"Lo del Sodre es el paradigma de un país muy complicado, donde nadie manda. ¿Cómo es posible que en una sociedad sean más importantes los gremialistas que los dueños? Es imposible, porque el que pone la guita le tiene que pedir permiso a los gremios para laburar. El Sodre es el ejemplo más patético de eso, porque además cuenta con la vanidad del artista, que es muy complicado. La gente no quiere que funcionen las cosas que funcionan", opinó Reyes.

Además, el tertuliano dijo que "Julio Bocca es insustituible. Tenemos que aceptar las jerarquías, el que manda manda".

Ahunchain estuvo de acuerdo con su contertulio en que "el Sodre es en sí mismo una metáfora del Uruguay burocrático que ahoga, sumerge y mata todas las iniciativas de superación, de mejorar y de calidad".

"El problema es sistémico, en la medida que hay una orquesta que hay que sincronizar sus ensayos y funciones de una mera imposible, porque los mismos músicos están en la Filarmónica de Montevideo, no se puede hacer nada. Esto no se resuelve porque si a un músico le haces optar entre una u otra, salta ADEOM, saltan los sindicatos. Vivimos en la ficción y el típico pensamiento mágico de Uruguay, que creemos que se puede hacer algo cuando es imposible porque hay una estructura viciada", añadió el tertuliano.

Por otro lado, Ahunchain expresó que hay que tomar este caso para tener presente que el apoyo del Estado al arte no es "presupuestar empleados públicos. El artista no debe funcionar como funcionario público, engordado por sus arcas. Debe recibir el impulso del Estado, pero mantener su pasión, su interés, su responsabilidad", remató.