TRES DíCADAS DE LA TABARí

Las 30 de Tabaré Rivero

Con la excusa de los 30 años de La Tabaré, el músico y actor Tabaré Rivero respondió a Espectador.com 30 preguntas en la previa del gran recital que dará este sábado14 de noviembre en el Teatro de Verano.

Por Mandy Barrios. 

-Llegaron los 30 y es tiempo de replanteos. ¿Cómo ha sido llevar el peso de la banda durante tantos años?

-Fue una gran dificultad placentera. Por momentos me sentí cansado, aburrido, ninguneado… pero también reconfortado, querido y muy satisfecho…

De todos los pesos que he tenido que cargar, creo que fue el que más valió la pena…

-¿Te imaginabas que La Tabaré duraría tantos años?

-Jamás. Armé la banda pensando que duraría un ciclo en el Teatro Circular, de cuatro o seis toques… y después otra vez a lo mío, que era ser parte del elenco teatral. Por eso le puse La Tabaré, porque era un juego pasajero que no tendría ningún futuro, más que el de darme el gusto de realizar el sueño del pibe: ¡tocar aunque sea una vez en una banda de rock and roll!... pero era mi pasión, yo hacía teatro pensando en rock, en tiempos en que el rock estaba casi, casi prohibido…

-De los grupos de rock que surgieron en la movida posdictadura de los años '80 solo queda El Cuarteto de Nos y La Tabaré ¿Cómo hicieron para subsistir, editar más de 15 discos, aguantar a la llegada de MTV, la comercialización de los contenidos?

-Bueno, digamos que personalmente lo sufrí muchísimo. No el hacer música, sino el ver derribarse todos los muros que nos salvaguardaban de la gran empresa del rock. Como bien decís, la pérdida de contenidos en el rock fue lo más duro para mí. Algo así (y salvando las obvias diferencias) como un viejo bolchevique que ve caer la utopía y siente el avance feroz del capitalismo arrasando con todos los sueños…

-Desde el año 2000 que La Tabaré no tocaba en el Teatro de Verano. Ahora fue el escenario elegido para festejar los 30 años. ¿Por qué?

-No quería tocar en el Teatro de Verano porque para mí al comienzo, el rock era compartir con los colegas. Desde el primer disco nuestro invité a cantar a músicos de otras bandas (casi nunca fue recíproca esa invitación, en aquellos años), porque creía sin dudas que todos juntos haríamos más fuerza que separados. Luego comencé a ver el egoísmo de algunas bandas y que las ansias de 'estrellato' no iban acorde a mis intenciones. Ya entrados los '90, la gente comenzaba a escuchar y creer en bandas mejor managereadas, que las bandas más sinceras… Durante esos años tocamos infinidad de veces en el Teatro de Verano, cerrando siempre nosotros, pero con otras bandas de apoyo, porque yo creía que debía ser así, mezclando todas las vertientes, desde Darnauchans a Los Traidores.

Cuando desperté ya era muy tarde. La Tabaré había ganado fama negativa o de 'banda violenta', quizá por mi culpa al no saber manejar mis opiniones o mi actitud en las entrevistas o en los escenarios. En un momento me harté de tanto pogo y solo pogo y decidí que quería que la gente escuchara que la banda estaba evolucionando, haciendo textos con acercamientos poéticos, con arreglos interesantes y que teníamos algo que decir, en las letras, en la música y el la actitud. Quería que la gente vibrase desde su butaca. No quería más alaridos ni saltos sudorosos. Quería música. Había terminado la dictadura hacía ya quince años y era tiempo de volver a utilizar la cabeza… pues bien… me perdí todo el boom del rock del comienzo del milenio. No me arrepiento para nada.

-Eduardo Darnauchans, a fines del '85, te definió como un "cantactor" ¿Te gusta esa definición?

-Sí, me encanta. Primero porque vino de él. Luego porque cuando me piden que me defina, no sé cómo hacerlo. No soy ni músico, ni actor, ni, nada…

-Sos un poco anti-tecnológico. No usas celular, tampoco las redes sociales. ¿Te cuesta adaptarte al mundo de hoy?

