Medina compartió su conversación con el musicólogo Guilherme de Alencar Pinto y habló sobre la magnitud del hallazgo de la novena sinfonía, el impacto que tuvo su presentación y como escucharla, conocerla y valórala hoy en día.

Para poder entender y valorar la novena sinfonía de Beethoven, Guilherme de Alencar Pinto insiste en la importancia del contexto. "La historia es imposible de obviar en la experiencia de escuchar. Más que pensar en su éxito posterior y en cómo fue leída en distintos momentos, conviene pensar en lo épico de lo que estaba ocurriendo cuando fue estrenada y poco después: la idea de la emancipación del artista individual, la idea de la religión del arte, la idea del artista como ese genio que crea nuevos objetos de culto, ya no a la divinidad sino a la humanidad.";

"Hay como un acostumbramiento a esa forma de oír estática, similar a la experiencia de mirar un cuadro, que es un poco como sucedía en el barroco. Con el período clásico, con Haydn, con Mozart, la música va tomando una cualidad discursiva, la cualidad de trazar vías narrativas. En ese sentido siempre hay un camino a recorrer. Es importante entrar en otro modo de percepción, y situarse en las circunstancias históricas, para tratar de recuperar la frescura, la vida y el alma de la obra. Su espíritu de revolución, de libertad, de solidaridad, que nada tienen que ver con esa idea más encorsetada que viene predominando en los conciertos de música erudita."; opina el musicólogo.

"En su momento generó mucho desconcierto, por su tamaño y su ruido.Eso se ve en comentarios de la época; gente que decía que Beethoven estaba totalmente loco, que había ultrapasado los límites de la estética; pero era algo que creo que Beethoven, que sabía muy bien lo que era componer música popular, tenía la certeza de que sería rápidamente superado. La novena es, de hecho, una sinfonía hit";, dijo Guilherme de Alencar Pinto sobre la recepción del público.