quirici sostiene que es por ello que es ésta la Constitución que más tiempo rigió en nuestro país, siendo modificada recién en el año 1917, casi un siglo después. Pero su extensa duración no significa que haya sido un buen proyecto: "A lo largo de su vigencia, lo que más se hizo fue violarla, saltearse el texto constitucional porque en algunos aspectos no se adaptaba a la realidad o generaba rispideces para el intercambio político", sostiene Quirici. Citando una original metáfora del último gran historiador uruguayo, José Pedro Barrán, "la Constitución y toda la estructura política anexa era como una porcelana francesa bajo las pesuñas de un toro cimarrón".
Por último, el profesor reconoce que aún con sus falencias, la Constitución del '30, estableció aspectos determinantes que han perdurado en el tiempo, como la separación de poderes y los derechos fundamentales.