-Me cuesta adaptarme al mundo. Al de hoy y al de ayer, aunque creo sin duda que todo tiempo por pasado fue peor.

-Riki Musso dijo una vez que la banda está agremiada más a SUA que a Audem. ¿Es así?

-Riki Musso es un gran, gran amigo que fue invitado a este toque en el Teatro de Verano, pero justo le salió una fecha ese mismo día y no va a poder estar… pero además de ser un amigo es a quien le debo el puntapié inicial de La Tabaré. A pesar de eso, Riki es casi un genio… y como todo genio a veces dice algunos disparates… No, no pertenecemos a Audem, sino al sindicato Agremyarte.

-Sos profesor de Yoga. ¿Ahí encontrás el equilibrio?

-Comencé haciendo Yoga gracias a George Harrison, a 'Dedavidp' Carlos Santana, a 'Mahavishnu' John Mc Laughlin y a toda la movida de Woodstock del '69, que aseguraba que el Yoga te hacía sentir lo mismo que el LSD. Yo era un adolescente inquieto y quería experimentar la vida en su profundidad… luego descubrí que no tiene nada que ver con ningún tipo de droga, sino que por el contrario, es una disciplina mental y física. La practiqué durante muchos años y sobre todo lo hice con grandísimo respeto en momentos muy difíciles de mi vida y sin duda me ayudó infinitamente… Pero como te decía, es una disciplina y yo con las 'disciplinas' no me entiendo demasiado… hoy por hoy no practico Yoga, solo hago meditación para ser un poco consciente del ‘ahora’ y para calmar un mis convulsionados pensamientos. En cuanto a el equilibrio, lo estoy buscando hace años.

-¿Qué es lo que te da fuerzas para seguir en la banda?

-El público. En un principio yo decía que la banda no hacía música para el público, sino para nosotros mismos. Pero ocurrió que la gente nos acompañó siempre en estos ininterrumpidos 30 años y eso que nunca compusimos pensando en ellos. Es decir, aclaremos: nunca hicimos música pensando en ser exitosos, ni en ser famosos, ni estar en el ranking, ni encontrar el lenguaje musical ni verbal que a los preadolescentes y jóvenes les pudiera gustar para así conquistarlos y que compraran nuestros discos. El público ese, que ahora me merece tanto respeto, fue el que entendió la propuesta ‘anti comercial’ de La Tabaré.

¡Ojo!, aclaro más aun: por supuesto que me interesa que los discos y las entradas a un toque se vendan bien y llegar a más cantidad de gente que le guste y ‘entienda’ a la banda, pero no por ello vamos a conceder opiniones en las letras de las canciones, ni en las entrevistas, ni buscar ritmitos y poses rockeras que a la muchedumbre le gusta oí y ver… Seguir con la banda es una expresión en busca del arte, desde lo más íntimo de uno mismo.

-¿Cuál es tu vínculo con las drogas?

-La primera vez que fumé un porro fue en el año 1976. Estábamos en plena dictadura y era absolutamente prohibido fumetear, a riesgo de comerse una cana (y en aquellos tiempos la policía era por demás peligrosa).

El hacerlo significaba una disconformidad, un gran acto de rebeldía adolescente, una manera de no querer integrarse a las aburridas permisividades de la época. No hay nada peor que cuando se mezcla lo prohibido con la falta de información…

Luego he sido un tipo extremadamente cuidadoso. Las drogas a veces generan adicción. Y hay adicción al tabaco, a la comida, a la pornografía, al trabajo, a la PC, al juego, etc. etc. etc. Hay tantas drogas y adicciones como espacios vacíos en nuestras vidas… esos insoportables vacíos imposibles de llenar con los entretenimientos que pretenden vendernos para que sigamos siendo seres ‘útiles’…

Por suerte leí mucho al respecto de las drogas y me informé, al tiempo que descubría que un tipo como yo, con importantes tendencias depresivas, estaba mucho más expuesto a generar adicción. Y la adicción es lo opuesto a la libertad. Entonces lucho diariamente contra cualquier tipo de adicción. Pero a veces caigo en la trampa… y caigo en alguna de esas ofertas de drogas legales, que hacen muchísimo daño.

