Entrevista a Pedro Dalton

Los Buenos Muchachos festejan sus 25 años con tres shows

Este jueves comenzó en La Trastienda una gran recorrida por todos los discos de Buenos Muchachos para celebrar sus 25 años. En la previa de su festejo, El Espectador visitó el garaje del barrio Malvín donde nació y sigue ensayando la banda, y conversó con su frontman. "Una vuelta habíamos hecho algo parecido que era tocar los discos de oro completos y nos quedaba esta, la de todos los discos", manifestó Pedro Dalton.

Por Mandy Barrios

Buenos Muchachos se presenta en La Trastienda este jueves, viernes y sábado con una triple función, bautizada como "Canciones reunidas 1991-2016".

Hijos del aburrimiento y la resaca dominguera, los Buenos Muchachos nacieron en 1991 en un garage de Malvín, el refugio al que Gustavo Antuña y Pedro Dalton huían para tocar la guitarra, pintar y charlar mientras el tiempo pasaba narcóticamente lento, según cuentan en su sitio web

Hoy, 25 años después, se han transformado en una de las bandas más respetadas en el espectro nacional. Y como ellos mismos cuentan han recorrido el clásico camino del rock: cambio de integrantes, una breve separación, reconocimiento del público y la prensa, rollos internos, fama, problemas con una discográfica, hartazgo, discos por compromiso que nunca vieron la luz, etc.

Alejandro Fernández Borsani, líder de Buenos Muchachos, es conocido como Pedro Dalton por su parecido con Pedro Picapiedras y a los hermanos Dalton, los forájidos de las historietas de Lucky Luke. El músico conversó con El Espectador en la previa de los festejos por sus 25 años de carrera. 

—Estás un poco en Uruguay y otro poco en Argentina con tu otra banda Chillan las Bestias. ¿Cuáles son las diferencias entre el público uruguayo y el argentino?

—El público que tengo allá con Chillan las Bestias y el que hemos curtido con Buenos Muchachos acá es más o menos parecido. El público argentino es agitador, tiene una relación de pertenencia con la banda muy importante y es muy festivo, arengador, canta todo el tiempo, hasta en los punteos. Es un público que tiene algo más que ver con el público del fútbol, genera un clima de hinchada. Hemos tocado con La Vela allá y hay una diferencia con el público de acá. Pero el otro día, cuando toqué en los 20 años con La Vela, me quedé de cara. Había un clima festivo, no había desbunde. Esa noche percibí mucha emoción por parte de la gente y se la transmitieron a ellos al punto tal que vi varias lágrimas en el fondo. Fue una noche hermosa. Cuando salí a cantar Colabore, que es una canción bastante potente, quedé de cara; mi idea era cantar y bajar a verlos, pero no pude porque estaba todo el Velódromo saltando. 

—Cuando vas a ver bandas, ¿cómo reaccionas?

—Suelo bailar. Escucho primero, pero cuando hay una canción que me copa y es agitada me muevo porque me sale instintivamente, como cualquier ser humano. Trato de ir a ver bandas lo más que puedo. He ido a ver shows internacionales a La Trastienda que me requiere más atención, y cuando revienta alguna canción que me parte el bocho, la vocifero en inglés, porque no sé inglés. Pero trato de disfrutar del clima y de la magia.

—¿En Uruguay hay alguna otra banda que genere lo mismo que La Vela?

—No Te Va Gustar creo que lo genera también. El Cuarteto de Nos, los Buitres y Trotsky. Hay bandas que generan. Lo que pasa es que el argentino es más militante, yo lo viví cuando trabajé en la producción del toque de los Redonditos de Ricota en el Centenario, se notaba en cómo estaban pintadas las banderas y en cómo se comportaba el público.

—No sabes inglés, pero lo utilizas para tus canciones. ¿Por qué?

—Sí. Entiendo algunas palabras, pero no puedo hablar fluidamente con nadie en inglés. Incluso cuando escucho música cantada en inglés tomo la voz como el instrumento. Prefiero leer la letra traducida. En las canciones de Buenos Muchachos incluyo palabras en inglés porque el rock está hecho por ellos, su lenguaje es el inglés. En una palabra en inglés se pueden decir muchas más cosas que en español. A mí a veces se me complica más escribir rock en español.

