El lunes se cumplieron 150 años del nacimiento del artista francés Henri de Toulouse-Lautrec
Se lo ha recordado por estos días como el cronista del lado sórdido y sin inhibiciones de la belle époque; capaz de capturar el submundo bohemio de la París del siglo XIX. Nacido en el seno de una de las familias aristocráticas más importantes de Francia, una serie de accidentes y enfermedades le atrofiaron los miembros inferiores, y le impidieron alcanzar una estatura normal. Eso no evitó que se integrara y mantuviera una vida social normal, y hasta frenética, frecuentando cabarés, cafés, salones de baile y burdeles, que quedaron inmortalizados en su obra y hoy por hoy definen nuestra forma de imaginar el submundo de la cumbre de la colina de Montmartre.