-Has dicho que sos depresivo y que estás medicado, pero además tenés tendencia a ser adicto. ¿Cómo manejás eso?

-Lo manejé a los tropezones durante toda mi vida. Cargo con esa enfermedad congénita, a veces con bastante dolor. La depresión quita las ganas y nadie (ni los familiares, ni compañeros de laburo, a veces ni las parejas, ni los amigos…) comprenden que uno 'no tenga más ganas'.

Ni siquiera yo lo comprendí durante gran parte de mi vida, hasta que descubrí que mi mochila venía, quizá de fábrica, con este accesorio. Una enfermedad psicológica es siempre mucho menos tenida en cuenta por el entorno, que por ejemplo, un simple dolorcito de muelas.

-Das clases de Teatro a los estudiantes de Comunicación de la ORT y también sos empleado municipal y das clases en los centros comunales. ¿Qué te aporta la labor de docente?

-Dinero. Dinero para poder sobrevivir y hacer con mi arte lo que me gusta y no lo que me da de comer. Siempre fui consciente, lo aprendí cuando era alumno y actor de teatro independiente, que si uno quiere expresarse desde el ama, no debe depender del éxito de taquilla. Y para eso lo mejor es no intentar (por lo menos en países del tercer mundo) vivir del arte. Desde el comienzo quise laburar en algo, para no estar obligado a distraerme en conseguir 'éxitos' artísticos. Claro, nunca imaginé, hasta que comencé a hacerlo, que cumplir un horario obligatorio fuera tan contraproducente para la salud. Por suerte entonces dentro de la IMM, al poco tiempo de entrar y hace ya más de veinte años que me desempeño como docente de Teatro y Yoga (a pesar de algunas autoridades de turno, que pretendieron obligarme a ser administrativo).

Y el contacto con mis alumnos de teatro muchas veces me dio la comunicación directa con generaciones muy jóvenes, que abrieron puertas en mí a través de sus inquietudes, su modo de expresarse, sus sensibilidades y necesidades… El transmitir un hecho artístico y experimentar en él con jóvenes principiantes, es de una gran responsabilidad. Se está enseñando un trabajo colectivo, de respeto al público pero también a los compañeros que conforman una obra teatral, desde el protagonista hasta el técnico de utilería.

Se trata de enseñar no solo a actuar un poco, sino justamente que el teatro es algo más que un simple divertimento. Como toda expresión artística es un instrumento poderoso que llega a la sensibilidad profunda del ser humano y eso en su conjunto puede llegar a transformar vidas, sociedades, la historia…

-¿Qué lugar ocupa el teatro en tu vida?

-Me gusta mucho el arte escénico. Me gusta verlo y trabajarlo. Últimamente me siento mejor dirigiendo que actuando ya que me he convertido en un actor de los jueves. Cada vez que me llaman para una obra tengo que decir que no puedo trabajar los fines de semana porque estoy con la banda y que solo podría actuar los jueves. Si aceptan, y la obra me interesa, agarro viaje. Pero es difícil, generalmente todos quieren hacer temporada de viernes, sábado y domingo… Y el teatro es constancia, ensayo, entrenamiento, si uno no actúa mucho, se pierden los mejores mecanismos expresivos.

-¿Es cierto que no te gusta el mate y le tenés fobia al queso?

-Sí. Tampoco soy carnavalero, ni me gusta el asado y nunca tuve una tarjeta de crédito.

-Tu medio de transporte es la moto ¿Cómo te llevas con el chaleco?

-No me molesta. Mi moto no es una Harley, ni nada parecido, así que no pretendo hacer pinta y sí que los otros conductores me visualicen y me esquiven.

-Aunque escribiste el tema "Demasiado fútbol" para quejarte en un etapa de tu vida, leí en una entrevista que te juntás con tu hijo a ver los partidos de Uruguay. ¿Sos futbolero?

