El muerto que dejó un muerto en Artigas
Belchior, el reconocido músico brasilero, fue encontrado muerto el pasado 30 de abril. Los últimos años de su vida estuvieron rodeados de misterio y especulaciones sobre su paradero, su abrupta salida del mundo de la música y las deudas millonarias que dejó. Uruguay fue protagonista de esta historia, ya que Belchior pasó un temporada de incógnito en el país, donde dejó una estela de anécdotas y una deuda de miles de dólares en la ciudad de Artigas.
El martes 2 de mayo, sobre las 9:30 am miles de personas se arrimaron al cementerio de Parque da Paz de la ciudad de Fortaleza, para despedir el cuerpo de Belchior, el músico más emblemático del estado de Ceará.
Un día antes, más de 10 mil personas asistieron a su velorio en el Centro Cultural Dragon do Mar en la misma ciudad. El cuerpo del músico habia llegado de su ciudad natal, Sobral, donde fue despedido con pétalos blanco y música en el teatro local de Sao Joao.
Fueron tres días de luto en Ceara para despedir a Antônio Carlos Gomes Belchior Fontenelle Fernandes - "um dos maiores nomes da música popular", como le gustaba autoproclamarse. Su vida, sobre todo su desenlace, fue una verdadera novela, digna de una película.
Nacido en 1946, era hijo de un saxofonista y de una cantante de coro. Aprendió a tocar el piano de chico y ya de adolescente se interesó por la música y las letras. En 1971 se fue de Sobral a Fortaleza y se anotó en la Facultad de Humanidades. Ya se perfilaba como músico solista, presentándose en bares y luego en festivales de nordeste brasilero hasta que, a caballo de un pequeño éxito, una canción llamada Mucuripe, emigró a San Pablo para continuar con su carrera.
Ahí se mezcló con el ambiente artístico paulista y comenzó a componer música para películas, a tocar en programas de TV y a hacerse de un nombre. En 1974 sale su primer disco, A Palo Seco, hoy un clásico de la música brasilera. La canción que le da nombre al disco fue versionada por varios artistas, como ser los rockeros de Los Hermanos, banda fundamental de la alternativa brasilera de los 90.
Su segundo disco fue la consagración. Se llamó Alucinacao y enseguida le valió la comparación con los grandes cantautores brasileros y también extranjeros. Se lo conocía como el más literario de los músicos brasileros y se lo asemejó al propio Bob Dylan. Con el correr de los años sus colegas comenzaron a reverenciarlo y a versionarlo. Fue el caso de Roberto Carlos, Wanderlea, Elis Regina, Arnaldo Antunes o los Engenheieros do Hawaii.
Editó más de 20 discos, tuvo su propio sello discográfico y sufrió, como la mayoría de los artistas, un declive en su carrera, que empezó en los 90 y que le vino acompañada de consecuencias inesperadas.
En 2005, cuando su carrera ya había menguado notoriamente, Belchior dejó a su mujer para irse a vivir con otra, llamada Edna. En paralelo, dejó de cantar mientras enfrentaba algunos juicios de sus ex que le reclamaban las pensiones alimenticias. Tenía también varias deudas, embargo de bienes, y sus cuentas estaban bloqueadas, viéndose imposibilitado de cobrar dinero por concepto de derechos de autor.
En medio de este caos que era su vida, en 2009 Belchior desaparece. Sin aviso, sin dejar rastro. En realidad si dejó rastro. Un auto, un Mercedes Benz, que quedó varado en un estacionamiento y otro auto que quedó aparcado en el aeropuerto de Congonhas, en San Pablo. Hasta la semana pasada, ambos autos seguían acumulando multas en los respectivos estacionamientos.
La última vez que se lo llegó a ver fue en un concierto con Tom Ze de aquel 2009. Luego se esfumó.
Enseguida se empezó a especular con que lo había matado uno de sus acreedores. La otra pista firme era que había huido de ellos, con su pareja, hacia un lugar desconocido. Durante tres años no hubo noticias del músico. Ni su familia ni allegados tuvieron novedades. Su historia era un enigma y su figura se iba elevando al status de mito.
