Ciro Tamayo, el español que emociona en el Ballet Nacional
El malagueño Ciro Tamayo, que a sus 23 años se consolidó como el principal bailarín del Ballet de Uruguay, expresó en una entrevista con Efe que le gusta conseguir emocionar al público con su interpretación sobre el escenario, ya que se considera un danzarín "muy actoral".
"Me encanta que haya gente que llore en la platea al verme a mí bailar un rol muy dramático, porque eso significa que yo he conseguido transmitirles lo que he estado trabajando tan duro para conseguir eso", detalló Tamayo.
"A mí eso me satisface muchísimo. Más inclusive que la danza en sí", agregó.
El bailarín, que llegó al Ballet Nacional en 2011 de la mano del coreógrafo argentino Julio Bocca, actual director de ese cuerpo de baile, se define como un bailarín "más artístico que técnico", aunque destaca el salto como su "mayor virtud técnicamente".
"Más allá de lo técnico, yo lo que me considero es muy artístico. Personalmente disfruto más un ballet con muchísimo contenido dramático", recalcó.
En ese sentido, especificó que "artísticamente" se considera "un bailarín muy fuerte" al que le gusta "interpretar los ballets" que hace y "pasar de largo" por ellos.- que hago, no me gusta cuando se da por hecho o se pasa de largo.
"Me gusta estudiar los personajes. Yo me considero un bailarín muy actoral", recalcó.
Desde 2014, el español se convirtió en el principal bailarín de la compañía, que en la actualidad ensayan la obra "Don Quijote", la cual llevarán el próximo mes de noviembre a Francia en la apertura del Festival de Danza de Cannes.
Antes, del 10 al 13 de mayo, realizarán cuatro representaciones de "Hamlet Ruso", de Boris Eifman, en Buenos Aires, que precederán a una gira internacional por el país vecino con diferentes programas mixtos.
"Va a ser la primera vez que haga "Hamlet Ruso" en Argentina y quiero ver como reacciona el público argentino, que es un poco más crítico que el de Uruguay", constató.
Además, la compañía tiene previsto hacer una gira nacional por el interior, una experiencia que para Tamayo resulta "muy satisfactoria" a nivel profesional y personal, puesto que el bailarín dijo disfrutar de estos tours "incluso más" que de uno internacional.
"Cuando actuamos en el interior está toda la gente esperando en la puerta. No para pedir fotos o autógrafos, simplemente para aplaudirnos cuando salimos de los camerinos y para darnos las gracias por haberles ofrecido lo que acaban de ver", explicó.
"No sabes el amor que nos da el público del interior y el agradecimiento que se siente", admitió.
En relación al Ballet uruguayo, Tamayo remarcó la "calidez humana" de la compañía cuando le acogieron, en comparación con otros ballets en Europa, aunque reconoció que "conforme la compañía va creciendo, y teniendo más integrantes, hay más competitividad".
El artista malagueño sigue unido, de momento, a Uruguay y a su Ballet, pero reconoció que sus aspiraciones actuales son "vivir la vida, de una manera un poco más sencilla", no centrándose por completo en el trabajo, sino en cosas simples como la casa o la pareja.
"Yo quería seguir cumpliendo mi sueño desde chiquitito que era llegar a ser un primer bailarín. Bueno, ya soy primer bailarín. Ahora yo quería ser un primer bailarín en Europa, quería ser un primer bailarín conocidísimo en todo el mundo. Y me di cuenta que realmente no quiero eso, no me interesa la fama mundial, no me interesa el reconocimiento mundial", confesó.
"La vida está totalmente afuera del ballet", concluyó el artista. EFE