-De niño y hasta recién entrada la dictadura me gustaba muchísimo el futbol. Era hincha de Mazurkiewicz, Abbadie, Rocha, Spencer, Joya... Iba al estadio con mi tía y eran momentos que recuerdo como realmente maravillosos. En la misma tribuna hinchas de Nacional y Peñarol alentando todos a su equipo a los gritos… Ahora no. Mi hijo menor y mi mujer son mucho más futboleros que yo. Yo hincho por la celeste sí, y grito los goles apasionadamente. Me gusta a veces ver por televisión un buen partido de fútbol europeo, pero ya se perdió para mí aquel encanto del grito de gol, si este viene acompañado de un insulto y una trompada. Me da mucha pena el clásico graffiti 'bolso puto' o 'manyaputo'.

En la canción 'Demasiado fútbol' no hablo en contra de ese deporte en sí, sino de casi todos los charlabaratas del periodismo deportivo, que mientras el país se caía a pedazos, lo único que hacían era discutir con vehemencia sobre tal o cual arbitraje, penal mal cobrado, u otras estupideces por el estilo. La absurda vehemencia y agresividad verbal de muchísimos de estos conductores de programas, sin duda genera contagio en el público. Y si unos ‘señores doctores’ de saco y corbata, se pelan así en TV, por qué, un tipo que labra doce horas diarias, no va a salir el próximo fin de semana a matar a quién sea del equipo contrario (convengamos en que la ‘educación’ de los hinchas a cambiado cosiderablemente en los últimos 40 años). El ‘mensaje’ de esos programas entonces, no es el deporte, es violencia.

-¿Cómo es tu relación con tus hijos? ¿Y con las madres de tus hijos?

-Vivo con mi hijo menor, y con su madre desde hace más de veinte años. Y vivimos a cuatro cuadras de la casa de mi hijo mayor y de su madre. Nos vamos los seis (con el marido de la madre de mi hijo mayor), todos los veranos para afuera y pasamos las navidades, años nuevos, los cumpleaños y otras varias festividades juntos. De hecho, eso es lo mejor de mi vida.

-El tema "Una pintura de Chagall" lo compuso Matías Rivero, tu hijo. ¿Te gustaría que siguiera tus pasos?

-No. Él es muy feliz siendo profesor de educación física y un gran estudioso de todo lo relacionado con el deporte hacia la salud corporal. También canta y compone lindísimo (mucho mejor que yo), pero su pasión está puesta en otra cosa y me hace muy feliz que haga lo que más le gusta. Igual que mi hijo menor, que pretendo que elija su futuro con total libertad.

-¿Seguís escuchando a los clásicos o estás atento a lo que va saliendo?

-Todos los días salen miles y miles de canciones en el mundo y nos llega solo (a pesar de internet) lo que las compañías multinacionales quieren hacernos escuchar.
Sigo eligiendo los clásicos, o la música menos conocida psicodélica o progresiva de fines de los ’60. Ahí está todo. Todo ya se hizo en esa época, ahora le cambian la etiqueta y sin duda está mejor grabada, pero las ideas ya se interpretaron. Lo único más o menos novedoso hoy, puede ser la fusión de estilos.
Lo que estoy escuchando mucho esta semana es a Vladimir Vistosky.

- ¿Cuál fue el último libro que leíste?

-'El libro de los amores ridículos' de Kundera. Este libro tiene mucho humor, pero todo Milan Kundera me apasiona.

-En el sitio web de La Tabaré dice que el negocio del rock es muy sucio y por eso La Tabaré no puede encasillarse en eso. ¿Qué lo hace tan sucio al rock?

-El rock desde hace añares, dejó de ser la expresión rebelde de la juventud para convertirse en una rebeldía prefabricada por estudiosos del mercado, para vender productos juveniles. Todos los mitos construidos, poses, indumentarias, instrumentos, estilos, etc., todo está diseñado para vender más y más, y para digitar el gusto y (lo que es peor) el pensamiento de la audiencia joven.