Los chistes en internet empezaron a proliferar . Imágenes de la tapa de los libros de ¿Donde Está Wally? con la cara de Belchior; la tapa del Sgt. Peppers con la cara del músico. Un medio llegó a ofrecer un premio para quien encontrar al artista. Llegaban relatos de todo Brasil, de gente que decía haberlo visto. Del norte hasta el sur. De la selva hasta el Pantanal. Finalmente empezaron a aparecer indicios de su paradero. El primero fue una foto solitaria, algo desdibujada, tomada en Colonia del Sacramento. Luego otras fotos de brasileros mostrándose con el músico, también en Colonia. Finalmente llegó una pista firme. Belchior estaba en Tacuarembó, en San Gregorio de Polanco.
Hasta allí fue el programa "Fantástico"; de la Rede O Globo y logró contactarlo. Al principio no se quiso mostrar. No quiso salir del hotel hasta que la periodista lo convenció y le terminó dando una nota exclusiva. Ahí reveló que se había alejado del ruido y del mundo artístico para componer canciones y para traducir viejos temas al español. Por aquel entonces también se decía que seguía dedicado a la titánica tarea de traducir en imágenes, miles de dibujos, a la Divina Comedia de Dante, una obra que lo tenía obsesionado desde hacía tiempo. Durante la entrevista no dijo nada acerca de su vida privada, ni de su familia ni de sus deudas o de lo que dejó en Brasil.
"Belchior Aparece". Fantástico, 30/08/09
Belchior prometió volver a Brasil cuando tuviera listo el material nuevo. Los medios brasileros dieron por saldado el misterio: Belchior está vivo y vive en Uruguay.
Luego de Tacuarembó se mudó a Artigas. Parecía que se arrimaba a su país natal. En Artigas se alojó en el Hotel Casino y vivió allí durante un año y cuatro meses. Estaba con su mujer y casi no salía de la habitación.
Hasta que un buen día volvió a desaparecer. Dijo que iba hasta el consulado y nunca más volvió.
A partir de ahí su paradero fue nuevamente un misterio. Otra vez la prensa se preguntaba: ¿Dónde está Belchior? Nunca más nadie lo vio hasta el día de su muerte, el fin de semana pasado.
En realidad algunas personas dijeron haberlo visto vagando por Porto Alegre. Otros decían que andaba por alguna playa del nordeste. Finalmente, su cuerpo fue encontrado el fin de semana en una casa de Santa Cruz del Sur, en Rio Grande del Sur, a 120 km de Porto Alegre. Lo encontró muerto su mujer. Muerte natural. Vivía en una casa cedida por un amigo. Tenía 70 años y vivía de incognito.
El propietario del Hotel Casino de Artigas, el lugar donde vivió antes de desaparecer, contó que Belchior dejó una deuda 13 mil dólares. "Se murió el incobrable";, le comentaron a través de un mensaje de texto.
Al parecer Belchior justificó durante todos esos meses su deuda con la excusa que iba a recibir un dinero y que su mujer estaba trabajando en unos proyectos educativos de intercambio entre Uruguay y Brasil y que de ahí iba a salir la plata para pagar. Pasaron los meses y nada de eso sucedió hasta que, en determinado momento le propusieron que hiciera algunos shows en Artigas y que lo recaudado fuera para saldar la deuda. No hubo caso.
Y un buen día se fue. Dejó sus pertenencias (una computadora, ropa y algunos objetos más). Nada de valor. Ninguna partitura ni canción inédita escrita en un cuaderno o guardada en la computadora. Quizás el objeto de mayor valor sea una máquina de escribir que tenía y que usaba frecuentemente.
El martes, mientras en Fortaleza miles despedían a Belchior con llantos y flores, en el Hotel Casino de Artigas una empleada hacía el inventario de los objetos que el músico había dejado en su habitación. Probablemente en estos días el dueño ponga a la venta en Mercado Libre de Brasil la máquina de escribir. A ver si desquita aunque sea 100 dólares del muerto que el muerto le dejó.