Durante dos semanas y media, Ibarguren ha pintado siete murales en ese centro deportivo, situado a unos 18 kilómetros al norte de Beirut y junto al mar Mediterráneo.

En una entrevista a Efe, el artista declara que la idea de su visita fue mostrar "escenas cotidianas de la vida uruguaya, incluyendo la de los compatriotas de los libaneses que se han integrado muy bien en Uruguay".

Los murales muestran familias reunidas en torno al fútbol o a un asado, y van desde el candombe hasta las costas oceánicas del cabo Polonio.

"Estamos mostrando desde el frente del Mediterráneo lo que trajimos del río de la Plata y del Atlántico", afirma Ibarguren, señalando que esta experiencia ha sido "muy buena".

Con anterioridad, Ibarguren había pintados murales en el Líbano en el patio del colegio público de la República de Uruguay, en una escalera en la ciudad de Trípoli (norte) y en un pueblo de la región de Akkar (norte).

"Lo que más me impresiona en este país es la alegría de la gente y las construcciones antiguas", confiesa el artista, que desea también reproducir elementos de la vida cotidiana libanesa como las pipas de agua (narguile) o el café.

Ibraguren subraya que se siente en el Líbano como en una de sus cuatro patrias: "Cuando salgo me encuentro con gente que dice conocerme de alguna exposición. Este país forma parte de mi paisaje y yo del de él", agrega.

Nunca ha sentido temor de viajar al Líbano, aunque al principio le impactó "ver tantos controles militares", algo a lo que dice ya se ha acostumbrado.

Para la embajadora de Uruguay en el Líbano, Marta Pizzanelli, el trabajo hecho por Ibaguren en el estadio de Junieh es "uno de sus sueños hecho realidad".

"Son murales que quedarán y muestran el tejido social de mi país", explica Pizzanelli, cuya embajada auspicia el trabajo del muralista.EFE