Existen poquísimas excepciones que se mantienen por fuera del gran negocio multinacional. Entre los artistas de Uruguay el negocio no es tal, porque el mercado es muy chico, pero igual hay quienes aspiran a ser parte de ese gran mercado.

-¿Cuál es tu significado de transgredir?

-Se transgrede contra lo prohibido, en estos tiempos hay muy pocas cosas prohibidas que a nivel artístico se puedan utilizar como medio de transgresión para lograr convulsionar la sensibilidad del público.

Ya fue todo utilizado y muchas veces sin ninguna intención artística y solo por pura guaranguería. Uno de los grandes culpables de echar a perder la transgresión como elemento de comunicación fue Marcelo Tinelli. En su programa, él hacía un montón de tonterías, como bajarse los pantalones ante cámara, o meterse un alfajor entero en la boca y luego mostrar que le quedaban los dientes sucios de chocolate, o decir por ejemplo, sin ningún motivo más que el de caer simpático ‘andá a la conch. de la put. que te p…’, así, sin pronunciar la palabra completa, como para no ofender…

Con el correr de los años él perdió su tonta simpatía y la transgresión inconsciente pasó a consistir en mostrar lo que el público quiere ver: culos, tetas, homosexuales disfrazados de payasos y viejas prostitutas siliconeadas discutiendo por ridiculeces. Todo ese lenguaje visual, verbal y disparatado que podría haber sido bien utilizado contundentemente en una obra, este tipo lo bastardeó, lo masificó, lo convirtió en lenguaje cotidiano vaciándolo de contenido. Transgresión es hacer lo que no está bien visto y en estos tiempos no está bien visto hacer reflexionar, no está bien visto ofrecer un espectáculo con todo el respeto que el público se merece y no está bien vista la dignidad artística. Si la transgresión aun existe, consiste en hacer uso de la dignidad.

-Y La Tabaré "sigue golpe a golpe, día a día, tiempo al tiempo", esto también lo dice en el sitio web. ¿Hoy te cuesta más componer qué antes?

-Antes sacaba canciones, una atrás de la otra. No tenía más jueces que yo mismo. Ahora soy consciente de que hay una cantidad de gente que por suerte va a escuchar lo que tocamos, entonces tengo que tener cuidado con las cosas que digo, que doy a entender a pesar mío, o cuidado de no repetir frases, palabras, ideas que ya haya dicho en canciones de discos anteriores…

-El año pasado salió a la venta el último disco de La Tabare, Que revienten los artistas. ¿Ese reventar se manifiesta en tus opiniones?

-Soy un tipo que por naturaleza vivo reventando. Haciendo implosión. Amando u odiando con toda las ganas. Soy bastante kamikaze. Atropellado y atropellador. Digo lo que pienso y no me callo nada y me contradigo en cuanto cambio de opinión. Y no tengo problema en pedir disculpas si herí a alguien equivocadamente. A veces no me aceptan las disculpas y eso me entristece. Paso de la furia a la nostalgia y vuelvo… nunca me fue fácil cargar con esta cabeza en oposición a mi corazón. Todo eso está en el 'que revienten los artistas' (y también en otros discos, claro), aunque todo aparece teñido de ironía.

-Como protagonista de la historia del rock uruguayo.. ¿Por dónde crees que pasa hoy el "ser rockero"?

-Ser rockero hoy es simplemente escuchar música de rock. Así como el jazzero escucha jazz y no se pretende que cumpla determinados requisitos, o el que escucha zarzuela tampoco… Nada tiene que ver con 'el rock es un modo de vida'. Eso ya pasó hace años y además nunca se supo a ciencia cierta a cuál modo de vida se referían, si al de San Francisco, Nueva York o Londres, hippie, punk o heavy… ese invento es parte del negocio para adolescentes 'sexo drogas y rocanrol', como si los que hacen otro tipo de música no se drogaran o practicaran abstinencia sexual.

Para mí, el rock siempre fue una música de quiebre con lo establecido, en contra de todo tipo de poder, una música de cambio, de transformación, de búsqueda. Pero no es más que mi opinión o preferencia.

