Tres milenios de literatura, un único autor
Seleccionar junto a los conductores y la audiencia lectora del programa al más grande autor de la literatura universal, fue la propuesta de El guardián de los libros, Fernando Medina, en su columna en Suena Tremendo.
El elegido entre poetas, narradores y dramaturgos de todas las épocas y latitudes que siguieron la pista de un tesoro indivisible: el hallazgo literario último y superior. El nombre que las bibliotecas guardaron y guardarán siempre en unánimes lecturas. La obra individual que la humanidad debería salvar del diluvio, por su probado e incomparable valor emotivo y sapiencial.
Los diez autores nominados por el columnista:
Homero: la invención del fuego
Li Bai: emborracharse bebiendo canciones
Dante: sueño de amor
Montaigne: pensar por uno mismo
Cervantes: acabado, solo y pobre...
Shakespeare: el sinceramiento de lo humano
Jane Austen: sentido y sensibilidad
Edgar Allan Poe: la única emoción que vale es el miedo
León Tolstói: el Homero del siglo XIX
Jorge Luis Borges: las infinitas literaturas
Los excluidos a último momento:
Virgilio: la música del latín. Molière: el otro Shakespeare. Voltaire: magnífica ironía. Víctor Hugo: el estilo de Dios, en la Biblia, se parece al del autor de Los Miserables. Dostoievski: la gran interpelación moral. Henry James: la verdad es siempre tragicómica. Joyce: grabar la mente. Proust: los recuerdos son la vida. Virginia Woolf: un cuarto propio. John Kennedy Toole: el predilecto de quienes se aburren con todos los demás.