(1864-1870)

Presentan en Asunción fotos de la guerra de Triple Alianza

Una muestra presenta en Asunción estampas fotográficas de la Guerra de la Triple Alianza (1864-1870), el tercer conflicto bélico registrado en imágenes y difundido por los diarios, en una época en que las limitaciones técnicas impedían capturar las batallas y las escenas en movimiento.

Las 21 fotografías expuestas en el edificio El Cabildo, donde permanecerán hasta la primera semana de marzo, son obra de Javier López, un fotógrafo uruguayo a quien la Casa Bates & Cia, radicada en Montevideo, encomendó en 1866 la labor de fotografiar la guerra que enfrentaba a Paraguay contra Brasil, Argentina y Uruguay.

El propietario de la firma, el inmigrante irlandés Georges Thomas Bate, envió a López al frente paraguayo tras comprobar el éxito comercial de las imágenes obtenidas en las dos primeras contiendas bélicas en ser fotografiadas: la Guerra de Crimea (1853-1856) y la Guerra de Secesión estadounidense (1861-1865).

López, que llevaba como ayudante a Esteban García, seguía así la estela de Roger Fenton, que por su trabajo en Crimea es considerado el primer fotógrafo oficial de guerra, y de Mathew Brady, el legendario ilustrador fotográfico de la Guerra de Secesión.

"Se sabe que López fue contratado por Bate y que al cerrarse este estudio en 1892 abrió otro en Montevideo. Sigue siendo un personaje misterioso", dijo a Efe el fotógrafo Luis Vera, jefe de prensa de El Cabildo.

Las fotografías de López, parte de las 40 depositadas en la Biblioteca Nacional de Uruguay, se tomaron entre mayo y julio desde las filas uruguayas y fueron publicadas bajo el título de la "Guerra Ilustrada", dijo Vera.

"Se publicaron en dos diarios de Montevideo, El Siglo y la Tribuna, y aparecieron en un suplemento con un tamaño de 19x13 centímetros", añadió.

Para Vera, ese tipo de oferta obedecía a la sed del público por conocer de primera mano las guerras que asolaban al mundo y sentirse testigos de la Historia.

Sin embargo, la fotografía seguía en fase primitiva, aunque en 1851 se avanzó al descubrirse la técnica del colodión húmedo, que sustituyó al daguerrotipo, que daba problemas ante el intenso calor paraguayo.

"La técnica del colodión húmedo necesitaba de un cristal muy limpio de polvo. La emulsión, el preparado químico que precedía a la exposición, había que cargarlo con mucho cuidado en la cámara antes de disparar. Luego venía el revelado para que la imagen fuera fijada", explicó Vera.

Pese a superarse el estatismo que proporcionaba el daguerrotipo, los tiempos de obturación seguían siendo lentos para fotografías de acción, de ahí que la mayoría de las obtenidas en esa guerra sean fotos grupales.

Otro de los obstáculos a los que se enfrentaba López era el rudimentario laboratorio en el que trabajaba, una carpa que también le servía como habitación y refugio para su pesada "cámara de cajón" y el correspondiente trípode.

Unas condiciones muy diferentes a las que tenían sus antecesores de las guerras de Crimea y de Secesión, que contaron con carromatos móviles especialmente habilitados.

Quizá por todos esos factores, la Guerra de la Triple Alianza apenas generó un centenar de fotografías, que están repartidas entre Brasil, Argentina y Uruguay.

Precisamente, el general León Palleja, un militar español que combatió en el Ejército uruguayo, se había quejado a un rotativo de la época de la escasez de fotógrafos en cubrir las hostilidades.

Paradojas de la historia: tras caer muerto en la batalla de Boquerón, en julio de 1866, el cuerpo de Palleja fue captado por López cuando era trasladado en parihuelas por sus soldados.

"Su cuerpo se ve bien nítido, lo que denota la técnica del momento. Pero es un anécdota terrible que su cadáver fuera fotografiado después de aquellas declaraciones", dijo Vera.

Pero Palleja era un cadáver ilustre. No así quienes aparecen en otra de las fotografías expuestas: un grupo de paraguayos muertos y amontonados tras el combate, que reflejan la brutalidad de una guerra en la que Paraguay se llevó la peor parte.

Según los cálculos más aceptados, el país guaraní perdió a cerca de la mitad de la población, quedando una relación de cuatro mujeres por cada hombre.

La exposición, iniciativa de la embajada uruguaya, está acompañada de armas como sables y fusiles, parte de los "trofeos de guerra" incautados por Uruguay, que en 1885 se convirtió en el primero de los tres países en devolver esos materiales a Paraguay.