-En tiempos de balance...¿Hay algo que hayas dicho de lo que hoy te arrepientas?

-Bueno, a ver: 'rebeldía todo el día sigue siendo el rocanrol' no es una frase ni muy inteligente ni muy cierta, '…que la paz es puro cuento y la familia no es verdad…', es un verso de la canción 'Crónicas del ludo'. Pero resulta que hoy mi familia es verdad. La familia que construí, la que me mantiene vivo, esa es verdad. Me equivoqué al cantar eso, pero el resto del tema me gusta… igual no pienso cambiar esa líneas… y como estas tengo algunas más supongo… pero no demasiadas que me desagraden. Al contrario. Supongo que algún día (quizá post mortem) caerá un erudito de verdad y comparará los textos y las músicas de La Tabaré, sin importar los ‘éxitos’ de las bandas y se valorarán las diferencias…

-¿Qué lugar sigue ocupando el humor en La Tabaré?

En todos los sentidos el humor es importante. Los músicos tienen que tener buen humor, risas, abrazos. Esta banda conformada por Martín García Herrera, Leo Lacava, Lucía Ferreira, Enzo Spadoni, Chelo Lacava y Sebastián Gagliardi, tiene buen humor!!! Y las canciones también tienen humor, juegos de palabras, guiñadas… de lo contrario, dar una opinión sobre algo o arriesgar una idea y no encontrarle el lado gracioso sería un despropósito.

-Contame un poco más del show en el Teatro del Verano. ¿Cómo lo vive la banda?

-Justamente, lo estamos viviendo con muchísimo humor. Si el teatro está lleno, mejor!, si no, igual estará bárbaro para los que concurran. Y para nosotros será una experiencia lindísima que la venimos pensando y preparando durante todos los días, del los últimos dos meses… Habrá invitados colegas de otras bandas a las que respetamos y les tenemos mucho aprecio, pasarán algunos de los músicos que estuvieron en La Tabaré y algunas de sus cantantes femeninas…habrá como siempre actores teatrales, bailarines, acróbatas en telas, los títeres de La Ovidio Titer’s Band, bandoneones, violonchelos y esta vez además, una pantalla que reflejará en imágenes las canciones… queremos que sea un verdadero 'feliz cumpleaños'.

-¿Qué opinas de la llegada de Paul McCartney y los Rollings Stones a Uruguay? ¿Vas a ir a ver a los Rolling?

-Si, pienso ir. A los Stones ya los ví con mi mujer en el '95 (esa vez pagué las entradas), en el Pacaembú de San Pablo, Brasil, cuando presentaron 'Vodoo Longe'. Pero me parece una grandísima falta de respeto que se les exonere de impuestos y a los uruguayos que nos rompemos el orto para hacer un toque, nos hagan, no solo pagar impuestos altos, sino también pagar a un contador para que nos explique qué mierda es lo que tenemos que pagar. No tengo problema casi, en pagar mis impuestos, pero no tolero tener que hacer trámites burocráticos imposibles, ni siquiera para cobrar, mucho menos para pagar. Y si sos actor, músico, municipal, docente, etc. la cosa se complica por demás.

Y a ver a McCartney fui las dos veces ¡no podía perdérmelo! Pero nunca fui a ver a ningún otro aquí en Uruguay… o sí, al único que fui a ver antes de McCartney fue a Clapton, cuando vino en el ’90… yo esperaba encontrarme con el guitarrista de Cream y en cambio me encontré con un englishman con muy poco blues…

-¿Después del Teatro del Verano, qué planes tiene la banda?

-Sacar un disco el año que viene. Ya hay unas seis o siete canciones… pero no tengo ni siquiera el título del disco, ni hablé aun con Oscar Larroca para ver cuál podría ser la carátula…

Y además sencillamente seguir tocando, es el motor de nuestras vidas…

Por otra parte, Tabaré Rivero dialogó este jueves con Rompkbzas en el marco de los 30 años de La Tabaré. 

Tabaré en Rompkbzas