"El reglamento no hace algo absolutamente novedoso";, expresó. Repartir tierras, tratar de poblar la frontera, pedir productividad e incluso dársela a los pobres era algo que ya se había hecho antes pero que, en palabras de Ribeiro, lo "hicieron muy mal";. Es que, según la historiadora, priorizaron el recaudar y no generar un "reparto que en verdad resultara productivo y estabilizara el problema de la tierra";.

Además, la entrevistada de "Una pausa para el café", explicó que la tierra no escaseaba, sino que había una gran desigualdad en la distribución y que el reglamento confiscaba con un criterio político y social. Igualmente, Ribeiro dijo que, a medida que se fue afianzando la propiedad privada, sistemáticamente, se fueron desconociendo aquellas donaciones de origen artiguista. 

Ribeiro junto con el historiador Gerardo Caetano -a 200 años del Reglamento Artiguista de 1815- revisaron dicho documento y coordinaron el libro "Tierras, reglamento y revolución";.