El café más antiguo pierde a su cliente más conocido

El Brasilero, el café más antiguo de Montevideo, se quedó sin su cliente más conocido, el escritor Eduardo Galeano, fallecido este lunes a los 74 años, el cual decÃa haber aprendido "todo" en estos lugares nacidos en una época donde habÃa "tiempo para perder el tiempo".
Tan ligado estaba Galeano (1940-2015) a este lugar, abierto en 1877 y lugar de encuentro desde entonces de la intelectualidad del paÃs, que actualmente un café compuesto por crema, dulce de leche y licor lleva su nombre y sigue siendo uno de los clásicos de la carta.
El autor de "Las venas abiertas de América Latina" solÃa ocupar una mesa situada a la izquierda de la puerta del establecimiento, junto a un gran ventanal, la misma que este lunes escogieron un par de amigos, Guillermo y Santiago, para charlar y tomar algo.
"Nosotros sabÃamos que venÃa durante mucho tiempo (al café) y justo en esa mesa que estábamos nosotros. Ha sido la oportunidad para venir y disfrutar un poco del bar", explicó a Efe Santiago, un joven italiano radicado casi desde que nació en Uruguay.
"Acá paro yo, un café que tiene atmósfera", decÃa sobre el establecimiento el escritor, autor de una de las obras más conocidas de literatura latinoamericana.
Se trata del bar más antiguo de los abiertos de la capital, "el 'último mohicano' de Montevideo", como señalaba Galeano a los periodistas a los que citaba entre sus muros.
"Yo soy hijo de los cafés de Montevideo. Cafés como éste, el más antiguo de todos. Cafés de los tiempos en los que habÃa tiempo para perder el tiempo. En los cafés aprendà todo lo que sé. Fueron mi única universidad. Aprendà lo más importante", explicó Galeano en una entrevista con Televisión Española en 2006.
Los responsables del establecimiento declinaron hacer declaraciones públicas, consternados por la noticia de quien consideraban un amigo y con el objetivo de no aprovechar comercialmente la noticia de su muerte. EFE