Rodolfo Fattoruso, crítico literario, definió al nuevo uruguayo como un "nuevo espécimen, autocomplaciente, feliz consigo mismo y con una satisfacción inmediatista".

Por su parte, el antropólogo Nicolás Gigou, no muy conforme con la definición del nuevo uruguayo explicó que "existe una recepción de lo políticamente correcto, pero eso no quiere decir que haya una interiorización de la aceptación del otro. Falta mucho para que se realice esa interiorización, está en el terreno de lo políticamente correcto por consignas externas, atravesado por el espíritu de medianía".

Una de las preguntas para diferenciar al nuevo del viejo uruguayo fue sobre la definición de diversidad. El periodista Julio Toyos, afirmó que a "la diversidad la perjudica el fanatismo".

Por su parte, el político Andrés Scagliola respondió que "es una riqueza en todas sus formas y manifestaciones, la homogeneidad es el aburrimiento total. Sobre la diversidad sexual manifestó que "debe ser libre y respetada por todas y todos".

Además, se les preguntó qué entienden por el concepto de familia, la patria, si prefieren taxi o uber y otras más.
Todo llevó a la pregunta ¿el nuevo uruguayo prosperará o volveremos al viejo uruguayo?

Finalmente, Suena Tremendo y su entrevista a Héctor Alzaibar, quien pasó por un Centro de Rehabilitación Progresista. Cualquier similitud con la realidad, es pura coincidencia.