—¿Por qué nunca decidiste estudiarlo?

—Alguna vez intenté estudiarlo, pero soy medio vago y me cuesta concentrarme. Me gusta el inglés, es una cosa que tengo pendiente.

—El 2015 fue un año de quiebre para Pedro Dalton. Leí en una entrevista que decías que hiciste un click y decidiste dejar "la noche". ¿Cómo tomaste esa decisión?

—La tomé en el momento en que me estaba estorbando para las cosas que quería hacer. Es tan sencillo como eso. Ya no rinde que me suba borracho a un escenario. No me rinde a mí y no le rinde a la gente. Tengo 49 años y llegó un momento en el que me agrada mucho más estar despierto y lúcido que mamado. Hoy me doy cuenta de que no me ayudaba en aquel momento y que podría haber hecho muchas más cosas. Cuando el corazón funciona con la lucidez es mucho más rico que cuando funciona solo, y llegó un momento en el que dije basta, cortemos con esto y por ahora la vengo llevando de puta madre. Prefiero escribir poemas. Hoy llegué tarde a esta entrevista porque estaba dibujando y son cosas que me permito hacer ahora todos los días.

—¿El día te rinde mucho más?

—Me rinde mucho más la vida

—¿Tuviste que pedir ayuda?

—Salió de mí y obviamente que solo no podía.

—También leí en otra entrevista que decías que cuando pisabas Buenos Aires te olvidabas de Uruguay por completo ¿Cómo haces eso?

—No lo hago, pasa. Piso Buenos Aires y me olvido totalmente de Montevideo. No es una cuestión que yo la busque, me sucedía y no me daba cuenta. Ahora soy consciente y trato de conectarme más. Con el tema del WhatsApp es todo mucho más sencillo. Hace 12 años que viajo todo el tiempo a Argentina. Estuve viviendo dos años y ahora voy todos los meses. Estuve trabajando allá, entré en la idiosincrasia del porteño y me siento claramente orillero. Si bien nací en Uruguay, una gran parte de mi vida la tengo allá.

—¿Vas a terminar viviendo allá?

—No creo. Buenos Aires es una ciudad adrenalínica, se mueve muy rápido y yo soy de Malvín.

—Cuando Buenos Muchachos empezó a tocar seguido en Argentina sucedió la tragedia de Cromañón. ¿Crees que ese hecho frenó de alguna manera la expansión de la banda?

—En 2004 hicimos una movida, trabajamos con Gerardo Rojas, un gran tipo argentino que era el manager de Dancing Mood y él nos empezó a conectar con todos los boliches. Tuvimos una reunión allá con Bizarro, empezamos a tocar en todos lados en el mes de agosto, después volvimos en noviembre y cuando perfilamos para trabajar nuevamente en marzo sucedió la catástrofe e hizo que cerraran todos los boliches. Quedaron muy pocos lugares abiertos, La Trastienda y Niceto, pero para nosostros era imposible tocar ahí en ese momento, porque salía muy caro tocar allá y no llegábamos a mil personas. Entonces hasta que no se regularizara la situación no podíamos volver a tocar, eso llevó un tiempo y nos quedamos acá tranquilos.

—Ahora se fueron a tocar con Los Espíritus allá.

Tocamos el viernes 2 con Los Espírituis. Es una banda que nos gusta mucho. Son muy buenos tipos y muy ricos musicalmente. Los invitamos a tocar acá en La Trastienda y ahora tocamos allá con ellos.

¿Con "Canciones reunidas 1991-2016" cierran el año?

Casi seguro que sí, aunque siempre hacemos alguna despedida de fin de año. 

Presentación en La Trastienda

Las entradas cuestan 660 pesos (generales) y 960 pesos (platea preferencial) y están a la venta en Red Pagos, Red Uts y Tienda Inglesa. Además, hay abonos con descuento para los que quieran asistir a los tres shows a un costo de 1.300 pesos

Jueves 8/12

Nunca fui yo (1996) + Aire rico (1999)

Viernes 9/12

Dendritas contra el bicho feo (2001) + Amanecer búho (2003)

Sábado 10/12

Uno con uno y así sucesivamente (2006) + Se pule la colmena (2011)