Salvo en Venezuela

Joaquín Sabina alegre por auge de izquierda en Latinoamérica

Joaquín Sabina alegre por auge de izquierda en Latinoamérica
EFE

El cantante español Joaquín Sabina se alegra por el auge que la izquierda latinoamericana ha vivido en los últimos años y, aunque asegura que no está de acuerdo con todos los presidentes de la región, subraya que sí lo está "con lo que los ha producido", es decir, con "la gente".

Se refiere a los movimientos que han propiciado lo que llama "esa nueva esperanza en América Latina", de la que dice ignorar "cómo acabará", pero cree que en Venezuela "está acabando bastante mal" y que en países como Ecuador "las cosas van razonablemente bien".

Al margen de la política, cuando habla de Latinoamérica, el interprete de "Así estoy yo sin ti" alude al Macondo de García Márquez, a la Santa María de Juan Carlos Onetti, al "territorio mítico" con el que soñaba a los 17 años, cuando leía a los autores insignes de Latinoamérica, una región a la que está agradecido. "Me cambió la vida", afirma.

En un encuentro con periodistas en Quito, donde actuó este viernes, el cantautor explicó que decidió revivir su disco "Diecinueve días y quinientas noches", en el que se basa su actual gira, porque quería regresar a su "amadísima Latinoamérica" y, al mismo tiempo, huir de la crisis de España.

El mejor "pretexto" para ello fue "reproducir ese disco que es el que más nos gusta tocar en vivo", indicó, y ello dio pie a un "tour" que ha sido el "más gratificante" de su vida.

Sobre las crisis, como la que vive España, dijo que son malas "para el bolsillo de la clase trabajadora", pero "para los artistas suelen ser muy buenas, porque producen materiales de derribo con los que construir canciones".

Entre bromas y sorbos de cerveza, el músico de Úbeda (sur de España) habló sobre lo que le llevó a componer: esa necesidad de "vivir otras vidas" y sobre las cosas en las que se inspira, porque se considera una persona que cree "en la vida, en lo que toca, en lo que huele, en lo que besa" y en aquello "con lo que sueña". 

Y, además, Sabina se alimenta para componer de las cosas de la vida cotidiana, incluidas las que se narran en las páginas de sucesos de los periódicos, dijo.

Como escritor, explicó que hoy es "el que el niño de 14 años quería ser", pero como cantante se considera resultado de "una absoluta casualidad", pues nunca imaginó ni soñó serlo, por lo que no disfruta especialmente de "los oropeles de la fama".

Esos honores -asegura- son "un traje que me viene muy grande y que me quito, como el (sombrero) bombín, cuando bajo del escenario".

Sobre sus canciones, las nuevas y las viejas, Sabina dice que hay algunas que "se mueren, o en las que el polvo de los años pesa demasiado", pero otras "uno nota que las toca, las canta y las interpreta con más corazón, con mas rabia incluso que cuando las compuso. Esas merece la pena redescubrirlas de otra manera".

El compositor, de 66 años, tiene entre sus proyectos pintar al óleo y hacer un nuevo disco, pero no mucho más, porque no es un hombre que haga muchos planes.

"No quiero saber lo que voy a hacer la semana que viene", dice tajante. EFE