Echenoz (Orange, 1947) es autor de varios libros que han sido vertidos al español y publicados por Editorial Anagrama, algunos de ellos muy exitosos, como Me voy (2004), ganador del prestigioso Premio Goncourt, pero fue un libro en particular, y quizá no de los más destacados de todos los que ha escrito Echenoz que motivó este diálogo: la bio-novela Ravel. Este libro, publicado en nuestro idioma por Anagrama en 2007, presenta un audaz ejercicio de imaginación literaria, en que ciertos recursos de ficción (en los que claramente Echenoz se mueve con maestría) se combinan con una evocación de memoria musical muy sentida, muy personal para el autor -los últimos años de la vida del músico y la composición de algunas de sus últimas obras están contados pero también imaginados y poetizados en el libro- y de especial interés para la biblioteca literaria y musical de Oír con los ojos.

El diálogo pasó de la literatura francesa clásica a la contemporánea; Echenoz declaró su admiración por Flaubert y por Proust y dio cuenta de un fenómeno literario de nuestro tiempo, acaso de moda en Francia: el de la autoficción y la exoficción. "Se trata de aplicar unos procedimientos literarios a la vida propia o a otras vidas, de personajes de cierta notoriedad";, comentó. "En realidad, yo lo venía haciendo hace años", explica, "eso de contar una vida como una novela y no en forma de biografía, mucho antes de saber que existía ese término, exoficción". En cuanto a autores franceses actuales que le parecen sobresalientes, nombró a dos: Pierre Michon, del que hay varios libros traducidos al español publicados por Anagrama y Olivier Cadiot, principalmente poeta y dramaturgo, no traducido aún al español pero que decididamente valdría la pena conocer, según Echenoz.

De París y de Maurice Ravel, de música y de músicos trató el resto de esta conversación para Oír con los ojos entre Lucía Campanella y Jean Echenoz, que firmó un ejemplar de su Ravel para regalar entre los oyentes de "Écoutez avec les yeux"; y que eligió la canción "I love you, Porgy";, intepretada por el Bill Evans Trio como cierre musical.

Se escucharon además, de Maurice Ravel: de la Sonata para violín y piano, el Perpetuum mobile y del Concierto para piano un fragmento del segundo movimiento, Adagio assai.

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